Partida Rol por web

1.1 Presentacion

Es dia de celebracion en la feria, como cada primavera de cada año, los candidatos que quiere optar a ser representante de la ciudad, tienen que pasar un examen, mas burocratico que otra cosa, pero sirve ademas de fiesta y la gente se agolpa en las gradas abarrotadas con curiosidad y nerviosismo. La nobleza presidida por el mismisimo archiduque sombra Jilokasin se encuentra lujosamente acomodada en el palco de honor. La inscripcion de los candidatos es libre , , algunos realizan las pruebas por entrar en algun cargo de funcionario en la ciudad, y otros solo por presumir antes familia, novias, o amigos . Aun asi deberan dar una muestra de su valia presentandose a los nobles y resto de presentes, de entre ellos solo unos pocos seran los elegidos

Un pequeño gnomo llega, montado en un perrito. Ambos son pequeños incluso en comparación con los de su raza.

El pequeño saca una gaita, y empieza a tocar. La gaita está encantada y por cada segundo que toca, ella es capaz de seguir tocando durante otro más. Esto le permite pregonar y cantar a la vez ¡Curioso invento!
Y encima, tiene una ilusión por la que podríamos jurar que ¡Del instrumento salen llamas!

[color=#990000]"Al principio solo habia silencio y tinieblas en todo el mundo derredor"[/color]
[color=#990000]"Entonces un frio gélido hizo un agujero en la bóveda celestial"[/color]
[color=#990000]"El rayo y el trueno vinieron destrozando el miedo"[/color]
[color=#990000]"Golperaron la tierra y resquebrajaron el suelo"[/color]
[color=#990000]"Así el fuego se alzó por primera vez hasta el cielo"[/color]

[color=#990000]"Así nació el fuego de la mente, el poder de la mente sobre todas las cosas"[/color]

Es en ese momento, como si del mismo trueno que rompió el silencio eterno se tratase ¡Unos golpes inconmensurables se escuchan tras el portón!

Es un hombre descomunalmente grande. Es un semigigante. Sus brazos son como dos columnas ¡Y como cualquier caballo se le queda pequeño, va montado nada menos que en un rinoceronte!

Con su voz ronca y potente, el hombre habla

[color=#000099]"Y yo soy Alharén, el semigigante. Bendedido con la fuerza de la tierra, y con la chispa de la llama. Un seguidor del sendero. Un seguidor de la via psicónica."[/color]
[color=#000099]"Y vengo a estas tierras, regadas con el coraje de héroes, y donde el honor y el futuro germina y crece"[/color]

El semigigante desmonta. Lleva una espada más grande incluso que algunos soldados, pero la maneja como si fuera un simple estoque.

Y se inclina ante el archiduque. Se inclina en un ángulo recto, con la intención de no quedar su cabeza más alta que la del resto de presentes.

Mientras mantiene la postura, tras que el semigigante dijese lo que el bardo le habia escrito, este vuelve con su melodía

[color=#990000]"Un veterano de las guerras del reino de Khador, que tras ver los errores de su gente, ha decidido traer su espada a este reino antes de mancharla con la sangre de los inocentes. Su brazo parece el de un bárbaro, pero su corazón es el de un paladín"[/color]

[color=#990000]"Este es Alharén, Brazo Férreo y Mente Diamantina. Y ofrece sus servicios a este reino y a su noble causa"[/color]

Dicho esto, con una pirueta, el Gnomo desaparece entre llamas y pirotecnica.
Sólo queda el gigante y su montura. Cada paso que dan, es un testamento a la fuerza.

[color=#000099]"El hombre consecuente es aquel que busca la sabiduría en su fuente, allá donde viven los sabios. Mi señor, busque la sabiduría en Khador, y sólo hallé chauvinismo. Es en estas tierras donde el sol promete brillar más"[/color]

Luego de la presentación de aquel enorme y pintoresco personaje, quedo sumamente sorprendida, nunca había tenido que hacer algo tan vistoso y colorido como una presentación; lo mío hasta mis pocos años de vida había sido ir, cumplir mi tarea y volver a que me pagaran, ni siquiera me preguntaron el nombre la última vez.

Doy unos cuantos pasos adelante, hasta llegar a la altura de Alharén, le dedico una mirada y asiento con la cabeza, luego paso mi mirada hacia el archiduque, -Yo no tengo fuegos con colores llamativos, ni una persona que toque para mí- desenvaino mi espada y de un golpe seco y fuerte clavo la clavo en el suelo, flexiono mi pierna derecha y pongo ambas manos sobre el mangual de la espada. –Mi nombre es Uh-Kragh, vengo de las tierras del norte; de una tribu de la cual soy su ultimo integrante, no tengo a quien rendir cuentas más que a las personas que me contraten; vago de este a oeste, de norte a sur, sin algo que me ate a nadie ni a nada- me pongo de pie nuevamente y con un giro de espada sacándola rápidamente de donde se encontraba; ofreciéndola al frente y volviéndola a clavar en el suelo, con voz fuerte y segura continuo.

-El destino me ha llamado para seguir un sendero que hará perdurar en la historia a la última de la tribu, la comunidad Uh-Kragh vivirá por siempre en los cantos de los bardos y los pergaminos de los sabios a través de mis hazañas… las estrellas se han alineado, este es mi momento y debo responder a la llamada del destino- 

El escenario queda vacío, y pasado un minuto largo aparece la figura de un monje. Cabeza rapada, cicatrices por toda la cara y expresión tranquila pero decidida unidas a un paso parsimonioso con las manos cruzadas por detrás de la espalda y un hábito sencillo, caminando hasta detenerse en el centro del coso.

El monje cierra los ojos y se limita a esperar a que los murmullos se silencian por completo y casi puede escuchar su propia respiración. Es entonces cuando abre los ojos y mira directamente al al Archiduque. Una mirada seria, sincera y sobre todo breve.

— Mi nombre es Li Xiao, hijo de esclavos y crecido en un devoto monasterio dedicado al dios Ogham, allá en el Oriente — comienza a hablar. Su voz suena alta y clara por todo el recinto, como si hubiese ensayado la modulación de la misma durante días —. Estudio, Trabajo y Caridad es mi lema de vida — continúa, callando acto seguido —. Y hechos. No soy un hombre de grandes palabras, así que lo que deba demostrar, lo haré en el lugar donde corresponda — tras este breve mensaje, el monje se inclina profundamente ante el archiduque y procede a retirarse, con la misma parsimonia con la que entró.

Con paso lento y observando la multitud allí presente, Kami fue acercándose a las gradas. Los músicos empezaron a tocar una canción, y un bardo se dispuso acompañar la melodía con su grave voz. 

Al llegar a la altura de la grada donde presidía la nobleza y donde se realizaban todas las presentaciones de los participantes, Kami les realizó una reverencia como marcaba el protocolo, pero en vez de levantarse, dio una lenta vuelta de 360º realizando la reverencia a todos los presentes. 

Se enderezó, y cuando el murmullo de la gente se atenuó empezó con su discurso. 

- Quizás muchos de vosotros esperéis ver a hijos de héroes de batalla contando las hazañas de sus padres, intentando alcanzar un nombre para no seguir viviendo a la sombra de ellos. - Se callo mirando por encima los rostros de la gente 

- Yo no soy uno de ellos. Nací sin privilegios, y crecí aprendiendo lo que es el esfuerzo y el trabajo duro. Labrándome mi futuro, igual que hicieron mis padres y de la misma manera que lo hacéis todos vosotros. ¿Quién os dice que en el fondo de vuestro interior no seáis grandes guerreros, magos o exploradores? - Se acercó a un grandullón con aspecto de forjador. - Y tú, ¿acaso piensas que tan solo eres un trabajador cotidiano? Seguramente pudieses con muchos de los que se van a presentar. Incluso quizás podrías ganar a posibles hijos de héroes que se presenten. - Se desplazó rápidamente en dirección a un joven entusiasmado por la subida de moral que estaba provocando el discurso de Kami. - Tú, por lo contrario, eres un chico delgado, y no muy alto. ¿A ti quien te impide ser un posible ganador? Seguramente seas mucho más rápido que esas moles gigantes que lo único que saben demostrar es su fuerza bruta. Con tu agilidad podrías esquivar muchos de sus golpes sin problemas he infringirles heridas sin que tan siquiera supiesen por donde les atacas. - 

Realizó otra pausa mirando a todo el público y se desplazó por el recinto mientras los señalaba - Todos vosotros podéis llegar a ser héroes, porque solo son héroes los que lo intentan ser, solo son héroes quienes en realidad lo desean - Kami escuchó como la gente se levantaba del sitio, silbaban y aplaudían eufóricos. Les había dado un chute de moral y esperanzas en ellos mismos directo a las venas, llevándoselos a su terreno, y ni tan siquiera dándose aires de grandeza ni demostraciones de fuerza bruta.

- Por ese motivo estoy hoy aquí, porque quiero ser un héroe con la ayuda de Pelor, y seguir su senda expulsando el mal para evitar que os lo crucéis en vuestro camino, y podáis alcanzar vuestras metas y objetivos -. 

Con estas palabras Kami finalizó su discurso, pero haciendo una reverencia empezando primero por el público y terminando por la nobleza. 

Dio media vuelta y salió por donde había entrado, esta vez con un paso más acelerado.

Tras unos instantes de silencio después de la presentación del clérigo Kami, que había dejado al público gratamente sorprendido, los músicos comenzaron a tocar nuevamente mientras una mujer cantaba esta vez.

Y bailando con una elegancia maravillosa, Frida Drachenfels hizo acto de presencia en el recinto. Moviéndose al ritmo de la música con la gracia de un ángel, la muchacha dejaba tras de sí un rastro de pequeños pétalos de flores, el cual caía desde el interior de su sombrero. Cuando llegó a la altura del palco donde se encontraba el señor del lugar, la muchacha dejó de danzar e hizo una cortés reverencia delante del archiduque. Los músicos dejaron de tocar y ella se alzó para mirar a los nobles que la estaban observando.

 -Nobles señores y señoras. Gran archiduque Jilokasin. -Frida dio una vuelta sobre sí misma con los brazos extendidos.- Damas y caballeros de todas partes del mundo. Podría comenzar hablando acerca de mis gestas personales o de lo que yo considero heroico o digno de ser rememorado eternamente en las gargantas de los juglares. Podría, pero… Sólo soy una joven sencilla. No soy una heroína, no soy una guerrera. Tan sólo soy una humilde viajera.

Frida hizo una pausa dramática antes de continuar.

 -Y os preguntaréis, ¿qué puede ofrecer una simple viajera como yo a esta ciudad? ¿A las gentes que viven en ella? -volvió a mirar directamente al archiduque- La respuesta es bien sencilla: empatía, mi señor. Ya he dicho que soy una sencilla viajera, pero es precisamente viajando donde he aprendido todo cuanto sé. Me he encontrado con gente de todo tipo, he contemplado pueblos pequeños y grandes ciudades, he visto criaturas que parecían salidas de la despierta imaginación de un niño. Y por desgracia, también he conocido al peor enemigo de la gente: los farsantes.

Otra pausa en la que dejó que la gente comenzara a murmurar sorprendida. Sonrió confiadamente antes de proseguir:

 -Así es, farsantes os digo. Porque… ¿Qué tiene de noble llenarse la boca hablando acerca de la justicia para luego abandonar al necesitado a su suerte? ¿Qué tiene de magnífico el caballero de brillante armadura que jamás entra en combate para no estropearla? ¿Qué tiene de útil el guerrero que saca dinero a una ciudad prometiendo protección a sus ciudadanos sin hacer en realidad nada? Escoria como esa hace tanto o más daño que los bandidos o los monstruos que hostigan a las buenas gentes que viven sus vidas en paz. Por eso yo elijo la sencillez. Porque al despojar al caballero de su brillante armadura, al quitarle la palabrería es cuando se puede separar a la escoria de los verdaderos adalides. Porque el puro deseo de ayudar, la sincera voluntad de servir a una buena causa es lo único que necesito para presentarme.

Hizo otra reverencia frente al graderío noble.

 -Y eso es justamente lo que os ofrezco hoy aquí, archiduque.

Y tras pronunciar aquellas palabras, la muchacha volvió por donde había venido con paso alegre, satisfecha con cómo le había quedado su discurso.

    Tras el primer contacto con la orden a través de Mariam, los posibles reclutas dispusieron de un tiempo para prepararse. Al parecer el tener la voluntad de alistarse no era suficiente para los hombres del Archiduque y había que realizar del mismo modo alguna clase de presentación "oficial" como si se tratase de caballeros de alguna casa noble justo antes de batirse en duelo en un torneo de justas. La idea la intimidaba un poco, pero también vio en ella una oportunidad más para demostrar sus dotes y convencer a los que podrían ser sus superiores que en verdad merecía la pena contar con ella entre sus filas. Por ello pasó el tiempo restante hasta la presentación ideando el modo de inducirles a pensar de ese modo.

    Horas más tarde se encontró de nuevo esperando por su turno para darse a conocer, varios de los aspirantes ya habían pasado delante de ella, un imponente semigigante había dado un espectáculo de lo más llamativo pero tras él las presentaciones habían sido bastante más comedidas de algún modo llevando a preguntarse a Egres si no se habría equivocado en el modo de plantear su linea de actuación. Aún así ya era tarde para echarse atrás, miro al cielo y en el pudo ver una sombra aliada que la calmó, así que decidida y con fuerzas renovadas comenzó a avanzar hacia el centro de la zona habilitada una vez aquella mujer voluptuosa y de aspecto risueño terminó con su parte.

    Ecarándose hacia el palco, la exploradora realizó una breve reverencia en señal de respeto hacia el Archiduque antes de empezar. -Mi señor- Seguidamente saludó al resto de gentes de alto rango. -Vuestras señorías..- Y por último se dirigió a las gentes de su alrededor -...y al resto de buenas gentes que tienen a bien acompañarnos a mi y al resto de aspirantes.

    -Me presento ante todos vosotros como Egres descendiente de las gentes de Breyt, ya que nuestra tierra fue arrasada tiempo atrás por los orcos durante la primera oleada. Pero no me detendré en ello por el momento, en su lugar os contaré la historia de mi origen.- Tomó aire antes de continuar, no estaba acostumbrada a dirigirse a las masas y la estaba resultando agotador pese a acabar de empezar, no tanto por el esfuerzo físico como por la presión ante quedar tan expuesta. Sin embargo seguía manteniendo clara la idea por la que estaba allí, su deseo de unirse a la orden para seguir el legado de Aenur y lograr justicia por su pueblo. -Desde la gran guerra el mío ha sido un pueblo sin tierras a las que llamar propias y por ello nos hemos visto en muchas ocasiones forzados a vagar sin nada a lo que poder llamar nuestro. Tanto es así que una cría se tuvo que ver forzada a luchar el día a día para lograr sobrevivir aunque para ello tuviera que recurrir algo tan reprochable robo arriesgando su integridad físicia, pero no os preocupéis ni derraméis lágrimas aún, pues de su primer error nació su primer éxito al haber escogido tan torpemente a su objetivo.-

    Egres comenzó a desplazarse de nuevo hacia el centro, sabía que alargar demasiado la historia aburriría a la gente así que decidió dar algo más de juego. De este modo, a cada paso que daba su figura empezó a desdibujarse, sus ropas comenzaron a agitarse movidas por un viento inexistente mientras su figura se deformaba para dar lugar a un nuevo aspecto, su cabello comenzó a coger un color dorado, sus rasgos se volvieron afilados y para cuando volvió a estar lista para continuar gran parte del público se encontraba estupefacto al ver que donde antes había una muchacha paliducha vestida con pobres ropas de cuero ahora se encontraba un montaraz silvano con un uniforme bien distinto.

    -Su nombre era Aenur, un hijo del bosque.- Al igual que su forma, también su voz fue alterada gradualmente para adaptarse mejor a su nueva forma. -Quien lejos de acusarla a la guardia, se decidió a acogerla y tomarla como su pupila, por años aprendió de él a rastrear y dar caza a los males que amenazan a las gentes buenas y honradas. Las bandas de orcos fueron su presa predilecta, especialmente cuando descubrieron la horda que estaba empezando a formarse en las tierras del sur. Su líder, el gran orco Gorbad, había comenzado a agrupar las tribus nómadas y Aenur trató de dar con la guarida de la bestia antes de advertir a las fuerzas de los señores para acabar con aquella amenaza. Por más de quince días siguieron los rastros buscando dar con evidencias que apoyaran sus sospechas hasta que finalmente, en el Valle de Urmush logró dar con su objetivo.

    Por desgracia, este también logró dar con él.- Mientras terminaba la frase, el cuerpo del elfo comenzó a agitarse realizando movimientos ciertamente antinaturales, sus ropas parecían desgarrarse mientras su figura aumentaba en tamaño, sus músculos se hincharon, su rostro se desfiguró de un modo grotesco y su piel empezó a adoptar tonalidades verdosas mientras sus ojos tomaban un color rojizo. Las ropas del mismo modo parecían ahora jirones desordenados de pieles de animal que apenas parecían capaces de contener el salvajismo latente en aquel ser.

    -El mizmizimo Gorbad habia dado con elloz zeguido de un grupo de zuz zalvajez.- Una vez más la voz de la replicante se alteró para adecuarse a su nuevo aspecto, ahora había tratado de imitar el aspecto de Gorbad tan y como lo recordaba un orco feroz de gran tamaño, un tamaño que aún no era capaz de replicar a la perfección, pero eso era algo que el público no tendría por que saber. Del mismo modo también trató de imitar su lenguaje corporal y forma de hablar, aunque ahora casi la resultaba cómico pensar la manera de hablar del gran orco una parte de ella aún lo temía profundamente a sabiendas de como terminaría la historia. -La lucha fue kruenta, el orejaz pikudaz zabía pelear igual que la kriaja que lo akompañaba pero loz chikoz loz rodeamoz, debiamoz impedir que huyeran. Zin embargo el maldito elfo logró hazer algo inezperado y akabar con uno de loz mioz para abrir una brecha. Pero el eztupido, en vez de aprovechar a ezkapar para zalvar zu pellejo, empujo a la chica y ze kedo a luchar.-

    Aquella parte estaba empezando a resultarla excesiva y en verdad no se sentía cómoda vistiendo la piel del orco, por lo que finalmente Egres decidió retomar su aspecto original para concluir su historia esperando que su donaire hubiera sido suficiente para rebajar un poco el salvajismo de aquella bestia. -Por fortuna, gracias al sacrificio de su noble compañero, la muchacha logró escapar de las garras de los orcos y, pese al dolor que sufría a sabiendas de haber perdido a su mentor, no paró de correr hasta asegurarse de poder alertar a las fuerzas de los alrededores y así doblemente honrar la memoria de Aenur y acabar con la amenaza antes de que lograse formar un peligro imposible de manejar.- Quizás su historia se hubiera alargado en exceso, ahora se había dejado llevar y ya no prestaba atención al público para evitar perder la fuerza en lo que estaba tratando de contar, en lugar de eso volvió por última vez su mirada en dirección al palco del Archiduque. -Esta es mi historia, tal vez lo único que pueda ofreceros por el momento, pero espero que sirva como muestra de mi compromiso por la causa y mi interés de ayudar del mejor modo posible a la misma, no por venganza ni justicia, si no por hacer que el recuerdo de Breyt o el sacrificio de Aenur no caigan en el olvido y que podamos a aspirar a un futuro en el que tragedias como esas no vuelvan a repetirse.- 

    Una nueva reverencia fue su último gesto como despedida final antes de volver sobre sus pasos al lugar donde esperaban aún el resto de aspirantes, esperaba que sus palabras hubieran servido de algo, del mismo modo que haber mostrado sus aptitudes especiales. Eran algo que no siempre resultaba cómodo al resto de razas y el motivo por el que muchos replicantes se decidían a ocultarse para evitar represalias por aquella naturaleza, pero Egres había jugado esa carta pese a ese riesgo ya que por un lado no se avergonzaba de lo que era y por otro porque vio en ello la oportunidad de demostrar su habilidad para imitar a otros, algo bastante útil para sacar información de las fuerzas enemigas. 

    "Oh, mierda, Vael, al final se me olvidó llamarlo, bueno, ya tendrá su oportunidad de ser presentado más adelante." Pensó para sus adentros, había pensado algo para el final en la que interviniera el águila pero al parecer se la había olvidado, en fin, guardarse alguna carta siempre era útil.

Ishram se mantuvo con los brazos cruzados, apoyado en un poste, junto a las gradas. Observó cómo diversos personajes y sus heraldos se presentaban con cabriolas, gestos ostentosos, fanfarrias e historias grandilocuentes o dramáticas. El mercenario escupió al suelo con desinterés. Sintió que alguien le empujaba por la espalda con suavidad, pero con la fuerza suficiente cómo para que su hombro me moviera impulsado hacia adelante, a modo de aviso que era su turno y debía avanzar. Se giró lentamente y miró detenidamente a otro de los aspirantes. Parecía ansioso y tener prisa para contar al público y señores presentes su maravillosa historia de donde venía y cómo pretendía servir a la ciudad, y por ello lo apremiaba. Algo sin duda conmovedor y glorioso. Como todos los anteriores.

Estuvo a punto de dejarle pasar, si tanta prisa tenía, pero se negó a hacerlo, haciendo un gesto con la mano de que se relajara, que no había urgencia, y le dedicó una sonrisa sarcástica. Todo con movimientos pausados y lentos, para desquiciarlo más. Por otro lado sentía que había que acabar con esa farsa cuanto antes, así que el mal trago mejor pasarlo con rapidez.

Avanzó con paso lento, con desgana, arrastrando los pies, hasta situarse en el centro de la plaza. Sintió la mirada de todos los presentes y se hizo el silencio. Y el silencio se prolongó, pues el luchador no dijo nada. Sacó su espada y apoyando su punta contra el suelo, apoyó sus manos a cada lado de la guarda, manteniendo una pose recta y hierática.

Oyó los primero murmullos de los congregados, que comenzaban a preguntarse por qué diablos no decía nada. Por fin, el luchador abrió la boca... y suspiró, manteniendo su silencio y alzando la mirada fijamente a las gradas donde los notables, con el duque a la cabeza, reposaban sus posaderas. Imperturbable, entre indolente e insolente, siguió mirando con fijeza a los prohombres de la ciudad. Hasta que vio a estos removerse inquietos en sus asientos y escuchó las quejas de algunos parroquianos. Y por fin habló.

- Duque, nobles y ciudadanos de Libertia... - saludó con tono grave, sin aspaviento ni reverencia alguna -...si deseáis un espectáculo, siento defraudaros. En mi no lo hallaréis. Buscaos un bufón que os haga las gracias- dijo causando silbidos y protestas de indignación, haciendo que el hombre sonriera levemente -. Si pretendéis hallar en mi un discurso digno de un héroe, siento defraudaros. No soy ningún héroe, pero podéis marchar al cementerio. Tengo entendido que está lleno de ellos - afirmó sin dejar de mirar al duque, mientras que las quejas arreciaban.

- Vengo del Norte y mi caminar me ha traído hasta aquí - informó sin decir nada concreto -. Mi intención es clara: vengo a por vuestro dinero - confesó sin tapujos y con palpable descaro, causando cierto escándalo entre los congregados -. Las hazañas sobre mi que os pueda contar solo son palabras y las palabras se las lleva el viento, por tanto podéis esperar a que pegue la brisa y daros por satisfechos - añadió entre silbidos.

- Estoy aquí y me presento ante vosotros, simplemente, para decir que esta... - alzó su arma deslustrada, moviéndose por primera vez, girando sobre sí mismo para que todos pudieran verla -... está a vuestra disposición y esta habla por mi. Por un pago justo, o mejor si es generoso, los ciudadanos y ricoshombres de Libertia podrán dormir plácidamente, sabiendo que sangre nueva y joven vela por ellos, rellenando los huecos dejados por los caídos y proporcionándoles la seguridad y tranquilidad que desean. Oferta y demanda - concluyó hablando con brutal sinceridad y siendo meridianamente claro, a la que bajó el arma y la enfundó en su vaina. Después realizó una torpe reverencia, posiblemente intencionadamente, y se retiró.

La maravillosas aventuras, luces y fuegos de artificio quedaban bien para entretener al populacho. Lamentablemente Ishram no era un circo ambulante. Libertia quería luchadores y defensores, y él podría ser uno. Tristemente para payaso no daba la talla.

            - Buenos dias damas y caballeros aquí presentes!   Vengo acompañando a la heróica y justa paladín Lady Samara Brightblade Starbreeze, hija de Lady Alhana Starbreeze, orgullosa hija del orador de las estrellas, regente de Silvanesti y del afamado y honorable Sturm Brightblade, caballero de Solamina, martir muerto por un dragón durante la famosa guerra de la Dragonlance y ... media hermana de Steel ... -   Comenzó a contar con evidente elocuencia un chico pelirrojo con menos de 18 años, escudero de la paladín, hasta que ella misma le detiene despues de haber desmontado de su caballo, clavado su lanza en el suelo, se quita el casco y en ella lo cuelga, entonces inca su rodilla al suelo con el apoyo del chico por la dificultad de movilidad que le daba la deslumbrante armadura de coraza plateada que portaba y espero un largo momento hasta que se hizo practicamente silencio, el viento hondeo su cabellera dorada y el sol iluminó teatralmente su épica figura en la plaza antes decir con un tono de voz claro, seguro, decidido y definitivo:

            - Paladine es Padre del Bien y Maestro de la ley en mi tierra. Habla por los dioses del Bien, y los acaudilla no mediante la restricción sino por el ejemplo y el ánimo, así como tengo entendido hace Malinore, su preciado rey -   Entonces la chica hace una pausa para acentuar la reverencia en señal de respeto antes de continuar:

            - Paladine defiende las leyes del Bien, y ayuda a la legalidad y a la abjuración del mal ... sin considerar el origen de cada uno de nosotros, por lo que pueden ignorar por completo mi origen si así lo desean -   Samara hizo una breve pausa para esperar que se acallaran los rumores tras lo que acababa de decir para continuar tras tomar un ligero sorbo de vino de su bota con nuevos bríos:

           - Porque independientemente de la historia de mi familia yo he jurado por mi honor defender sus ideales y he venido a estas tierras para enfrentar el mal que se cierne sobre de ellas junto con el resto de los valientes camaradas que he escuchado junto a ustedes, así como a los que me precedan. Independiente de sus propias motivaciones ... yo les prometo a ustedes colaborar con ellos en contra del enemigo común, escuchar y aprender de ellos... como de los maestros que tengamos; así como aportar mi fé, habilidad, experiencia y conocimiento contra nuestros próximos enemigos con pasión! -    En las últimas palabras la mujer se puso de pie y se giró para mirar al resto de los candidatos, que como ella trataba de ser parte de la academia de Matadragones para dirigirse mas a ellos que al resto de la audiencia para tratar de exacerbarles antes de comenzar a vitorear sola, esperando que la mayoría de ellos y el pueblo replique sus gritos:

           - ! Viva el reino y el pueblo de Nexos!   ! Viivaaa Maalinoooreee!!  !Arriba los héroes que lo protegerán! 

Después de la presentación con Lady Mariam nos indican que tenemos que hacer una breve presentación de nuestras personas y nuestras proezas delante del Archiduque Jilokasin y el resto de nobles de la ciudad... A Rosco nunca le han gustado los acontecimientos públicos, siempre se ha dedicado a ser una Sombra entre las sobras, el vacio que hay en la nada, pero si este tramite es un requisito para poder llegar a alcanzar su destino, se tendrá que prestar una de sus mejores facetas para el evento.
Uno a uno, todos los aventureros que se habían congregado al pie de las gradas van saliendo a hacer su presentación, algunos hacen un gran alarde de poder y destreza y otros mas discretos van cumpliendo con el tramite de una manera estoica.
Una vez han pasado todos, o casi todos, Rosco deja su sitio escondido entre los tenderetes y se aproxima con un andar jovial hacia el centro del recinto. Después de un garraspeo y un par de "uno, dos, uno dos, probando" en voz casi inaudible levanta la vista hacia los presentes y hace una gran y teatral reverencia llegando casi hasta tocar el suelo con la nariz.
Señoras y Caballeros, Nobles y no tan Nobles, mi nombre es Rosco Bajorrama Dedosagiles, vengo de las lejanas tierras de los Valles en las que me crie sin mucha pena ni gloria, y esa es una historia que no contare aqui y ahora para no aburrir a sus señorias, hace una pequeña pausa para coger un poco de aire, y prosigue: Llegue aquí con el único proposito de conseguir fama y gloria, para demostrar que la grandeza no es solo una parcela de la gente grande, y sobre todo para demostrar al gran mundo, que la esencia de las cosas se encuentra en los detalles pequeños y cotidianos, que un pequeño acto, una pequeña acción, por insignificante y nimia que parezca puede ser la que marque la gran diferencia, hace una pausa para poder dar una vuelta sobre sus talones y ver las expresiones de todos los presentes y Una vez dicho esto, pongo al servicio de esta gran ciudad mis habilidades, para preservar la seguridad de los que la habitan y para conseguir un poco de la fama que todos merecemos tener...
Cuando ha acabado su verborrea, vuelve ha hacer una reverencia y se aleja hasta que desaparece de la vista de todos

Se hizo el silencio, esperando a que el, o los ultimos aspirantes aparecieran, el silencio se alargo, y muchos coordinadores del evento se preguntaran quien faltaba, sinembargo eso hizo que los espectadores estuvieran mas expectantes

Unos musicos con unos violines y unos tambores y un niño cantando pusieron el fondo. Derrepente una figura grande completamente embozada, por un tabardo, avanzo al centro, una figura inquieta le dio la salida, con una lanza , indicandole que el camino estaba libre, muchos conocian esa segunda figura , era el mismisimo sargento de la guardia, que se preparaba cogiendo una segunda lanza como preparado para el combate

A la figura no se le vei ni la cara, ni el cuerpo, solo unas sandalias pobres y una piel verde . Algunos presentes hablaron entre murmullos como reconociendo la figura , y estaban todavia mas interesados, otros pocos repitieron la palabra "agitador"

Fue cuando entraron en escena los la caballeria de guardias negros, guardia de corps y defensores del archiduque, sus caballos tronaban galopando, mientras ellos lucian armaduras negras. La figura se descubrio, ante tal hecho y dijo en solitario.

Archiduque . Nunca antes en mis años de servicio en el castillo te habia pedido nada, segun tu no soy merecedor de ello . Nadie nisiquiera tu, recordara si fuimos hombres buenos o malos, porque luchamos o porque morimos. NO, lo unico importante es que uno solo prevalecera venciendo delante de muchos. Eso es lo importante. El valor te complace, asi que dame solo una peticion , concedeme almenos venganza...... y si no vete por ahi

Algunos de los oyentes sabian, o si no por este evento ya lo preguntarian despues que ambos protagonistas estaban enfrentados , porque el archiduque no le dejaba entrar a la orden de caballeria al gigante y le suspendio muchos años , larvando la colera del segundo

El publico ovaciona las presentaciones, y esta ansioso de duelos entre grandes caballeros, si por ellos fuera querian hasta muerte y sangre en la arena, de ellos, si con ese sacrificio se entretuvieran de sus vidas normales, la mayoria simples ciudadanos o campesinos que trabajan el campo

La gente habia elegido a sus favoritos. Al principio se oyen muchos aplausos con la primera presentacion, a modo de lucha de coliseo, la gente enloquece, pero poco a poco se va suavizando, segun los discursos eran menos heroicos y mas reflexivos , se oian aplausos individuales , hasta el ultimo que fue el mas inquietante. Los dos que recibieron mas aplausos en contraposicion, el semigigante como luchador campeon y el halfling como heroe del pueblo

1.2 Concurso de pateo

Ya en un descanso y como celebracion, para que los parroquianos y demas gente del pueblo, para que estos  participaran tambien, como los elegidos futuros caballeros , la gente se congregaba frente a una especie de balon con la cara de un goblin, que mas bien parecia como un muñeco desinflado

La sargento os dice , Este es un juego muy popular en esta zona, se trata de intentar que el balon llegue lo mas lejos posible sin que se rompa ¿Os animais a ganar mas adeptos a vuestra causa, destacando en este juego? Se decia que era un juego orco , donde los orcos pateaban un craneo goblin y el ganador tenia derecho a comerse un goblin estofado

Al-Harén mira extrañado a los muñecos

[color=#FFC0CB]"Esto... su excelencia, señor Archiduque ¿Se supone que debemos de patear estos muñecos?"[/color] dice contemplando con extrañeza a la figura del pelele que le han puesto delante [color=#FFC0CB]"Juraría que se sacude, que se queja y que profiere maldiciones goblin"[/color]

[color=#FFC0CB]"Y lo que es peor ¡A uno de los reclutas de antes ¡Dos de sus peleles le han salido huyendo! No se yo si..."[/color]

Pero si alguien le dice que son pelotas Kender, no se lo pensará y pateará a la bola. Al fin y al cabo, una figura gigantesca como la de Al-Harén pateando Kenders es algo que animaría a todo el mundo ¿Verdad?

• El primer esferico recibe dos patadas, y es enviado de forma dolorosa (Pero mas o menos integra) hacia adelante. Es la tercera patada la que convierte en confetti a pelota (Y el kender de dentro). Como mucho, 41cm
• La segunda bola recibe la cuarta y quinta patada, ya que Al-Harén se siente más suelto. La última hace explotar al Kender en partículas subatómicas, pero llega a 64cm.
• La tercera pelota, extrañamente, está llorando en el suelo "Los kenders somos unas marysues sin miedo ¡Pero este tio me da escalofrios! ¡No dejeis que se me acerque!"

Frida aplaudió emocionada cuando se anunció la siguiente prueba. Aquel pequeño ejercicio le recordaba muchísimo a su infancia, cuando disfrutaba de un entretenido juego familiar consistente en pasarse a patadas la cabeza de un zombi entre su padre y ella mientras el cuerpo intentaba recuperarla. Bien cierto era que en esta ocasión los objetivos no eran cabezas de zombi, pero la mecánica era la misma: dar patadas.

Cuando el enorme semigigante terminó de patear a sus peleles, Frida se adelantó para ser la siguiente. Colocó el primero de los goblins de pega delante de ella y le propinó una patada tras la cual empezó a reírse como una chiquilla traviesa. Sin dejar de reírse, volvió a patearlo una segunda y una tercera vez, dejándole totalmente chafado contra el suelo con aquella tercera patada y habiéndole hecho recorrer una distancia de 93 cm en total.

Risueña como unas castañuelas, la joven nigromante cogió al segundo goblin y le dio otra patada bien fuerte que lo hizo avanzar 31 cm. Pero fuerte de verdad, ya que, al golpear a su objetivo, sonó un ligero crujido y el pie comenzó a dolerle muchísimo.

 -¡Aaaaaaaaaay! ¡Mi pieeeeeeeee! ¡No vale rellenar a los goblins falsos con piedras!

Y aunque aún le quedaba un goblin y una patada, Frida tuvo que retirarse a descansar para curarse el pie. ¡Ya era mala suerte que un juego que tanto la divertía hubiera acabado tan mal!

    Las presentaciones habían terminado, al parecer el pueblo se había dejado llevar por la emoción de la pirotecnia mostrada por el semigigante y su peculiar discurso, nada que extrañar, un espectáculo así no se veía todos los días. Por suerte su presentación tampoco pasó desapercibida entre las del resto de compañeros, aunque no dio mucho crédito al bullicio, su verdadero objetivo seguía siendo entrar a la orden, para proteger al pueblo llano, sí, pero ellos no serían los que juzgarían si era apta o no.

    Poco después les llevaron a la primera de las pruebas físicas y la exploradora no pudo evitar sentir una nueva sombra de decepción, quizás se estuviese pasando algo por alto, pero aquello parecía más un juego popular de dudoso gusto que una prueba en la que mostrar sus capacidades de rastreo o aptitud marcial. En fin, si no quedaba más remedio se sumaría a la práctica del mismo. Para su sorpresa, la muchacha que había danzado en su presentación había logrado superar al grandullón pese a tomarse todo aquello con gran tranquilidad, era cierto que quizás dejándose llevar por la confianza se había hecho daño en el pie, pero sus resultados no dejaban lugar a dudas.

    A la vista de tales hechos, la replicante se detuvo a analizar aquel muñeco antes de hacer su jugada, quizás el truco estaba en saber como patearlo al tener una forma tan irregular. Bueno, fuera como fuese lo mejor sería no darle muchas vueltas y terminar con ello cuanto antes, por lo que tomando carrerilla se preparó para dar su primera patada y... el pelele salió volando una buena distancia y aterrizó con un sonido seco contra el suelo. En verdad patearlos era algo que resultaba bastante más entretenido de lo que esperaba y al ver el resultado salió decidida a darle una nueva patada, pero justo entonces uno de los organizadores la advirtió de que aquello no era posible, había golpeado con tanta fuerza al pelele que se había destrozado al golperar el suelo. Y no solo eso, cuando regresó a la posición de salida a realizar su siguiente intento ¡Uno de sus muñecos había salido corriendo despavorido! ¿Qué clase de juego era aquel?

   Quizás lo mejor fuera no hacerse tantas preguntas, que algo resultase tan divertido y macabro a la vez empezaba a hacerla sentir incomoda, quizás lo mejor fuese acabar cuanto antes. En su segundo intento trato de ser comedida, quizás la clave estuviera ahí, la maga no parecía ser alguien fuerte. La exploradora se preparó, dio su primera patada y el pelele salió volando, por desgracia la distancia recorrida no fue la que a ella le habría gustado, por ello trató de volver a usar más fuerza, corrió de nuevo y el pelele salió volando, solo que esta vez nuevamente se estampó contra el suelo rompiéndose por más sitios que el de su primer intento. Frustrada se cruzó de brazos y salió de la pista, aquel estúpido juego no estaba hecho para ella, esperó que la siguiente prueba fuera algo que al menos tuviese algo que ver con su verdadero cometido y no con estupideces de semejante envergadura.

• Resultados:
  • Primer muñeco: 32cm
  • Segundo muñeco: 22+18=40cm

Viendo como reaccionan los "muñecos" cuando los participantes de la prueba los patean, Kami sospecha que algo no va bien. Dentro de esos muñecos, si en realidad lo son, debe haber realmente algún ser humanoide, y dado que a él no le gusta la violencia gratuita decide hablar con uno de los organizadores de las pruebas.

- Disculpe caballero, si esta prueba decido no realizarla ¿podría seguir optando a la plaza de milicia? - El hombre al pricipio lo miró extrañado, pero al darse cuenta de que Kami era un clérigo respodió de forma jocosa - Si ahora no eres capaz de hacerlo sin haber peligro, ¿Estás seguro que cuando haya un peligro serás capaz de dar la talla? - Se giró y continuó revisando cosas del torneo mientras se alejaba. Giró la cabeza de nuevo para mirar a Kami - Por si no ha quedado claro, si no realizas las pruebas no podrás optar a un puesto en el alistamiento. -

Kami sabía que no iban a colocar a ningún inocente dentro de esos muñecos y decidió rezar para pedir perdón por los actos que iba a realizar. Sabía que si participaba en esta prueba sería para poder alistarse y así aprender a combatir para poder defender a los indefensos.

Se preparó para patear al primero de los "muñecos". Intenta no darles muy fuerte, sabe que sufrirán pero no tiene otra opción. Con cada patada la rabia por saber que eso no es correcto lo va consumiendo, y sin darse cuenta poco a poco va pegandole más fuerte.

En la última patada que tiene que dar mira a todos los presentes, todos gritando y silvando esperando ver emoción, pero sobre todo violencia. Kami no puede aguantar la presión - ¿Así que quereis violencia? ¡Pues violencia tendreis sádicos! -

Cogió carrerilla y con una lágrima derramandose por su mejilla ensartó una patada al supuesto muñeco que salió volando y al impactar se oyó como los huesos crujian. Kami no lo vió ya que antes de que aterrizase se giró para marcharse, aunque no pudo evitar escuchar el ruido al impactar haciendo que se le revolviesen las tripas.

Se apartó de donde estaba la gente para tener un momento a solas y poder rezar para expiar las culpas de sus actos deliberados.

Luego de las ovaciones, aplausos y demás nos dieron un tiempo de juerga, por llamarlo de alguna manera; a lo mejor querían que pasáramos el rato de penas o nervios con un juego un tanto extraño. Golpear algo que tenía más cara de estar vivo que fuera un muñeco, bueno al menos eso pensaba yo, porque para que algunos se levantaran y salieran a correr luego de ver los diablazos que le metían a sus compañeros pueees.

-Yo veo esto un poco sádico, pero si la idea es entretener al pueblo- Luego de que algunos hayan pasado a dar sus patadas, otros casi que se saciaban con el posible dolor de aquellas criaturas; me acerco hasta el que me ponen en frente, me pongo de cuclillas y observo muy de cerca al mamarracho ese, de momento no le veo respirar o reaccionar, así que con un suspiro hondo me incorporo y doy mi primera patada.

No sé si por suerte para mí o para el muñeco con la primera patada lo he enviado con tanta fuerza que al estrellarse contra el suelo parece que se estampa contra una roca y me indican que ya puedo volver a patearlo. En el siguiente intento el muñeco no llega tan lejos como el anterior, pero de igual manera se destroza cuando toca el suelo, momento en el que uno de los que yacía a la espera de su patada, se levanta y huye como si una horda de lobos lo persiguiera.

-Pues creo que para mí se ha terminado la diversión-, me retiro del lugar y me siento en una caja cerca a la pared, esperando por las nuevas órdenes; lo cierto era que no había tenido nada de agrado haber hecho esto, pero si era el deber, pues no podía oponerme.

Ishram suspiró mientras avanzaba a patear aquellos muñecos goblin rellenos de goblin. No le hacía ninguna gracia aquel entretenimiento, no por los pequeños pieles verdes contenidos en el interior de los sacos, si no por hacer de pelele que iba a hacer reír a la gente presente.

Si se recompensaba y ascendía haciendo ese tipo de divertimentos, el mercenario comprendió que los oficiales, comandantes y autoridades de aquel lugar eran avezados payasos y bufones, con el Duque a la cabeza. Cómico sistema de medrar. Supuso entonces que los grandes "héroes" locales debían matar a sus oponentes de risa... hasta que encontrasen un rival con falta de sentido del humor que les crujiría.

Oh, vamos, Ishram. Pero si tú eres muy soso. ¿Realmente quieres ascender en este circo?, se planteó el luchador frente a los sacos, tanteando con la punta de su bota reforzada el saco gimiente. Al diablo. Si lo que mejor se remunera es hacer el saltimbanqui, que así sea. Es su dinero. Cuando necesiten ayuda de verdad supongo que se contentarán con un chiste, pensó encogiéndose de hombros.

Acto seguido cogió aire y pateó uno de los pobres goblin, con fuerza. Una, dos, tres... ¡Cinco veces! Finalmente un lloriqueante saco se estampó contra el suelo y la prueba terminó. Observó a los otros dos sacos temblando y goteando orina.

- Dad las gracias a vuestro compañero, que ha aguantado ejemplarmente y os ha ahorrado la paliza y ser el hazmerreír del populacho - dijo el hombre pasando junto a ellos y abandonando la pista.