Bien sabido es que los largos meses de invierno tientan a los caballeros con la monotonía y la pasividad. Sin embargo no he olvidado todos los combates que he tenido y no puedo quedarme quieto viendo pasar las horas.

Así pues no es raro verme con la espada, practicando y entrenando, o dando paseos los días que no hace tan mal tiempo.

A pesar de todas las comilonas que se organizan siempre encuentro la excusa perfecta para evitar atiborrarme y así no ganar peso que luego me cause problemas en la primavera. Más que nada porque al contrario de otros ni Cadwallon ni yo tenemos un castillo propio, así que seguramente el año que viene tendremos que seguir peleando.

Aunque no niego que me gustaría encontrar un sitio al que llamar hogar, por ahora prefiero seguir haciéndome un nombre.

Otra cosa en la que destaco en la corte es en sinceridad. Siempre confiando en que los demás valorarán lo que hago, no veo motivos para esconderlo tras una cortina de mentiras y medias verdades, y eso acaba generando un nombre y un respeto cómo alguien sincero y en quién se puede confiar. Y me gusta que sea así, que la gente pueda confiar en mí palabra y que se me conozca por ello.

En una de las cenas que se preparan en la corte, un caballero está divagando sobre un pueblo dividido entre dos condados iniciando un debate sobre cuál de los dos señores debería hacerse cargo del pueblo. Hay opiniones de todo tipo, desde los que lo solucionarían con un duelo o una batalla, los que piensan que un uso compartido sería lo más adecuado o los que dejarían la decisión en manos del Rey.

Finalmente alguien le pregunta su opinión a Flaín, que tras meditar por un momento termina diciendo: tanto duelos como guerras hacen daño a ambos señores recortando sus recursos y sus soldados disponibles; el uso compartido pocas veces funciona bien pues en cualquier momento sus intereses pueden encontrarse y lanzarse a una guerra; y el rey Uther no puede ocuparse de todos los asuntos cuando la solución es tan sencilla.

A mi modo de ver establecería dos nuevas villas, una en cada condado, y ofrecería los habitantes del antiguo pueblo la posibilidad de irse a una u otra villa. Seguramente se muevan por familias, con lo cual se evita un problema en caso de llegar a haber un conflicto.

Finalmente parece que mi respuesta es tomada como la más adecuada para el asunto tratado, cosa que me hace sentir orgulloso y que estoy seguro que le haría sentir orgulloso a mi padre.

Debe quedar claro, en primer lugar, que Cadwallon no era por lo general muy dado a intimar con mozas ni, sobre todo, damas. Al fin, este tipo de encuentros podían llegar a convertirse en un problema, y más para alguien que, como él, deseaba casar con la hija del Castellano de Du Plain. Sin embargo, con lo que no había contado el caballero de Catterick era con que la corte del Rey Uther era un lugar en el que había muchas mujeres, y no eran pocas las interesadas en seducir a un caballero, incluso a uno tan pobre como Cadwallon. Pues aún el más pobre de los caballeros, sirviendo a un buen señor como los que había en Salisbury, era un buen partido para una sirvienta o dama de la corte.

Y así, Cadwallon fue asediado en más de una y más de dos ocasiones por mujeres que no dudaron en insinuarse, dejarse seducir y hasta llevarse al catre al caballero después de una fiesta. Una de ellas fue una sirvienta que acostumbraba a servirlo en las cenas y con la que yació después de una cena especialmente regada de vino y viandas. La otra fue la dama de compañía de una doncella casadera, y las risitas y chismorreos de sus amigas en los días posteriores llevaron a Cadwallon a pensar que era quizá más conveniente dejar de contribuir a los dimes y diretes de la corte durante un tiempo.

Eso sí, siguió yaciendo de tanto en tanto con Aoibhe, la sirvienta. Una chica mucho más discreta que las coquetas damas de compañía de la corte.

Lo cierto es que Cadwallon había tenido una vida difícil. Ser nombrado caballero sin "merecerlo", sino como recompensa a su padre por los servicios prestados, había hecho que muchas personas pensaran que no era digno de tan alto rango. Él siempre había notado que no era tenido por un caballero "de verdad" por muchos de sus camaradas en Catterick, y eso lo había convertido en alguien suspicaz que siempre buscaba un doble sentido en las bromas y comentarios de sus pares.

Sin embargo, en Logres la situación había llegado a ser muy distinta. El caballero de Catterick descubrió que en la corte del Rey Uther recibía una camaradería mucho más sincera que la que había recibido en su propia tierra natal. Con el paso de las semanas, Cadwallon llegó a confiar más en la gente a su alrededor. No tanto como para bajar por completo su guardia, pero sí lo suficiente como para encajar con más simpatía las chanzas de los cortesanos.

Una de las pocas cosas que Cadwallon tuvo claro desde el principio en la corte es que no se daría los grandes banquetes y comilonas a la que tan dados eran ciertos caballeros de la corte de Uther. Y aquellos que no se solazaban con exceso en la comida lo hacían con la bebida. Ni de lo uno ni de lo otro abusó Cadwallon. No comió en exceso, y hasta encontró excesivo algunas de las cenas servidas en la corte ni, desde luego, bebió en demasía, pues temía que el alcohol aflojara su lengua y dijera algo inconveniente frente a tan altos dignatarios y señores.

Además, descubrió que beber un poco menos que el resto de caballeros y damas y dejarles embriagarse era bastante útil a la hora de averiguar rumores y descubrir secretos. Una enseñanza realmente útil.

Hubo un día, visitando las murallas de Sarum, en que se encendió un debate sobre las mejores formas de defender la ciudad que existían. Uther y el Conde de Salisbury se enzarzaron en una amistosa discusión sobre el mejor modo de rendir la ciudad. El Rey Uther habló sobre técnicas de asedio, torres de asalto, catapultas, osadas cargas y estratagemas. El Conde de Salisbury presentó distintas formas de contrarrestar cada una de las estratagemas del Rey y la discusión fue subiendo en intensidad hasta que un prudente caballero decidió cortar de raíz la discusión antes de que pudiera escalar hasta un punto peligroso... preguntando a Cadwallon su opinión. 

Lo más lógico habría sido darle la razón al Rey. O, incluso, dársela al Conde, pensando en que Cadwallon pretendía vivir en Salisbury en el futuro. Pero lo que hizo el caballero fue simplemente, decir la verdad: - Mis señores, no sé mucho sobre asedios, pero sí se que, de cada diez ciudades asediadas, nueve cayeron rendidas por la simple táctica de rodearlas, evitar que nadie entrara ni saliera, y dejar que sus habitantes se rindieran cuando el hambre y la enfermedad los consumieron. 

Y, al fin, no tuvo que ser mala respuesta, puesto que, después de un breve silencio, Uther rió y alabó la sensatez del caballero de Catterick. 

En temas de justicia, Cadwallon lo tenía bastante claro: él haría siempre lo que le dijeran sus superiores. Esta hacía que los juicios morales quedaran fuera de la vida del caballero, y aportaba claridad a su existencia.

Sin embargo, en la corte del Rey Uther, Cadwallon tuvo la ocasión de encontrarse con ocasiones en las que las lealtades cruzadas entre caballeros, algunos de los cuales servían a un señor, pero tenían que rendir cuentas también ante el rey, obligaban a tener que pensar sobre las consecuencias de sus actos.

Afortunadamente, Cadwallon no era una de esas personas. Para él, la lealtad al Rey Uther lo era todo, y en ningún momento se vio en la necesidad de tener que decidir entre las órdenes del Rey y la llamada de una justicia mayor.

No son pocas a lo largo de las veladas las veces en que se menciona nuestra aventura y el buen juicio que hemos tenido, alabando la fuerza de nuestros brazos y la determinación de nuestros corazones.

Sin embargo en todas las ocasiones suelo quitar flores de mi persona para volcarla sobre la de mi compañero, Cadwallon, aduciendo que, al ser más veterano, él era quién realmente tenía la cabeza pensante.

¿Marca en Lujurioso y +10 de Gloria? La marca entiendo que sí aplica, pero los +10 de Gloria no estoy tan seguro

Cierto, al ser a la segunda no hay premio de gloria.

Si falláis ambas tiradas, el rasgo y su opuesto no subiréis nada, y no sumareis gloria.

Subo directamente Confiado de 8 a 9 por haber sacado el crítico, y +10 de Gloria

Correcto, y 10 de gloria por haber sacado el crititco. Si hubiese sido en la primera opcion serian 20

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