Partida Rol por web

Sabía que habría gato encerrado; con la gente como Malk'Evar, siempre lo hay. No tengo la más remota idea de qué es esa esfera del caminante, ni estoy seguro de querer saberlo. Magos de hace un milenio, viajes entre planos existenciales, personajes de fantasía... La misión no va a ser tan sencilla. Seguramente un tipo del calibre de ese Rhon sabía proteger sus posesiones a conciencia, y más un artefacto como ese. 

Pero hablamos de una auténtica fortuna.

"Diez mil monedas es mi apellido", apunto con una sonrisa. "Si quedan cosas por expoliar en esa torre, y si ese orbe carmesí existe, entonces allí estará y podemos encontrarlo. Estoy seguro de que todos saldremos muy contentos en caso de que aparezca. Bueno, al menos todos los presentes."

Con toda la tranquilidad del multiverso, alzo ligeramente la copa y cierro el trato con un leve entrechocar de cristal.

Vale, no me quedan duda de que te puedas valer por ti sola... yo solo voy de bestia de carga y a revisar lo que me falta, ademas de hablar sobre armas con nuestro feo amigo...

Y la lengua de Gaidar, volvía a irse mas allá de lo correcto... mientras continuaba su andar tras el hobgoblin...

    Finalmente seguido por Gaidar y la clériga, Villtur guió a la pareja hacia la zona que faltaba por explorar. El andar del hobgoblin ciertamente logró desconcertarlos pues no dejaba de resultar curioso el hecho de que la velocidad a la que avanzaba parecía superior a la que daban a entender sus pasos. Realmente era como seguir a una sombra esfumándose ante el amanecer.

    A diferencia que con Brisa y Nayle, el jefe de la guardia, se llevó los llevó a una zona del campamento distinta, esta se encontraba algo más vigilada. La tela de la tienda ante la que se detuvieron estaba teñida de blanco y el trasgoide sacó una llave colgada de su cuello antes de adentrarse en ella y encender una lampara cercana para facilitar que la aasimar pudiese seguirlo, aunque antes de eso hizo un gesto al minotauro para que los esperase.

    -Ellas tienen la misma importancia que el estado de la cubierta o las precisión de las herramientas de navegación para los marineros.- Comenzó a mascullar repentinamente. -Son lo más importante para nuestro trabajo y forma de vida, así que prestarlas la atención que merecen es algo vital. De otro modo no seríamos más que necios que no se molestan en ocultar su debilidad.- Finalmente centró su ojo en en grandullón del mismo modo en el que lo había hecho con Gu1nz0 hacía un momento atrás generando que se erizasen los pelos de la nuca al minotauro. -Tú esperarás aquí, cuando ella termine la podrás ayudar a llevar lo que quiera llevarse.- Y sin más esperó a que Vanielle lo siguiera al interior de la tienda.

    Adentrándose en la tienda pudo ver una especie de jaula de metal cerrada con un candado, en el interior había varios estantes en los que se encontraban diversos materiales, aquello parecía el escaparate de un alquimista. La llave hizo un chasquido en cuanto encajó y liberó la puerta del candado.

    -Este es nuestro material de curas, a diferencia del resto de lastre con el que pretendéis cargaros, esto es más importante y de acceso más limitado, así que piensa bien lo que vas a poder necesitar o querer llevarte y te lo facilitaré, tómate el tiempo que necesites para examinar lo que tenemos.- Villtur se apartó dejando así vía libre a la clériga, eso si, sin quitar el ojo de encima a la chiquilla.

    Ante los ojos de Vanielle aparecieron un montón de recipientes de todo tipo con diversos contenidos, distintas partes de animales en conserva, hojas secas, hongos, preparados en plena fermentación y demás. Sin querer alejarse del motivo que la había llevado hasta allí, centro su búsqueda en todo aquello que la resultase más familiar.

    Tras unos intensos minutos de análisis, Vanielle creyó poder localizar la mayor parte de aquello que pudiera serle de utilidad. Material para hacer un par de emplastos, vendajes, ocho pociones de curación, tres estuches con hierbas medicinales, agujas e hilo de seda, un par de equipos de curandero completos y dos viales de fuego de alquimista.

    Satisfecho con el cierre del trato, Malk'Evar, terminó por realizar el brindis y bebió de su copa. Era conocedor del poder que el vil metal podía ejercer en los mortales y, aunque sabía que la lealtad conseguida por el mismo entrañaba sus riesgos, puso su fe en que Hamakok haría exactamente lo que esperaba de él.

    -Bien, pues por el momento creo que ya hemos terminado aquí, así que no veo motivos para hacerte perder el tiempo, seguro que necesitas descansar y reponer fuerzas para lo que se avecina ¡Shalak'ir!- Como una exhalación, el coloso escamoso apareció por la entrada para cumplir los deseos de su amo. -Lleva a mi invitado con Villtur y sus compañeros, que tus hermanos guarden la entrada.- Hamakok apenas podía seguir la conversación de Malk'Evar, conocía la lengua, al menos una parte de ella, era una especie de dialecto draconiano aunque mucho más arcaico que cualquier otro que hubiera podido oír antes. 

    De todos modos aquello no era lo importante, su escolta lo estaba esperando y, ahora que Malk'Evar había terminado de decir lo que tenía que contarle, había llegado el momento de retirarse y reunirse de nuevo con sus compañeros.

    El grandullón salió al exterior y murmuró algo en aquella extraña siseante a sus hermanos que de inmediato adoptaron una postura mucho más marcial para ponerse en pie y cerrar el acceso por el que acababan de salir. Realmente aquella guardia personal resultaba impresionante, tanto por lo intimidante que podía llegar a resultar como con lo estoicos que se mostraban en el cumplimiento de su deber.

    Tras la breve escena, Shalak'ir atravesó con firmes zancadas el campamento abriendo el camino al tiflin. Realmente no había alcanzado a percibir la totalidad del tamaño de aquella bestia hasta ese momento, la raza a la que quisiera que perteneciese Shalak'ir era realmente grande, nada que envidiar al minotauro desde luego, y robusta, además sus escamas aparentaban una dureza que podría rivalizar con la de una armadura de placas.

    Minutos más tarde, su reptiliano escolta se detuvo y señaló al frente en la dirección en la que se encontraba una hoguera donde pudo localizar a Gu1nz0, parecía encontrarse solo. -Allí, él sabe donde tienda para ti.- Dicho esto se volvió y regresó por donde habían venido.

    El samurai no tardó mucho en ver cómo se alejaba el trío hasta desaparecer en aquel bosque de carpas. Ya en la soledad pudo comenzar a sentir como una extraña sensación empezaba a apoderarse de él, todo comenzó como un ligero aguijoneo en su región frontal que pronto comenzó a extenderse y a ganar intensidad, una sensación extraña a la que nunca antes se había enfrentado. De haber sido un ser de carne habría reconocido aquello como algo muy similar a lo que ellos sentían durante lo que llamaban la resaca.

    Con sus sentidos adormecidos, algo más emergió, un recuerdo que afloraba como si se estuviera reescribiendo a medida que lo revivía pese a haber tenido lugar apenas unos minutos atrás... "Bare, bare, bare..." palabras pronunciadas por Malk'Evar justo cuando se encontraban en la tienda, un detalle del que no había sido consciente hasta aquel preciso instante. Si a eso sumaba el haber visto su voluntad doblegada tras oírlas bien podía deducir que ambos hechos estaban relacionados. Lo que significaba que había sido hechizado y lo que experimentaba ahora era el efecto tras librarse del conjuro.

    Quizás después de todo Malk'Evar no estaba tan indefenso como pudiera parecer, después de todo, y aquella había sido la retorcida manera de demostrarlo. Mientras meditaba sobre ello, Gu1nz0 observó a Hamakok llegar mientras Shalak'ir se alejaba justo por detrás de él, al parecer ya había quedado libre de sus cometidos.

    Tras una segunda búsqueda más exhaustiva, la pareja pudo descubrir en un pequeño mueble semioculto bajo un montón de chatarra, viejos utensilios de cocina para viaje que tal vez pudieran ser útiles para satisfacer la solicitud de Vanielle. Por desgracia no dieron con rastro alguno del resto de sus demandas, a excepción de varios fragmentos de lo que debía de haber sido un espejo de mano, aunque el mayor de los pedazos a lo sumo llenaría la mitad de la palma.

    Ya con todo dispuesto sonidos del exterior captaron su atención, parecía que alguien se aproximaba. Asomándose para comprobar de quien pudiera tratarse, Brisa y Nayle vieron a Hamakok, quien miraba en dirección a la hoguera donde ahora solo se encontraba Gu1nz0, al parecer ambos tenían la atención centrada en el otro por lo que ninguno había reparado en que ya habían terminado su labor.

Brisa se acercó a la hoguera donde se encontraba Gu1nz0, saludándole con una sonrisa. Hamakok estaba también cerca y le hizo un saludo con la mano. La muchacha estaba sonriente, dejó un par de pequeñas mochilas al lado del fuego, llevaba otra a la espalda.

- Villtur ha sido muy amable al dejarnos libertad para equiparnos, hemos pillado algunas cosas. - señaló a las mochilas que había dejado en el suelo - Esto es para Gaidar, unas cuerdas fuertes y antorchas y esta otra para Vanielle, más cuerdas y yeso para marcar.

- Me ha comentado que para ver las armas tengo que hablar con Thorgrim - se dirigía especialmente a Gu1nz0 - y que tú podrías llevarme con él, pero si estás ocupado me bastaría con que me dijerás por dónde anda.

Miró de reojo a Hamakok y le guiñó un ojo, como él había hecho anteriormente con ella, en una clara invitación a que fuera él el que la guiara a ver al armero.

Habia comprendido que mi sensei no era tan indefenso, pero que hubiera echo eso no me agradaba y hablaria con el proximamente ...

Veo como Hamakok regresa, me quedo algo desconcertado , que cosa tan importante tendrian que hablar como para la treta ...

- Saludos Hamakok, espero que hayan podido hablar largo y tendido ... - digo con una mirada furibunda.

Cuando escuche a Brisa, comprendo que al menos las primeras que habian cogido el material ya estaban aqui ...

- Esperaremos al resto, soy el responsable de todos aqui dentro asi que , cuando acabemos todos los suministros iremos por las armas ... -

En cuanto me despido del guardia de aspecto reptiliano, camino con desparpajo a reunirme con mis compañeros. El samurai y la exploradora ya se encuentran allí, pero no hay rastro de los demás. Imagino que estarán haciendo acopio de provisiones y otros suministros; en el caso de Nayle, a saber de qué más.

"Veo que no os habéis echado la siesta en mi ausencia... Así me gusta, que seáis trabajadores", comento en tono burlón al ver todo lo que trae Brisa. "Largo y tendido, G1nz0, en efecto. Ha sido un placer ponerme al día con un viejo conocido. Agradezco que nos dieras ese momento, incluso si eso chocaba con tu deber. Estoy seguro de que esa también es una forma de ganar honor y ese tipo de cosas."

La muchacha parece estar deseando visitar al armero conmigo, pero es evidente que el samurái no está dispuesto a perdernos de vista otra vez. "Cada cosa a su tiempo, supongo. Creo que nuestro amigo no quiere que nos dispersemos demasiado y pongamos patas arriba el lugar. No sé de dónde ha sacado tanta desconfianza, si es evidente que somos dos adultos formales y educados... Pero esperaremos quietecitos a que lleguen los demás, como buenos chicos que somos. ¿Algo interesante en esos mapas?"

Los mapas... me olvidé.

Brisa hizo un gesto como de fastidio a G1nz0, pero sin perder la sonrisa, medio en broma. ¡¡Pero qué estirado es el tipo éste!!

- Aún no he visto los mapas. - La verdad es que no le apetecía nada y menos con el amigo estirado. - He estado esquilmando vuestro almacén con todas estas cosas. Pero me pongo a ello.

Estiró la mano a G1nz0, suponiendo que éste aún tenía los mapas.

- ¿Me permites o también hay que esperar a todo el mundo para verlos? - dijo con un deje divertido en la voz.

De a cuerdo, cuando lo obtengas podrás hacer una tirada de supervivencia, de manera similar a la de investigación previa y, en base a eso, te daré la información.

La clériga agradeció al siniestro personaje su explicación y acto seguido se puso a examinar los materiales de curación. Sin embargo, dado que ella solía recurrir casi siempre a sus poderes y a los materiales que encontraba por ahí. Era extraño estar contemplando un equipo profesional de curación como aquel. ¡Vanielle no sabía qué escoger! Finalmente acabó por coger las cosas que le parecieron más útiles: suturas, emplastos, pociones curativas... Todo lo necesario para poder tratar cualquier herida que sus compañeros pudieran hacerse. Oh, y una frasca de fuego de alquimista también. Si se encontraban con un troll, aquello valdría más que el oro.

Con todo elegido y separado del resto de cosas, la clériga se acercó al hombre de Malk'Evar.

 -Lo tengo todo ya, señor Villtur.

Estaba claro que ambos no le gustaba mis palabras, pero noe ra mi problema, eran mi responsabilidad alli dentro y mi intencion no era dejarlos corriendo de un lado a otro ...

- esto no es un mercado donde ver cosas o poder ir de un lado a otro, ... - sin embargo hablaron del mapa, y eso era buena diea, ademas alli habia una mesa comoda para verla y mirar el destino.

- Si puede ser un buen momento para comenzar a mirar el mapa, pero cuando llegue Villtur preferiria que no lo viera ... - no es asunto suyo y preferiria que no tuviera conocimiento sobre nuestro destino ... - en ese momento extiendo el mapa sobre la mesa, asegurandome colocarme en la posicion de donde podria verle venir.

En el momento en que G1nz0 extendió los mapas, la muchacha se acercó y se puso a su lado. Sus ojos recorrían los mapas con mirada experta. En un momento dado señaló la posición de la torre sin decir una palabra fijando su mirada en los detalles de los alrededores y en el camino por el que más probablemente se acercarían al mismo.

- ¿Alguna instrucción concreta de por dónde hemos de acercarnos, o lo hemos de determinar nosotros? - La pregunta iba dirigida a Hamakok, que es el que más conocía los planes del jefe.