Partida Rol por web

Seamus se limitó a observar y escuchar la conversación que mantuvieron lady Kathayin y Garen sobre los por menores de todo aquel incidente. Tras lo cual se dispuso a seguir al lord Caballero por el edificio hasta llegar a la base donde los esperaban un gran grupo de soldados. Luego no pudo evitar arquear una ceja al escuchar hablar de un desfile, aquello lo enfureció en gran medida... lo suficiente como para querer arrasar con todo a su alrededor, pero intentó mantener la calma... al fin y al cabo los ciudadanos del lugar no tenían culpa de nada. Cogió aire y suspiró largamente.

- No es mala idea Qishan, pero irás acompañado de Yoshimitsu, no quiero más sorpresa desagradables... Mientras tanto Katrina y yo iremos a ver y estudiar los cuerpos de los fallecidos... - en realidad la desgana se apoderó del tono de Seamus, puesto que sabía que separarse era una mala idea, pero ya habían desafiado la autoridad del Alto Mando de Aliburn en una ocasión, y hacerlo en dos podría considerarse una provocación.

- Eso sí, en cuanto acabe esa pantomima, os quiero de regreso al santuario donde se encuentren, no dudo que lady Kathayin os traerá de vuelta lo antes posible... - la mirada de Seamus se clavó en la consejera, dejando claro con la mirada que sucedería si pasaba algo desafortunado a los caballeros que fuesen al desfile...

El capitán Garen miró a los caballeros con ojos un tanto juiciosos al escuchar la forma en que hablan del concejo de Aliburn y el desfile que habían preparado para ellos. Sobre todo las palabras de Seamus llamando pantomima al gesto de gratitud del concejo no parecieron hacerle mucha gracia al hombre. Pero al mismo tiempo, el Capitan no hizo ni dijo nada al respecto. El no era quien para oponerse a los caballeros Divinos, y estaba consciente de ello.

Por otro lado, Madame Kathayin se habia mantenido al margen. Aun estando asustada de Seamus no se habia atrevido a siquiera comentar sobre las palabras de los caballeros, pero cuando el líder de los caballeros volvió a dirigirse a ella en tono autoritario, se estremeció antes de de poder articular la primera palabra.

- P-por supuesto. -Se apresuro a decir Madame Khatayin- Inmediatamente termine la reunión con el consejo me aseguraré de que nadie retenga a sus compañeros por mas tiempo.

El nerviosismo en la reacción de la Maestra Arcana no paso desapercibido de el capitán Garen. Pero de nuevo, el hombre no hizo nada.

- Si ese es el caso, -Dijo el capitán- Entonces yo me encargaré de guiar a lord Seamus y Lady Katarina a la morgue. Madame Khatayin puede llevar a Sir Qishan y a Sir Yoshimitsu a la reunión con el consejo.

Al decir eso, el capitán le hizo una ceña a sus hombres quienes trajeron caballos suficientes para todos frente al grupo.

- Mi escolta los acompañará hasta el palacio del consejo. -Dijo mirando a Qishan y Yoshimitsu para luego subirse a uno de los caballos- Sera un honor guiarlos por la ciudad. -Dijo mirando a Seamus y Katarina.

Los soldados trajeron caballos suficientes para todos, incluyendo a Madama Kathayin, quien aun estaba tan asustada que no dijo mas nada incluso estando sobre su caballo.

A veces es la marea de quienes viven ofuscados por la confusión lo que puede serles un traspié, un simple paso en falso es suficiente para deslizarse incorrectamente y todo esto había pasado o muy rápido o, simultáneamente, en extremo lento. Tenía por entendido que generalmente, la situación de Aliburn era de problemas y que solo quienes sabían eran los miembros del Consejo Gubernamental que era equivalente con el Noveno Sol, pero diferencias semejanzas, y que todo lo hecho hacia afuera y demás sí que podía leerse como una treta insultante, o que directamente ni la gran cantidad de operarios supiesen del todo por fuera de seres puntuales como la misma Maestra Arcana, Garen el Capitán y unos cuantos, en donde el resto solo bienvenía correctamente a los héroes según sus propios protocolos. ¿Se había perdido algo? ¿Quién era aquel Jyhla? Fuese como fuese, la excesiva hosquedad de sus compañeros... Una se la sabía y la otra la podía comprender pero en general esto era bastante.

Puso una mano sobre su frente con dedos estirados casi dramáticamente y sin tapar sus ojos, de hecho, sobre el mechón, cosa de estar haciendo ese gesto exaltado pero no denegando comunicación ni realmente más, pero ciertos zumbidos puntuales le impedían la perfecta ejecución del acto, molestias, como una piedra en el zapato muy fácil de cortar en varios trozos de polvo pétreo con un simple desliz de su espada, como para re-envainarla sin que se notara, o sea, para el ojo lento de quienes no tenían su velocidad, claro, pfft. Fuese tal, optó al final porque sí, tenían que ir con sus compañeros caídos, protocolo y formalidad aparte.

Tenía confianza en Seamus como un buen líder aún si le "odiase" a él y a Qin por pararle en seco la buena onda con la guapa dragoncita con escotes en sus muslos. ¡Ah, lo que era ser el hijo de un mujeriego galante! ¡Herencia indirecta pero de crianza! ¡Oh el terror! Se rió para sí mismo por razones y aceptó la confianza de Seamus, luego pasó a ponerle una mano en el hombro y...

- ...No, vale, confío en tí, sensei. Espero saber con lujísimo de detalle qué sucedió a nuestros hermanos caídos, yo y Qishan. O sea, es obvio, ¿no? -Dijo en ninguna dirección en particular con su mejor sonrisa.- Y va, calmad un poco, que si nos ponemos así de tensos telegrafiamos al enemigo que estamos paranoicos, entiendo que algunos no tengan idea del combate físico pero vamos. Soy el que mejor se maneja con públicos, así que venga. Vamos. ¡Todo en orden!

Tronó su cuello de lado a lado. El que mil pliegues firmes lograba tanto hacía como el que uno solo con gran suavidad y delicia... O algo así. Ya con eso tomó del hombro no tanto como de forma simple como con sensei Seamus sino tal cual agarrado a Qin y fueron entonces. Así, llegarían a los haberes y luego hacia el desfile ese.

- Aaaandando.

Simpatía.

Junto a Qin avanzaron y fue hablando primero con el Mil Caminos.

- No quiero sonar débil aún con lo que acabo de decir sobre sonar nervioso y débil a todos, pero vaya si me estoy cansando de las tonterías de Katrina. ¿Un brazo menos o un ojo sería suficiente? Pero no podemos, lo sé, porque... Pues por la situación por la que pasamos, qué cobarde escudarse tras el bla bla, yo no gasto mis palabras en basura, total, es oro.

Encogió hombros. Qin había estado y pasado por su ciudad, sabía cómo iba, el legado Satori que le dejó su padre y demás, sabía bien que no se trataba sobre ser nobles, sino sobre el bien que hacían a todos. Ahí la maga oscura era poco más, no, era específicamente una herramienta, para saber de lo que sucedió y para servir contra los enemigos. Y el Fulgor esperaba que el de los Mil Senderos lo pudiese disuadir, ante todo.

- Vale, que no te jodo... -Pero antes de dejar en paz a su pana, le susurró aún más.- Sé que piensas qué tan fuerte es este Garen, pensé lo mismo pero creo que te me adelantaste. ¿Un uno a uno? Es tan inapropiado como la cita que le pedí a la guapita dragoncita. Pero va, que debe ser rudo, ahora sí, eh, ¡relaja el...!

Ya sabría Qishan qué relajar.

Ahora fue donde Garen.

- Señor, Comandante, no tiene que decirnos Sir, no a mí al menos. Puedes decirme Yoshimitsu, incluso Yoshi, o Fulgor si te sienes con ganas de un duelo... -Una sonrisa afilada, pero no dejaba de ser sociable.- Claro, no es momento ni nada pero te ves fuerte, me recuerdas a alguien que...

¿Que qué? ¿Alguien que vió, soñó? ¿Como aquel que mencionó a su padre antes de venir? ¿Lo hizo? A veces el mundo era... Confuso.

- Que sepas, que solo estamos tensos, piensa en nuestra posición igual, la magita es medio rara y está... Tocadita, y sensei, digo, Seamus tiene el peso de todo encima y otras cosas. Pero considera que bajo otros parámetros apreciaríamos y apreciamos tus actos, vuestros actos, ¿eh? Paz entre mundos.

Y así, fue donde su "presa" final, y muy descarado vino y le posó las manos en los hombros. Esperaba espantarla casi por como la habían molestado los otros, la imbécil y el amargado aunque pro de sensei, pero usó sus técnicas de artes marciales para frotar sus hombros y relajarla, que la energía la relajara y su propia energía positiva.

- Katarina... Mi oferta sigue, nadie me puede negar hacer lo que quiera, ni tus jefes, ni los míos, pero entiendo vuestros protocolos y como le decía a Garen, los respeto. Semejantemente, debes considerar que no nos sentimos super felices por lo que pasó, ¿sí? Seamus es así, pero es un tipo implacable, mi señor supremo solo superado por uno en respeto... Y la otra tipa, eh, ignórala, yo podría c... -"Cortarle la cabeza antes que pueda parpadear", pensó en decir, tuvo que controlar su imagen mental de la escena teórica, y los impulsos psicóticos que le inducía para que no arruinara el masaje super-rápidoy charla.- Controlarla, dígase. ¿Sí? Venga, preciosa. Cuéntame más de este mundo, como el señor Apocalipsis fofo y volador que vimos antes mientras vamos... ¿Sé manejar esto? Papá era bueno en ello, veamos si me sale...

Pretendía, al subirse al caballo, manejarlo más o menos decentemente.

Seamus se limitó a afirmar con un simple gesto a Garen, mientras escuchaba las palabras de sus compañeros, sobre todo las últimas de Yoshimitsu, que parecía tomarse todo menos seriamente... Como de costumbre. En otras ocasiones habría sermoneado al joven por su comportamiento, pero sus palabras no estaban carentes de sentido, por lo que le concedió la victoria y cedió... - Es posible que tengas razón... Confío en vosotros... - dijo con determinación... aunque en su fuero interno no podía evitar volver a sentir un temor que ya casi creía olvidado.

Luego se subió al caballo: No perdamos tiempo Lord Garen... - Seamus prefería dejar todo solucionado cuanto antes mientras aguardaba a que Katrina subiera a su caballo y se pusieran en marcha.  - ¿Está muy lejos el lugar de reposo de nuestros compañeros? - preguntaría con un ánimo ya más calmado al guardián que los acompañaba mientras observaba más detalles de la ciudad. Su cabeza mientras se sumía en sus pensamientos, sobre todo en lo que respecta al "espíritu guardián" de la ciudad.

Al obtener el permiso del gran maestro, hice una señal de reverencia. — Estaré lo más atento posible por los dos para evitar cualquier tipo de sorpresas. De igual manera maestro, por favor, tengan cuidado. — comprendía (con mucha razón) la preocupación del maestro al separarnos, pero era la única manera de mantener todo bajo control dentro de lo cabe. Al momento de sentir el tacto de Yoshimitsu sobre mi hombro sin prestarle mayor importancia decidí  proseguir con la draconida al desfile. 

Al momento de ir avanzando con mi compañero, me sorprendió que lo primero que escuche fue quejarse de la actitud de Katrina. Me pareció interesante, era obvio que el tratar con ella y sus maneras era un dolor de cabeza. Pese a no ser... ¿Un ser vivo? O ante su naturaleza seguramente oscura, ella era una de nosotros, con la misma importancia y deber de proteger a la humanidad. Aun no comprendo a los ángeles por elegir a un ser como ella, pero bueno... — No suenas débil, Yoshimitsu. Pero esos pensamientos pueden  llegar a echar raíz y corromper tu bondad. — Hablaba con una gran tranquilidad al momento de mencionar la actitud del rubio — comprendo que los métodos de ella al comunicarse con los demás seres vivos suele... Ser fatal. Pero es una manera efectiva de ella efectuar sus labores como Caballero Divino. No te compliques por cosas más allá de tu control, no odies sin un sentido a alguien que es tu compañera. Tampoco menosprecies el poder del dialogo, en ocasiones las mejores victorias son aquellas que se obtienen con palabras y no con violencia. — al decirle eso le muestro una sonrisa gentil mientras seguía caminando a su lado. 

Lo que me sorprendió fue el hecho de que haya notado mi intención de averiguar qué tan fuerte era el capitán. — Oh, parece ser que deje escapar un poco mi sed de combate. Que pena. — y solté una leve risa de vergüenza, no me agrada mucho que los demás se percaten de ello sino es mi intención. — En fin, yo estoy "relajado". Deberías de aprender ese estado de mente, te ayudara a pensar con la cabeza correcta, viejo amigo mío. — y en esta ocasión le solté una leve sonrisa burlona en su rostro. En verdad no ha cambiado nada con el tiempo, sino es que ha asentado más esa personalidad exótica de su parte. 

Cuando este hablo con Garen me mantuve al margen, se me adelanto en comentarle mi deseo al capitán. Al menos hizo bien en comentarle el porqué de nuestra actitud, aunque en verdad que las palabras no se le dan en lo absoluto pese a su legado noble. Lo deje ignorado mientras me dejaba escoltar, hasta que su actitud volvió a sorprenderme. Empezó a hacerle un "masaje" mientras remarcaba el hecho de desear consumar su cita, pero hubo algo que hizo que abriese levemente los ojos y mi mirada se afilase por un instante, cambiando el ambiente en ese mismo segundo. — Yoshimitsu, espero comprendas que tu explicación es innecesaria. — mi tono era serio, y mi sonrisa había desaparecido dando un semblante directo y sin emociones. Logre comprender fácilmente que el comentario de Katarina no era uno de paz o dirigido con la mínima amabilidad. — Katarina no necesita ser "controlada" por nadie, los caballeros divinos somos iguales y debemos tratarnos como tal, espero tengas eso en mente al momento de hablar así. — aun si lo podía comprender levemente, no podía permitir que esos pensamientos sigan arraigando más su mente — ahora bien... Me interesa saber de igual manera más información de ese ser espiritual...  ¿Qué información puede proveernos antes de llegar al desfile? — y espere su explicación para así proseguir sin demora.