Partida Rol por web

   De pronto G1nz0 comenzó a ser consciente de que su disputa no iba a ninguna parte, que tal vez Malk'Evar y Gaidar tenían más razón de la que estaba dispuesto a concederles en una primera instancia y que realmente no había razones para preocuparse. Su humor se había calmado y ahora se encontraba más dispuesto a salir a reunirse con Villtur

   Al oír los susurros de Malk'Evar sientes una sensación extrañamente familiar, hay algo tras de ellas sobrenatural, parecen fluir fuera de su boca como si fueran formas ondulantes con vida propia. Tu desconcierto inicial se despeja cuando por fin reconoces su significado "Calma, calma" es la antigua lengua, aquella hablada por una de las razas más antiguas del mundo, la lengua de los dragones.

La clériga de Ilmater suspiró hondamente en cuanto la conversación comenzó a girar por esos derroteros. El mercader ya había explicado qué quería, lo que iba a ofrecer por ello y había dado las advertencias pertinentes. Información más que suficiente para satisfacer la curiosidad de Vanielle. Si algo más aparecía en su camino, Ilmater proveería.

Pero el extraño soldado metálico no parecía querer dejar a solas al señor Malk'Evar con el tiefling. ¿Acaso no se fiaba de su señor y de su compañero? Claro que ella podía entender perfectamente lo que decía sobre el honor. Al fin y al cabo era parecido a la fé: un voto inquebrantable. Sólo que el honor era un voto con uno mismo y la fé era un voto con una deidad sagrada.

 -Ginzo, está bien que quieras permanecer fiel al voto que has hecho de proteger a tu señor, pero si por cumplirlo vas a desobedecerle hasta la exasperación, yo te diría que le obedecieras antes que seguir desafiándole por su protección. Este lugar no es peligroso para él, ¿no? Pues entonces no le des más vueltas. Medita en lo que significa el vínculo que te une a tu señor mientras estás alejado de él. Porque la distancia nunca importa cuando el vínculo es fuerte.

Después de todo, ¿cómo de lejos estaban sus hermanos ahora y cómo de fuerte seguía siendo el vínculo que les unía? Eso por no hablar de la lejanía que había entre ella y su deidad, entre el plano terrenal y el divino, ¿y quién dudaría del lazo indisoluble que unía a Vanielle con Ilmater? No, la lejanía nunca rompía los votos hechos con el corazón. Aquel guerrero inorgánico necesitaba aprender esa lección tan importante.

Antes de marcharse, Vanielle se giró y saludó respetuosamente al mercader.

 -Cuente conmigo también, señor Malk'Evar. Su misión me resulta atrayente y su recompensa adecuada.

Y tras decir aquello, la clériga se alejó de la tienda caminando tranquilamente. Ahora sólo restaba echar un vistazo por el campamento, saber dónde iban a dormir y por dónde quedaba el este para poder orientar su tienda hacia allí y despertarse con el sol. Estar de misión no implicaba dejar de llevar a cabo sus rutinas diarias.

La verdad es que no se sentia cómodo dejando al Sensei junto a Hamakok, sin embargo, tambien era un soldado, y cuando el comerciante volvio a insistir que les dejaran solo, estaba claro que deseaba privacidad, asi que , sin importar las manos del enorme minotauro o cualquier otra palabra, hizo una leve reverencia, sencilla y concisa, y una mirada asesina a los dos guardias que iban a tener un descanso, los cuales, pararon en seco y se colocaron diligentemente en las posiciones estratégicamente posicionadas por el samurai tiempo atras ... firmes y pendientes de todo lo que les rodeaba.

- Claro Sensei, los llevare ante Villtur -

Con un movimiento marcial, giro sobre mi mismo hacia la puerta sin mirar de nuevo hacia atras ... la orden era clara y habia indicado de forma clara mi desagrado de que se quedara a solas con esa criatura, sin embargo el sensei habia indicado sin ninguna otra indicación que deseaba estar a solas ... para bien o para mal, esperaba que sus presentimiento le fallaran ... pero sentia que ese hombre ocultaba mas de lo que decia ... 

Cuando estaba ya casi en la puerta , levanto la tela ...- Bueno señores acompañenme, creo que les gustara Villtur, es un individuo muy ... diligente - para despues seguir caminando fuera de la tienda.

Brisa se quedó un instante mirando al samurai, admirada. Había vencido la disciplina y había sabido contenerse. Eso decía mucho más de la capacidad del soldado que cualquier habilidad en la lucha. Asintió, eso hacía de él un componente muy valioso del grupo.

Sin más historias siguió a G1nz0.

Observo la escena con una sonrisita taimada y cierta expectación. El minotauro es burdo, pero está claro que sabe pelear y no me cae del todo mal... aún así, ver una pelea entre esos dos puede ser excepcionalmente divertido. Sobre todo por ver cómo reacciona Malk-Evar. Es inusual verle fuera de sus casillas. Va a ser todo un espectáculo.

No solo eso, sino que además, llevarle al límite hace que deje escapar unas palabras interesantes. Tomo nota mentalmente de lo sucedido; la información es poder. Tendré que meditar sobre mis intuiciones al respecto.

Por desgracia y como era de esperar, la clérigo arruina la diversión y calma los ánimos. Por los Nueve Infiernos, esa mujer no podía ser más aburrida ni entrenando para ello cada mañana. Pongo los ojos en blanco con todo el disimulo posible ante su intervención, para después volver a llenar mi copa.

"Bien, niños, os veré en un momento", comento conforme el grupo va saliendo de la tienda, y finalmente con una mirada significativa hacia Brisa. "Cuida de ellos mientras no estoy, ¿vale preciosa?"

Con una sonrisa y un guiño hacia Hamakok, Brisa sale al exterior de la tienda.

Me retiro tranquilamente de la carpa. salgo y finalmente sigo al hombre de hoja lata hacia donde quien se encargaría de suplirnos para nuestro viaje.

De camino observo a los guardias, evaluando quien pudiera ser un reto para una lucha de entrenamiento, nada muy encarnizado ni a muerte, pero seguro alguna cortada saltaría... Ya me faltaba algo de acción, sentía mis habilidades adormitarse según pasaban los días sin un buen combate.

Al ver salir a Ginzo de la tienda de Malk'Evar, la clériga sonrió. Ese guerrero estaba comenzando a encauzarse por el camino correcto. Y sin añadir nada más, Vanielle siguió al guerrero metálico mientras les guiaba por el campamento. Y cuando terminaran, no se podía olvidar de comprobar por dónde quedaba el este. Empezar un día sin realizar sus oraciones era simplemente inaceptable.

    Al salir de la tienda el grupo pudo encontrarse de frente con Shalak'ir y sus dos hermanos, aquel muro escamoso se alzaba del suelo hasta superar ampliamente los dos metros, su mirada fría y desafiante se detuvo por unos instantes al cruzarse con la de G1nz0, ambos compartían en parte la tarea de proteger a su señor, la diferencia radicaba en que el salvajismo de uno chocaba con la disciplina del otro. 

    El reptil acabó por chasquear la lengua hasta detenerse a cerrar la entrada de la tienda asegurando que su enorme alfajón seguía en el arnés correspondiente cerrando sus flancos con sus dos hermanos de menor tamaño, aunque igualmente intimidantes. Nadie volvería a entrar o salir de allí hasta que Malk'Evar lo ordenara salvo que quisiera enfrentarse a la furia de aquella temible triada.

    Con el paso del tiempo, Gu1nz0 había conocido a la mayor parte de los hombre de su señor, pero ninguno de ellos le resultaba más enigmático que el líder de la guardia, Villtur, se decía que era uno de los agentes más antiguos y de mayor confianza del mercader pese a que rara vez se lo encontraba por el campamento si no se había ordenado antes que lo llamaran. Y eso no era todo, el viejo hobgoblin nunca había logrado agradar al samurái, era una criatura anodina que ocultaba su verdadera naturaleza mediante engaño mostrándose enfermizo y débil por los achaques de la edad cuando en verdad poseía la mirada de un asesino despiadado, un detalle que solo podía ser denotado por un soldado experimentado.

    El que hoy fuera el encargado de equiparlos no dejaba de ser llamativo aunque, pese a la repulsa que le generaba el trasgoide, era innegable la dedicación y eficacia con las que servía a Malk'Evar.

    Tras unos minutos de cruzar tiendas y parapetos, la mayor parte del grupo pudo observar que el campamento cada vez estaba más silencioso, la noche estaba empezando a alcanzarlos y la mayor parte de los no encargados a velar por la seguridad del lugar ya habían marchado a descansar.

    Finalmente llegaron a la zona que servía de almacén, allí, en una solitaria fogata, se encontraba una sombría silueta de ropajes oscuros atizando el fuego con una pequeña vara mientras jugueteaba con un cuchillo en su mano libre, antes de que nadie dijera nada, detuvo lo que estaba haciendo y con un leve giro de cabeza asintió en silencio como paso previo a ponerse en pie y encarar a los recién llegados.

    -Vosotros debéis de ser los nuevos.- Dijo con un hilo de voz, como si estuviese mascullando algo para si mismo más que para dirigirse a otras personas. Se trataba de un viejo hobgoblin de piel apergaminada y aspecto muy similar al cuero curtido, una de las cuencas de sus ojos estaba vacía y varias cicatrices surcaban su rostro, su estatura apenas alcanzaba la de Brisa, la suma de aquellos factores hacían que pareciera más un perro apaleado y devorado por las pulgas que se hubiera acercado al bullicio en busca de una última comida más que alguien que encajara entre aquellos a los que tenía en nómina Malk'Evar.

    Pero había algo más, algo que provocó un escalofrío a Brisa y a Gaidar y que siempre había incomodado a Gu1nz0 desde el día en que lo había conocido, su mirada, una mirada ausente de vida y aquella aura difícil de explicar con palabras que hacía que aquella criatura resultase considerablemente más amenazadora que el samurái o los hombres lagarto que habían dejado atrás. Por suerte ninguno sintió que su atención estuviera centrada en ellos, es más, cuando dio los primeros pasos hacia ellos guardo la daga en su vaina y fue directo a los asuntos que les ocupaban.

    -Malk'Evar me dijo que os preparase monturas y provisiones para un largo viaje...- Aquella inquietante voz mantenía el mismo volumen lo que forzaba a que sus oyentes tuviesen que esforzarse por entender lo que estaba diciendo. -...os he apartado las raciones de viaje en aquella zona, procuraré ensillar a los caballos y tenerlos listos para cuando penséis partir, pero desconozco si necesitáis algo más.- Giró su ojo hacia Gu1nzo en espera de una respuesta a la vez que añadía. -Thorgrim se hizo cargo de tú armadura, le apremié para que la tuviera lista para antes del alba y me ha hecho entrega de ella hace unos minutos, la podrás encontrar en tu tienda.-

    Cuando por fin se quedaron a solas, Malk'Evar volvió a recostarse sobre su asiento y a llenarse de nuevo su copa. Tras el primer trago su sonrisa habitual regresó de inmediato. Estaba claro que el mercader no hacía nada sin motivo y que si había insistido tanto por mantener la intimidad era por un buen motivo. Preparándose para explicarlo, abrió un nuevo cajón de la mesa del que sacó un pequeño objeto que hizo que se deslizara sobre su superficie hasta detenerse frente al hechicero.

    -Lamento que hayas tenido que ver eso, en fin, digamos que Guinzo suele tomarse demasiado en serio su labor, esperemos que esto siga así cuando pase a ser tu escudo.- Cuando Hamakok bajó la vista para observar que era lo que le habían lanzado pudo descubrir que se trataba de un anillo, una especie de sello en el que había engarzado un ojo de tigre tan finamente tallado que realmente llegaba a recordar al ojo de la bestia de la que recibía el nombre. -No dudo de las bondades de tu montaraz y... bueno... estoy seguro de que tu tampoco.- Sentenció con cierta sorna. -Pero eso servirá para que sepas donde podemos encontrarnos cuando terminéis, la linea central siempre señalará hacia donde me encuentre, aunque eso se verá más claro conforme os alejéis.- Obviamente eso no era todo, Malk se guardaba algo más, el verdadero motivo por el que había hecho salir al hombre de metal de la sala. -También quiero que atiendas a dos pequeños detalles más, uno malo y otro bueno. Desde hace tiempo sospecho que alguien sigue mis pasos, no se de quien se trata ni de cual es la motivación que le lleva a hacer tal cosa, pero Villtur me ha confirmado que es más que probable que ese "alguien" haya intentado infiltrar a uno de sus agentes en el grupo que has reunido. Se que Guinzo y tú sois de fiar, pero del resto no se que cree, obviamente no he dicho nada al samurai porque de seguro se exaltaría con algo así y enseguida iniciaría una quema de brujas que solo traería problemas y sangre que limpiar.- Dejó la copa a un lado y apoyó los codos en la mesa cruzando los dedos de sus manos. -No, esto requiere de sutilidad, además que como ya he dicho, desconozco de quien se trata ¿Un viejo rival? ¿Agentes del rey que deseen reclamar lo que he encontrado en sus tierras? ¿Alguna clase de orden esotérica en busca de reliquias?

    -En fin, demasiadas opciones, por ello te pido que tengas los ojos bien abiertos, mi prioridad sigue siendo que cumpláis con el encargo y lo mismo me da de quien se trate si al final logró lo que quiero. Eso sí, si averiguas algo al respecto, agradecería que pudieras despejar la niebla que rodea este enigma, sabría compensarlo.- 

A la salida vi que le tocaba a Shalak'ir y sus hermanos ... criaturas peligrosas la de vigilancia ... gente salvaje ... pocos se atreverian, pero como guardia principal, habia conseguido ganarme su debido respeto con una lucha ... ninguno acabo bien parado, pero estaba claro que el habia aceptado que feura su superior, al menos en combate, y no negare que algo de suerte me acompaño.

Llegue extrañado cuando vi a Villtur dando el material para los aventureros, lo cual me resultaba bien raro y desconcertante, pero no me interesaba en profundizar en todo aquello, no me gustaba Villtur, comparado con la mala espina que le daba el diablillo que estaba ahora con el sensei, Hamakok era un amigo intimo ...

- Bueno chicos, el es ... Villtur , hoy se encargara de suministraros el material necesario para nuestra misión ... al menos las que considereis necesarios .... - miro al grupo de aventureros de forma pausada ... estando seguro que ellos mismos se darían cuenta que aquel hombre era peligroso de manera clara y concisa.

Fue despues cuando me comento del trabajo de Thorgrim, algo que le encargue, pero que Villtur supiera ya me preocupe mas ... ese hombre tocando mis armas ... eso no me agradaba tanto y el brillo de mis ojos cambio ... -Espero que este tanto mi armadura como mis armas listas ... - llevaba encimas unas espadas de recambio que tenia cuando tenia que reparar mis armas familiares, le habia especificado una serie de ... arreglos, ya que el uso y las batallas podían ... estropearla.

"Ha sido divertido", contesto con una sonrisita y dando un trago a la copa. "El tipo se toma las cosas en serio, eso hay que concedérselo. Cumplirá con su trabajo, al menos mientras sea capaz de hacerlo."

Jugueteo unos segundos con el anillo, examinándolo antes de guardarlo, mientras hago cábalas mentalmente acerca de la siniestra información que me acaba de dar Malk'Evar. Un traidor en el grupo... Desde luego no soy yo mismo, ni tampoco el tal Guinzo. No tiene la versatilidad mental como para jugar a algo así. ¿El minotauro? Lo admito, si consigue ocultarnos su verdadera lealtad, es que es más inteligente de lo que aparenta. La clérigo tampoco podría, en principio, ser partícipe de algo por el estilo salvo que ocultara un gran secreto. Por si acaso, estaré atento a ellos dos, aunque me extrañaría que pudieran jugármela. Nayle... quizá, si le han ofrecido una baratija interesante. Sé que es una buena compañera, pero no le confiaría mi vida. Ni mi bolsa, siendo sinceros. En cuanto a la montaraz, sería una lástima que fuera ella la infiltrada, pero no soy del tipo que se dejan engañar por una cara bonita y una actitud inocente. Si intenta jugar conmigo en esos términos, espero que esté dispuesta a apostar fuerte.

"Me andaré con cuidado, jefe. Y si descubro que alguien está intentando dárnosla con queso, bueno...", mi sonrisa se hace aún más amplia y un brillo macabro reluce en mis ojos. "Me aseguraré de que no vuelva a intentarlo. Con algo de suerte, puede que me acabe contando quién le ha pagado."

Al final el hombre de lata había aceptado hacer caso a Malk’Evar que había manejado la situación manteniendo la calma pero parecía que al límite. Podía hacerme una idea de lo que quería hablar con el supuesto nieto de dragones, pero no eran más que suposiciones, no merecía la pena compartir mis sospechas con los demás de momento. Quizás simplemente sea que soy demasiado desconfiada después de tantos años en las calles donde cualquiera te la juega en cuanto pueda por un mendrugo de pan más.

Seguí a nuestro guía por las carpas hasta otro individuo que solo podía calificar de “oscuro”. Di un paso hacia atrás. Vi como el enlatado hablaba con él y hablaba con nosotros sobre su armadura y sus armas especiales. Bueeeno, yo no solía usar de eso. Pocas veces me hacía falta usar mi espada corta o el bastón de andar. Lo de las monturas y la comida estaba ya arreglado, pues solo quedaba hacer la lista de los deseos… A ver cuanto colaba.

Parecía que los demás no hablaban. Di un paso adelante.

- Hola – dije tratando de sonreír y ser simpática – Creo que tengo me harían falta un par de cosillas… a ver… unas herramientas de herrero, que nunca se sabe cuando puede hacer falta arreglar algo… unas herramientas de ladrón, que seguramente haya que abrir cosas… de esas échame dos, o mejor tres, que luego se rompen con nada y las trampas se las comen en seguida… un equipo de escalada, no es que me haga falta claro jejejeje – dije mirándome las garras – pero por si acaso… y con eso un par de ganchos también vendría bien… y unas cuerdas… de seda, si pueden ser, que pesan menos… o claro, unos cuantos equipos de curación, de esos seguramente nos harán falta bastantes… por si acaso…

Guarde silencio golpeándome la barbilla con el dedo índice.

- Luego los juguetitos, por supuesto… unos dardos… un espejito… de metal mejor, que aguantan más los golpes… unas cajas de cerillas… unas ceras de sellar… oh, claro, un espejito de esos, de esos que sirven para ver las cosas más grandes… una… una lupa, sí, eso, una lupa… y unas botas de piel, ya sabes para el agua, o el vino, ya se verá… si unas van llenas de uno y otras de lo otro mejor jejejeje – sonríe divertida – ah, casi si me olvida, y un par de palas, que nunca se sabe…

Tras lo que guarde silencio meditando por si se me había olvidado algo.

Al fin habían decidido ponerse en marcha. Brisa contempló un tanto impresionada el campamento. Estaba acostumbrada a ir a la suya, libre de equipaje y sin muchos compañeros. De hecho en su etapa como guardiana del bosque apenas se había relacionado con la gente. Tenía mucho que aprender.

Cuando llegaron frente a Villtur, Brisa no pudo evitar que se le erizara la espalda. El individuo tenía una mirada... mala. No sabría definirla de otra forma.

Pero fue amable y les ofreció algo de equipamiento. Brisa le hizo un saludo con la cabeza, una leve inclinación que era su forma de presentar respeto a los demás, pero no se le ocurría qué pedir.

Entonces Nayle empezó a desglosar su lista. Brisa la miraba con los ojos muy abiertos ¿De verdad se iba a llevar todo eso? ¿Y lo iba a cargar dentro de la torre?

Al final la muchacha se decidió también a pedir algo, pero algo ligero que no restase capacidad a sus movimientos.

- Señor, me gustaría disponer de un juego, cuatro o cinco, dagas pequeñas, de las que sirven para ser arrojadas. Otro juego de flechas y utensilios... del oficio... - Brisa hizo una complicada seña con los dedos de la mano en el lenguaje secreto de los ladrones. Villtur parecía tener mundo suficiente como para comprenderlo. Requería un juego completo de ladrón y un juego adicional de ganzúas. Aunque suponía que a estas alturas los compañeros ya se hacían una idea de cual iba a ser su labor en el grupo, tampoco tenia que pregonarlo a los cuatro vientos.

Una vez había hecho su petición miró a su alrededor buscando una tienda en la que descansar hasta que decidieran iniciar el viaje. Apenas se habían presentado y quizás podría ser un buen momento para ir conociéndose, aunque la muchacha poco a poco se iba haciendo una idea de la personalidad de cada uno.

    La sonrisa en el rostro del mercader se ensancho ante la respuesta de Hamakok, aunque en verdad no esperaba otra distinta, de lo contrario jamás se hubiera planteado sacarlo de prisión y ponerlo al frente de su expedición. Alzó la copa ante él como muestra de reconocimiento, aunque aún quedaba una última parte de la misión por mentar.

    -Bueno... pero también queda una última cosa, esto es lo más importante de todo. Mi interés en la torre no se basa solo en baratijas y reliquias de otra época, ellas pueden ofrecerme un conocimiento que realmente deseo, pero hay algo más, una posibilidad que bien podría valer diez mil monedas de oro.- Su pausa fue intencionada, quería ver el brillo en los ojos del tiflin o por lo menos su intento por contener esa respuesta. -Para ello debemos de hablar un poco más del anterior propietario de la torre, Rhon, un mago interesante, anterior a la gran guerra y posiblemente contemporáneo de los Reyes Brujos^*. Y es que nuestro encantador amigo resulta que fue un caminante de planos, uno bastante poderoso que llegó a crear algo al alcance de muy pocos, una "esfera del caminante"^**. No se hasta que punto estarás versado en esa clase de artefactos, pero son extremadamente raros, por no decir que si aún funciona muy posiblemente sea único, debería de encontrarse en el estudio del mago, en la segunda planta, los escritos lo describen como un orbe cristalino carmesí. Si logras encontrarlo y entregármelo, estaré encantado de aportar dicha suma, o incluso más si aún fuese funcional, algo que solo podré saber si los rituales de activación surten efecto en él. Creo que es una suma generosa con la que bien podrías retirarte por una buena temporada ¿Estamos conformes?- Sin bajar la copa, Malk'Evar, aproximo esta al hechicero en espera de un brindis que bien pudiera cerrar el trato.

Al minotauro se le erizo la piel al ver a aquel hombre, al punto que inconscientemente llevo sus manos hacia la empuñadura de su hacha, pero se relajo en lo que G1nz0 hablo, aunque al menos a el le quedaba claro que tampoco es que le cayera muy bien aquella criatura...

Pretendía abrir la boca pero ante la retaila de objetos que pidió la gata, se quedo callado y sopeso sus ideas. Para finalmente acercarse y susurrarle a Nayle... Y un par de carretas pequeñas para llevar todo eso? y terminar con una fuerte risotada mientras se incorporaba en toda su altura...

A mi ademas de provisiones suficiente por favor ponerme, un par de cuerdas de cáñamo ciertamente son mas pesadas pero también son mas resistentes al menos para mi peso, aunque sean menos versátiles que las de seda, me uno a la solicitud de un espejo de metal y sumo algún tipo de fuente de iluminación, ya sea una simple antorcha o lampara o algo mas exótico si tuvieras... Yesca y pedernal, unas 3 botas de cuero una con cerveza, otra con agua y la otra con aceite luego con la mirada perdida arroba a la derecha como si tratara de recordar algo continua ah... y una piedra de amolar para mantener el filo de las armas eso siempre es importante y ya para cerrar algún tipo de equipo curativo que seguro me llegare las ostias de primero...

Luego lo mira seriamente Sobre la montura espero tengas un caballo lo suficientemente robusto para mi, normalmente se cansan al poco de llevarme encima.

Así que lo primero era visitar al encargado del aprovisionamiento. Interesante. Y lo habría sido aún más si aquel individuo no hubiera mandado señales de alarma a la clériga por todo el cuerpo. Tuvo que tomarse un momento para respirar hondo y evitar saltar hacia aquel tipo siniestro para intentar exorcizarle. ¡Ciertamente Malk'Evar tenía empleados curiosos!

Después de que todos sus compañeros pidieran materiales más que suficientes para salir airosos de una expedición normalita, por lo que ella realmente no tuvo que pedir mucho.

 -Yo no requiero de grandes lujos, pero por el bien del grupo pediré una lámpara de ojo de buey, con unas cuantas frascas de aceite y yesca y pedernal para encenderlo. También necesitaré unos cuantos pedazos de tiza y un equipo completo de curación para atender cualquier tipo de herida, aparte de las provisiones necesarias para el viaje, incluyendo alimentos secos y un par de cueros de agua fresca. Oh, y un par de cazuelas. Habrá que cocinar la cena en algo.

Luego miró a sus compañeros.

 -¿Creéis que llevamos todo lo indispensable?