Partida Rol por web

Eran las 22:00 de la noche cuando la fiesta empezó por fin.
Multitud de personas de todos ámbitos y lugares acudieron a la cita con sus galantes ropajes y variopintas parejas y acompañantes.

Millones de luces y de colores inundaban el salón del Hotel. La banda de música (un grupo hasta ahora desconocido y, a partir de ahora, en la boca de toda la alta sociedad) tocaba deliciosas composiciones originales para deleite del público (vals, tango, salsa, bolero, rumba, merengue, rock and roll…).

-Desde luego que el servicio contratado para la fiesta es algo exquisito – dijo una de las invitadas al coger un tentempié de la bandeja que le ofrecía un camarero.

-Si si, y la música es maravillosa, la gente charla y baila de los más animada – contestó su acompañante mientras sonreía al contemplar las parejas de baile en la pista.

Cerca de las doce y media de la noche, Don Mikel, el dueño del hotel, hizo su aparición ante todos los invitados. Subió al escenario donde la banda bañaba cada rincón del hotel con sus notas y habló para todos los asistentes.

-Señoras, señores, gracias por acudir a la gran inauguración de mi Gran Hotel Celine. Espero que el servicio y la música sean de vuestro agrado, y que volváis a repetir muy pronto la visita para disfrutar de las instalaciones más tranquilamente – una oleada de aplausos se escuchó en el salón. – No quería dejar de pasar este gran día sin hacer un homenaje a todos aquellos que, como vosotros, me han ayudado a la creación de este sueño, gracias amigos por apoyarme siempre que lo he necesitado – mientras Mikel sonreía, los aplausos volvían a escucharse por doquier.– Para finalizar mi pequeño discurso, os hago una invitación a que os quedéis hasta el final de la fiesta con nosotros, pues habrá multitud de sorpresas y regalos para los que aguanten hasta el final. Gracias de nuevo por estar aquí y que siga la fiesta.

Don Mikel bajó del escenario y recibió saludos y sonrisas de los asistentes mientras caminaba hasta su esposa.

El reloj marcaba las 04:00 AM cuando la banda de música se despidió de los asistentes y en su lugar pusieron música en los altavoces para ir despidiendo a la gente.

Cerca de una hora después, apenas quedaba gente en el hotel salvo los que tenían una habitación reservada, por lo que la fiesta llegó a su fin.

Algunos de los asistentes que no tenían invitación, subieron hasta una de las habitaciones de un conocido para seguir allí la fiesta, otros convencieron a alguien con reserva para dormir en su habitación y poder disfrutar de las estancias del hotel, algunas de las chicas de la fiesta durmieron en las habitaciones a cambio de favores sexuales o solo de simple compañía.

La noche pasó tranquila (salvo algunos ruidos de las habitaciones que seguían con la fiesta o el sonido de de los truenos que caían esa noche). A la mañana siguiente, varios de los clientes bajaron a desayunar al gran salón privado del hotel para probar la deliciosa comida del chef contratado en el restaurante. Nadie del servicio fue a atenderles, nadie del hotel rondaba por sus pasillos… parecía un verdadero hotel fantasma.

Una señora con pinta de curiosa, se acercó a la sala de los empleados para avisar de lo que estaba pasando. Cuando abrió la puerta, un líquido rojo se extendió hasta sus pies, alzando la vista acabó viendo el desastre: montones y montones de cuerpos (todos ellos vestidos con los uniformes del hotel) se amontonaban por el suelo. En un rincón de la habitación logró ver una libreta con algo escrito: “Plan a seguir cada mañana: 07:30h Se abre el restaurante – 08:00h Avisar asistenta para la limpieza de habitaciones – 10:00h Revisión de las habitaciones y toque de atención para abandonar hotel a quien se debiera por falta de reserva para ese día – 12:00h Recepción de nuevos clientes”.

Frank se despertó con un terrible latigazo de dolor en las sienes, propiciado por el cóctel de drogas que había tomado la noche anterior: algo de meta-anfetamina, con pequeñas dosis de heroina y canela en rama molida. El alcohol del Hotel Celine hizo el resto.

Había escuchado un grito de una mujer, algo como ¡sangre!

Aún llevaba el esqmoquin puesto, y se encontraba arrebujado sobre la cama de la habitación. Eso sí, no tenía ni idea de cómo había llegado hasta allí. Los invitados de la fiesta se le presentaban como manchas y borrones de la memoria, como un escandaloso circo que hubiera tenido lugar sólo en su cabeza.

Necesitaba un café de forma imperiosa. Se levantó de la cama y su espalda crujió como si tuviera sesenta años. Se paró un segundo a pensarlo y se dio cuenta de que, efectivamente, tenía sesenta años.

Al salir miró el número de la puerta de su habitación. Metió la mano en el bolsillo y se encontró con una llave. Coincidía: suite nº3. Aunque seguía sin recordar exactamente quién le había llevado hasta allí.

Empezó a recordar algunas de las caras de la noche anterior con más nitidez, y empezó a preguntarse qué demonios pintaba él allí. Ninguno de los presentes sabía lo que era un gato de Schrödinger o una máquina de Turing... Aunque quizás el superhéroe... A Frank le maravillaba el acabado de su servo-armadura, y cada vez que le veía su mente se ponía a funcionar como loca, tratando de averiguar como estaba construida: un sistema hidráulico, juntas de ultra-carbono...

Quizás votara a Williams en las siguientes presidenciales, a fin de cuentas, era ciudadano americano (aunque normalmente se le olvidara completamente votar). Pero no iba a dejar que el presidente le convenciera con palabras huecas, no señor. Quería hechos. Quería que se relanzara el programa para terraformar Marte y establecer una base minera en la Luna. Tenía un par de inventos en mente que podrían ayudar.

Se metió en el bar cafetería sin darse cuenta de que acababa de pisar un charco de sangre, mientras buscaba a alguien que le atendiera, pero no había ni quisque.

-¿Dónde demonios está el servicio de este hotel? ¡Camarero! ¡Póngame un café espresso!

-BATERIAS CARGADAS

-SISTEMAS A MÁXIMA POTENCIA

-INICIANDO SUBRUTINAS DE CONTROL DEL SOLDADO S3RV0

-ACTIVANDO SISTEMAS

-SISTEMAS ACTIVADOS

-RENDIMIENTO: 99.99999 %

-BUENOS DIAS SOLDADO, FUERZA Y HONOR

El sistema de recarga de baterías se había convertido en algo rutinario para Servo-man, tras unos años de lucha contra el crimen había cambiado mucho y de alguna forma se había "humanizado". Comprobó sus sistemas de armamento como cada mañana y los registros de las sondas espía que tenía instaladas por todo el mundo. Todo parecía en orden, pero en los mapas de criminalidad aparecía un gran punto rojo justo encima de donde se encontraba, en el hotel Celine, y una lucecita parpadeante recitaba "CRIMEN NO RESUELTO".

El androide abandonó la habitación en la que había permanecido de pie toda la noche, no sin antes desactivar los sistemas de seguridad que lo habrían alertado de la entrada de algún extraño. Todo estaba exactamente igual que antes, la cama estaba hecha, ningún mueble se había movido y los grifos ni siquiera habían sido abiertos.

Un grupo de personas se reunían nerviosas cerca de la sala de empleados, lugar del que parecía provenir el foco de criminalidad:

- NO SE ALARMEN, REGRESEN A SUS HABITACIONES, YO INVESTIGARÉ ESTE SUCESO Y LES ASEGURO QUE ENCONTRARÉ AL CULPABLE. REPITO. REGRESEN A SUS HABITACIONES.

La mayor parte de las personas hicieron caso omiso de las palabras del androide, al fin y al cabo no eran el tipo de persona que está acostumbrada a recibir órdenes. Del brazo derecho de Servo-man surgió una especie de maquina voladora en miniatura que revoloteó alrededor de su cabeza.

- PRECISO ANÁLISIS EXAUSTIVO DEL SUCESO

Ante la orden la máquina encendió una especie de luz ultravioleta y se fue posando sobre los puntos de la sala que consideró de interés, tomando toda la información contenida en los restos de aquella macabra escena del crimen.

Frank andaba liado tratando de averiguar como funcionaba la cafetera del bar cuando escuchó ruidos metálicos en la escalera. Algo se le encendió y salió a zancadas con el filtro de café en la mano.

-Oh, es usted, señor Servo. Buenos días. Esta mañana la luz brilla como si los fotones viajaran a más de 299.792.458 m/s ¿no cree? -entonces se dio cuenta de la sangre y todo lo demás - ¡Por el bosón de Higgs! ¿Se pu-pu-puede saber qué ha pasado aquí?

Corrió un par de metros hacia una ventana y trató de tomar aire sin mirar directamente el estado de los cadáveres que le miraban con ojos abiertos y caras inexpresivas. De repente recordó la matanza de otro hotel, cuando era apenas niño. Recordó las fotos que la policía hizo de los cadáveres de sus padres y mal que bien, identificó el castillo.

El Doctor Eisenstein no se encontraba bien, la visión de los cadáveres a menudo causaba ese efecto en los humanos, como había podido comprobar anteriormente Servo-man.

- NO DEBE PREOCUPARSE DOCTOR, SU REACCION ES DE LO MAS COMUN ENTRE LOS MIEMBROS DE SU ESPECIE, MIS SISTEMAS DE ANALISIS CORPORAL ME INDICAN QUE SUS NIVELES DE COLESTEROL Y TRIGLICERIDOS ESTAN BIEN, SOLO HA SUFRIDO UN MAREO QUE YO LLAMO "MAREO OCASIONADO POR LA VISION DE LA MUERTE DE UN MIEMBRO DE LA MISMA ESPECIE", LOS BIOINGENIEROS DE MI PLANETA HAN OBSERVADO UN COMPORTAMIENTO SIMILAR EN LOS KANDUNGA DEL PLANETA CENTURA-0045.

Una lucecita en el visor del androide indicó que la sonda de reconocimiento había terminado su informe. Con un rápido movimiento del brazo aquella pequeña maquinita volvió de nuevo a su escondite.

- DOCTOR, LLEGA USTED A TIEMPO PARA LEER EL INFORME DEL EQUIPO DE ANALISIS... SACARE UNA COPIA IMPRESA PARA QUE PUEDA LEERLA.

- ENVIANDO DOCUMENTO INFORME01.DOC A IMPRESORA POR DEFECTO

- ERROR DE COMUNICACION, COMPRUEBE QUE LA IMPRESORA ESTÁ CONECTADA

Servo-man comprobó internamente que todo estaba en orden, no había ningún cable desconectado, así que decidió reiniciar la impresora.

- ENVIANDO DOCUMENTO INFORME01.DOC A IMPRESORA POR DEFECTO

- IMPRIMIENDO...

De una ranura del pecho de Servo-man comenzó a salir una hoja de papel. El androide le tendió la hoja con el informe al Doctor para que pudiera leer lo que había descubierto.

- LO QUE ME TEMIA DOCTOR, EL ANALIZADOR DETECTA UNA ELEVADA CONCENTRACION DE PARTICULAS ECTOPLASMICAS PERO ALGUNAS DE ESTAS PERSONAS HAN SIDO ASESINADAS POR CRIMINALES, HAY ALGUNAS HUELLAS NO IDENTIFICADAS Y MUCHOS SIGNOS DE VIOLENCIA. QUE OPINA USTED DOCTOR?

Laura se despertó algo mareada. Definitivamente había bebido demasiado la noche anterior, y el hecho de estar en la habitación que estaba acompañada de aquella mujer... bueno, era algo que no había previsto. Había sido inesperadamente divertido, pero daba gracias al cielo por no haber caído en la tentación de aquella yogurina de Carlota Ciccionella, que ella ya tenía una edad.

Se levantó pesadamente y se dirigió al baño, dejando a su compañera (que sí tenia reserva para dormir allí, a diferencia de ella, que tendría que haberse ido tal como había venido) durmiendo plácidamente. Mientras se cepillaba los dientes puso en orden sus recuerdos y pensamientos: la fiesta había sido un exitazo, y ella tenía suficiente material, fotografías e información para hacer un reportaje épico.

Salió de la habitación y bajó a desayunar, y nada más dar un paso instintivamente supo que algo había ocurrido. Al entrar en el restaurante echó mano instintivamente de su cámara de fotos y empezó a disparar flashes. Ahora sí iba a ganar el Pullizzer, pero no por la inauguración del Hotel Celine, sino por la masacre que tenía ante sus ojos.

No iba a hacer ninguna de esas estúpidas preguntas como "¿qué ha pasado aquí?" ni comentarios del tipo "¡O, dios mio! ¿Quién ha hecho esto?" Era evidente que allí había un asesino sin ningún escrúpulo y por algún motivo ellos seguían con vida....

El Superhéroe de moda, Servo-man, intentaba llamar al orden, sin éxito. De su armadura salió un mini-él, que se lanzó sobre la escena del crimen con una lucecita azul. El flash lo iluminó momentaneamente, sin afectarle lo más mínimo.

-Creo que alguien tiene mucho trabajo por aqui.... - Dijo, refiriendose al droide que planeaba. Según lo hubo dicho se dio cuenta de lo mal que sonaba y frunció el ceño. No era gracioso.

Frank asistió asombrado a la tecno-verborrea del superhéroe, a la vez que se mostraba anonadado de tanto meca-chisme. Cuando el papel surgió del pecho de la armadura, Frank abrió mucho los ojos y retiró el papel ojeándolo por encima.

-Impresionante, ¿también haces café? -dijo, mostrándole el filtro de la cafetera.

Después continuó leyendo el papel más a fondo mientras paseaba en círculos y trataba de evitar poner la vista encima a los cuerpos cercenados.

-Estas huellas ectoplasmáticas suyas me recuerdan a uno de mis inventos, pero no estoy seguro de cómo han de leerse estas mediciones. Pero la violencia con la que han sido atacados los cuerpos hace pensar que el asesino utilizó herramientas bastante elaboradas, y si ha asesinado a todos estos, ¿por qué habría de dejarnos a nosotros vivos? Quizás sea algún tipo de juego, como el de las partículas subatómicas. Querrá finalizar su trabajo uno por uno... Estamos encerrados como el gato de Schrödinger. Pero, ¿quién de nosotros es el veneno que nos matará? Ah, esas son cuestiones, querido super-héroe, que nuestra amiga la periodista tratará de descubrir por nosotros, para poner en evidencia al asesino. Siempre andan buscando carroña, ¿cómo se atreve a fotografiar con tan poco escrúpulo a esos cadáveres en lento estado de descomposición?- dijo girándose hacia la periodista que acababa de llegar a la escena del crimen.

Escucho la perorata del Dr. "me falta un tornillo" sin inmutarme, mirándole con toda la seriedad y profesionalidad de la que tan orgullosa estoy. Cuando termina (y aún maravillándome por lo acertada que había sido la comparación con el gato de Schöringer) evito una sonrisa de suficiencia para no quedar mal.

- No es una cuestión de falta de escrúpulos, doctor. Es que a diferencia de usted, yo voy detrás de la verdad, no de los sueños, y en la realidad hay cosas como esa - dije, señalando la masacre que aunque no lo pareciera me perturbaba profundamente - en todas partes. Afganistán, Irak, la India, África, Estados Unidos e incluso aquí, en Dublín. Si todo el mundo cerrara los ojos y dijera "Oh, respetad a los muertos y no perturbéis su recuerdo", ¿quién descubriría lo que realmente está pasando aquí? Por que puede usted perdonarme, pero dudo que tenga ningún maravilloso invento de "Ponga aquí su dedo y le diremos si es un asesino o no".

Los periodistas, como siempre, exasperaban la paciencia de Frank Eisenstein. Había tenido demasiadas malas experiencias, y sabía que el 93% de ellos solo rebuscaban en la basura, levantando partículas de malos olores que se mezclaban con el aire haciéndolo contaminante.

-Señorita, he de recordarle que la cámara que lleva usted entre las manos no la inventó un periodista. El uso que haga de ella es el verdadero problema, pero yo que usted intentaría no ganarme la vida aireando algo tan privado como la muerte. Cientos de familias rotas se lo agradecerían. Y no me hable de guerras, deberían pararlas todas, pero eso está en manos de nuestros dirigentes sin escrúpulos: de gente como Bill Williams y Andrea Antonioni.

Mientras Servo-man leía atentamente el informe de la sonda analizadora, una persona más había entrado en escena, la periodista Laura Palmer, que había ganado algún que otro premio cubriendo algunas de las grandes hazañas de Servo-man. De alguna forma, aquella mujer debía estar agradecida a la figura de Servo-man, pues había sido eso lo que había lanzado su carrera como periodista.

El informe revelaba información superficial sobre el incidente, pero era evidente que había más de una persona implicada y probablemente las particulas ectoplasmaticas habian tenido algo que ver en el incidente. El androide estaba un poco inquieto (aunque no mostraba ningún signo de ello) pues todos sus módulos de predicción y simuladores no estaban funcionando correctamente, al parecer la actividad fantasmagorica estaba fuera de toda predicción.

- DEBO PROCEDER DE MANERA RUTINARIA, ASI QUE COMENZARE POR EL PROCEDIMIENTO HABITUAL, DOCTOR ASESINO USTED A ESTAS PERSONAS?

Ante la sorpresa de los asistentes, que no daban crédito a aquella pregunta, el androide prosiguió con su investigación:

- LAURA PALMER ASESINO USTED A ESTAS PERSONAS?

La fiesta de anoche fue entretenida, ciertamente yo estuve algo alejado de la fiesta, como ausente, como estaria yo en cualquier fiesta, miles de personas ebrias  una sobria, ese era yo, pero que le iba a hacer si jamas me habia gustado beber alcohol...

A pesar de que la gran fiesta de la noche anterior terminara tarde, como cada mañana, me habia despertado temprano, y habia salido a hacer mi paseo habitual, como cada mañana, pero esta vez por las dependencias del hotel.

Arregle la cama al levantarme, me vesti con la ropa que ayer habia dejado preparada, unos pantalones grises, una camisa blanca y una chaqueta gris también, muy abrigada, perfecta para las temperaturas bajas habituales en la zona; despues me lave la cara y las manos, y sali de mi habitación; la numero 3, austera en compaacion con otras del hotel, aun que sin duda decorada exquisitamente y con una confortable cama.

En los bolsillos solo llevaba las llaves de mi habitación, aun nadie se habia despertado, probablemente no se despertarian hasta mas tarde a causa de las secuelas de la fiesta de ayer, y no se despertarian muy despejados.

Baje por las escaleras que daban a la planta baja y cruce el vestibulo para llegar a la puerta de entrada, curiosamente en mi camino no me tope con ingun empleado del hotel realizando alguna de sus funciones, imagino que tambien tendran derecho a descansar.

Cruce la puerta de entrada y sali al exterior, a los hermosos jardines del hotel, la viste era realmente espectacular, verdes bosques de encinas enormes rodeaban el castillo, situado en lo alto de una colina, un rio se escuchaba en el fondo del valle, y el cielo aun no del todo encendido por la viva luz del astro rey tenia aun tonos violacios y anaranjados.

Di un largo paseo por aquel edén terrestre, respirando el aire puro de aquel paraje en el que me encontraba; al completar mi paseo habia dado la vuelta completa al hotel, y habia descendido ligeramente la colina y observado todo en derredor, una ligera bruma cubria la zona y la brisa matinal mesaba mis cabellos, ya era hora de regresar al hotel para tomar un buen desayuno.

Volvi a subir la colina, despacio, y me situe frente a la puerta de entrada, pero no fue hasta que la cruce cuando comence a escuchar la algarabia; al parecer varias personas ya se habian levantado y estaban arremolinadas al fondo de la planta baja, donde se encontraba la sala de empleados.

Me apresure en mis pasos, avance rapidamente cruzando el vestibulo y los pasillos hasta llegar alli, varias personas se encontraban bloqueandome la vision.

- Por favor, dejen paso, soy detective. -

Cuando pro fin llegue frente a la sala de invitados observe como una periodista tomaba fotos mientras que el reputado, aunque mal considerado, doctor Eisenstein conversaba con el superheroe Servo-man; tras observar todo esto mi vista se poso en la sala de empleados, entonces fue cunado vislumbre la horrenda ewscena, que sin embargo me era familiar a causa de mi profesion.

Habia sangre por todas aprtes, lo que indicaba signos de violencia, salpicaduras en las paredes, que nos querian decir que las victimas habiasn sido agredidas con algun arma que les habia seccionado arterias, las cuales habias sangrado sobre la pared, los cuerpos estaban en el suelo, los observe profundamente y vi el horror en sus rostros.

- Doctor Einsestein, señor Servo-man, ¿saben ustedes algo de lo que ha ocurrido aqui? - Dije dirigiendome a aquellos dos hombres que parecia que habian estado inspeccionando la zona del crimen antes de mi llegada.

 Tiffany se despertó casi de los primeros con las primeras luces del sol, y lo estaba alucinando desde entonces, lo que parecia en un principio fruto del sueño que llevaba encima cada vez iba cobrando mas realismo segun iba llegando gente. Pobres, iban todos con unas caras de resaca alucinantes...aunque la suya tampoco era para menos, y encima todos esos flases la estaban mareando. No la gustaba ver sangre, asi que se sento a esperar si los demas averiguaban algo...

Me desperté con un pedo de la hostia, porque me había pasado la noche con tres nenas y se me había ido la pinza a saco. Las babys no estaban allí. Se habían pirado sin decir nada, pero me la traía floja. Los del hotel no me habían traído el copazo de buenos días que les había pedido, así que bajé a ver qué se contaba la peñita.

Estaban todos los fiesteros juntos, y con el "pum, pum" y "tachún, tachún" que nunca salía de mi cabeza, me acerqué al grupo. En la sala de empleados había un fiambre, uno al que le habían hecho placa-placa así porque sí. ¡Toma, toma, toma! La puta realidad, que te la mete doblada cuando menos te lo esperas, yo. Aquí hay tema, peña, para temazos a saco. Y -pim, pam, pim, pam- vi al robot preguntando a la gente, allí liándola parda, preguntando a saco a la peña pa encontrar al chulo que le había dao una hostia al empleao ese fiambrera.

-Servo-yo! Molas ahí de flipe, yo. Te quería parlotear de unos asuntos, que te veo ahí cañero, cañero, y eres el puto amo. Tengo una idea de un videoclip to guapo, con negratas y tías buenas, y ahí el Servo-yo haciendo pim, pam, pim, pam con los maderos, que son unos cabrones. Que eso vende, yo, que le molas a la peña. Que me viene la inspiraCIÓN, y así, así te hago una canCIÓN:

Yo, yo.

El marcianito llega,

se viene con las nenas.

Si viene la madera,

les rompe la cabeza.

Dale un pastilla al marcianito, yo,

que es un flipe y se llama Servo-yo.

Dale una rallita al marcianito, yo,

que se pone verde y pega el subidón.

Yo, yo.

Te ha molao, o qué? Es la puta caña, tío. Veo sangre a cholón aquí. Ahí, muertes y to lo que gusta a las nenas. ¡FLI-PE!

El científico loco intentaba analizar algo, pero tenía un subidón como el mío, por lo menos. Miré así y así el cuerpo del fiambre. Esto era como la puta cárcel, yo, y había que demostrar quién era el papichulo.

-Lo que ha ocurrido aquí, muy señor mío -dijo el doctor mientras se acercaba al detective Braveheart-, ha sido una ignominia. Una trampa para cazar ratas de laboratorio. Yo desde luego no pienso perder mi precioso tiempo en este rompecabezas, necesito un café bien cargadito y poner mis neuronas a trabajar en algo. Así que yo me voy al café bar, a ver si descubro cómo demonios se enciende la cafetera. Eso sí, si quisiera investigar un tema tan oscuro como este, empezaría por preguntarle al jefe de seguridad del hotel. Sin duda O'Connor tendrá una buena explicación para todo esto.

Después continuó su camino hasta la cafetería, y comenzó a buscar un manual que explicara el correcto funcionamiento de la cafetera, sin prestar demasiado atención al cantante de rimas fraudulentas.

-Esta máquina tan compleja basa su funcionamiento, al parecer, en la ebullicón del H20 y la solubilidad de las partículas de café, así que me imagino que habrá que rellenar este cazuelito de aquí con el líquido y...

Una fiesta para dar imagen. Esa había sido la intención del futuro presidente, o eso se decía a sí mismo, aunque las encuestas lo situaran como el candidato a presidente peor valorado de la historia. Sin embargo, "Bill" pensaba que la fiesta le daría muchos puntos y que incluso las masas pedirían elecciones anticipadas para hacerle allí mismo presidente.

Durante la noche estuvo contando chistes, haciendo discursos y entregando manos. También estuvo bebiendo una copa con cada celebridad, cosa que en una fiesta llena de estrellas le habían provocado hoy una larga resaca. Contento al creer que este había sido un gran paso para dirigir el mundo, empezando por América, se levantó con una sonrisa, a la que le acompañaban unas ojeras de 5 centímetros y unas legañas descomunales.

Iba por el pasillo cuando vio gente parada. Habían más personas, pero sus selectivos ojos solo vieron a los 2 que importaban, una periodista y un superhéroe. En pocas palabras, algo que haría que los niños cansinearan a sus padres para que lo eligieran a él. En menos palabras, votos... Se abrazó al héroe y puso su mejor sonrisas, y las legañas y ojeras se fueron porque sabían que podrían quedar mal. Se puso a decir patata, aunque no llegó al pa, cuando vio un hilero de sangre.

Cual niña con tres años a la que su hermano mayor ha roto su muñeca favorita, comenzó a corretear y chillar casi desmallándose, pensando en las consecuencias más terribles que derivaban de esas muertes.

"Oh, no, estas tramas siempre perjudican las carreras. Cabrones asesinos".

Se puso detrás del robot o lo que fuera, temblando y rezando.

-Dios, soy demasiado rico para morir. Además tengo mujer, 4 hijos y 17 amantes, y no saben valerse por sí mismos.

Al parecer mi figura habia pasado desapercibida para el futuro candidato a la presidencia, ciertamente tanta celebridad aqui reunida podria suponer una gran bocado par aun asesino a sueldo, y quiza de eso se tratara, aun que no parecia obra tipica suya el asesinar antes a todo el personal del hotel de una forma tan brutal.

- Tranquilicese señor williams, alejese un poco del escenario si le intranquiliza, y sobre todo trate, al igual que todos, de no contaminarlo, de otro modo las pruebas que pudieran conducirnos al asesino se podrian perder irremediablemente. -

Continue observando a los alli presentes y siguiendo con mis intentos por esclarecer los hehco alli acaecidos, me diriji a la periodista, Laura Palmer, segun ponia en su acreditacion como periodista; los periodistas suelen ir fisgoneando a horas intempestivas alli donde se encuentren, asi que quiza podria haber visto algo.

- Disculpe señorita Palmer, ¿ha visto usted algo extraño durante su estancia en este hotel? -

Por otra parte, como bien sabia por mis numerosos años de experiencia como detective, debia observar las cohartadas de los asistentas para comenzar a investigar de modo que me gire mirando a los alli presentes y pergunte.

- Si son tan amables, señores y señoras ¿podrian decirme donde estuvieron la pasada noche y si alguno de ustedes ha visto algo? -

-Tranqui, tronco, que si viene un chungo le meto así patada voladora. Que yo estoy mazao, yo, que les partía ahí los brazos a los blanquitos en el trullo. Que a mí no me vacilan, yo -le dije al chinito- Los amarillos sois buena gente, yo, pero tenemos a un negrata de presi, que eso parte la pana. Nigga powa, yo!

Le vi ahí con su trajecito y con sus tonterías de chinitos, y me dio pena. Pero había que estar ahí, yo, pa repartir así, así y que no vinieran los vacilas a escarbar la suciedad. Miré a la furcia de la cámara, yo, que era MILF de toma, toma. Era periodista, de esas a las que les gusta la cañita. Me había entrevistado en varias ocasiones y me piruleaba como quería. Que no me daba cancha, yo. Que me había descrito una vez ahí, que me acuerdo todavía, como un negro con "trastorno de personalidad musical", que era una perra. No quería ahí pasarme de rosca, había que entrar guay, de colegueo y tal. Sería guapo que flipara ahí conmigo, con un MC de los que curten el lomo, así que empecé a pensar unos pases de Break y unos temitas chunda-rap pa emocionarla con mis líricas, yo. Estaba muy atenta a la sangre, como si le interesara de verdad el fiambrera.

-Esto ha sido un madero, seguro, yo. La puta policía que nos quita la libertad, yo, que no nos deja plantar ahí nuestros grafos en los muros. Que me quieren pringar, yo, que esté en el trullo pa que no se escuchan mis líricas. Pero yo ayer estuve de pastis y de pim, pam, pum y no me enteré de esto, yo. Que yo no he sido, yo.

La mirada selectiva captó al siguiente foco de atención, el rapero o lo que fuera. Y había dicho que... había estado en la cárcel. Se apartó del robot y se pegó de espaldas a la pared.

"Un convicto aquí no, todo el mundo sabe que no son buena gente, y darles la espalda puede crear situaciones incómodas".

Pero haciendo acopio de valor, se acercó al hispano y le tendió la mano, falsamente y solo motivado por la campaña política... con la periodista cerca aún podía hacer publicidad de sí mismo, aunque los asesinatos pudieran ensombrecer su o darle titulares escabrosos para que la competencia intentara deshacerse de él.

-Me encanta su música- dijo a pesar de no haber oído nada de el "cantante"- la pongo en mi despacho todos los días. Estoy muy familiarizado con los sudaméricanos, sobre todo con los que viven en España, pegando a Méjico.

Se quedó sonriendo y tendiéndole la mano para ver si le hacían una foto y ganarse así el voto latino.

"Tendré que lavarme la mano después, en cuanto me voten, los echaré a todos de mi país, no nos gustan los inmigrantes. Y más de este sucio presidiario, que a saber donde mete las manos"

El amarillo era uno de mis millones de fans, yo. Me seguían a todas partes. Pero le faltaba un poco de rollo, de onda chunda-rap, porque ese traje no partía la pana ni de coña. Pero qué coño decía? Que soy chocolate, yo, sin leche. Que los latin brothers son unos chungos casi siempre, excepto mi amigo Dani "el Atunes", que es como un hermano, yo.

-Chinito, que no te enteras, yo. Que vas con un puestazo bueno, bueno. Que los negratas somos gente ahí de flipar, que no soy latin brother, que soy nigga powa', yo. Y llevas un rollo que no lo peta, hermano. Te faltan ahí unas cadenas de oro y una gorra torcida, yo. Y también una camisa petada y una botellita de agua pa que pasen las pirulas y luego pim, pam. Es la moda chunda-rapper, viejo, que no pillas el rollo, que así no le triunfas a las babys.

El chinito estaba poco centrao en el fiambre y muy a su bola. Ahí, que era todo apariencia, tío, que era un producto de la sociedad de los carrozas. Le faltaba ahí el rollo alternativo, para partir el bacalao, un poco de chunda-rap pa amenizar el coñazo ese de que si vota al banquito o vota al amarillo.

-Flipa ahí con lo alternativo, chinito, como yo. Ahí el chunda-rap es lo que lo peta, con las líricas de los que somos originales, yo. O-RI-GI-NA-LI-DAD, yo! Para que tus líricas tengas MU-SI-CA-LI-DAD, yo!

Me quedé un tanto sorprendida cuando el Doctor se enfurruñó conmigo y se marchó, después de darme a entender que le había ofendido. Quizá es que todavía tenía demasiada resaca o era más sensible de lo que había esperado, pero estaba claro que no le habia parecido nada bien que le diera a entender que era un tanto inutil en aquella situación.

Con él fuera de la habitación, Servo-man se había puesto en acción. Le había seguido en algunas ocasiones, y casualidades de la vida le había acabado encontrando en situaciones inesperadas que para mi sorpresa habian inflado ligeramente mi carrera. No era el mayor de mis logros, por supuesto, pero cabía reconocerle cierta dedicación al extravagante personaje.

Hasta que soltaba algo como lo que acababa de decir:

Cita:

¿Pero que coj***?

-¿Está de broma, no? ¿Porqué diantres iba yo a asesinar a nadie? - Pero como un autómata, con la misma falicidad que me habia soltado la pregunta a mi se la estaba haciendo a todo el mundo. - ¿Pero que diablos pretendes conseguir con eso?

Mientras Servo-man perdía el tiempo con algo así, se habia instalado por allí el señor Braveheart, que al parecer era detective, de los de verdad. Examinaba la escena como había visto hacer a otros policias, con atención e instinto, aunque sus primeras preguntas habian sido tan ridículas como las de los demás. Y para su sorpresa, no tenia visos de ser mucho más inteligentes: 

Cita:

-¿Aparte de una montaña de cadáveres que ayer eran el servicio del hotel y que para cuando nos fuimos a dormir eran personas vivas y alegres? Me temo que no.

El detective siguió con sus rutinas mentales analizando la escena, y de nuevo cuando abrió la boca, fue una estupidez lo que preguntó. Sin duda había esperado demasiado de él.

Cita:

-Con todos mis respetos, señor Bravehart, pero está usted preguntando estupideces, y de las gordas. ¿Dónde cree usted que estabamos anoche TODOS nosotros? Exactamente aquí, por supuesto, pues todos estuvimos en la fiesta hasta altas horas de la madrugada y es obvio que quien quiera que haya hecho esto no se lo va a decir ni a usted ni al hombre de hojalata sólo por que lo pregunten. ¿Que tipo de pensamiento inductivo siguen ustedes, ágentes de la ley?

Y por si no fuera suficiente para mi sufrir (con la resaca que tenía en ese momento) con la manifiesta estupidez de estos dos personajes, pululaba a mi alrededor el pretediente a Presidente de Estados Unidos (en una actitud claramente infantil por llamar mi atencion para que le hiciera una foto, la cual no pensaba hacer bajo ninguna circumstancia) y al todavía más repelente e infantiloide del tuntún. Ah... que recuerdos de cuando pude ponerlo a parir en aquella prestigiosa revista musical de buen criterio...

Entre ambos la ponian de los nervios, así que se acercó a Tiffany, que se había sentado por allí cerca y parecía pálida y deshubicada en medio de toda aquella algarabía.

-¿Te encuentras bien? - Le preguntó, sentandose a su lado. Era evidente que la escena la perturbaba profundamente. - No deberías estar aqui... no es algo agradable de ver... vamos, dejemos a sus "eminencias en criminología" y salgamos de aqui para que te de el aire...