Partida Rol por web

Suspiro cuando veo alejarse al hombre.

Este tiene el aspecto de un hombre a punto de comerse el cañón de una pistola... Dejo lo que estoy haciendo y le sigo de cerca, para hablar con el.

No me importa demasiado que se pegue un tiro...pero ni de coña dejare que lo haga antes de que deje por aquí las cosas bien atadas...antes le pego yo el tiro.

Kerensky salió detras de Stevenson pero vió que Ainhoa y Tracy ya lo había interceptado y hablaban con él, intentando mantenerle en el pasillo.

Me acerco por detrás, preparado para inmovilizarlo al instante. Me acerco en silencio y haciéndoles un gesto a ambas para que no me delaten, por si tengo que intervenir de forma repentina.

Las doctoras hablaban con él cuando Lucas apareció:

Señor Stevenson, ¿podemos contactar con el exterior? Puede que haya alguien de su confianza que se pueda acercar a ver qué sucede en la guardería.... Algunos de nosotros también tenemos familia arriba y no sabemos en qué situación se hallan. Dijo Ainhoa que acariciaba el brazo de Stevenson para animarle.

No hay nadie de confianza alla arriba. Contestó Stevenson con seriedad. No me fío de los militares ni de los policias ni de ningún organismo de las fuerzas de defensa. Dudo un instante como si no quisiera decirlo. Han recibido ordenes de matar a todo aquel que crean que esta infectado. No puedo dejar a mi hija en manos de la decisión de un hombre desconocido. Yo confió en ustedes para encontrar la cura. Esa es la solución, no matarlos.

Carraspeo para hacer notar mi presencia a Stevenson.

Como le dije antes, si me proporciona el equipo yo puedo salir y encargarme de verificar si su hija y alguno de los parientes de los presentes están bien. Puedo moverme por las alcantarillas. Tengo el entrenamiento adecuado como antiterrorista, y aun recuerdo lo suficiente de las rutas bajo el asfalto para llegar a casi todos los sitios importantes. Los riesgos serian mínimos, y no creo que hubiera mayor problema en instalar una especie de cámara de descontaminacion y cuarentena en la alcantarilla. Mientras tanto, algunos de sus hombres pueden bloquear los accesos por superficie siguiendo este patrón que he dibujado aquí.

Le tiendo la hoja donde he puesto como hay que mover los contenedores para bloquear todos los accesos al almacén.

Pueden dejar uno de los contenedores sujeto en la elevadora, para que sirva como puerta.

Le doy una palmada en la espalda.

Ya he estado ahí fuera, se a que atenerme y pienso salir con el equipo adecuado...confié en mi.

Stevenson se dió la vuelta alarmado, pero se tranquilizo al ver que era Kerensky.

No puedo dejar que vaya usted solo por mi hija. Y montando ese operativo no cumpliría con las misiones de arriba, y utilizaría los recursos de que dispongo en mi beneficio. Además no es ético. Sería un acto muy egoista por mi parte. Como ha dicho la doctora Fairway todos tienen familiares allí afuera.

Si me disculpan... Dijo con intención de marcharse.

Le tomo por el hombro y le impido alejarse.

No sea idiota...usted es quien manda aquí y a quien hacen caso los demás agentes. No pienso dejar que haga una tontería, así que no estamos hablando de ningún operativo. Usted faciliteme un traje NBQ de el ejercito, que seguro que tiene, una radio, armas y munición, y yo saldré ahí afuera. Deme una foto de su hija, dígame su nombre, y yo haré el resto. Considérelo parte de la misión, para que el comando continué funcionando a plena efectividad.

¡No voy a hacer ninguna tonteria!. Dijo Stevenson alzando el tono de voz. He dicho que no voy a utilizar los recursos en mi beneficio propio. No se por quien me han tomado pero no soy esa clase de hombre.

Continuó andando y se fue a su despacho, haciendo caso omiso a las palabras de los demás.

Miro a las dos mujeres y niego con la cabeza.

Si no hace una tonteria, dejara de ser eficiente...a ver a quien se supone que tengo que ver para que podamos organizar lo de los contenedores de carga de ahi arriba.

Luego sonrio de forma dura antes de seguir. Ahora mejor no entramos en su despacho...es posible que este sacando su arma de servicio para...hablar con ella.

En el ordenador de Stevenson había una grandiosa cantidad de documentos. Pero Toki no encontró nada relacionado con el virus, o al menos nada que Stenvenson no les hubiera contado ya.

Si que encontró por el contrario varios emails entre él y Washignton, en los que se decía lo siguiente:

El de fecha más antigua decía:

-Denme más tiempo, por favor. Tengo a los mejores cientificos que he reunido trabajando en ello. ¡Podemos encontrar una cura!.

Stevenson.

Uno de los enviados por Washington a Stevenson decía lo siguiente:

-El Presidente y el Gabinete de Crisis pronto tomaran una resolución, no le garantizo nada. Pierda la esperanza y olvidelo. El ejercito ya está tomando las calles. Los afectados se vuelven agresivos y están matandose entre ellos y matando a personas sanas. Seguramente haya orden de matar a todos los infectados. La cura llegaría tarde.

Stevenson contestaba:

-No todos los infectados son peligrosos. Los que se encuentran en la fase de incubación están debiles y apenas se mueven. No comentan ese error. Podemos curarlos.

Stevenson.

El último de ellos:

-Señor Stevenson le agradecemos el servicio que usted y los demás investigadores y agentes de la zona A han tenido en estos tiempos de crisis, pero mucho me temo que la solución adoptada por el gabinete de crisis dista mucho de sus planes para encontrar una vacuna efectiva para el virus.

Esta infección se ha propagado y se propaga a una velocidad alarmante. No hay tiempo. Las ordenes son que los soldados dispuestos en Nueva York ataquen y eliminen a todo aquel infectado que encuentre en la calle. Sea agresivo o no. Y creame que no se bombardea la ciudad porque nuestros informes aseguran que la mitad de la población sigue sin estar afectada.

Las ordenes para usted y los miembros de su centro es no salir del buker de la zona A bajo ningún concepto.

Lamento las molestias. Un cordial saludo.

Lucas y las doctoras entraron en la Sala Azul donde se encontraban todos los demás.

Pendergast se levanta de su asiento con la llegada de las doctoras, como alegrándose de encontrar una excusa para evadirse momentáneamente del desesperanzador mundo de cifras en que se ha convertido su ordenador.

¿Habéis encontrado algo? -les interroga, intrigado, a media voz.

La impresión tras leer los mensajes de Stevenson no fue menos inesperada,

Hijo de puta!!!!!

gritó Warface, que hasta ahora había permanecido, en casi todo momento en segundo plano, y normalmente con un carácter bastante pasivo y egoista ante la amenaza a la que se veían sometidos.

Warface miró a todos, que se hallaban sorprendidos cuánto menos. Se chacó el cuello, como un intento nulo de relajar la tensión, y les hablo a todos.

Seguidme hasta el despacho de Stevenson, hay algo que nos tiene que contar a todos....

Al entrar en su despacho, Warface, iracundo dió un puñetazo a su mensa.

Fase de incubación? eh? eso me da a pensar que vosotros habeis creado el virus. Señores, en su correo hay un par de mensajes que creo que todos deberiais escuchar.  Y no me pongas esa cara de sorpresa, Stevenson, recuerda que soy un hacker, tengo tal accceso a la red que se cosas que el pentágono no sabe que tiene.

Explicate antes de que empiece el bombardeo.

Mi cara denota sorpresa por la exclamación de Warface, pero en cualquier caso, le sigo disciplentemente hasta el despacho de Stevenson. Puesta a estar de parte de alguien, creo que tengo bastante claro a quién prefiero apoyar.

Las palabras que le dirige Toki a nuestro querido responsable, me suenan vagamente. Quizás un pensamiento desechado hace tiempo, quizás la vaga impresión de que algo así debía de estar sucediendo.

Lo cierto es que espero impaciente la reacción de Stevenson, pues podría facilitar o entorpecer notablemente mi trabajo con la cura.

Stevenson se encontraba en su despacho hablando gravemente con alguien por teléfono cuando Toki irrumpió salvajemente por la puerta.

Luego te llamo. Dijo el sorprendido agente. ¿A que coño te refieres? Dan estaba cansado y astiado de todo aquello, y ahora ese hombre venía a gritarle por algo que no estaba comprendiendo.

Al lado de Luc, con una mano apoyada en su brazo, sobrecogida por el estallido de Toki paso la mirada alternativamente del informático a Stevenson, tratando de encontrar en la expresión de éste último algo que le confirme o le niegue las palabras de Toki.

Me quedo junto a Ainhoa, retenido a su lado por el suave contacto de su mano.

Solo espero que Toki no se pase...no creo que en este momento el agente este para muchas tonterias mientras imagina a su hija pequeña apaleada hasta la muerte por los infectados, o muerta a tiros por la policia que se supone que va al colegio si la encuentran enloquecida como tantos otros.

Aun asi, me interesa saber lo que ha descubierto el hombre.

La cara de Warface no podía expresar más rabia.

Que a que me refiero? tengo que hacerte una copia de tus propios correos para que nos lo expliques? Te lo vuelvo a repetir, habeis, o no habeis fabricado vosotros ésta enfermedad, si o no?

Doy por supuesto que si, ya que la habeis cagado y se os ha ido de las manos. Además, lo de meter directamente a los militares es el protocolo verdad? Habeis condenado a la humanidad.

Stevenson respiró hondo. Me parece Warface que tus habilidades como pirata informático están empezando a oxidarse. ¡Por supuesto que no hemos fabricado nosotros la enferdad! Dijo rotundamente.

Si has estado fisgando en mi correo has debido entender mal todo. Yo, como responsable principal de este bunker, y solo eso. No tengo autoridad ninguna para meter a los militares en esto. Has debido confundirme con Bill Clinton... y no.. yo no se tocar el saxo. El hombre estaba irritado por las acusaciones que Toki lanzaba contra él y agitaba los brazos malhumorado.

Todo eso es responsabilidad del presidente y el consejo que le acompaña. 

Dan cliqueó en el ordenador manejando el ratón y volvió la pantalla para todos mostrando sus ultimos correos entre él y Washignton, en los que se decía lo siguiente:

El de fecha más antigua decía:

-Denme más tiempo, por favor. Tengo a los mejores cientificos que he reunido trabajando en ello. ¡Podemos encontrar una cura!.

Stevenson.

Uno de los enviados por Washington a Stevenson decía lo siguiente:

-El Presidente y el Gabinete de Crisis pronto tomaran una resolución, no le garantizo nada. Pierda la esperanza y olvidelo. El ejercito ya está tomando las calles. Los afectados se vuelven agresivos y están matandose entre ellos y matando a personas sanas. Seguramente haya orden de matar a todos los infectados. La cura llegaría tarde.

Stevenson contestaba:

-No todos los infectados son peligrosos. Los que se encuentran en la fase de incubación están debiles y apenas se mueven. No comentan ese error. Podemos curarlos.

Stevenson.

El último de ellos:

-Señor Stevenson le agradecemos el servicio que usted y los demás investigadores y agentes de la zona A han tenido en estos tiempos de crisis, pero mucho me temo que la solución adoptada por el gabinete de crisis dista mucho de sus planes para encontrar una vacuna efectiva para el virus.

Esta infección se ha propagado y se propaga a una velocidad alarmante. No hay tiempo. Las ordenes son que los soldados dispuestos en Nueva York ataquen y eliminen a todo aquel infectado que encuentre en la calle. Sea agresivo o no. Y creame que no se bombardea la ciudad porque nuestros informes aseguran que la mitad de la población sigue sin estar afectada.

Las ordenes para usted y los miembros de su centro es no salir del buker de la zona A bajo ningún concepto.

Lamento las molestias. Un cordial saludo.