Partida Rol por web

150.000 BC

Sobrevivir es el reto Hankal

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27/02/2021, 22:43
Director

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27/02/2021, 22:46
Director

Un gran temblor sacudió la tierra hace menos de dos lunas, es difícil decirlo cuando la cognisciencia no se encuentra suficientemente desarrollada. Las montañas se retorcieron y los ríos anegaron vastos campos, los prados se convirtieron en lechos de tierra rocosa y yerma, y los ríos se escondieron bajo tierra para no volver a ser vistos. La tribu tuvo que marcharse, encontrar un nuevo hogar. Atravesasteis los límites del territorio conocido esperando que un nuevo hogar surgiera en el camino, para estar todos a salvo. Todos. Pues la tribu debía ser tribu. Uno solo es vulnerable, pero la tribu es fuerte

Avanzaban por una cordillera. Un valle prometedor se extendía hasta casi el próximo horizonte ribeteado de escarpadas montañas. Los homínidos pensaron que tal vez hubiera algun lugar por el que se pudiera acceder con seguridad., y perseguían esta posibilidad cuando fueron atacados por una manada de leonas a media tarde.

El caos y los gritos fueron totales. Hankal apenas pudo ver nada. Al tratar de buscar una ocasión de defender a la tribu, pese a no saber qué estaba ocurriendo exáctamente, se produjo un deslizamiento y cayó cordillera abajo siendo enterrado en tierra y gravilla.

Al despertar desconocía el tiempo que había ocurrido. Sus labios estaban secos y llenos de polvo, con dificultad y dolor pudo sacar toda la gravilla y tierra de sus orificios hasta dejar de sentir el entumecimiento de su zona occipital. ¿Donde estaban todos? ¿Qué había ocurrido?

El sol estaba saliendo. Afinó el oído para oír el trino de un zorzal al levantar el vuelo desde una roca cercana, apenas había nada que le indicara qué había a su alrededor. Olisqueó la tierra seca, se encontraba en una ladera de cornisas y aristas escarpadas que caía en pendiente hacia el valle, verde y exuberante tal y como la mitad de la primavera solía prometer.

El sol brillaba en un cielo azul y apenas hacía viento. No había lugar a dudas que su tribu ya no estaba allí, y que debía encontrarles si deseaba sobrevivir. Y debía sobrevivir si quería tener alguna oportunidad de encontrarles.

Aquel lugar le era extraño y desconocido, pero no había otra que superar los miedos que la seguridad de una tribu era capaz de paliar: el miedo a la muerte. Hambre, frío, sueño, enfermedad y depredadores estarían esperando a que el homínido de cabeza llana, sobresalientes arcos ciliares, mandíbula pronunciada y extremidades gruesas bajara la guardia.

Notas de juego

Mañana
8ºC Soleado

Anota
Bolsa ajada de piel de conejo
1D6 Sílex
Lanza 1dado 4+ daño2**

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01/03/2021, 17:06
Hankal

Primera semana. Mañana 8ºC Soleado.

Hankal estaba desorientado su mundo tal y como él lo percibía había cambia por completo. Antes viaja con su tribu ahora en soledad eso le hacía sentirse en constante peligro, mucho más excitado y agresivo que de costumbres. Ellos eran cazadores, pero también presas y aquella vez la fuerza de la tribu no había sido suficiente para hacer frente a la amenaza, corrió con las alas que le daba el miedo. Un miedo que le había ayudado a sobrevivir cierto tiempo más, varios soles, muchas oscuridades y un largo viaje por las montañas hasta que el principio de estación verde le había hecho divisar un valle en la lejanía.

Cuando hubo llegado aprovechó la altura para otear el valle entero en busca de posibles peligros, agua, comida o refugio. Luego marcó la entrada a valle con su orín y sus excrementos esparciendo el olor por alguna rocas por si el algún momento tenía que volver a encontrar aquel lugar. No sabía donde estaba su tribu así que hizo lo que su primitivo instinto salvaje le dictó, gritar desde lo alto de las escarpaduras con todas su fuerzas, esperando ver movimiento en el valle o a escuchar alguna respuesta. Esperando un tiempo y repitiendo el esfuerzo varias veces antes de empezar a sopesar la idea de bajar la ladera.

Tenía que buscar agua, un refugio y comida esperaba recordar la enseñanzas de los suyos para salir airoso de aquella situación, sino era muy probable que acabase como los suyos, sirviendo de alimento a los depredadores de la región. Con la seguridad que le daba la lanza en la mano y la fuerza de sus robustos, aunque achatados hombros empezó a caminar apoyándose en ella empezando a dar los primeros pasos para explorar aquel lugar desconocido. Su achatada frente y su rostro arrugado no reflejaban el miedo que sentía, sin rumbo fijo se empezó a adentrar en la nueva región examinando la tierra, olisqueándola buscando árboles con fruta, quizás alguna raíces o tubérculos. Si encontraba agua esperaría poder cazar algo pues tarde o temprano incluso los animales también tienen que beber.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Voy explorando la zona en busca de agua, comida o refugio. Lo que me "tropiece" será bienvenido.

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04/03/2021, 23:10
Director

Hankal recorrió la ladera montañosa, resultaba agradablemente familiar, los pies sienten la seguridad del terreno duro, firme y frío; en resquicios y grietas se esconden musgos, líquenes y lagartos que puedes recolectar, si tuviera más suerte podría haber encontrado algún arbusto de arándanos entre los arbustos espinosos que aquí abundan. Arroyos serpenteaban entre la piedra con agua dulce y fresca y a medida que el sol se elevaba hasta su punto más álgido podía ver la silueta de grandes buitres que saltaban al vacío desde lo más alto para patrullar el valle. Sin duda alguna le estaban vigilando. Sus siluetas se desdibujaban a contraluz y debido a la gran altura a la que se encontraban, pero prestando la debida atención podían verse allí arriba cuando hacian el relevo de sus guardias en el saliente.

Hankal se limpió el polvo de la boca y la nariz sintiéndose refrescado. Los arbustos estaban demasiado verdes y no encontrase nada en ellos que fuera a saciar su hambre, la ladera montañosa era pobre en alimentos no obstante el suelo bajo sus pies y la gravilla que arrastraban los arroyos hacía pensar que era un excelente lugar para buscar sílex.

Al alcanzar un terraplén apenas te da tiempo a reaccionar al balido de un íbice que pacía entre las rocas varios metros por encima tuyo, y al verle escapar, otro tantos huyen del pequeño pasto montañoso. Resulta casi suicida intentar perseguirles a través de las paredes de piedra, y haría falta una lanzada precisa para asestarles un solo golpe mortal, no obstante un íbice herido podría ser fácil de rastrear si Hankal fuera suficientemente sigiloso para cogerles por sorpresa, ahora la prioridad de Hankal estaba en buscar un lugar familiar y agradable en el que empezar a asentarse.

Un par de horas por debajo del terraplen donde la maleza es más abundante y espinosa, y algunos árboles bajos proveen de sombra durante el mediodía Hankal encuentra una pequeña caverna, como si la masa de tierra y piedra fuera una piel que hubiera sido levantada para ver qué había debajo.

Aunque era un poco baja y el humo ahogaría el fondo de la cueva, su posición era perfecta para que, en caso de lluvia el agua cayera sin entrar en la cueva, cuyo nivel estaba en pendiente.

Hankal se detuvo un rato a observar pero no pareció hallar movimiento, tímidamente se fue acercando hasta que estuvo seguro que estaba desierta. Entonces entró observando bien. Encontró varios huesos raídos hasta la médula y restos de heces esparcidos por las paredes: Hienas. Debe hacer más de una semana que no pasaban por aquí.

El interior era espacioso y ancho en forma redonda, con el suelo inclinado y su espacio podía verse entero desde la entrada.

Notas de juego

Mediodía
12º Soleado

-2 de Alimento

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05/03/2021, 07:45
Hankal

Primera semana. Mediodía 12º Soleado.

Con cierto andar patizambo el precursor del hombre avanzaba con paso seguro por las escarpadas laderas, conocía bien aquel terreno aunque eso no hizo que encontrase nada que llevarse a la boca. Masticó algo de tierra, algunas hojas verdes, corteza e incluso ramas tiernas, se comió algunos frutos duros al igual que algunas piedras pequeñas tratando en vano de engañar al hambre. Al menos los arroyos le proveían con agua y eso le mantenía el estomago ocupado aunque su primitivo instinto le seguía impulsando a saciar sus necesidades. Las escarpadas laderas eran un terreno duro en el cual pocas cosas crecían, por eso su tribu se dedicaba a la caza y a la talla de sílex adaptándose así lo mejor posible a su entorno de manera inconsciente.

Las emplumadas bestias que le rondaban eran un presagio de muerte entre los suyos, así sucedería sino conseguía que echarse a la boca. Al igual que ellos le observaban a él Hankal debía apresurarse en fijar su atención en otras presas, comer o ser comida no había otro papel en el mundo del neanderthal. La manada de íbices le arrancó un tenue sonrisa, si había caza podría comer, todavía no estaba todo perdido.

El descubrimiento del refugio fue reconfortante Hankal examinó la oquedad, estaba seca cercana a los arroyos a media distancia entre las escarpadas laderas y el valle. Se frotó la espalda contra la roca y orinó en las inmediaciones marcando el territorio, por último se embadurnó la mano en barro y la dejó marcada en el interior tomando primitiva posesión del lugar. Sacó algo de tierra junto con las heces de las hienas, quizás a la larga aquello pudiera ser un problema, pero su mente era mucho más inmediata. ¡Refugio, ahora! el mañana era incierto. Dejó los huesos de lado una vez hubiera cazado intentaría ver si podía aprovechar alguno para algo, podría intentar hacer algún punzón o algún cierre para la bolsa; sin embargo el hambre le apremiaba. 

Sin perder más tiempo Hankal volvió ha subir ladera arriba intentaría superar la altura de los íbices, tratando de otear al rebaño desde lejos. En la época del verdor nacían las crías y todo rebaño siempre tenía animales viejos o con suerte heridos, eran las pocas lecciones que la memoria colectiva de la tribu le había transmitido, su instinto primario le hacia apuntar a los débiles en busca de comida y presas más fáciles.

- Tiradas (2)

Notas de juego

¿Cuántos monos cabrían dentro de la cueva? Por hacerme una idea del tamaño.

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12/03/2021, 14:50
Director

Hankal inspeccionó bien la cueva cuando la marcó, podían caber tres familias de hombres sin molestarse. El espacio personal de cada unidad familiar podía medirse por el espacio que podían abarcar los brazos de su individuo más grande. Ahora bien, cuando sus hijos necesitaran su propio espacio personal tendrían que vivir incómodamente, o bien buscar un nuevo lugar. Pero esto ni siquiera pasaba por la mente de Hankal, aunque si buscó la cueva con vistas a que en ella pudiera juntarse un pequeño clan, aún cuando no hubiera clan al que juntar.

El agua abundaba, algunas cumbres todavía tenían restos de nieve que brillaban bajo el sol, resistiendo el deshielo primaveral restante y numerosos riachuelos caían en regiones de hierba fácilmente reconocibles. Algunos de estos riachuelos se unían para aumentar el caudal descendente, pero aún insignificante.

Un buen ejemplar de aquellos rumiantes alpinos podía proporcionarle una buena pieza de cuero con la que empezar a acomodar la cueva para el frío venidero. Su carne podía llenarle el estómago durante más de tres días y podría estar entretenido en otros menesteres. No obstante el rebaño era esquivo, conociendo la presencia del homínido debían haber huído a pastos más elevados por ahora, pero diferentes muestras que Hankal encontró en su camino evidenciaban que llevaban en la ladera toda la primavera.

Hankal no era especialmente atlético así que no estaba seguro de poder alcanzarles en caso de sorprenderles, lo cual requería un alto nivel de sigilo que lobos y felinos a veces tampoco alcanzaban. Sin mencionar que ni siquiera les había encontrado. Aquello era algo frustrante y recorrer las laderas de la montaña bajo el sol de mediodía había recalentado su ya curtida piel.

Al terminar aquella pequeña excursión Hankal se sentía molesto, pero había recorrido una par de leguas alrededor de la cueva que había encontrado y su memoria instintiva había memorizado casi todo lo que necesitaba memorizar. Los prados tenían varias hierbas que olían bien, pero que apenas le dejaban un buen regusto en la boca sin siquiera llegar consistentemente al estómago. De la misma forma los arándanos y almendros estaban en flor, y sus frutos no llegarían hasta que el resto del valle se vistiera de marrón y dorado.

La comida para recolectar no era inexistente en aquellas laderas de vegetación dura, pero sí escasa, y el enemigo número uno de Hankal: El Hambre, crecía despacio pero inexorable hacia él.

Notas de juego

Atardecer

12º Cielo despejado, Viento ligero

-2 de Alimento

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15/03/2021, 18:26
Hankal

Primera semana. Atardecer 12º Cielo despejado, Viento ligero

El viaje a las cumbres había sido totalmente infructuoso, el rebaño se había asustado llegando con rapidez a cotas mucho más elevadas antes de que Hankal pudiera adelantarlos. Los ungulados gozaban de buena salud, pues en su apresurada carrera ningún viejo ni ninguna cría se habías quedado atrás. No era el momento ni el lugar, no estaba preparado para cazar a esas presas en solitario. Quizás la única ventaja inmediata de aquella situación era que el camino de regreso a la cueva sería cuesta abajo.

Hankal decidió volver dando un rodeo para tener al menos las inmediaciones de su refugio exploradas, conocer su entorno sería vital para poder sobrevivir en los alrededores. Para ello debía conocer bien el terreno, no buscaba al rebaño sino que más bien buscaba frutos o raíces entre los prados de hierba verde que poder llevarse a la boca, en el peor de los casos tendría que conformarse con los huesos roídos por las hienas. Un triste consuelo que muy probablemente no le llenase el estomago lo más mínimo. Ya fuera con fruta, con raíces o con hierba Hankal solo tenía una prioridad inmediata ¡COMER!.

Los arbustos espinosos le servirían para hacer un fuego por la noche para calentarse, aplastándolos con alguna piedra para luego trocearlos y meterlos en el interior de la cueva, a pesar de la primera limpieza todavía le quedaba mucho al refugio para ser del todo confortable. Ahora mismo prefería aprovechar las horas de luz para encontrar algo que llevarse a la boca. Así pues merodeó por las lomas comiendo musgo, hierba verde, trazos de tierra fresca, gusanos, insectos e incluso alguna pequeña lagartija con la esperanza de acallar los calambres en su vientre. A aquellas alturas cualquier cosa era buena para calmar el rugido de su estomago y en su lucha por la supervivencia no había tiempo para ponerse quisquilloso con la comida.

A medida que avanzaba de vuelta al hogar repetía los gritos aprovechando las alturas de las cimas, con la esperanza de encontrar algún superviviente de su clan. Cazar en manada bien seguro le sería más provechoso que hacerlo en solitario.

- Tiradas (1)
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19/03/2021, 14:59
Director

Hankal volvió a su cueva descendiendo las lomas unas cuatro horas desde la zona de los rumiantes alpinos y observó bien las paredes de roca estudiando aquel hogar. Aunque era sólida en muchos rincones había tierra húmeda, bien podrían escarbarse para hacer pequeños recovecos donde esconder comida si es que la tuviera. En el camino a la cueva había recogido varios escorpiones y un par de raíces. Por poco no recibe una grave picada cuando el escorpión ya parecía muerto, pero llevaba algo que masticar para engañar al hambre aquella noche.

Hankal dispuso los últimos preparativos antes de dormir, pero ya estaba demasiado rendido, incluso hacer un fuego le llevaría horas. Dormiría unas pocas horas caliente o terminaría de dormir sin fuego, al menos el amparo de la cueva le protegía del viento que se levantaba por la noche, la temperatura había caído en picado. Si algún pobre diablo estuviera ahora por el valle probablemente estaría al borde del congelamiento. La idea de tener aquella cueva le reconfortó superando al hambre. La montaña había sido muy desagradecida al proporcionarle comida, pero el día siguiente prometía la posibilidad de encontrar comida en algún otro lugar de la cordillera o quizá bajar al valle.

Que las hienas volvieran era un problema, si encendiera un fuego las mantendría alejadas pero tendría que encender un buen fuego si quería que durara toda la noche. Podía priorizar aquello y ya dormitar toda la mañana, aunque arriesgarse a que no saliera bien y tener que seguir saliendo durante la noche y la mañana en busca de buena madera podía hacer aquella tarea interminable. Era abominable tener que vivir allí solo.

La noche era silenciosa, tan silenciosa que Hankal tuvo que dar varias ojeadas a la entrada de la cueva para cerciorarse de que un sigiloso depredador no se estaba aventurando a su nueva morada.

Notas de juego

Noche
5º, Cielo despejado, viento ligero

Consumes +2 de Alimento en concepto de raíces y bichos

-1 de Alimento durante la noche
Frío+1 de Estrés
Hambre+1 de Estrés
Soledad+2 de Estrés

Llega la noche, momento de recuerdos y concepto del personaje:

¿Qué significa esta cueva para Hankal? ¿Quien era Hankal en su tribu? ¿A quien de su tribu echa más en falta?

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24/03/2021, 17:55
Hankal

A medida que caía la noche el cuasi hombre apiló las piedras que encontró en el interior de la cueva en la entrada de esta, quizás en estadios más avanzados alguien hubiera podido confundir eso con algún tipo de defensa, nada más lejos de la realidad. La única intención del primitivo ser era tener una suelo plano donde dormir, que el aire no apagase el intento que hoguera que se disponía ha intentar encender. En parte la fortuna le había sonreído, pues aunque todavía tenía hambre entre el agua, las raíces y los insectos había podido saciarse lo suficiente como para sobrevivir un día más. Notando sobre sus hombros el pesar del cansancio desechó la idea de encender fuego, era mejor reservar fuerzas para futuras cacerías o pronto el hambre se adueñaría de él y sería su fin.

Dejó los escasos espinos cortados en el interior de la cueva junto a los restos de los huesos que las hienas no había devorado para que no se mojasen sin llovía. Escarbó sobre la tierra blanda haciendo un pequeño hoyo para guarecerse del viento y mantener el calor lo mejor posible, era algo instintivo más que aprendido una manera de no morir ante la exposición a los elementos. Si algo le asaltaba tendría cerca su lanza y el hueso más pesado que pudiera usar como porra contra algún posible depredador nocturno, dado su estado sería él o la bestia que le acechase. El vencedor comería, el perdedor sería comido.

En sus sueños recordó la cueva de su tribu, él ahora era una tribu de uno, pequeña, débil y temerosa de las bestias aunque aquella cueva le reconfortada, le recordaba que aquí podía cobijarse, que tenía un lugar donde crecer y hacerse fuerte donde muchos más seres podrían unirse a él para hacerse fuertes. La fuerza de la manada, eso también servía entre los suyos aquella cueva era la primera gran victoria de Hankal en su carrera por la supervivencia, ahora que tenía un lugar donde echar raíces, eso le ayuda a recordar quien era; un Cazador. Quizás uno joven e inexperto pero deseoso de demostrarse así mismo su valía, ya hacia varías lunas que había dejado de ser una cría, él salía con los hombres a cazar, ayudaba a encarrilar las presas, les arrojaba piedras con fuerza corriendo tras los ancianos y los débiles para sembrar el caos en los grandes rebaños creando así oportunidades de tiro para los cazadores más veteranos. La fuerte figura de Urk siempre era firme entre ellos, su padre, tal vez no fuese el líder pero si alguien que con su lanza alimentaba a muchos no solo su estomago le echaba en falta sino su carácter gregario recordándole que solo jamás prosperaría. Debía crear su propia manada, fundar su propia tribu si seguía solo moriría, Hankal deseaba ocupar el lugar que Urk había ocupado entre los suyos.

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27/03/2021, 20:54
Director

Hankal dedicó varios días a conocer la zona en la que se había asentado, en los pocos días que se movió por allí se la conoció como la palma de su mano a varias leguas a la redonda. El barranco por el que había caído era impracticable, si deseaba escapar aquella no parecía una manera viable por ahora. Los salientes y riscos lo hacían tremendamente peligroso (4 tiradas de atletismo).

Durante aquellos días malvivió de la roca desnuda comiendo lagartijas y raíces que con dificultad encontraba en las grietas de la montaña. Consiguió ver en la lejanía la manada de íbices varias veces, era un rebaño pequeño y el macho era muy grande, pero siempre estaban alerta y en un terreno muy poco favorable. Muy pocas bestias parecían subir a las laderas de la montaña y tampoco encontró rastros de depredadores que se atrevieran a intentar cazar una de aquellas bestias, tan solo los buitres oportunistas parecían patrullar en busca de un accidente en la montaña.

Había tenido mucha suerte con aquella cueva, las noches eran frías y aquella cueva le cobijaba sobradamente. Lástima estar tan solo, con algo de compañía aquella podía ser una cueva perfecta, también debería apilar bastante leña si quería que las hogueras aguantaran más tiempo. Cada vez que conseguía hacer fuego se encontraba brasas apagadas al despertar.

Había recorrido aquellas cordilleras y los senderos se le antojaban fáciles. Al sur se encontraba la pared de roca por la que había perdido a todos sus conocidos. Al este y el oeste las montañas continuaban en una cordillera que parecía no terminar. Y hacia el norte había visto desde un risco leguas y leguas de largas colinas verdes donde las aves revoloteaban y hacia donde los riachuelos de la montaña se dirigían.

Antes de que el brillo del sol ilumine el cielo, justo cuando las estrellas ya se desdibujan en el cielo es cuando se intensifican los quejidos y gruñidos de las últimas alimañas nocturnas retirándose a sus madrigueras y cubiles, cobijándose en las grietas pedregosas siseando y maldiciendo al sol. La mañana resulta extraordinariamente prometedora.

Hankal tenía varias prioridades si deseaba sobrevivir, pero sin duda la primera era el hambre. Una fortísima punzada se clavó en su estómago, llevaba días comiendo pobremente, y si no dedicaba gran parte de su tiempo a conseguir comida era posible que aquella maravillosa cueva se convirtiera en su tumba, y si bien su entorno gozaba de aquel suculento rebaño de íbices, contaba con poca vida para recolectar comida.

El viento había ido soplando cada día más fuerte por lo que las temperaturas habían bajado ligeramente, pero mientras hubiera sol, mostrarle el pecho para calentarse sobre la roca era un placer que dejaba reconfortar a cualquiera.

Notas de juego

Mañana
10º, Cielo casi despejado, Viento fuerte

-2 de Alimento, si cae a 0, +1 de estrés y lanza 1d6, con un 6, resta -1 pv, si restas -1 pv añade +1 de estrés adicional

-1 de estrés por descanso

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29/03/2021, 07:48
Hankal

Mañana 10º, Cielo casi despejado, Viento fuerte.

La noche y el día se había alternado en varias ocasiones, la cueva era lo único que había mantenido al semiprimate con vida. Sus inventos por encontrar comida no habían dado los resultados esperados y la manada de ibices demostraba ser demasiado esquiva para sus pobres habilidades de caza. La soledad jugaba en su contra, no solo anímicamente sino limitando también sus estrategias para obtener presas. Volver sobre sus propios pasos estaba totalmente fuera de sus posibilidades, eso sin tener en cuenta que para emprender un viaje así necesitaría comida, algo que por el momento se escapaba de entre sus ásperas manos.

Hankal decidió bajar hacia el valle, la presencia de aves y de pastos frescos le podía procurar comida en forma de huevos, frutos y raíces. En el mejor de los casos quizás pudiera abatir un gran ave terrestre como un Emu, algunas liebres o en el mejor de los casos algún dodo esos pájaros gordos y bobos fáciles de cazar. Tenía claro que donde había verdes pastos había más vida y eso eran más opciones de poder cazar algo grande y suculento que llevarse a la boca. El viento alejaría su olor y cubriría parte del ruido que el joven cazador pudiera hacer, aquella parecía su mejor opción, tampoco es que hubiera muchas más. Comer y vivir, no comer o ser comido, la primera le parecía la más halagüeña. 

- Tiradas (2)
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03/04/2021, 21:56
Director

Tras aquellos días en la montaña Hankal decidió bajar la rocosa ladera en busca de comida al valle, los ríachuelos se retorcían y morían en pequeños estanques, cuando quiso darse cuenta Hankal se encontró atrapado en una serie de pequeños cañones. Eran verdes y llenos de vegetación, en su mayoría pequeñas colinas de piedra caliza y arcilla. Con rapidez salió de allí para poder viajar y observar desde un puesto más elevado. Encontró varias cuevas. Si dedicara el tiempo suficiente podría encontrar una cueva tan útil como la suya propia, pero estas parecían todas formadas por la propia agua y tenían el riesgo de inundarse fácilmente.

Los buitres alzaron el vuelo cuando el sol estaba en lo alto, aquí el espinoso enebro, la olorosa jana y la retama junto a otro sin fin de hierbas y arbustos verdes inundaban el paisaje impidiendo ver la roca sobre la que peleaban por un palmo de sustrato. Era un terreno muy peligroso por el que viajar sin cuidado *, aún teniendo cuidado era fácil perderse.

Hankal se puso en una piedra sujetándose el estómago dolorido, pensó que debía ser fácil cazar en aquellos cañones. Demasiado fácil. Allí abajo entre el lodo vio huellas, no pudo reconocer de qué animal eran pero sí eran algo viejas, aún así fáciles de rastrear*, no obstante, si tan fácil era.... ¿Qué clase de animal se adentraría en este lugar? No estaba seguro de querer saberlo pero algo le sacó de su ensimismamiento: Los buitres.

Los buitres descendían justo en aquella dirección, justo entre los cañones. Debían haber aterrizado a menos de una legua y decidió acudir a investigar**, cuatro gigantescos buitres daban festín de unos restos de un pequeño rumiante, trataban de arrancar los huesos de sus articulaciones para llevárselos lejos de allí o que fuera más fácil destrozarlos. En aquel lugar relativamente angosto lleno de salientes, eran una presa fácil, y a las malas, siempre le quedarían las sobras si disponía del tiempo y la paciencia de abrir los huesos y sorber lo que había en ellos.

De pronto el olor a jara y mimosa perdió toda su relevancia, ni siquiera había visto la manzanilla verde que ahora pisoteaba salibando por lo que tenía frente a sí.

Notas de juego

Mediodía
10º, Cielo casi despejado, Viento fuerte

-2 de Alimento a Mediodía (sí se resta en cuanto lo escribo)

Al estar a 0, ganas +1 de estrés, y lanzas 1d6 con un resultado de 5-6 pierdes 1pv y si es el caso ganas +1 de estrés adicional.

 

*Si no se dispone de Percepción 1, hay que lanzar Atletismo o sufrir 1pv por caídas o resbalones.
Las tiradas de Rastrear tienen un +1

**Tirada de Perc. Si la superas ves el lugar antes de ser visto (algo único en este lugar) y puedes arrojarte con un golpe de lanza sobre un buitre.
Se trata del esqueleto de un pequeño rebeco, tan solo queda el cartílago, el tuétano y un poco de carne reseca. El cadáver lleva más de un día pero puede proporcionar aún +3 de Alimento

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03/04/2021, 22:15
Hankal

Mediodía 10º, Cielo casi despejado, Viento fuerte.

Al final el viaje había dado sus frutos, el cadáver le permitiría alimentarse para poder seguir adelante. El húmedo valle contenía mucha plantas, arroyos y posibles fuentes de comida. Ahora mismo no quería entretenerse mucho explorando las cuevas, sin embargo el terreno era traicionero y resbaladizo. El peligro no era solamente perderse, sino torcerse un tobillo o despeñarse con un mal traspiés de todos modos Hankal estaba acostumbrado a cazar en terrenos abruptos y aquello no fue un problema para él.

Cuando decidió seguir a los buitres estos le vieron llegar, a pesar de los esfuerzos del joven cazador estos emprendieron el vuelo antes de que estuvieran a su alcance y ni siquiera arrojando la lanza con todas sus fuerzas pudo asaetear a ninguna de las bestias. De todos modos aquella carcasa reseca le pareció todo un manjar, decidió arrastrarlo hacia una de las cuevas cercanas con la intención de encender un pequeño fuego para poder cocinarlo, pero tanta agua, humedad y plantas verdes le hicieron imposible el proceso. Sin muchos más miramientos y cegado por el hambre comió todo cuanto pudo dejando los restos expuestos esperando a ver si los buitres volvían a por más. Quizás la tarde fuera un buen momento para cazar a alguno de aquellos carroñeros, alguna liebre o algún pájaro bípedo que merodease entre la vegetación. Fuera como fuese al menos había podido calmar un poco las punzadas de su estomago, aunque sabía que para sobrevivir necesitaría más.

- Tiradas (4)

Notas de juego

No pierdo vida por el momento.

Al fallar la de Percepción entiendo que no puedo llegar a tiempo a un lanzazo en cuerpo a cuerpo. ¿Pero puedo probar tirando la lanza?. He dejado tirado por agilizar, pero ni aún así doy.

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06/04/2021, 18:57
Director

La liebre era una presa difícil para un cazador como Hankal. Tenía buena carne y una piel muy versátil y fácil de curtir. Pero era prácticamente imposible para un cazador acercarse con el sigilo suficiente para pillarlas desprevenidas y acercarse suficiente para darles un lanzazo, por lo que la honda acostumbraba a ser el método más eficaz.

Estos cañones resultaron estar llenos de rastros de conejos y liebres, pero siempre que Hankal alcanzaba a ver alguna desde lo alto de las grietas ellas le escuchaban y salían disparadas. Fue tan difícil como se planteaba el encontrar una conejera pero podía tener tantas salidas que podía resultar del todo futil esperar allí a que salieran.

Para capturar esta presa debía ser mucho más sigiloso, o tal vez cambiar de estrategia. Tanto empeño le puso Hankal en la caza de la liebre y el rastreo, que no se percató del propio rastro que dejaba a su paso, y que se encontraba lejos de estar solo allí. 

Llevaban observando un buen rato al pequeño homínido, recorriendo los cañones e internándose por ellos detrás de las liebres que en plena primavera se encontraban más activas que nunca. Los gruñidos y ladridos revelaron a Hankal a aquellos perros salvajes, que ya estaban más que listos para lanzarse al ataque.

Dos de ellos se lanzaron por el angosto cañón detrás de Hankal para agostarlo, mientras un tercero recorría los bordes de las grietas desde arriba, no parecían tener prisa por lanzarse al ataque, y deseaban mantenerse fuera del alcance del temible palo del neanderthal

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Encontraste liebres pero no conseguiste verlas antes que ellas a ti

Por otro lado, los licaones sí te han encontrado.
Puedes intentar huir - Atletismo para trepar por los riscos y saltar las grietas
o lanzarte al ataque - Ataque de lanza+tirada de daño
Consulta cualquier otra opción, suerte

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06/04/2021, 19:42
Hankal

Mediodía 10º, Cielo casi despejado, Viento fuerte.

El homínido había aprendido que aquel valle era un buen lugar para cazar libres, aunque estas fueran demasiado esquivas para sus torpes pasos. Estaba pensando en cambiar su morada a algunas de las cuevas cercanas para tener la posible fuente de comida a su disposición cuando empezó a escuchar los gruñidos de los perros, una pequeña manada, estaba en problemas y lo sabía; aunque el hambre que sentía no le dejaba pensar con claridad. Como cazador que era Hankal sabía que los animales trataban de cansarlo y azuzarlo, poco a poco a buen ritmo el medio simio entró en el juego de comer o ser comido buscando un cañón estrecho entre las piedras donde poder reducir la ventaja numérica de los animales. En cuanto cruzase el primero intentaría ensartarlo de un firme lanzazo, tal vez si mataba al primero el resto huyera sino al menos podría intentar enfrentarse a ellos uno a uno en lugar de acosado por varios frentes.

- Tiradas (6)

Notas de juego

Imagino que fallo, aún y así dejé todas las tiradas hechas. La segunda y tercera es por si hay varias rondas de combate, aunque me veo negro, decidí arriesgar pero no doy ni una XDDD.

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09/04/2021, 16:10
Perros

Durante horas los perros agostan a Hankal, tratan de alcanzarle mientras él retrocede y retrocede, las horas pasan mientras se acorrala entre las rocas y el perro sobre éstas busca una ocasión para saltarle encima, en un momento en que Hankal se ve acorralado el perro que parece gobernar la caza desde las alturas se lanza sobre Hankal mordiéndole el hombro, pero el hombre consigue zafarse de éste al tiempo que los colmillos de otros se aferran a su pierna. Cuando se zafa del segundo una terrible herida queda al aire provocándole gran dolor y pintándole la pierna de rojo. 

Los perros se encuentran algo menos activos al atardecer, recelosos de la noche, pero creen que pueden acabar con esto antes de que desaparezca la luz del sol.

- Tiradas (5)

Notas de juego

-1 pv

+2 de estrés por ataque de perros
+1 de estrés por herida

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09/04/2021, 16:25
Director

La tarde se sucede para Hankal en una agonía cercana a la muerte. Los perros le agostan, no siempre les ve, pero se encuentra herido y puede verlos correteando entre los cañones a su alrededor. Saben donde está y sabe que va a ser difícil para él escapar de ellos. Se encuentra herido y pierde sangre, no parece una herida fatal pero no puede permitirse el lujo de quedar herido en su actual situación. 

Se recuesta contra una piedra, ha intentado subir por los desfiladeros un par de veces pero los perros parecen conocer sus intenciones y desean que permanezca entre los cañones. ¿Puede la noche ser peor que el  día en ese lugar? Casi caza ese conejo, cazar en este lugar parecía fácil, terriblemente fácil y no solo para él. 

Hankal no posee tantos recuerdos como para saber cómo pasar de esa noche. Los ladridos de los perros se dispersan en diferentes direcciones seguidos de gruñidos cortos. Se preparan para un nuevo ataque. Hankal ha intentado corretear por aquel lugar sin éxito, no es tan fácil encontrar una salida*

De nuevo adivina la silueta de las orejas de un perro por encima de su cabeza, se encuentra en un cañón algo más ancho, le será más difícil al perro saltar sobre él, pero más fácil a los otros dos cuando aparezcan, sea como sea tiene mal pronóstico. Sujeta la lanza con valor cuando tal y como adivina, los dos perros aparecen desde la misma dirección frente a él, sopesando con cuidado. Un ataque de lanza podría ser mortal para ellos, pero confían en que ahora las heridas, el cansancio y el sueño hagan mella en su presa y acaben con él si consiguen dominar su ansia.

Notas de juego

Atardecer
8º, Cielo nuboso, Viento fuerte

-2 de Alimento

*Cuando decidas moverte de zona, si deseas volver a la región de tu cueva tendrás que tirar Percepción para no perderte.

Te pediré a continuación un pequeño post con tu declaración de intenciones, estaría bien que Hankal pudiera recordar, si alguna vez sufrió una herida igual o mayor en su vida o la de su padre. Te actualizaré en fin de semana de nuevo.

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09/04/2021, 17:41
Hankal

Atardecer 8º, Cielo nuboso, Viento fuerte

Los perros han demostrado ser buenos cazadores azuzándole sin descanso, el alimento conseguido de la carcasa de los buitres a penas le mantiene en pie y la herida en la pierna empieza a dolerle. El primate trata de refugiarse en una de las cuevas por unos instantes tratando de recobrar el aliento, esta nervioso, está dudando y los perros también quizás eso sea lo único que le mantiene con vida. Los recuerdos ancestrales volvieron a su memoria al recordar que el dolor no le era ajeno, en una de sus primeras cacerías con el clan había cometido un traspiés al esquivar la cornada de un antílope golpeándose con fuerza el tobillo con una gran roca. Durante mucho tiempo estuvo cojeando apoyándose sobre la lanza, se sentía una carga para los suyos y aunque estos le alimentasen el comía menos y trataba de buscar su propia comida aún y así el recuerdo de la sensación de vulnerabilidad hizo que se le tensará la mandíbula y que la rabia se apoderase de él. No podía perder mucho tiempo escuchaba como los perros se acercaban, pero ahora el mono estaba furioso, sería matar o morir, pero si tumbaba al alpha el resto se lo pensarían.

Cuando salió lanza en ristre espero paciente a que el animal que les lideraba saltase desde una posición lo más incomoda posible, se centraría en él esperando matarlo para que los otros huyeran. Si tenía que pasar la noche herido en un lugar desconocido al menos lo haría con la barriga llena y la satisfacción de haber abatido a su propia presa.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Me voy a 12/10 de estrés. Cuéntame.

Te voy a llorar darle por centrarme solo en el de arriba que es el que tiene la peor posición.

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09/04/2021, 19:07
Oya

El perro que había sobre ti era bastante más difícil de alcanzar y tan solo esperaba a que retrocedieras suficiente para verte atrapado en un espacio más angosto y no errar su mordisco al cuello. Tu lanza trató de mantenerlo a raya, incluso en uno de sus ladridos intentaste alcanzarle la cabeza pero fue en vano puesto que mantenían la distancia de forma adecuada.

Fue tan solo una sensación, la extraña, etérea e incomprensible sensación de que alguien te estaba mirando. No emitías sonido alguno pero eras presa de aquellos perros que formaban una algarabía agresiva y agobiante. Estabas ya temblando, los perros notaron tu miedo y era posible que por ello, decidieran al fin acabar contigo

AAAAAAAAAGH

El perro que supuestamente te acechaba desde lo alto cayó junto a ti. Aparentemente ileso, pero sorprendido, aturdido y algo asustado. Por encima de Hankal apareció la silueta de una mujer que enarbolaba una lanza tosca y gruesa con ambas manos. Ni siquiera estaba bien tostada al fuego sino más bien ennegrecida por hollín.

AAAAAAAGH

La homínida intentó tender una mano a Hankal. Pero este pareció torpe en sus movimientos, y pensó que quizá debiera bajar. Los perros dudaban, dos humanos eran quizá demasiado para ellos pero uno era ya una presa herida y débil que podían arrastrar lejos de allí.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Atardecer
8º, Cielo nuboso, Viento Fuerte

Se resetea tu estrés a 2/10, durante el resto del Atardecer vas a tener Miedo a los Perros, -1 dado a todo mientras estén presentes, adquieres tu primer punto de locura 1/3

-2 de Estrés por encontrar a otra humana

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11/04/2021, 14:12
Perros

El perro que cae desde arriba se revuelve intentando asestar un mordisco a Hankal, pero presa del miedo o de su destreza aparta las piernas mientras el chucho se pone en pie, sopesando sus opciones y ladrando sonoramente, causando gran conmoción en Hankal.

Un segundo perro asciende un poco por el cañón, para tener mejor visión de su nueva atacante mientras que el tercer chucho tan solo observa a sus dos compañeros que están averiguando qué hacer.

- Tiradas (2)

Notas de juego

+1 de Estrés por seguir bajo ataque