Partida Rol por web

La ruina del Hombre

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Datos de la partida

La ruina del Hombre

 

Director: Mavros
Reglamento: Genérico
Sistema: Rol por web
Jugadores: 5
Nivel requerido: Medio: jugadores con un mínimo de experiencia
Ritmo de juego: Medio: un mensaje cada 2-3 días
Fecha de comienzo: 20/06/2007
Estado: Finalizada

Introducción

La rueda que mueve el mundo avanza por terrenos conocidos. A veces uno diría que la Historia ha pasado ya antes por ahí.

Sinopsis

Voy a contaros una historia.
Hace muchos siglos, uno de los primeros Pantuum cayó en desgracia y fue reducido a escombros por los espíritus que alababa. Ahora son otros tiempos, y ya no rendimos pleitesía a nada que no seamos nosotros mismos o a las piedras que brillan en la oscuridad de las cavernas. Sin embargo, algunos mantienen la antigua curiosidad que nos llevó a conocer a la Voz, y quizá también a provocar su ira.
Quizá por eso, algunas cosas despiertan de la tierra, o quizá lo hacen porque ya era su momento. Ahora, escuchad atentamente, el estertor de un antiguo daño se remueve bajo nosotros. Ya sé que Rhenniôn es un lugar de leyendas y rumores, de gestas y cantares; pero eso no impide que alguna de ellas sea verdad.
Así pues, vivid vuestra vida como si nada si queréis, pero yo, que ya soy un anciano y poco me queda por ver, os diría a los jóvenes que mantuviérais un ojo abierto por la noche, y un oído pegado a las ruinas de antaño. No creáis que es superchería si os digo que los antiguos tienen muchas formas de hablar a los vivos.

Notas sobre la partida

El sistema de juego es inventado por mí, así que está en pruebas y es necesariamente nefasto, pero favorece la interpretación y es eso a lo que vamos.

Rhenniôn es un "pedazo" de un mundo de mi invención, de modo que quien se apunte deberá dedicar un tiempo a leer información para familiarizarse. Hablamos de Edad Media bastante normalita, con ciertas particularidades.

Diré que sólo hay humanos, que hubo magia, pero ya no, que los muertos no caminan, pero algunos vivos no siempre mueren, y que todo lo que he dicho quizá sólo sea una sarta de mentiras.

Para aceptar a los jugadores, daré preferencia a:

- corrección gramatical y ortográfica.
- capacidad narrativa (no es una partida de mata-mata. Es una historia desde varios puntos de vista).

Son 5 plazas inicialmente. Según cómo se desarrolle la cosa y cómo se me camele (;D) podría aceptar más en el transcurso de la aventura.

De momento, hasta que empiece a añadir información general por ahí, atenderé cualquier privado con dudas que vayáis teniendo.

Como de un sueño, despierta...(Nactas, 2 de Numa del 471 d.T.)

No siempre queda todo en su lugar, y puede ser un sueño tan vívido, que parecería que uno se ha traído partes de él consigo en su regreso al mundo conocdido.

Como de un sueño, despierta...(Fajssel, 3 de Numa del 471 d.T.)

Una mañana cuyo fruto crece, concebido en la noche anterior. Y de la noche sólo caben penumbras.

Días de música y sombra (Fajssel, 3 de Numa del 471 d.T.)

La tonada alcanza su cénit en un ordenado discurso de intrumentos. Para los oídos más delicados, nuevas melodías se incorporan a las antiguas. Para los oídos toscos, nada ha cambiado.

Viento oculto entre las hojas (Nyormel, 4 de Numa del 471 d.T.)

La alborada juega con el viento en un amago o en un tris de risa sonora por los campos de estío, de sobra conocedora de cosas que todos los demás ignoran.

La flor de la luz (Nyormel, 4 de Numa del 471 d.T.)

No hay luz sin sombra, y cuando ésta cae, todo reflejo se evapora, y sólo queda el aroma de las cosas, y su sonido entrecortado por el viento nocturno.

Días de música y sombra (Nyormel, 4 de Numa del 471 d.T.)

La única voz que se eleva por encima del ruido debe ser un grito, y debe ser mayor que el ruido que lo apresa.

Como de un sueño, despierta...(Nyormel, 4 de Numa del 471 d.T.)

La verdad es esquiva en el mejor de los casos y gusta de enredarse en historias fantásticas que por muy poco no pueden ser calificadas de peligrosas.

El resto del día (Nyormel, 4 de Numa del 471 d.T.)

El peligro existe cuando se desvela aquello que no quiere ser desvelado. No hay preguntas que hacer, ni sirven excusas. Los accidentes valen a la perdición igual que la intención.