Partida Rol por web

Zonbichos y Zonbillones

Capítulo 1: Descubriendo un nuevo mundo

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22/08/2012, 10:44
Narrador

Unas voces lejanas fueron lo primero que percibió su mente. Lo siguiente: la luz. Poco a poco abrió los ojos luchando contra la claridad que entraba a raudales por unos amplios ventanales. Alzó la vista. Se encontraba en una andrajosa y abandonada nave industrial donde otras personas se encontraban en igual o peor estado, aunque algunos ya habían logrado ponerse en pie. Otros permanecían tirados sin moverse. De pronto, una mujer que rondaba la treintena se acercó a ella al verla despertar.

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22/08/2012, 10:56
Dra Güeiss

- ¿Hola? ¿Me oyes? ¿Cómo te encuentras?

La mujer examinó sus pupilas abriendo sus párpados con las manos.

- ¿Cuantos dedos ves aquí? -preguntó con naturalidad.

Ella abrió los ojos con cierta dificultad para comprobarlo y despertó de golpe al comprobar que en la mano de la mujer solo había tres dedos. En el lugar donde debían estar el anular y el meñique con sus respectivos nudillos había un muñón cicatrizado.

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07/09/2012, 09:20
Maic

- ¡Ohh, mierda! ¡Ya les has hecho la misma broma a otra vez! -exclamó un hombre arrugando el gesto al tiempo que sonreía situado junto a la doctora.

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07/09/2012, 09:25
Narrador

Tras comprobar que se encontraba bien, el hombre y la mujer se acercaron a un hombre que también parecía estar despertándose.

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07/09/2012, 09:26
Narrador

Unas voces lejanas fueron lo primero que percibió su mente. Lo siguiente: la luz. Poco a poco abrió los ojos luchando contra la claridad que entraba a raudales por unos amplios ventanales. Alzó la vista. Se encontraba en una andrajosa y abandonada nave industrial donde otras personas se encontraban en igual o peor estado, aunque algunos ya habían logrado ponerse en pie. Otros permanecían tirados sin moverse. De pronto, una mujer que rondaba la treintena se acercó a él al verlo despertar.

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07/09/2012, 09:26
Dra Güeiss

- ¿Hola? ¿Me oyes? ¿Cómo te encuentras?

La mujer examinó sus pupilas abriendo sus párpados con las manos.

- ¿Cuantos dedos ves aquí? -preguntó con naturalidad.

Él abrió los ojos con cierta dificultad para comprobarlo y despertó de golpe al comprobar que en la mano de la mujer solo había tres dedos. En el lugar donde debían estar el anular y el meñique con sus respectivos nudillos había un muñón cicatrizado.

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07/09/2012, 09:27
Maic

- ¡Ohh, mierda! ¡Ya les has hecho la misma broma a otra vez! -exclamó un hombre arrugando el gesto al tiempo que sonreía situado junto a la doctora.

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07/09/2012, 09:28
Narrador

Al comprobar que el hombre parecía encontrarse bien y tras echar una ojeada a la otra mujer que había despertado, se acercó a un tercer cuerpo cercano y que se estaba despertando en aquel momento.

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07/09/2012, 09:29
Narrador

Unas voces lejanas fueron lo primero que percibió su mente. Lo siguiente: la luz. Poco a poco abrió los ojos luchando contra la claridad que entraba a raudales por unos amplios ventanales. Alzó la vista. Se encontraba en una andrajosa y abandonada nave industrial donde otras personas se encontraban en igual o peor estado, aunque algunos ya habían logrado ponerse en pie. Otros permanecían tirados sin moverse. De pronto, una mujer que rondaba la treintena se acercó a ella al verla despertar.

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07/09/2012, 09:30
Dra Güeiss

- ¿Hola? ¿Me oyes? ¿Cómo te encuentras?

La mujer examinó sus pupilas abriendo sus párpados con las manos.

- ¿Cuantos dedos ves aquí? -preguntó con naturalidad.

Ella abrió los ojos con cierta dificultad para comprobarlo y despertó de golpe al comprobar que en la mano de la mujer solo había tres dedos. En el lugar donde debían estar el anular y el meñique con sus respectivos nudillos había un muñón cicatrizado.

 

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07/09/2012, 09:30
Maic

- ¡Ohh, mierda! ¡Ya les has hecho la misma broma a otra vez! -exclamó un hombre arrugando el gesto al tiempo que sonreía situado junto a la doctora.

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07/09/2012, 09:31
Maic

De pronto la mujer se giró hacia el hombre y le propinó un puñetazo en la cara tumbándolo de inmediato. El hombre se incorporó a los pocos segundos frotándose la cara pero sin aparente rencor.

- ¡Ohhh, mierda! Menudo derechazo, tía. No lo vi venir -dijo arrugando el gesto y haciendo muecas intentando recuperar la sensibilidad en la cara -¡Oh, no, tranquilos! Me lo merecía -añadió sonriendo mirando hacia los tres recién despertados.

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07/09/2012, 09:34
Deivid

- ¿Has visto a Bob Esponja? -preguntó una voz infantil en medio de aquella negrura.

Richard abrió los ojos poco a poco, pero lo hizo de forma exagerada de forma que se le habría caído el monóculo de haberlo llevado puesto y de haber estado en posición vertical. Abrió los ojos y observó a un niñoque lo miraba con impaciencia.

- ¿Has visto a Bob Esponja o no?

Exasperado el niño se fue rápidamente a preguntarle a otra persona. Richard echó una ojeada alrededor para comprobar que se encontraba en una especie de nave industrial rodeado de más personas en su mismo estado de confusión. Algunos aún permanecían tumbados, otros en cambio estaban de pie despertando al resto de los presentes.

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07/09/2012, 09:37
Deivid

- ¿Y tú? ¿Has visto a Bob Esponja?

Era una voz infantil. De un niño. Fernanda abrió los ojos inmediatamente al escuchar las palabras Bob Esponja. El niño la miraba impaciente.

- Dime, ¿has visto a Bob Esponja? ¿Es que nadie ha visto a Bob Esponja? -preguntó al aire.

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07/09/2012, 09:38
Dr Barrister

Un ligero sonido metálico fue lo primero que sintió del mundo real. Abrió los ojos y comprobó el origen de aquel sonido. Un elegante hombre sentado sobre una silla la observaba mientras tomaba un té.

- Señora, debo decirle que tiene usted reposar de lo más elegante. Su estilizada postura de descanso y se relajado gesto despliegan todo un universo de matices digno de observarse. Quizá deba trabajar el ámbito del sonido, pues emite usted un ruido que no llega a lo molesto, pero que deja entrever ciertos problemas respiratorios que resultan incómodos para el observador. En todo caso, el resultado es satisfactorio con lo que concedo un notable en la actividad del descanso.

Tras aquella perorata, dio un nuevo sorbo al té ¿De dónde había sacado el té? La sala donde se encontraba era una especie de nave industrial abandonada y estaba llena de personas que parecían estar despertándose como ella.

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07/09/2012, 09:43
Narrador

Notas de juego

Os encontráis todos en la misma nave industrial donde más personas están en vuestra misma situación. En este momento os encontráis separados unos de otros en los grupos que se reflejan en los destinatarios. Si no os movéis debéis marcar a los mismos destinatarios del último post dirigido a vosotros, pero también podéis desplazaros hacia otros personajes o hablar en alto dirigiéndoos a todos.

Recordad que escribiremos en tercera persona del pasado. Podéis postear.

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07/09/2012, 10:04
Richard María von Souflé

De todos los sitios en los que podía despertarse, Richard María se despertó en el más extraño de todos. Cuando abrió los ojos pudo ver, ya que el principal requisito para ver es abrir primero los ojos, claro. Richard María vio, con sorpresa, la techumbre de nave industrial. Se sintió como una sardina en lata. Pero quien daba la lata era un niño que preguntaba por un tal Bob Esponja. Richard conoció a un Esponja una vez, lo llamaban así por la facilidad que tenía para beber. Raimundo el Esponja, se llamaba, y era tenor en una de las operetas compuestas por Richard María. 'Don Juan Ceporro'.

Richard María se irguió con presteza y postura digna. Se quitó el polvo del esmóquin, y miró con dramática altivez en derredor. Entonces llamó a su mayordomo:

-¡Mayordomo! ¡Alfred! -Cabe señalar que Richard María von Souflé no tuvo siempre mayordomo, pero desde que lo tuvo, se acostumbró a ser atendido por este, casi en cualquier momento, motivo por el que tuvo que doblarle el sueldo. La llamada del famoso músico y compositor no fue respondida. Asustado y temoroso miró en derredor y vio a más personas, entre ellas a una muchacha cerca de él. 

-¿Os encontráis bien? -preguntó, galante.

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07/09/2012, 10:18
Fernanda Fernández

*Ploc ploc ploc..*

*Ploc ploc ploc ploc*

Los ojos de la pequeña Fernanda comenzaron a recobrar vida, eso sí, muy lentamente. Al principio veía niebla blanca, algo así como el humo del tubo de escape de una de los coches que llevaban las caravanas del circo. A ella le encantaba mirarlos, siempre se le antojaba que aquel humo eran los pedos de los coches al caminar. 

Momentos después, esa neblina blanca comenzó a concentrarse creando formas, algunas alargadas, otras anchas, bajas, altas... y en ese momento, un sonido extraño le hizo girar la cabeza hacia su derecha. Una de las formas que comenzaba a crearse, algo pequeña y delgada, emitió un sonido. No supo identificar qué decía ese sonido, pero por su espalda recorrió un escalofrío propio de haber tenido una pesadilla infernal. 

- Zeres... zeres... un....mens-mans-muns-munstruo... - dijo casi sin poder articular palabra. Tenía la boca pastosa y atrofiada, le era imposible mover uno de los labios. Se sorprendió al escuchar su voz de la misma forma que había escuchado el sonido de aquel bulto en el suelo.

*Ploc ploc ploc*

Hasta ese momento no se había dado cuenta, pero varias gotas de agua no dejaban de estrellarse contra su cara. Tras parpadear varias veces intentando observar las cristalinas gotas salpicar, las figuras a su alrededor se volvieron más nítidas. 

Un bulto alargado y negro habló, si si, habló, y pudo entender lo que decía casi casi a la perfección. Le extrañó que preguntara si los dos estaban bien, sobre todo porque ella tenía la certeza de que estaba sola. Al mirar a su lado, aquel bulto que parecía ser un monstruo tomo vida y se convirtió en un pequeño niño rubio. Fernanda volvió a girar la cabeza hasta donde se encontraba la figura alargada de negro y comprobó que era un hombre con barba frondosa y cabellera escasa. 

- Yoooo ezzzztoy bieeeen - pronunció lentamente, intentando que se entendiera lo que decía y sin comprender por qué no podía pronunciar bien algunas palabras. - Pero ezte no lo se... - añadió señalándolo con la mano izquierda.

Y fue ahí donde se dio cuenta. El dedo con el que señalaba al niño rubio de su lado parecía tener vida propia, como ella por la noche cuando tomaba muchas gominolas, aunque claro, en su caso si que era cierto que tenía vida propia. La cara de Fernanda fue bastante extraña, entre sorpresa y repulsión. Finalmente y con los ojos muy abiertos, se dirigió hacia el hombre de negro.

- ¡Lo he conseguido!, ¡tengo el dedo de goma!. - exclamó moviendo la mano muy rápido y dejando que el dedo danzara de un lado para otro.

Podría parecer una tontería para muchos, incluso una preocupación, pero para ella era el regalo de llevar toda su vida intentando que sus extremidades fueran lo más flexible posible. 

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07/09/2012, 12:01
La Jessy

 La Jessy se levantó comprobando lo primero..si llevas los tacones  rojos y el vestido color pastel con dorado que no podía ser más corto, encima llevaba una chaqueta plumón abierta.

Pero que cojo... no pudo terminar de hablar pues sonó un ligero crujido en su mandíbula ostia...puta...siseó cagandose en sus putos muertos internamente se puso de pie y se llevó la mano a la mandíbula mirando a la tia que solo tenía tres dedos "pues joder no se como se hace .... con tres dedos" hace un gesto para llamar la atención de la pava mientras resuenan las miles de pulseras plateadas y doradas de su muñeca. 

Notas de juego

Si algo no está como debería avisa master.

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07/09/2012, 12:47
Ángela

En su sueño, Ángela permanecía tumbada en el suelo de lo que parecía ser una nave industrial, rodeada de personas tiradas o en pie, enfermas, moribundas o en recuperación; la estancia se llenaba de luz a través de grandes ventanales, la suciedad reinaba por doquier y el olor a humanidad y sudor reconcentrado impregnaba el lugar.

Se sentía desorientada y embotada, así que definitivamente esto tenía que ser una pesadilla; cierto era que parecía más real de lo que solían ser habitualmente, pero ésta compartía las mismas características que las demás: gente desconocida, olores desagradables, mugre, suciedad, desorden… Y dentro de lo angustioso de la situación, sabía que, en cuanto alguien le pusiera una mano encima, como en todas sus pesadillas, despertaría en su cómoda cama, reconfortándose con el olor limpio y la suavidad de sus sábanas. No había nada que temer.

Y, efectivamente, cuando aquella mujer desconocida se acercó y abrió sus párpados, Ángela despertó. Despertó en una nave industrial, rodeada de gente enferma o moribunda, en la que el olor a humanidad y sudor se hizo brutalmente real, al igual que el muñón de aquella mano.

Esto no puede estar pasando… pensó mientras la mujer le hacía una extraña pregunta sobre sus dedos. Ángela se quedó mirando perpleja aquella amputación, sin ser capaz de pronunciar palabra. Me ha tocado…me ha tocado y esto no es una pesadilla... esta no es mi cama, ni mi casa, y una desconocida me ha tocado…

Primer paso ante casos extremos: establecer el límite de seguridad. Se arrastró hacia atrás sin levantarse, intentando alejarse de la media-mano de esa mujer. Surgió otra voz y se dio cuenta de que también había un hombre de pié ¿una broma? ¿de qué habla? ¿esto es una broma? ¿Me habrán drogado?

Intentó advertirle a la mujer que no volviera a tocarla, pero el miedo atenazó su garganta. De todas formas, no parecía querer prestarle mucha atención, porque enseguida se dirigió a otra de las personas que estaba junto a ella, repitiendo el mismo gesto y haciendo la misma pregunta.

Necesitaba respuestas. Su corazón había comenzado a latir apresuradamente y sus manos a sudar. Necesitaba respuestas y sus pastillas. ¿Dónde estaba su bolso? Miró a su alrededor, con la esperanza de encontrarlo en algún sitio. Pero el ruido del hombre al caer tras el puñetazo acaparó toda su atención. Y, cuando éste se dirigió a ellos para informarles de que no se preocuparan por él, Ángela reaccionó

- Por favor, no me toque – dijo arrastrándose un poco más hacia atrás, con la voz temblorosa y miedo en sus ojos -  ¿Qué ha pasado? ¿Qué es este lugar? ¿Qué hago yo aquí? ¿Dónde está mi bolso? – preguntó mientras observaba su alrededor. Y, como un resorte, se puso en pié al darse cuenta de que su cuerpo descansaba en un suelo que hacía años que no se limpiaba, si es que se había limpiado alguna vez.