Partida Rol por web

Bueno. Parecía que de un modo u otro, teníamos un plan. Admito que no se me había ocurrido lo de los zanvugl, pero principalmente porque no tenía ningún deseo de montarme en una de esas plagas de ganado con alas, por dóciles que fueses.

Eso es algo que no iba a admitir, empero.

Bueno. Parece que tendremos que ocuparnos nosotros, entonces. Los demás estarán bien, al fin y al cabo somos un escuadrón por algo. Y les debemos una.

Estoy menos seguro de lo que me gustaría de eso. Wickelkind y yo hemos sido de los más sólidos en combate hasta ahora. Alumi le echa ganas y tiene valentía... pero poco más. Eddie no pelea mal, pero está bastante jodido. A no ser que otros seres amigables le hayan arreglado como a nosotros, va a ir menos de lo que puede dar de sí. Por lo menos Yo-Yo está fresca y reparte ostias de las finas. La verdad es que si no fuera por el tufo de ese elixir de brujas que lleva encima, me empezaría a gustar esa chica...

Bueno. No es tiempo de pensar en eso ahora, tampoco.

Tienen razón. Los gusanos que nos emboscaron antes del corrimiento no estarán a mucha más distancia de aquí que nosotros. La que hayamos caído y la que nos hayan llevado, y considerando que estamos vivos y en no demasiado mal estado, ninguna de las dos puede haber sido mucha. Los tenemos casi encima.

¿Conocéis algún lugar cerca de aquí donde las paredes se estrechen?- digo, girando la cabeza hacia nuestros interlocutores sin mirar a nadie en especial. Ya he notado que al jefe no le gusta hablar. ¿Algún tipo de grieta, una quebrada o un túnel más estrecho? Hay muchos bichos de esos, y cerca de la reina probablemente haya más. Sería mejor obligarles a luchar en grupos pequeños, y donde no pudiesen rodearnos. Idealmente, lo bastante lejos para que la lucha no llegue a la aldea, y lo bastante cerca para que podamos correr a avisaros si nos desbordan... o a socorreros si alguno aún así logra pasar.

En mi cabeza, la imagen del lugar que imagino se va formando. Ya estoy pensando dónde ponernos. Qué les podemos arrojar. Que trampas podríamos poner si tuviesemos tiempo. Desde el momento que en aceptamos ayudar a nuestros benefactores, ya estoy viendo la caza. Los gusanos nos pillaron por sorpresa y empezamos como presas. 

Esta vez, seremos cazadores.

También deberíamos considerar llevar algo más encima. Ropa adicional, probablemente. La mayoría luchamos desde cerca, y el calor que desprenden esas malditas cosas va a ser un problema si la lucha se alarga mucho. Todavía tengo ampollas del anterior combate. A las malas, cubrirse de cieno húmedo puede absorber algo de ese calor, un tiempo al menos. Pero si hay alternativa, preferiría guardarme esa opción para cuando estén aquí también Yo-Yo y Alumi. Sin ánimo de ofender, haw haw haw- digo, guiñándoles el ojo a Karestya y el doctor.

—Bueno, entonces tenemos algo que hacer y un plan para llegar a la cima. No está mal, ¿eh?—dijo Karestya dándoselas de guay—. Lo justo es que me dierais un porcentaje de vuestras recompensas. Lo sabéis, ¿no? Ahora sólo tendremos que encargarnos de no quemarnos mucho.

—¡Oh! De eso no tendréis que preocuparos, ¿verdad Mik'Ango?

—Cierto, venid conmigo. Zardon nos está esperando y... bastante enfadado estará ya por esperarme.

Los tres cazarrecompensas siguieron a Mik'Ango y Almander por el poblado batracido. El doctor Wickelkind comprobó aliviado que Karestya no había hecho muy mal trabajo con su robot. Si consiguiera reducir los daños y le diera algo más de tiempo a la piloto algo de tiempo, podría estar en condiciones relativamente aceptables para la lucha de la cima. Pero minimizar los daños frente a los gusanos de fuego... Al menos los batrácidos parecían tranquilos. Igual tenían algún remedio.

Finalmente llegaron hasta el final del poblado y el inicio de una cueva. Allí en la puerta, junto a unas cestas, había un enorme hombre-cocodrilo, más grande que Mik'Ango y Bronan. Debía de ser Zardón y como habían dicho, no parecía muy contento, no.

—¿Qué es esto?—le preguntó a Mik'ango—¿Qué hacen aquí estos sangre caliente?

—Quieren ayudar—respondió Almander mientras cogía una de las cestas y la llevaba a los cazarrecompensas—. Untaos esto. Hará de aislante contra los gusanos de fuego.

Parecía algún tipo de pasta echa con algas y barro.

—Por favor. Mik'Ango y yo somos más que suficientes. Unos sangre caliente que ni siquiera han podido enfrentarse a unos gusanos cualquier no servirán de mucho contra una reina.

Era curioso, pese a estar enfadado, había cierta lógica en la manera de pensar de Zardón. De hecho, casi todos los batrácidos parecían moverse por una lógica directa muy cerebral.

El Dr. Wickelkind recupera 6 puntos de daño.

Wickelkind estaba impresionado por la capacidad de la raza que habían encontrado en la isla. Eran capaces de usar los escasos elementos naturales de los que allí disponían para solventar cualquier problema que les surgiera. Aunque aquello era algo diferente a sus experimentos, también tenían sus puntos en común, lo que hizo que apreciara aún más el mérito que tenían.

Hemos hecho un pacto con el anciano Toggo. Al menos podremos servir como cebo para que vosotros podáis ocuparos de la reina con más facilidad. Dijo el bebé para rebajar la tensión, aunque en su cabeza no pretendía ser un mero escudo en esta lucha. Era evidente que el cocodrilo les subestimaba, pero estaba enfadado y de nada serviría llevarle la contraria, quizás sólo para enfadarle más. En la batalla ya tendrían tiempo de demostrarle que se equivocaba.

Ah. Perfecto. Era más o menos lo que tenía pensado buscar... solo que por lo visto, los nativos ya lo conocen y han probado su eficacia antes. Tanto mejor. Meto las manos en la pasta y me la empiezo a embadurnar por encima sin más miramientos. No es lo peor que me he untado en el cuerpo, al fin y al cabo el barro es un camuflaje bueno, barato, abundante y que además se pega te puede servir para echarle encima musgo o ramaje. Y si quieres cazar stierzan, el metodo más seguro es oler a "su territorio". Son tan agresivos que no les entra en el cerebro que algo en su territorio sea una amenaza. Y considerando que marcan su territorio meando en árboles y piedras...

No es lo peor que me he untado, vamos a dejarlo así.

Dirijo una mirada al... ¿cocodrílido? Esto de los nombres de animales antropomorfos me confunde. No parece estar sacando pecho, expresando prejuicio racial o preparándose para un concurso de medir pollas. Simplemente dice lo que piensa, y le verdad es que viendo cómo nos encontraron, no tengo mucho con lo que rebatirle ahora mismo. Razón de más para poner ímpetu en la lucha.

Creo que el pequeño cabrón me gusta. Al menos puedo respetar su honestidad.

Mejor para vosotros. Mientras se nos comen podréis rodearlos para atacar por detrás o los lados. Nosotros procuraremos no hacer lo propio, así que ganáis en todos los frentes. Veo que parecéis tener experiencia, mientras que yo he visto a estos en los libros y poco más. ¿Cuál es el plan?

—Por favor Zardon—dijo Mik'Ango en tono conciliador—. Son guerreros, seguro que serán de gran ayuda. Nuestra aldea está en peligro, debemos de hacer uso de todos los recursos disponibles.

Zardón se quedó en silencio unos segundos mirando a los tres extranjeros. Estaba claro que seguía disgustado con su presencia, pero Mik'Ango había tenido su punto. Los batrácidos parecían de alguna manera bastante racionales. Incluso aunque tuvieran la pinta de un cocodrilo humanoide con ganas de arrancarte la cabeza de un bocado.

—Está bien. El plan es sencillo. Somos la quinta ola. Por delante nuestra han avanzado cuatro grupos de cazadores, con el fin de  abrir camino entre los gusanos y que podamos enfocarnos en la reina.

El guerrero se dio la vuelta y añadió.

—Algunos de mis amigos están arriesgando sus vidas en esta tarea. Si algo no sale bien por vuestra culpa... os lo haré pagar.

Me encojo de hombros.

Todos estamos arriesgando nuestras vidas, y esto ni siquiera va con nosotros. Vuestro jefe ni siquiera quería que nos implicasemos. Si tanto te disgusta, siempre podemos volver a nuestra misión original. O si lo prefieres, podemos ir a la batalla por delante de ti, así no tendrás que preocuparte de tu espalda.

Y sin más ceremonia, activo la espada, la clavo delante mío en el suelo y espero. Creo que ya nos hemos dicho todo lo que tiene importancia decirse. A partir de aquí, que lo que hacemos en batalla sea lo que hable.

Wickelkind asintió a las palabras de su compañero bárbaro y no añadió nada más. No había mucho más que hablar, ya sólo quedaba pelear. 

El bebé movió los mandos y se preparó bien para la batalla. No dejó ni un hueco sin cubrir de esa pasta de barro y algas que les habían ofrecido, sin su robot no era muy útil, por lo que debía cuidarlo al máximo. También se cubrió a si mismo aunque no le resultó agradable, pues no quería volver a sentir ese intenso calor de la lucha anterior, no es fuera a perder mucho pelo, pero era mejor prevenir.

¡Listo! Dijo al terminar.

—No le hagas caso a mi compañero—dijo una embadurnada Karestya mientras le clavaba sus dos codos en el costado al hybórico—. En su isla natal hablaban un idioma raro y a veces no sabe expresarse. Se lía con los sí y con los no. Por supuesto que esto va con nosotros. Nos habéis ayudado y nos podéis llevar a la cima de la isla. Vamos, NOS VA LA VIDA EN ESTO.

Entonces miró enfada a Conan.

—¿Es que quieres quedarte sin recompensa?—murmuró.

—En marcha—dijo Mik'Ango intentando evitar cualquier discusión adicional.

El improvisado grupo se internó en las cuevas y comenzaron a avanzar por ellas. Esta red de cavernas era bastante diferente a aquel túnel en el que se encontraron a los gusanos de fuego. El suelo era irregular y había giros intrincados, mientras que el otro era ancho, recto y con un buen firme. No había motivos para dudar que estos eran naturales mientras que el otro tenía si no su origen, su mantenimiento en la mano humánida. Arktus les había dicho que a veces algunos cazadores visitaban Rushán para capturar gusanos de fuego. Quizás también se aseguraban de que ese túnel estuviera en buenas condiciones.

Mientras se avanzaban, se encontraron con los cuatro grupos que Zardón había mencionado. Si ellos tenían algún problema con la presencia de extranjeros no llegaron a decirlo. Y tampoco es que pudieran, se afanaban como buenamente podían en derrotar a los gusanos de fuego con los que estaban luchando. Ellos continuaron avanzando acorde al plan, aunque a Zardón se le notaba las ganas de ayudar a sus compañeros con sus combates. En su fiereza había también nobleza y liderazgo.

La temperatura comenzó a aumentar más de lo normal, aunque con la mezcla artesana de los batrácidos se notaba mucho menos. Realmente funcionaba como aislante térmico. Estaba claro que para vivir a la isla, tenían que estar totalmente aclimatados a esta. Y para ello, dominar su fauna como lo hacían, era primordial.

Y finalmente la encontraron. La Reina. Mientras que un gusano era un poco más pequeño que un humano medio, la Reina era gigantesca. Se la veía pesada, pues parecía desplazarse más por el calor de su cuerpo fundiendo las rocas que por cualquier iniciativa propia. Su largo cuerpo estaba enroscado sobre sí mismo y cuando vio al quinteto de cazadores el pico afilado se abrió en una boca mientras los recibía lanzándoles una ardiente llamarada.

Hagan sus TCOM.

Vuestro estado actual:
- Dr. Wickelkind 14 puntos de daño.
- Bronan 19 puntos de daño. HERIDO.
- Karestya 4 puntos de daño.

Bueno, al final parece que todo el mundo considera que se ha dicho todo lo que tiene que decir, o al menos Mik'Ango tiene esa idea y decide no perdamos más tiempo discutiendo. A mí me va bien. Discutir y hablar es algo que se les da mejor a los otros, mis palabras vienen por otro medio.

Intento captar todos los detalles que puedo del camino. Inicialmente, para saber recorrerlo al revés si nos vienen mal dadas. Habrá quien te diga que correr es de cobardes, y puede que una versión más joven de mi hubiera dicho eso y hasta se lo hubiera creído. Después de haber seguido a un wul herido prometiéndomelas muy felices y haberme topado con que había vuelto a la quebrada donde se resguardaba toda su manada, yo digo que si me enseñas a alguien que no cree en las retiradas a tiempo, yo te enseñaré a alguien que no va a vivir mucho.

Sin embargo, no puedo evitar acabar mirandolo con cierta curiosidad. La roca era basta, pero claramente estaba trabajada, al menos las zonas más irregulares. Habían aplanado el suelo, y en algunos puntos incluso parecía que la roca estaba dispuesta a modo de puntal. Arktus no mentía cuando decía que que venían cazadores aquí- claremente, alguien había estado trabajando en este tunel.

A intervalos, oíamos ruidos. Gritos, siseos y sonidos como de gravilla rodando, y poco después nos dabamos de morros con los combates. Los batrácidos se limitaban a observarnos, y cuando veían que no eramos gusanos, se desentendían y se afanaban en volver al combate. Unos y otros, algunos con más soltura y otros con problemas, parecía que los estaban conteniendo. Espero fervientemente que sigan así. No me gustaría estar batiéndome el cobre con la reina y encontrarme con gusanos a la espalda. Varias veces, Zardón parece a punto de decir algo, y su lenguaje corporal- o al menos lo que puedo interpretar de el teniendo en cuenta que no es humanido- indica que lo que realmente querría es saltar al combate en su ayuda.

Conozco esa sensación. Y puedo respetarle por ella. Pero los dos sabemos que no es lo que toca. Ellos están haciendo su trabajo. El nuestro nos espera en un punto más profundo de las cavernas, así que apretamos el paso.

La siento antes de verla. Incluso cubierto en la pasta de nuestros aliados, la vaharada de calor que llega del extremo del túnel es inconfundible. Me pregunto qué tamaño tendrá que tener para que le sienta a esta distancia. Con sus soldados (¿tienen reinas y soldados?), realmente el calor no se siente tanto hasta que estás cerca. Debe ser... varias veces más grande que un gusano normal. Pensando en esto, desembocamos en una caverna más grande y finalmente la vemos.

Cómo odio tener razón.

Espero que la pasta aguante, porque el calor en las proximidades de esa abominación debe ser brutal. Bueno, nos va a tocar averiguarlo pronto. Aprieto la espada en las manos, bajo los hombros y flexiono las piernas.

Joder. Para ser de la realeza, eres una hija de puta de lo más feo que he visto en mi vida. Y lo dice alguien que ha visto escolopendras gigantes apareándose.

No es el discurso pre-batalla más motivador de la historia. Pero todo lo que dice es cierto. Por desgracia.

Según avanzaban por las cavernas las imágenes que veían se iban volviendo más cruentas, las luchas eran fieras e intensas. El doctor pensó en cuanto dependían de que esa gente pudiera aguantar y se encargó en dar ánimos levantando un brazo robótico por cada grupo de batrácidos batallando por el que pasaban.

La reina les recibió con lo que pensaba ofrecerles durante toda su batalla, ¡con fuego! El bebé descubrió rápidamente lo bien que había hecho al embadurnarse a él también del barro batrácido, pues el calor que podía alcanzar el aire al estar cerca de la reina no iba a tener nada que ver con el de los gusanos con lo que habían luchado anteriormente.

En cuanto estuvieron delante de la reina, el chiquito cuerpo de Wickelkind se irguió sobre su asiento y agarró los mandos con firmeza pero con suavidad. Estaba listo para la batalla.

¿Dónde piensas que vas reina? Preguntó. Hasta aquí ha llegado tu invasión. El róbot tomó una pose de portero de discoteca, evidenciando que de ahí no pasaba.

Karestya fue la más rápida en actuar por aquello de no tener que acercarse a la reina para atacar. La híbrido de púlpido y ávido comenzó a disparar frenéticamente con sus cuatro pistolas.

—¡Muchos tiros acierto seguro!

Los tiros impactaron en la gruesa piel de la reina gusano, provocando que saltaran placas de esa dura piel similar a la roca.

Karestya le hace 12 puntos de daño a la Reina y esta los reduce en 10, quedando en dos puntos de daño.

Iniciativa: [15] Karestya [14] Reina gusano de fuego [12] Zardón [11] Wickelkind Bronan [8] Mik'Ango

Comentarios: Bronan, recuerda que tienes un -3 por estar en Estado Herido. Esto implica que tienes -3 a Iniciativa, +1 a Ataque, -1 a Impacto.

Estado del combate:
- Dr. Wickelkind 14 puntos de daño.
- Bronan 19 puntos de daño. HERIDO.
- Karestya 4 puntos de daño.

La reina rugio furiosa y respondió al ataque de Karestya lanzándole una bola de fuego de la boca. La piloto de los cazarrecompensas viendo la que se venía encima dio un salto hacia la izquierda rodando por el suelo con muy poco estilo pero evitando el golpe por los pelos.

¿Habría sido cosa de su poder demoníaco?

La Reina de Fuego le haría 16 puntos de daño a Karestya, pero hace uso de Ojo Veloz para esquivar tremendo porrazo.

Zardón apretó sus puños y entonces estos cambiaron de forma para convertirse en dos... ¿pinchos? ¿punzones? ¡Eso tenía que ser un elixir demoníaco! El batrácido cocodrilo cargó hacia la reina de los gusanos y comenzó a dar uno tras otro golpe, como si estuviera cavando en la dura piel de la reina.

Zardón le hace 12 puntos de daño a la Reina y esta los reduce en 10, quedando en dos puntos de daño.

Iniciativa: [15] Karestya [14] Reina gusano de fuego [12] Zardón [11] Wickelkind Bronan [8] Mik'Ango

Comentarios: Podéis hacer uso de un ataque combinado.

Estado del combate:
- Bronan 19 puntos de daño. HERIDO.
- Dr. Wickelkind 14 puntos de daño.
- Karestya 4 puntos de daño.
- Reina gusano de fuego 4 puntos de daño.