Partida Rol por web

Aquel pequeño pueblo costero consistía en tan solo 10 cabañas de distintos tamaños, aunque su estética parecía seguir el mismo patrón. Y por lo que se podía ver por las ventanas, estas se encontraban completamente amuebladas, con camas, mantas, sillones... e incluso había electricidad.

Lo que sí que no parecía haber eran personas que las habitaran, tampoco rastro alguno de que alguna vez estas fueran habitadas en un primer lugar; pues todas se encontraban limpias y sin un solo gramo de polvo o de suciedad y todo se encontraba recogido.

Uno de los dos edificios que más llaman la atención, pues tiene el tejado azul, parece ser un almacén en donde se guardan bastantes cosas que pueden ser útiles para la supervivencia e incluso para la vida en aquel lugar. El otro, por el contrario parece ser una pequeña comisaría, pues tiene una zona con celdas en su interior.

VI, por llamarla de algún modo, pues ni recordaba, ni tenia demasiado interés ahora mismo en recordar su nombre, echo un vistazo por el pueblo.

-Que extraño, si todo esta abandonado, ¿Por que no hay nada de polvo?

Le comento a su compañera con un tono carente de toda emoción.

-Al menos no tendremos que preocuparnos por tener un techo en nuestras cabezas.

Miro el edificio del tejado azul.

-Podríamos echar un vistazo allí, por la forma, es posible que sea el almacén, tal vez encontremos medicinas. No es una clínica, pero con suerte podemos evitar que alguien muera por una sepsis.

Al parecer la mujer no era tanto que careciera de toda emoción, si no que no era demasiado buena tratando con ellas, o al menos transmitiéndolas, por que claramente se estaba preocupando por las personas heridas

 Tras una revisión, el sitio parecía extrañamente preparado para albergar a cada una de las chicas de la playa, siendo lo más curioso lo limpio que se encontraba, como si la gente que pudiera haber vivido en ese pueblo desde antes de que el avión se estrellado, hubiese dejado todo listo para nuevos visitantes.

 -Esto es raro...-

 No tardó en exteriorizar aquella preocupación, aunque no todo lo que estaba pensando. Pero ante lo dicho por aquella que le acompañaba, solo me límite a asentir con la cabeza ante su propuesta.

Aquel pequeño pueblo costero consistía en tan solo 10 cabañas de distintos tamaños, aunque su estética parecía seguir el mismo patrón. Y por lo que se podía ver por las ventanas, estas se encontraban completamente amuebladas, con camas, mantas, sillones... e incluso había electricidad.

Lo que sí que no parecía haber eran personas que las habitaran, tampoco rastro alguno de que alguna vez estas fueran habitadas en un primer lugar; pues todas se encontraban limpias y sin un solo gramo de polvo o de suciedad y todo se encontraba recogido.

Uno de los dos edificios que más llaman la atención, pues tiene el tejado azul, parece ser un almacén en donde se guardan bastantes cosas que pueden ser útiles para la supervivencia e incluso para la vida en aquel lugar. El otro, por el contrario parece ser una pequeña comisaría, pues tiene una zona con celdas en su interior.

Aquellas dos Maids antes que ella habían llegado al pueblo y pese a que habían estado poco más que ella explorándolo parecía que no habían hecho demasiado en investigarlo a fondo, ahora mismo estas dos Maids se encontraban frente al edificio del tejado azul que parecía ser el almacén.

Mientras aquellas dos Maids seguían hablando sobre sus cosas, una tercera Maid llegaría al pueblo, cargando consigo con todo el parasol de la playa a modo de sombrilla-extra-grande. Realmente no parecía ser de las que habían sufrido de lleno el accidente aéreo, pero aún con todo estaba ahí.

La muchacha respiró profundamente para aguantar el dolor mientras se alejaba de playa, disimulando entereza hasta que por fin encontró un espacio más aislado y lejos de la visión de sus compañeras para botar el aire y tomar su mano herida con la que no había llegado a lastimarse, quejándose por lo bajo al tiempo en que una lagrimita le caía por la mejilla. Estaba... Mareada, confusa y no entendía nada. O tal vez sí que entendía, pero el mismo hecho de entender le resultaba extraño.

"Vampira". Pensó mientras miraba la quemadura en su mano derecha, prueba innegable de su condición. ¿Cómo es que había acabado siendo una chupa sangre? Se preguntaba, aunque una parte de ella se disgustaba bastante al pensar en ese término. No, no tenía desprecio hacia ella misma por ser lo que era. Por el contrario, pensar en ser una vampira la llenaba de cierto orgullo...

Pero no podía esperar que el resto la comprendiese. No sin vivir lo mismo que ella. Acabó suspirando una vez más. Tenía demasiadas dudas que responder aún, pero... Prefirió no dejarse llevar por ellas. De momento ya tenía información más que suficiente para tomar una decisión, por lo que tan solo volvería a coger la radio con una mano y la sombrilla con la otra.

-¿Hola? ¿Se escucha? ¿Hay señal aquí?- Volvería a intentar con la radio, mientras se dirigía... No al almacén, sino a la comisaría. Dejaría que las chicas explorasen esa zona sin problemas, total... Ya tenía un tanto asumido que no compartiría menú con ellas.

VI miro a la chica que se acercaba con aquel enorme parasol, sin saber muy bien que decir sobre aquel extraño comportamiento.

-¿Acabaste de trastear con la radio? ¿conseguiste sacar algo en claro o contactar con alguien?

La chica mantuvo la distancia de las otras muchachas, sin realmente parecer muy dada a socializar con ellas y si no fuese porque una de ellas decidió saludarle lo más probable es que ni siquiera les hubiese hablado, aunque... No precisamente por apatía ni nada similar.

Pese a su semblante serio y rostro poco amigable, la respuesta de "la cuarta" no fue precisamente agresiva o descortés. Por el contrario... Se vió algo nerviosa de pronto, como si le costase expresarse e inclusive se cruzó de brazos. Parece ser su forma de concentrarse.

-Este... Yo... Aún no encuentro señal.- Y se hizo el silencio por su parte, un silencio largo e incómodo. Miró a su alrededor una vez más, tal vez tratando de encontrar tema de conversación... Pero nada. -Voy a... Allá. Avisaré si... Si algo.- Diría señalando la comisaría, poniéndose en marcha sin dar mucho lugar a respuesta.

La gente no parece ser su fuerte, no...

 La llegada de la nueva chica me hizo dudar un poco de quién era, apenas y había visto a las otras lo suficiente como para guardarme sus rostros en mi mente, de no ser por la que estaba a mi lado, ni siquiera hubiera recordado aquel detalle.

 -Co...como están las heridas?-.

 Ella se había quedado más tiempo que nosotros, bien podría decirnos si sería necesario o no llevar medicinas, en caso de encontrarlas. Algo que me trajo a la mente un detalle importante, algo que le preguntaría a aquella a mi lado.

 -Como te llamas?...tu...te acuerdas?-

La mujer de observó a ambas mujeres con cierta reticencia, no parecía ser muy dada a las discusiones, ni a querer continuar mucho rato más allí, pero un suspiro leve, de resignación, marcó que de todas formas respondería pese a su reticencia.

-No me... No me quedé mucho más que ustedes... No sé cómo estarán. Algunas las están tratando, yo no... Quise estorbar.-

Diría finalmente con cierto deje de impotencia en su voz. Algo en ella pareciera querer haber hecho más, pero el hecho de haber olvidado todo posiblemente resultase un impedimento para tratar a alguien. La pregunta de su nombre la volvió a pillar desprevenida y, manteniendo los brazos cruzados, adquirió una expresión pensativa.

-Hmmmm...- Levantó la vista a la sombrilla, luego al suelo... Se quedó un laaaargo rato mirándose los zapatos, el uniforme... Y finalmente sacaría el PDA de entre sus ropas, observándolo de arriba a abajo, hasta que por fin enseñaría el número de atrás. -IV... ¿Ivy?- 

No se la nota convencida, pero tampoco parece que tenga mejor respuesta que entregar.

VI se encogio de hombros.

-Creo que son numeros romanos, por que segun esto soy VI, y no me suena para nada que ese sea mi nombre.

Dijo mostrando su PDA.

-De todos modos, creo que tenemos cosas mas importantes de las que preocuparnos, cuando ya tengamos solucionado el techo, la comida y las heridas nos podremos preocupar de quienes somos y de donde venimos, por lo pronto, vayamos al almacen, a ver que encontramos.

Dijo con firmeza mientras se dirigia hacia alli.

-Es temporal. O... Pueden llamarme "Cuatro". Mejor.- Asiente para sí misma, mirando entonces en dirección al edificio de techo azul y negando para sí misma. -Id... Vosotras. Exploraré otra zona, será más rápido...- Arrugó la nariz, no del todo convencida en su propio argumento. Acaba soltando un nuevo suspiro, frotándose la nuca de manera desordenada, dejando todo su cabello hecho un lío.

-Sólo... Prefiero estar sola, es... N-No sé, más cómodo. Lo siento.- Diría de manera mucho más sincera para después retomar su camino hacia aquel edificio con pintas de comisaria. 

Despidiéndose así de aquellas dos, aquella Maid se adentró en el edificio de tejado azul que no era un almacén, al menos no era un almacén para alimentos, sino para personas; a fin de cuentas aquel lugar no era más que una simple comisaría de pueblo con una zona para encerrar a los maleantes.

Aquel pequeño pueblo costero consistía en tan solo 10 cabañas de distintos tamaños, aunque su estética parecía seguir el mismo patrón. Y por lo que se podía ver por las ventanas, estas se encontraban completamente amuebladas, con camas, mantas, sillones... e incluso había electricidad.

Lo que sí que no parecía haber eran personas que las habitaran, tampoco rastro alguno de que alguna vez estas fueran habitadas en un primer lugar; pues todas se encontraban limpias y sin un solo gramo de polvo o de suciedad y todo se encontraba recogido.

Uno de los dos edificios que más llaman la atención, pues tiene el tejado azul, parece ser un almacén en donde se guardan bastantes cosas que pueden ser útiles para la supervivencia e incluso para la vida en aquel lugar. El otro, por el contrario parece ser una pequeña comisaría, pues tiene una zona con celdas en su interior.

Aquellas dos Maids antes que ella habían llegado al pueblo y pese a que habían estado poco más que ella explorándolo parecía que no habían hecho demasiado en investigarlo a fondo, ahora mismo estas dos Maids se encontraban frente al edificio del tejado azul que parecía ser el almacén.