Partida Rol por web

Si queremos sobrevivir lo mejor es que deje aquí a Moe junto al Predicador sino nos quedaremos sin salir de esta prisión porque no se pondrán de acuerdo en quien lidera el grupo.

– Elizabeth, Elizabeth deja lo que estés haciendo hay que marchar.

Grito sin perder de vista el que al parecer es el único vehiculo.

 Habían pasado unos 20 minutos de la explosión. Debido a la insistencia de Jules Moe recuperó la iniciativa y reunió a todos en el patio de la prisión, incluídos los presos. Los que quedaban vivos: William había perdido la batalla contra la parca cuando su cabeza golpeó contra el borde de una de las literas debido a la explosión. 

- Señores. Está de más decir que nadie esperaba ésto. Hay vida además de nosotros pero esa vida nos ha condenado a muerte por radiación al ¡tirar una puta bomba!!

Moe respira, Barret le apoya la mano en el hombro devolviéndole la tranquilidad.

-Tenemos que viajar hacia el norte, huyendo de la radiación. Tenemos 3 autos y el cisterna...- Zweiger vuelve a respirar -y somos 45 personas. No tengo que aclarar que muchos irán a pie.

Elizabeth abraza a Gore y Linda a su padre. Barret la mira por un momento con una enorme preocupación.

-Así que marchamos. Tenemos armas, todo el mundo va armado. Pero tenemos que salir ahora. Cada minuto que corre es una chance de morir... lo siento. Debemos dejar nuestra casa.

Marta mira a los presos, los antiguos presos. Falta la chica y William, ahora son sólo Chad, Daniel y ese Jack que está con la mirada realmente perdida. 

Es hora de partir.

-Vamos, recojan sus cosas, lo que tengan a mano y salgamos de allí. Los niños serán transportados en los coches, los hombres vamos a pie. De las mujeres algunas también, lo siento.

Nunca he sido de guardar muchas cosas, asi que no me costará mucho preparar mi equipaje, asi que le pido a Linda que vaya a por sus cosas, tendré que hablar con ella antes de irnos. Me dirijo a donde esta Moe

-deberiamos buscar mas vehiculos conforme avancemos. Si usamos la autopista supongo que encontraremos algunos coches que funcionene, tal vez incluso camiones o autobuses- dedico una mirada a los cerebritos que van a tener que dejar casi todo su equipo aqui, con lo que les ha costado sacar adelante algunas cosas

-creo que debería adelantarse al menos un vehiculo para recuperar otros coches, o al menos para canibalizar piezas-

Cogi las pocas cosas que tenía, pero de las que me asegure de tener bien a mano eran las armas

- Pienso que algunos de los que vamos a pie deberiamos adelantarnos, por si hay problemas que a los de los coches les de tiempo a reaccionar, los niños van en ellos y si una gran cantidad de podridos los ataca habra bajas, mientras que nosotros podremos defendernos. Sobre la idea de conseguir más coches estoy de acuerdo, la necesitaremos

Me quede pensando en la conversación de esta mañana al ver el camión cisterna, la idea de Denzel de crear un foso...me alegraba no haber gastado tiempo ni esfuerzo en eso, sobretodo ahora que todo parecia inútil, realmente no valía la pena llamar a un sitio hogar...

Voy a mi cuarto rápidamente después de encontrar a Elizabeth. Allí recojo mis manuales de tecnología mecánica, eléctrica/electrónica e hidráulica.

No para mí ya que conozco lo que podemos hacer con nuestros escasos medios, pero si todo se acaba desmoronando otros podrán aprender lo básico de ellos.

Con ellos en la mochila me dirijo al patio dispuesto a ocupar el lugar que se me indique con el fusil colgado de la correa y el sable en su vaina.

Al llegar oigo a Marta indicar que debemos proteger a los niños.

– Me parece una buena idea Marta, si quieres puedo colaborar en la tarea.

Eran pocas las cosas que llevaba y, hasta ahora, no me había separado de ellas, por lo que no tenía que ir a recoger nada - Veo bien que un equipo vaya adelantado para poder recoger vehículos, porque sin ellos iremos demasiado lentos en la evacuación. Así que podéis contar conmigo para ese grupo. Pero algo que tenemos que empezar a plantearnos es cuál es nuestro destino, somos muchos, y aunque la dirección está clara, la contraria a la explosión, necesitaremos donde refugiarnos - diciendo esto último mirando a Moe.

El reikista apenas podia creer la suerte que el mundo estaba saboreando. "Cada vez tenemos menos esperanzas". Se aferraba a su bolso con fuerza. Todo lo que tenia estaba alli, sin embargo se sentia aun mas desolado. Lo mismo le habia ocurrido los primeros dias posteriores al ataque zombie. Y finalmente, como una enfermedad terminal, se acostumbro. ¿Ocurriria lo mismo luego de aquella explosion?. Lo mas triste de todo era que las mas grandes desgracias universales eran por lo general obra de los humanos.

 Cuando todo deja de dar vueltas a mi alrededor el sonido vuelve de pronto a ser audible para mi. Todo el mundo corre de un lado para otro. Me han llevado al patio y estamos reunidos. Me levanto lentamente mientras escucho como trazan un plan los que iban a ser nuestros compañeros de cárcel y ahora de éxodo.

¿Como ha podido ocurrir esto? En realidad no me extrañaba tanto, jamás había confiado del todo en el gobierno ni el sistema. Ante la mínima duda habían pulsado el botón, muerto el hombre se acabó el problema, seguro que eso se aplica también a los zombies. 

Mientras todos discuten el plan recuerdo de golpe mi mayor cometido.

¿Hay algún herido? 

Pregunto mirando a todos los presentes, y ¿dónde estan Jesse y William? No los veo entre todo el gentío.

Jueves 12 pm

Día uno de Evacuación

Los vehículos avanzaban a paso lento, debían no dejar atrás a las personas que venían de a pie, que eran la mayoría. Eran las doce del mediodía y el cielo estaba con el sol brillando a pleno. Algunos, como Turner, lo evadían con un sombrero (boina en este caso) otros menos afortunados, usaban algún diario o revista vieja para ponerse en la cabeza.

La maratón se disponía de la siguiente manera:

El camión cisterna era conducido por Barret y llevaba al líder de la prisión, Moe Zweiger (era el vehículo que encabezaba al pelotón de refugiados); detrás estaban todos los supervivientes que iban a pie y al final, cerrando la marcha cinco coches llevaban en su interior a los niños y alguna que otra mujer, como Linda Turner.

En medio estaba el grupo de Marta, Denzel, Gore, Jules, Jack y Daniel, que se habían quedado juntos. Chad estaba unos pasos más adelante, conversando con el reverendo, hombre de fé que recién había conocido ahora y que formaba parte también del grupo que antes vivía en Cranston.

Iban hacia la primera ciudad al norte de Susent Falls, llamada Itawa, porque la ciudad anterior, lo que antes había sido su pueblo y su casa ahora estaba siendo devorado por las llamas nucleares y la radiación. 

Jules había querido darle consejos a Zweiger pero pronto el tío recuperó su cabeza de jefe y tomó la iniciativa; Daniel se preguntaba por Jesse pero jamás hallaron su cuerpo y el tiempo era escaso. Tenían que pelear contra la radiación, evadirla, evitarla, caminar por donde el viento no trajera su muerte segura.

Estaban en la interestatal 54, a derecha e izquierda sólo se veían frondosos bosques.

Ni signos de muertos por ahora, nada, excepto el verde y el sol, arriba iluminándolo todo.

 El camino no se hace muy pesado, mantenemos un ritmo cómodo para todo el mundo, y afortunadamente me mantengo en forma.

Según avanzamos voy mirando a los lados de la carretera, tenemos que encontrar alguna casa, gasolinera, zona de descanso, pueblecito o algo, cualquier sitio en que podamos conseguir mas vehículos y provisiones.

Y donde posiblemente habrán podridos, tenemos que ir con cuidado

Avanzo vigilando los árboles agradeciendo su sombra.

Siempre me habían gustado los bosques pero ahora son muy peligrosos no vemos a mas de unos metros.

El que los vehículos con los niños vayan detrás de todo el punto mas vulnerable incrementa mi desazón. Si se acercan por el ruido que hacemos evidentemente el vehiculo de delante ya habrá pasado como bien han calculado Moe y Barret. Ellos bien que se han preocupado de su seguridad además como reabastecerán los otros vehículos así o simplemente no desperdiciaran en otros el combustible.

Yo no tenía a nadie en la ciudad, pero muchos de los de allí seguramente si. Pensaba en como se tenían que sentir, si quedaba alguna posibilidad de que hubieran sobrevivido a los podridos, ahora no había ninguna de que hubieran sobrevivido a la bomba. ¿Quien podría haber hecho algo asi?

Caminaba en silencio con la espada en la mano, había estado tentada de coger la escopeta, pero si encontrabamos algún podrido separado de su grupo, la escopeta haría demasiado ruido, mientras que la espada quizas no tan letal, pero si más silenciosa.

Miraba el bosque, sabía que no, pero esperaba encontrar algo de fruta, no sabíamos el tiempo que estaríamos en movimiento ni cuanto nos duraría la comida, asi que no venía mal estar atenta para cualquier cosa que pudiera pasar

Las cosas habian cambiado drastica y subitamente para peor. Finalmente un atizbo de esperanza se podia entrever desde las rejas de la prision, pero cuando apenas habian pasado una noche, al menos los recien llegados, una fuerte explosion los hizo huir de aquel seguro y confortable lugar. A pesar de todo, alli se habian establecido y estaban organizados. Tenian viveres y un techo y paredes que los protegian. Ahora tenian que volver a buscar nuevamente un refugio, lejos de los Zombies y lejos de un nuevo enemigo, la contaminacion nuclear.

La desaparecion de Jess y la muerte de uno del grupo no eran la mejor manera de continuar con el dia. Aquellos momentos de corta alegria que el cafe les habia proporsionado no era mas que una ilusion, un recuerdo lejano, como cuando la vida desbordaba en aquel planeta.

Sin embargo entre tanta desgracia y desolacion, Chad parecia encontrar alguien con quien poder tratar temas, los cuales era dificil expresar con cualquier otro individuo, en particular un militar. Cuando habian llegado a la prision, el reikista no lo supo, pero al poco tiempo de salir de la prision, le presentaron al cura del lugar.

En estos momentos Chad se encontraba conversando con el, no le resultaba dificl presentarse a este tipo de personas, despues de haber vivido toda su vida en una iglesia de Nueva York.

"¿Ha visitado entonces, la Capilla de San Miguel, Padre?" -pregunto Chad, recordando brevemente, los insignifacantes problemas que tenia por aquel entonces y que ahora parecian tan estupidos.

Avanzaba, al mismo ritmo que el resto del grupo entre el camión y los coches, atenta a todo lo que nos rodeaba - Que extraño - era lo único que podía pensar al darme cuenta de los pocos zombies que había visto desde que me encontré con esta gente.

Pensando de nuevo en la actitud de líder de Moe - Ese tipo ya ha demostrado su debilidad, y por su obstinación no acepta consejos... incluso nos puede traer problemas - pero acabo cavilando en algo ya recurrente - Rob... por encontrar la cura soy fuerte, porque sé que hay alguna manera de solucionar esto. Ya no estas a mi lado, espero que algún día cambie eso... -

En mitad de la marcha y para poder romper un poco el hielo - Chicos, ¿conocéis a la ciudad a la que nos dirigimos? Estaría bien saber de algún lugar en el que poder recoger víveres e incluso descansar si hiciera falta - aunque ahora mismo no estuviera cansada ya que el ritmo no era muy alto.

 - Hace mucho hijo- comenta el sacerdote -hace mucho... me parecen siglos ya. Recuerdo esos tiempos cuando los problemas mayores eran insignificantes a pesar de todo. Comparado con ahora, sí.

El Predicador conversa tranquilamente con Chad. El grupo se mantiene unido. Pero después de dos horas de caminata los pies comenzan a pesar y el olor, el repugnante hedor a quemado, que se mezcla con el aroma del bosque, les hacen sentirse mal.

Jules piensa que Moe es un tío testarudo, no podría estar menos equivocada. Busca información sobre la siguiente ciudad, nadie sabe mucho excepto los organizadores, pero están lejos de ellos.

Turner camina cerca de Marta. Gore está acompañado de Elizabeth. 

El Predicador se acerca a ellos y les ofrece agua de su cantimplora.

-Bebed algo, no es bueno tanto calor.

De pronto el cisterna de adelante de todo se detiene. Se ven a varios militares, o mejor dicho mercenarios, hacerles seña de que no avancen de que se queden dónde están.

-¿Qué pasa? - pregunta el Predicador.

Incluso los coches con los niños no avanzan. Entonces Jules se marea y cae al suelo de rodillas, devuelve sobre la tierra y siente un dolor punzante en su nuca. Vé con horror que está sangrando de entre sus piernas.

Y no es esa época del mes.

El mundo empieza a desvanecerse ante sus ojos.

-Dios mío alguien que la ayude!!- grita el sacerdote mirando a Daniels que es el que está más cerca…

 La caminata, el calor, el humo. Me recuerda a Irak, aunque ya hace tiempo de aquello y no estoy tan en forma, pero aguanto la marcha bastante bien, pero sin muchas ganas de hablar. Acepto el agua que me ofrece el predicador de forma mecánica, agradeciéndoselo con una inclinación de cabeza nada mas

Entonces nos detenemos, y aunque mi primera intención es ir al frente a ver que pasa, lo que le ocurre a Jules me detiene "contaminación radioactiva"

La miro con horror, tenia una pequeña esperanza de haberla evitado, me equivoque.

Me arrodillo a su lado y la sujeto por los hombros -sube a un coche y descansa- ¿que hacer?¿como atenderle sin recursos ni medicamentos específicos? ahora querría ser creyente para rezar

Estamos todos bebiendo agua cuando Jules se desploma devolviendo y sangrando.

Me siento inútil en estos momentos. Conozco la teoría de la radiación en su aplicación a centrales nucleares pero para nada como hacer frente a sus efectos en los seres vivos.

Antes de que reaccione Denzel ya la ha incorporado sujetándola y me limito a coger de la mano a Elizabeth para tranquilizarla.

Y ahora la alarma al frente de la caravana.