Partida Rol por web

Aún podías ascender más y una idea se te había cruzado por la cabeza.

El ascensor no funcionaba, pero el hueco que tenía dispondría de algún tipo de escalera de mantenimiento o algo así. 

De manera que, tras abandonar tu posición, te diriges al hueco de este. Al abrir las puertas puedes ver perfectamente la escalera y, tras comprobar si está bien sujeta, comienzas a ascender. No tienes que saltar, ni brincar, ni hacer esfuerzos. Solo subir. 

Asciendes tres plantas sin problemas, aunque al llegar a esta ves como el hueco del ascensor tiene un gran boquete en medio que te interrumpe el paso. Seguramente causado por algún proyectil o impacto o algo similar. De esta forma, tu ruta de ascenso se ve cortada de forma momentánea. 

Podrías coger impulso e intentar salvar el hueco vacío... Pero la distancia es demasiado grande y podrías caer.

Así que, mientras piensas en esto, decides echar un vistazo por aquella planta para ganar un poco más de perspectiva en el mapa. Y, aunque solo sean tres plantas, aquella altura te permite ver un poco más allá... Teniendo una mejor visión de tu entorno.

Es cierto que, donde os han dejado, los edificios están más o menos intactos, en ruinas, pero aún se alzan en pie. Pero ahora que lo ves, a medida que te alejas, los edificios van perdiendo altura o incluso desapareciendo en algunas zonas, sin llegar a ofrecer ninguna cobertura. 

- ¿Sí señor Royer?

Pregunta la mujer al verte. Y, tras escucharte, responde.

- Todos ustedes están versados en diferentes campos y, la idea de esta prueba es que trabajen en equipo para resolverlo. Si alguno cree que es capaz de llegar a término el caso en solitario, que lo haga. Solo tendrá que decirlo y la información se le entregará duplicada aunque en solitario. El resto compartirán la misma información.

En solitario o en equipo, esa era la pregunta que todos se estaban realizando en sus cabezas.

De un rápido vistazo, ves como nadie parece querer la primera opción.

- Yo tengo otra pregunta. - Dice la "pija" del grupo. - El caso, ¿ya ha sido resuelto por la FSB? ¿O por el contrario están sin resolverlo?

Amber mira a la chica.

- ¿Importa? 

Pero Karen se encoge de hombros.

- No... En verdad no.

Tras esto, parece que nadie más tiene preguntas. 

- Ese es nuestro transporte.

Comenta Amber al llegar al aparcamiento.

- Cabemos todos sin problemas, así que no tienen nada de qué preocuparse.

Y así, poco a poco, todos empiezan a subir. 

"Así que más adelante habrá muchos claros sin cubiertas", pensó mientras miraba al horizonte. "Esto deberá bastar, no voy a subir más sin jugarme la vida"

Se quedó un buen rato mirando la ciudad. No estaba ensoñando ni perdiendo el tiempo. Intentaba crear un mapa mental. Allí donde los edificios clareasen, tendría que tomar rodeos para no exponerse a las vistas. Donde hubiera ruinas, debería evadirlo también. Calles anchas, excluidas de su paso. Edificios de aspecto llamativo, como hospitales, comisarías, iglesias... Todo a evitar también. Da igual lo mucho que eso alargue la ruta, lo importante es avanzar, con seguridad, sin ser visto y sin sorpresas.

Lo primero era tratar de localizar el objetivo. A diez kilómetros era difícil saber distinguir un edificio concreto, pero no imposible. Y menos para alguien acostumbrado a buscar objetivos con un fusil de precisión. Una vez localizado, tocaba elegir la ruta, memorizarla y bajar. 

Una vez allí miras al horizonte...

Desde luego todo se ve de forma diferentes con una mirilla telescópica que sin ella...

Mientras que aquella distancia habría sido fácil de cubrir con tu rifle de francotirador, con los ojos solo eras incapaz de ver el objetivo.

En tu situación, eres capaz de tener una visión general de lo que tienes por delante. 

"Bueno, imposible conseguir nada más desde aquí", pensó Miguel. Había llegado la hora de empezar a moverse.

Se dirigió a la escalera de mano del hueco del ascensor, bajó hasta donde lo permitió esta y después  hasta la planta baja. No supuso un mayor problema.

Ahora ya tenía un objetivo, una ruta y puntos intermedios seguros para reposar y abastecerse de agua si hiciera falta. Sólo quedaba avanzar. Desde el interior del edificio, miró la calle con precaución y, moviéndose de la forma más discreta posible, salió.

Avanzó hacia el norte, siempre por calles secundarias y pegado a la fachada de los edificios. Con los oídos trabajando a toda capacidad y los ojos puestos al frente y a la fachada contraria, preparado ara desaparecer si veía algo sospechoso. Se movía de cubierta en cubierta, eligiendo el siguiente salto con cuidado y no avanzando hasta que no se sintiera seguro de ello. Era una marcha lenta y agotadora a nivel físico y mental, pero era la única forma de llegar seguro a su destino.

Una vez que tienes un mapa mental de los alrededores, decides volver al suelo y comenzar la travesía.

Gracias al ascenso, tienes claro donde están las avenidas, las calles secundarias y las zonas abiertas como plazas, rotondas o parques.

Aquella parte de la ciudad, derruida hace años, te ofrecía buenas coberturas para tu avance. Sin embargo, el estar atento a todo tu entorno, avanzar con cuidado y estar atento a practicamente todo.

Esto, te conlleva un desgaste y un cansancio que se van acumulando...

Tras varios kilómetros, te detienes un momento.

Tu respiración es acelerada, el pulso es mucho mayor del normal y tienes la frente perlada de sudor, así como surcos del mismo marcando tu ropa... 

Entro en la furgoneta el último sin decir nada más y me pongo a esperar jugando con mis hilos a que alguien inicie una conversación o de un tema, normalmente no me gusta hablar mucho, pero en este caso era distinto ya que parecía que me iba a tener que entender con ellos a fuerza mayor. En el trayecto empezaron a rondarme por la cabeza dudas sobre el caso, dudas que antes o después se responderían, pero aun así me desconcertaban, cosas como: ¿De qué caso se tratará?¿Un robo, un asesinato quizás, venta ilegal de drogas, de armas...? iban y venían continuamente. 

Uno de los peores enemigos de un combatiente es la fatiga. Hace falta beber abundantemente, descansar y comer. Después de tres horas y casi la mitad del camino, Miguel estaba agotado física y psicológicamente. Tocaba hacer un alto. Pero había algo prioritario.

Se agazapó cerca de las ruinas de un viejo edificio que se había venido abajo casi hasta los cimientos, dejando abundantes cascotes y runa a su alrededor. Antes de buscar un lugar donde descansar, necesitaba beber agua. Y una vez hidratado, alejarse mucho de el lugar donde encontrase el agua... 

Una vez todos a bordo de aquella furgoneta, la tensión se podía cortar con un cuchillos.

Ninguno de vosotros parece querer comenzar a entablar una conversación. Sobre todo, o al menos puede ser una de las razones, porque tal vez no todos los que estáis allí pasaréis aquella prueba. No sería bueno entablar una amistad con alguien que, tal vez mañana, no vuelvas a ver en la vida...

De manera que, en silencio, avanzáis por la carretera. 

Chicago era una ciudad grande e inmensa, muy diferente al lugar al que estás acostumbrado. 

Había varias Arcologías y todos los edificios parecían mucho más futuristas que en otros lugares. A parte, la seguridad también parecía mucho mayor que en otros sitios. 

Poco a poco empezáis a acercaros a un edificio en particular. 

- Es aquí. - Dice Amber. - Recordar coger todas vuestras cosas y no dejar nada en el coche.

El lugar es bastante moderno, muy diferente a todo lo que habías visto.

- Por favor... No os distraigáis.

Según vais avanzando por los pasillos, todos estos son grandes, amplios y de un impoluto color blanco o metálico.

Sin embargo, en lugar de subir por el edificio, cogéis las escaleras que van hacia abajo.

- Este es uno de los edificios de la Oficina Federal de Seguridad. El labor concreto de este lugar es la investigaciones de diferentes crímenes, como asesinatos por ejemplo. 

Sin embargo, en lugar de llevaros a una de las oficinas o despachos... Os llevan a la Morgue...

Por suerte, el lugar está vacío y no hay ningún cadáver sobre las camillas. Aunque, desde luego, la perspectiva no es nada positiva.

- Esperar aquí. Iré a buscar a la persona que os hará la prueba.

Y sin añadir nada más, Amber os deja allí solos.

Viendo lo agotado que estás, decides cambiar tus prioridades y buscar algo de agua.

Echas un vistazo a tu alrededor, buscando posible vegetación, parque o bosque que pueda tener algo de agua. También buscas por las ruinas de aquel edificio... Pero nada... No había agua por ningún lado.

Sin embargo, estando allí a cubierto... Algo escuchas en la distancia... Parecen pasos en la lejanía... 

Aunque desde aquella posición no puedes localizar con exactitud ni la procedencia ni la distancia a la que se encuentra ese sonido. 

Pasos. Un posible enemigo. No estaba en las condiciones idóneas para enfrentar una amenaza ahora mismo. 

Miguel sintió un escalofrío en la espalda. Debía esconderse, esperar en silencio y buscar su oportunidad. Si el enemigo lo encontraba, siempre estaba a tiempo de luchar, pero tenía la desventaja de sólo poder hacerlo cuerpo a cuerpo. Decidió buscar una buena posición para emboscarse, cercana y moviéndose sin hacer ruido, esperar a ver que pasaba con esos pasos... 

El abrumador silencio sumado a la incomodidad de estar en una sala que parece de autopsias empezaba a ponerme algo nervioso una gota de sudor frío corría por mi frente mientras levantaba y bajaba la punta del pie dando algún golpecillo. 

-Bueno, ¿Y vosotros que hacéis, trabajabais en algo antes de venir?- pregunto para saber a que se dedicaba cada uno e ir viendo de que pie cojeaban, quizá esto me pueda acabar sirviendo de utilidad.

Aquellos pasos no te dan ninguna tranquilidad... Nada de nada.

De manera que, en lugar de esperar en tu posición, decides moverte a un lugar más adecuado para poder observar mejor. Así que, agachándote, te mueves con sigilo por las ruinas del edificio. Usas los cascotes para cubrirte.

Pero... Al poco que empiezas a moverte, escuchas perfectamente como los pasos se detienen un momento... Apenas son unos segundos, pero escuchas perfectamente como los pasos se detienen. A los siguientes segundos, vuelves a escuchar los pasos. Pero en lugar de alejarse, cada vez lo escuchas más cerca...

La tensión se puede cortar con un cuchillo...

No hacía falta que tener un cadáver sobre una mesa para que en el ambiente parezca que lo hay...

Todos miráis en diferentes direcciones, sin mirar ninguno en especial a las mesas. Aunque, por suerte, parece que todos aguantáis bastante bien aquel lugar.

- En un lugar de práctica de tiro... 

Dice el que crees que se llamaba Garret. 

- Limpiando armas y esas cosas... De manera que esta es... Mi primera vez en un sitio así...

Tras decir esto, el chico traga saliva.

La mujer, saca su teléfono y empieza a escribir algo.

- En bolsa... - Dice distraída. - Compra y venta de acciones y ese tipo de cosas... 

En su tarjeta ves perfectamente que se llama Karen y, desde luego, era la que menos cuadraba en aquel lugar.

- Yo en nada importante.

Jack, aunque tenía las manos en los bolsillos y fisicamente parecía muy seguro y calmado, un par de gotas de sudor indicaban que estaba igual de nervioso que el resto.

- Me dedicaba a vivir la vida.

- ¿Y tú? - Pregunta Tom de una forma algo grosera. - Antes de preguntar estaría bien responder a esa misma pregunta... Aunque juraría por tus gafas que trabajas en un laboratorio.

El hombre se paseaba por allí.

También se le veía algo nervioso, aunque mucho menos que los demás.

Toca correr. No se lo piensa dos veces: ha sido detectado, el enemigo viene a por él y es el momento de huir con todo. Sin dudarlo un instante, reduce silueta y se lanza a la carrera, en dirección opuesta a los pasos enemigos, buscando cubiertas por el camino y sin alejarse del recorrido fijado con anterioridad. Es probable que el enemigo lleve un arma de fuego, así que su carrera es en zigzag, de cubierta en cubierta y silueta reducida, sin detenerse.

El tono de Tom me resulta desagradable, era obvio que iba a presentarme tras ellos, así que la única explicación que le daba a su comentario es que tenia ganas de fastidiar un rato, así que trataré de hacerle parecer menos importante y rebajarle los humos.

-Pues juras mal, estuve estudiando química, aunque no terminé la carrera, ni tampoco ejercí nunca, pero da igual ya que al fin y al cabo, todo esta escrito- He aquí una gran verdad -En cuanto a las gafas ya que nunca me acordaba de cambiármelas para practicas decidí graduarme unas de protección, siempre me dicen que soy algo "excéntrico", a lo que siempre respondo con un "que te den".  Si no quieres decir a que te dedicabas no es necesario, al fin y al cabo tan solo lo decía por hacer tiempo

Sin tiempo a pensar, sales corriendo.

Parece que te han detectado, así que no te puedes arriesgar a quedarte en el mismo sitio. Por eso corres. Y asumiendo que tienen armas de fuego, te vas ocultando entre los muros de los edificios antiguos y los restos de coches o restos de cascotes que hay en la calle. 

Por desgracia, en cuanto empiezas a moverte a aquella velocidad, escuchas perfectamente aquellos pasos, como aceleran tras de ti.

A esa velocidad, pronto llegarás al final del edificio que te está sirviendo de cobertura. A partir de ahí, podrías seguir recto, lo que significa que tendrías que cruzar la calle, exponiéndote un poco. La otra opción es girar en la esquina para seguir rodeando aquel edificio y seguir a cubierto. La tercera opción era entrar en el edificio.

Tom te mira de arriba a abajo.

- A pesar de decir que no, yo estoy en lo cierto. Estudiante de química, trabajo de laboratorio... Las gafas son un recuerdo de una época pasada. Aunque seguramente a día de hoy también dediques parte del tiempo a la química. A pesar de su "excentricidad" como bien has dicho, la practicidad de las gafas te ha echo mantenerlas si sigues con trabajando con compuestos químicos.

El hombre sonríe.

- Aunque solo es una hipótesis claro está. Soy policía, o al menos lo era hasta hoy. 

Ahora que lo decía, por su apariencia física, desde luego cuadraba con que fuera policía.

En ese momento de breve silencio, la puerta se abre.

- Buenos días.

Saluda una mujer entrando en la morgue. 

Va vestida con una falda por debajo de la rodilla, blusa y unos tacones bajos. Entre sus manos lleva sujeta una caja de cartón. 

- Soy la Doctora Wiig, aunque me pueden llamar Kristen. Seré la encargada de evaluarles en esta segunda prueba.

Al decir esto, deja la caja sobre una de las camillas vacías.

- Espero que no hayan desayunado demasiado o que tengan estómagos fuertes.

La mujer se acerca a una de las "cámaras" y lo abre sin demora. Desde su interior sale una camilla metálica con una bolsa de plástico que, para vuestra desgracia, parece llena. La camilla, al salir por completo, parece levitar por el aire hasta que se coloca sobre una de las otras camillas que hay en medio de la sala.

- Su trabajo es resolver este crimen. - Tras decir esto abre la caja de cartón y vacía su contenido sobre la camilla vacía. - Estos son los efectos personales de la víctima.

Sobre la mesa hay una cartera, un móvil, varios tickets, un clínex y un pedazo de papel arrugado.

- A parte de esto y del cadáver... - Mientras dice esto se acerca a la camilla y teclea algo en la base de la misma. Al hacerlo, sobre el cadáver aparece una pantalla holográfica. - Ahí tienen fotos de la escena del crimen. Aunque... Antes de profundizar en el caso... ¿Alguno de ustedes quiere retirarse? Aún están a tiempo.

El policía de los cojones me esta empezando a irritar. Pienso mientras le oigo, frunzo el ceño y aprieto el puño izquierdo sin que me vea.

Llega por fin alguien para decirnos de que se trata lo que debemos hacer, ese gran misterio que no puede resolver la gente experimentada y nos encargan a los novatos solucionar. ¡Fantástico! Tas presentarse saca un cadáver, pone algunos objetos sobre una mesa y nos presenta algunas fotos de la escena y pronuncia las siguientes palabras.

¿Alguno de ustedes quiere retirarse? Aún están a tiempo

 -¿Estas de broma?- la respondo- jaja, retirarse no es una opción- digo dando un pequeño y prudencial paso hacia atrás. No debo dejar que se note el estado de nerviosismo en el que me encontraba, me daba cierto respeto realmente lo que me pueda encontrar ahí.