Partida Rol por web

El camino hasta la cafetería se produce en un silencio incómodo a pesar de ser dos, sin embargo una vez dentro de la cocina parece que el diálogo empieza a establecerse. El lugar vacío lleno de muebles metálicos transforma vuestras voces parcialmente, dándole un tinte algo siniestro que se ve reducido tan sólo por el tono aparentemente despreocupado de Axel.

Tras recoger todas las botellas de agua que podéis de las máquinas expendedoras, llenáis varias bolsas de basura vacías con legumbres y arroz, saliendo del lugar con cierto alivio, pues los pasillos siguen bien iluminados gracias a la luz diurna que entra por los distintos ventanales.

Os desviáis hacia vuestra izquierda para llegar a la farmacia pero algo os hace deteneros antes de llegar hasta dicha puerta. El suelo que conduce hacia allí está manchado de huellas de sangre.
La forma va perdiendo precisión según se aleja en dirección a vuestro destino, pero podéis distinguir que se trata de la forma de un pie descalzo, quizá por eso se cortó y sangra.

Las palabras de la chica me hicieron reír. Era muy espontánea ella, hasta inocente. Me preguntaba qué edad tendría, se la ve muy joven, más que yo. La seguí con la mirada y poco pasó para que regresara con una camilla en la que se recostó. Tal parece que no deseaba alejarse mucho de Ziyak, quizás le viera como una especie de hermano mayor o algo más, fuera lo que fuera los había mantenido juntos y vivos... y ahora ya éramos más, cosa que era bastante alentadora.

Miré mis manos, pese a que las limpié bien con alcohol necesitaba lavármelas.

-Tu amigo va a estar bien -le digo a la chica mientras la arropo-. Descansa.

Me giro a ver a Joe.

-Me gustaría ir a revisar con más calma la farmacia del hospital -le comento-, me pareció ver algunas cosas de utilidad. También quiero examinar los baños, ver si encuentro agua para asearme y que podamos beber.

Cuando Kyuu sale del quirófano miro a Drew cómplicemente con sonrisa ladeada. Creo que ambos estamos preguntándonos qué tipo de relación exactamente se llevan estos dos entre manos, aunque supongo que ella podría pensar lo mismo, pero es demasiado joven para tener algo con ese tipo... La aplastaría solo con abrazarla.
Contengo mi propia risa con un carraspeo al verla entrar y la ayudo a apostar los frenos de la camilla mientras Drew la arropa con cuidado. Siempre atenta, se nota que estaba destinada a ayudar a los demás.

-Es posible que se ponga un poco violento cuando el antídoto empiece a hacer efecto, pero está atado y estaremos aquí fuera- señalo las puertas dobles dirigiéndome a la oriental y después salgo con mi habitual compañera, dejándome caer en uno de los sofás.
-Ehhh... alto, alto, Doc... Todas esas parecen buenas ideas pero John y Axel ya han ido a revisar el sitio y no creo que sea buena idea dejarla sola ahí dentro. Antes de que se te ocurra proponerlo no, tampoco irás tú sola... esperemos un poco, descansa- entrelazo las manos detrás de mi cabeza y suspiro hondamente mirando los pasillos vacíos.

Te quedas a solas en el quirófano, iluminado por la luz que entra a través de las diversas puertas dobles de la amplia sala.
Tener a Ziyak delante inconsciente y atado de esa forma resulta un poco siniestro, pero el hecho de saber que no estás sola, escuchando de fondo las voces amortiguadas de Joe y Drew en la sala de espera, te tranquiliza un poco.

Decides intentar descansar, quizá así tengas más opciones de estar despierta cuando él se recupere, y además te mereces un descanso.
Como siempre, consigues dormirte por simple agotamiento ya que la situación no es muy cómoda, volviéndote a despertar al cabo de no sabes cuántas horas, pero la luz que ilumina la estancia es mucho más ténue.

Ya no se escucha ningún tipo de conversación cerca, y te das cuenta de que la camilla de enfrente está vacía.
El silencio es extraño y agobiante, cuando vas a incorporarte te das cuenta de que Ziyak está justo en el lado opuesto, de pie. Sus muñecas muestran las marcas del roce de las correas, la bata de hospital vuelve a estar empapada en sudor y sus ojos algo enrojecidos e hinchados.

-¿Me echabas de menos?- su voz todavía es más gutural que de costumbre, propagándose por la sala con un eco tan siniestro como su extraña sonrisa.

Descanso gran parte de mi peso en la pie bueno, repartiendo un poco a la mano que sujeta el bastón.

-¡¡Odio cuando me haces eso!! -le digo con voz más relajada refiriéndome a esa no se si virtud que tiene de adivinar mis pensamientos.

Ni modo, él tenía razón, aunque no quisiera admitirlo, además que coja como estoy a la hora que me toca salir corriendo me termino de joder el pie y de paso me despido de este mundo, porque así soy presa fácil.

Hago una mueca, entre divertida y resignada y me tumbo en otro de los sillones. La verdad es que se siente cómodo recostarse sobre algo blando y no hacerlo en cualquier lugar que te brinde un mínimo de seguridad durante las horas de sueño.

-¿Crees que esas correas resistan en caso que el tal Ziyak se ponga violento?... Es que vamos, con esos brazos que tiene y ese porte me da la impresión que las puede cortar sin esfuerzo... -contengo la risa- ¿Te lo imaginas dándonos un abrazo de oso? Jijiji ¡¡Vamos que nos tritura los huesos!!

Axel casi no se da cuenta de las huellas de sangre. Apenas un reflejo, una mirada de reojo o simple intuición le hacen mirar al suelo en el momento adecuado. Lo que parecen ser huellas humanas se desvanecen en dirección a su objetivo. La escena es como mínimo siniestra, y a Axel se le borra en seguida la sonrisa de la boca.
¡Oh! ¡Claro! Se me olvidaba: El infierno. Canfíate y descuidate y en cuanto lo hagas volverá a joderte.
Despacio deja las provisiones intentando no hacer ruido. Se gira a John y le indica más o menos precisamente mediante gestos que no haga ruido y que le siga. Pequeñas gotas de sudor aparecen en el rostro de Axel. Las venas del brazo derecho se le marcan profundamente, fruto de la fuerza con la que empuña el machete. En ese mundo, en ese infierno podía haber cualquier cosa. Y por cualquier cosa se entiende infectados o chacales. Es difícil discernir cuales son peores, aunque estos últimos a veces se divierten dejándote vivo para torturarte...En el fondo da igual, sea chacal o infectado habrá que cargárselo.
Joder! A lo mejor me estoy volviendo paranoico. Puede que sólo sea alguien herido o yo qué se...Pero paranoico o no lo mejor será no confiarse.
Le lanza una última mirada John antes de empujar lentamente la puerta de la farmacia para averiguar qué pasa...

Mueve la naricilla al despertarse y se frota los ojos con fuerza, sonriendo ante la idea de que Ziyak se encuentre completamente curado pero al no verle en las cercanías arruga el ceño - qué raro.. ¿se habrá puesto bien y ha ido al baño? Pero.. las correas están rotas. Algo parece que no va del todo bien pero cuando se gira para inspeccionar la sala al completo se topa con las narices a un Ziyak un tanto extraño, dando un gran chillido del susto que retumba por todo el hospital.

Zi.. ziyak. Qué susto. Uh.. Cómo... ¿cómo te encuentras? -su voz era inocente , no se le pasaba por la cabeza la idea de otro Ziyak que el que ya conocía, sin darse cuenta de que ahora mismo ella podría ser caperucita y él el lobo. Se medio incorporó sentada en la camilla y mirándole preocupada, tal vez sólo fuera una pesadilla... ¿Dónde estaban los demás?

-No estoy seguro... No me gusta que me aten...- levanta uno de sus brazos parcialmente para mirar su muñeca enrojecida de cerca, moviendo los dedos de las manos para acabar cerrándolos en un puño que aprieta con energía suficiente para que empiece a temblar, hinchando las venas de su antebrazo mientras aprieta los dientes, al parecer muy furioso.
Repentinamente se gira y golpea una carreta cercana donde Joe y Drew depositaron el escaso material utilizado para la intervención del propio Ziyak. La vuelca y ésta cae al suelo estrepitosamente, haciendo resonar el eco metálico por las paredes.

-¡¡Cómo pudiste dejar que me ataran!!- exclama fuera de sí, desquiciado, con las venas del cuello infladas y algo enrojecido, más imponente que nunca, incluso demasiado.
-Nunca te has fiado de mí, ¿verdad?- sonríe satisfecho con su propia conclusión, acercándose más a ti para sujetarte fuertemente los brazos, inmovilizándote durante unos segundos antes de obligarte a tumbarte de nuevo y rodearte el cuello con una de sus gruesas manos, apretando cada vez más, dificultando tu respiración.

 La caminata continúa, los pasillos dan una falsa sensación de seguridad. “Parece un tipo simple y alegre, combatiente, se ríe cuando le digo que soy astronauta, calculo que es difícil de creer, alguien tanto tiempo allí arriba”.

Axel se detienen de improviso, me señala algo. “Sangre, maldición, este nunca termina”

Desenfundo lentamente la Katana. “Se a gastado demasiada munición hoy” Pienso.

El sudor frío apenas cae por mi espalda. “la primera vez que me enfrente a algo en este infierno, traspire como si me hubiesen tirado un balde de agua. A cada enfrentamiento transpiro cada vez menos, a cada enfrentamiento cada vez este lugar me trasforma en uno de ellos.”

Sigo a Axel hacia la farmacia cuidando la retraguardia.

Yo.. tú dijiste que no nos arriesgaramos , por eso te ataron, pero yo me quede aqui conti...-enmudece al ver la violencia que empieza a desatar sin sentido, mirándole confundida - tú no eres Ziyak de siempre...- y antes de que pueda reaccionar acaba atrapada en sus grandes y poderosas manos. Le mira aterrorizada tratando de gritar para pedir ayuda pero cada vez se le hace más díficil por el agarre y las lágrimas que surcan su rostro, más y más enrojecido por la falta de oxígeno.

fffhhhhh Zi-yak... vuel....ve...fffhhh....

Sonrío divertido cuando Drew me increpa que odia que me anticipe a sus peticiones, pero finalmente opta por ponerse un poco cómoda y descansar, lo cuál sin duda le vendrá bien para la torcedura de pie que miro de reojo.
-Hmm... esperemos que no se ponga tan excesivamente violento, supongo que sí aguantarán, habrá que estar atentos- resoplo sonoramente y me paso una mano por el corto cabello antes de reír por lo bajo.

-Pues sinceramente no me lo imagino abrazándome pero tampoco me he fijado en exceso en "esos brazos que tiene y su porte"- repito las palabras de la doctora con cierto tono de burla inevitable -Pero ya veo que tú sí...- mi ceja se arquea mientras la miro inquisitivamente.
Ella suele ser como un libro abierto para estas cosas, no se le da demasiado bien disimular o engañar.

Las fuertes manos de Ziyak siguen entorno a tu cuello, imposible de apartarlas aunque lo intentes. Su expresión es la de un desquiciado, apenas parece reconocerte...
El aire empieza a faltarte en exceso y cuando ya no puedes más te despiertas con un respingo sobre la camilla del quirófano, evidentemente sobresaltada y con alguna lágrima surcando tu rostro.

La luz diurna sigue iluminando la sala como cuando cerraste los ojos, así que apenas habrán pasado unos minutos desde que te dormiste.
Ziyak sigue atado tal y como lo dejasteis, temblando ligeramente con el ceño fruncido como si su sueño también fuera intranquilo, o quizá se debe a los efectos del antídoto que mencionó Joe, del cuál oyes la voz amortiguada y lejana en la sala de espera, sin distinguir bien lo que dice pero desde luego parece despreocupado.

Ambos os mantenéis alerta, pues aunque hay una mínima posibilidad de que se trate de un herido, ya habéis tenido suficientes malas experiencias cómo para desconfiar, y más vale prevenir...
Axel se encarga de abrir la marcha y la puerta con lentitud preparado con su machete bien sujeto y mentalizándose para toparse con cualquier cosa.

La habitación no es demasiado grande pero está llena de estanterías con cajas donde previsiblemente se guardan todos los medicamentos.
Parte de ellos y sus cajas se encuentran desparramadas por el suelo, y en una esquina hay otro cadáver sentado, aparentemente sin signos de violencia lo que lleva a pensar en una posible sobredosis de alguno de esos fármacos.

La atención se desvía enseguida, pues al fin y al cabo ya está muerto, pero al fondo oís cómo alguien está trasteando con alguno de los cajones que acaba por caer estrepitosamente al suelo.
Se oye un gruñido extraño y ronco como consecuencia de ello y entonces sale de detrás de las estanterías y se queda mirándoos.
Parece humano, o al menos lo fue, probablemente algo anciano por las arrugas que surcan todo su cuerpo desnudo y su rostro, sin embargo su color es más amarillento y delgado de lo normal, por no hablar de su rostro y su boca...

Abro la boca con claras intenciones de replicar a lo que me dice, pero me quedo ahí, sin decir nada y entrecerrando los ojos porque no encuentro las palabras adecuadas para responderle sin que él me lance el golpe de vuelta. Maldigo internamente el no tener algo a mano, algo que no cause daño, claro está, para tirárselo a la cara.

-¡Bah! Soy doctora, o al menos a convertirme en una es que iba y es con ojo médico que le he observado, el mismo ojo médico con el que te miro el culo cada vez que me das la espalda -suelto la risa, divertida, porque ni yo me la creo-... Si es que quién te manda a tenerlo tan bueno.

Ya le saco la lengua, segura de que se ha avergonzado por el comentario que le hice y guardo silencio. Me quedo observando el techo, acostada en el sillón, disfrutando de esa paz que no se cuánto más va a durar.

Al abrir la puerta se muestra un caótico escenario de estanterías y cajas tiradas por los suelos. Axel hace un barrido visual de la habitación percatándose de el cadaver que hay en una de las esquinas.
Menudo yonki...
Sin embargo un ruido desvia la atención del muerto para centrarse en posibles vivos. De la nada sale un ser que parece humano, pero con la cara aparentemente deforme y con la piel de color enfermizo.
Axel no puede evitar reaccionar con una mueca de asco y una maldición.
-¡Pero qué coño...!-.
Se queda mirándolo detenidamente, y en guardia, intentando discernir si es o no un infectado.
Joder, parece un puto zombie, desde luego...pero los infectados suelen ser hijos puta ensangrentados y este parece un yonki medio colgado...
-¡Eh! ¡Astronauta! ¿eso es un infectado...?-dice pr lo bajo a John, pero sin dejar de observar a la criatura.-Voy a comprobarlo. Estate preparado...-dice algo más resuelto.
-¡Eh, huesos! ¿Dos más dos?-grita al posible humano haciéndole un gesto con la cabeza para que sepa que se dirige a él, mientras lentamente va acercando la mano izquierda a su cinturón para coger su navaja y estar preparado para la posible respuesta errónea. La navaja se despliega con un ligero "clik"
Joder...espero que no le de por gritar...y espero que no haya más de estos por el hospital...

Al entrar a la farmacia, todo se denota desordenado, un tipo muerto en una esquina, cajas rotas y cosas desparramadas.

El ruido hace que gire la cabeza y Eso sale de la oscuridad.

“Que mierda es eso”  Una  gesto de interrogación con una pisca de asco se forma en mi cara,.

-No tengo la más pálida idea que es, hace poco que estoy en este mundo.

“nada de lo que recuerde se asemeja a lo que estoy viendo”. Pero un fugas presentimiento me pasa por mi mente. “Quizás el yonki no esta tan muerto”

-Estoy a tus 5.  En la voz se denota un dejo de excitación.

Mi mirada va del Yonki  a Eso. “No quiero sorpresas”

Se levanta sudorosa y aterrorizada por segunda vez, pero esta parece ser la real. Aún así no puede olvidar la reciente pesadilla, rompiendo a llorar de angustia para desahogarse. Se cubre totalmente el cuerpo con las sábanas mientras solloza hecha un ovillo en la camilla, con las manos acariciando su cuello.

Fue tan real...

Pasa un buen rato hasta que consigue calmarse y volver a la normalidad , asomando la cabeza entre las sábanas y mirando a Ziyak con una mezcla de miedo y compasión. Acerca la camilla a la suya y pasa un brazo por encima de él , abrazándole débilmente y cerrando los ojos para intentar dormir de nuevo más calmada.

Ambos os ponéis enseguida en actitud defensiva, y John decide no quitarle la vista de encima al aparente cadáver, aunque parece poco probable que vaya a levantarse pero después de ver lo que tienen delante es mejor asegurarse, así que alterna entre ese y el ser al que Axel se dirige intentando discernir si todavía razona.

El monstruo se queda donde está, mirándoos con sus oscuros y apagados ojos, al parecer dubitativo, como si no estuviera seguro de qué hacer con vosotros, pero cuando empezáis a empuñar vuestras armas parece ser que se decide, probablemente sintiéndose en peligro... y lanzándose hacia Axel de forma precipitada y poco precisa.

Como era de esperar el individuo resulta ser un maldito infectado. Sin darle tiempo a lanzarle la navaja el psicópata se lanza sobre Axel. En acto reflejo, el muchacho intnta parar con su mano libre el ataque del contrario. A pesar de utilizar una sola mano, que es además la zurda, Axel está más que acostumbrado a las peleas y consigue detener el golpe.
Buen intento hijo puta...Pero erróneo.
Inmediatamente después de la parada Axel lanza una patada al costado de su víctima, en un rápido contraataque para quitárselo de encima.
-¡Aprende a luchar capullo!-le grita confiado de que el ser no podrá hacerle mucho daño, y de que ha quedado a merced de la katana de John.

La situación parece rara, veo a la criatura dudar en atacar. “Esa cosa, que le sucede”

Alex logra alejarse de ella con una patada. “que demonios hago” un milisegundo mi conciencia responde. “El que no arriesga no gana”

En un rápido movimiento me coloco entre la criatura y Axel. Extendiendo mi mano derecha vacía en una señal de alto a la criatura, mientras mi mano izquierda empuñando la  katana se coloca hacia atrás de mi cuerpo. –Alto.  Hago dos veces señal con mano abierta. – Detente.  “espero que funcione”.  Me alejo hacia un costado dejando libre la puerta.