Partida Rol por web

A Partir de Ahora.

Capítulo II

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14/11/2008, 18:52
Elizabeth Cornwell

Alza una ceja debido a la reacción del Señor Spencer, pero prefiere no añadir nada más al respecto.

Cuando Anabel vuelve, le hace el sitio gustosamente, regalándole una sonrisa. A su pregunta, responde simplemente, en un débil susurro:

-No, nada importante...

En seguida, ambas apremian a Sue a tocar el piano, y cuando ésta lo hace, todo su esplendor inunda la sala. Se la ve tan hermosa, rodeada de un halo de luz, en perfecta armonía con el instrumento, que es difícil no perderse en su música...
En cuanto acaba, Liz aplaude, contenta. Siempre que Sue toca su mal humor se disipa... Pero aún así...

Hoy no acaba de sentirse a gusto... Tantos extraños... Mas bien prefiere salir y dibujar... Aunque el tiempo no es que le ayude...

No importa... Aún así...

Elizabeth se levanta, luego de que las felicitaciones lluevan a raudales, no quiere quitarle el protagonismo a su hermana.

-Con permiso... Voy... A ver cómo está madre... Caballeros... Hermanas...
-Les saluda de forma respetuosa y se va fuera de la sala.

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14/11/2008, 22:21
Francis P. Spencer

Incluso el arrogante lord se queda en silencio ante la maestría con la que Susanne ejecuta la pieza.

Toma té con cuidado mientras escucha atento sin decir ni una palabra para no perderse ni una de las notas. Había acudido a muchos recitales en Londres, y la mayoría de aquellas mujeres no le llegaban a la señorita Cornwell a la altura del zapato.

Cuando termina Francis acompaña a Elizabeth en el aplauso, con gesto aprobador.

-Ha sido esplendido señorita Susanne. Me encantaría que nos deleitase con alguna pieza en el baile de Skylands Manor. ¿Me dará ese placer?

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14/11/2008, 22:54
Susanne Cornwell

Susanne disfruta de la melodía, con cada nota que arranca al piano pareciera abstraerse del mundo que la rodea. La melodía culmina y los aplausos de sus hermanas la traen otra vez a la realidad. Voltea, sonriente, el rostro iluminado y con expresión de traviesa inocencia. Ya no está arrobada, parece haber olvidado que en la sala habían otras personas además de sus hermanas y es que así es, lo había olvidado . Lo había, porque apenas ver el rostro de uno de ellos su expresión se transforma en sorpresa y el rostro se le enciende cual farola y baja la vista, cohibida.

Elizabeth pide permiso para retirarse diciendo que irá a ver a su madre, siente el imperioso deseo de decrile "¡¡Te acompaño!!" pero sería correcto y además el señor Spencer le hablaba.

-Sería todo un honor, señor -le dice inclinando la cabeza-, aunque le aseguro que habrá en ese baile señoritas de sobra que sabrán deleitarlo con melodías mucho mejor que las mías -se pone de pie y baja la cubierta del piano-... yo no soy más que una aficionada que gusta tocar en familia.

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15/11/2008, 16:11
Patrick Collins

Dejó que hablara su señor, silencioso. Pero luego, la señorita Elizabeth se levantó. Parecía molesta, y en realidad las hermanas no estaban muy agusto con su presencia. La conversación no terminaba de encarrilarse hacia un buen camino. Quizá había sido un error haber ido sin avisar. No era lo correcto, sin duda.

Estaba algo nervioso, y escuchaba la lluvia que seguía cayendo. Ellas no les dejarían marcharse tan pronto, pero en ese momento se sentía mortificado y algo avergonzado. Jugaba con las manos en su regazo, nervioso.

-Creo... creo que ya las hemos molestado suficiente, señoritas -dijo.

Se levantó despacio, sin importarle en ese momento un ochavo que su señor quisiera permanecer allí.

-Ruego nos disculpen.

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15/11/2008, 17:49
Anabel Cornwell

La sonrisa de Anabel se expande de forma radiante mientras presta atención a la música de su hermana, sin duda alguna muy orgullosa de ella. Por un segundo pasa por su mente la idea de que su madre probablemente hubiera actuado de la misma forma, insistiendo a Sue para que tocase y los caballeros pudieran apreciar su cualidad musical, lo cierto es que eso la aturde pro un segundo... Pero en realidad no ha sido esa su intención, así que le resta importancia y en cuanto la melodía cesa aplaude junto al resto, formándose unos pequeños hoyuelos en sus mejillas que parecen indicar el final de la sonrisa.

Asiente a Elisabeth con tranquilidad cuando esta se dispone a abandonar el salón, tal vez sea mejor así puesto que el ambiente parecía haberse recargado todavía más durante su ausencia aunque no está muy segura de lo que puede haber sucedido exactamente, pero puede hacerse una idea por lo que sí escuchó.

Mira algo sorprendida a lord Heddington tras su propuesta, pero su mirada todavía se ensancha más cuando Susanne afirma que está dispuesto a complacerlo, a sabiendas de lo terriblemente tímida que es... Seguramente se ha dejado llevar por la educación de no saber negarse.
-Estoy segura de lo harás maravillosamente- afirma convencida y plenamente confiada en las capacidades de su hermana -Pero sólo podrá deleitarnos con una pieza, hace tiempo que no asistimos a una fiesta y querremos disfrutar del baile y la música- admite con sinceridad, percatándose algo tarde de que quizá no debería haber mencionado que últimamente no acuden a demasiados actos sociales, pero tampoco es algo de lo que deba avergonzarse... De todos modos sus propios pensamientos son interrumpidos por la voz de Patrick.

-¿Molestado...?, ¿cómo puede pensar que usted molestaría a alguien?- pregunta algo aturdida por la repentina reacción del caballero de celeste mirada, recayendo entonces en la tensión acumulada en el cuerpo del sr. Collins y accediendo a levantarse con un pequeño suspiro.
-No me parece en absoluto una buena idea, acabarán empapados... - mira de reojo hacia la ventana y después al joven Alan, el cual también se afana en levantarse imitando a su nuevo protector -Pero tampoco se lo voy a impedir- la expresión sonriente de hace apenas unos minutos de Anabel cambia a un estado de clara preocupación, dirigiéndose al perchero para recuperar las prendas de los caballeros, todavía algo húmedas, tendiéndoselas a cada uno.

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15/11/2008, 18:49
Elizabeth Cornwell

Una vez Elizabeth deja la estancia, se dirige al exterior, que, por más que esté lluvioso, le place mucho más que el interior... Por supuesto, lo de ir a ver su madre era sólo una excusa...

Respira hondo, dejando que la lluvia caiga sobre rostro...

-Esto es lo maravilloso del campo... Estoy segura que aquéllos hombres no sabrían apreciarlo...-susurra... Tras unos segundos, se mantiene de pie, dejando que su cuerpo se revitalice... Pero tras ellos, una sonrisa curva sus labios, y se pone a danzar, bajo la lluvia, feliz de sentirse así.
No le preocupa nada más que el agua y ella, puesto que da por sentado que, dentro, están más ocupados en charlas que a ella no le atañen en absoluto...

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15/11/2008, 18:48
Francis P. Spencer

-Por supuesto- dice Francis,- con que solo toque una pieza estaré más que satisfecho. Y estoy seguro de que también lo estarán todos mis invitados.

Después sigue disfrutando de su té hasta que depronto Patrick se levanta disculpándose. Se conoce hace muchos años y la mirada del irlandés no le deja ninguna duda de que su decisión es firme y piensa marcharse de allí. Seguramente incomodado por la conversación con la más joven de las Cornwell. Francis sabe que no hay manera de hacer cambiar de opinión a su terco amigo, aun así no le gusta que Patrick se comporte como si tuviera la última palabra.

-Es cierto, deberíamos irnos. Han sido ustedes muy amables curando las heridas del señor Collins y el mozalbete.- dice levantándose y siguiendo a Anabel hacia el perchero. Cuando ella se las ofrece coge sus ropas con agradeciéndoselo con un gesto de cabeza y se las pone solemnemente.

-Despídannos de su hermana y de su señora madre, espero que se mejore.- después se dirige a Susanne- Nos vemos en el baile, espero esa pieza con impaciencia.

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18/11/2008, 06:00
Susanne Cornwell

Sue se pone de pie y entrelaza sus manos por delante de su regazo, inclinando la cabeza.

-Ojalá así sea, milord, no me gustaría importunar a nadie obligándole a escuchar una pieza que no desea oír.

Los ve ponerse de pie dispuestos a marchar. Anabel les ha traído los abrigos que obviamente acusan recibo de la humedad pese al engrase que tienen.

-No me parece buena idea que marchen con esta lluvia que cae, pero como bien dice mi hermana no somos quien para impedírselos -mira al señor Collins-. No ha sido ninguna molestia, señor, y espero que sus heridas sanen pronto.

La mirada de Sue se clava ahora en el mozuelo y tuerce la boca, éste no trae ropas adecuadas para resguardarlo de la lluvia.

-Les ruego que no se vayan aún -mira a su hermana, segura que ésta intuye lo que hará-, iré por algo para que él se proteja, no demoro nada.

Sue abandona la sala con paso presuroso, se le oye subir las escaleras casi corriendo y al cabo de un par de minutos se la ve regresar con una capa en las manos, capa que entrega al señor Collins ya que es, por lo que entiende, el tutor o protector de Alan.

-Era de nuestro difunto padre -le dice bajando la vista-, no se preocupen por venir a devolverla, no es necesario que se molesten bien podemos traérnosla el día del baile -alza la mirada nuevamente y ésta vez observa a ambos-, sólo les ruego la cuiden, tiene un valor sentimental para nosotras.

Retrocede y se pone junto a su hermana.

-Siéntanse bienvenidos a nuestra casa, pueden venir cuando gusten.

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18/11/2008, 13:48
Patrick Collins

Patrick tomó la capa del difunto señor Cornwell, tras ponerle la suya al joven Alan (aunque le quedara como un saco de patatas). Se sentía raro con ella puesta, como consciente de que ahora era responsable de un bien preciado que constituía uno de los pocos recuerdos que esas mujeres tenían de su progenitor.

-Muchas gracias, señoritas. Su hospitalidad y simpatía son cualidades que se unen a su belleza y saber estar, que son de todos conocidas en estas tierras.

Tomó los guantes y la capa.

-Milord, muchacho... -dijo, precediéndoles hacia el recibidor.

Allí, aguardó que todos estuvieran preparados para partir, y se despidió de nuevo de las señoritas Cornwell. No obstante, esta vez se atrevió, por algún tipo de impulso desconocido, a tomar la mano de la señorita Anabel, besando su dorso apenas sin rozarlo. Le pareció suave al tacto, femenina y dulce.

-Gracias de nuevo. Espero que nos concedan el honor de devolvernos la visita en Skylands Manor. Es usted... son ustedes las joya y orgullo de Winfield.

Carraspeó por el error, algo azorado. Sin embargo, no podía dejar de mirar los ojos de Anabel. Sintió algo raro en el pecho, algo parecido a un pinchazo seguido de un aumento del ritmo de su corazón. La sangre le subió, y su piel comenzó a arder.

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18/11/2008, 14:22
Anabel Cornwell

Anabel observa a su hermana con una expresión de total complicidad. Ambas pensaban de forma más similar a la de Elisabeth aunque no por ello la quería más o menos. Simplemente le complacía percatarse de que tampoco estaba de acuerdo en que los caballeros y el joven muchacho abandonaran su casa, pero sin duda algo había conseguido hacer mella en el sr.Collins, que parecía haber sido impulsado por un resorte incontenible.
-Descuide, así lo haremos- asiente con una sonrisa afable a la mención del lord para despedirse del resto de mujeres de la casa, acompañándoles hasta el pequeño y modesto recibidor hasta que su hermana regresa con el abrigo.

Entonces sí parece sorprenderse, observando la prenda con ojos temblorosos sin alcanzar a decir nada. Está claro que precisan otro abrigo, así que enseguida sacude un poco la cabeza recobrando la compostura que algunos recuerdos parece que son capaces de trastocar. Si alguien debía vestirlo se alegraba de que ése fuera Collins.
Y sin embargo la sorpresa de que Sue decidiera ceder el abrigo de su progenitor no es comparable a la provocada cuando la amplia mano del caballero sujeta la suya hasta rozarla con los labios, despidiéndose con un error que Anabel cree fruto de su propia conmoción hasta distinguir en la reacción de él el azoramiento.

-Será un honor poder visitar Skylands Manor, les agradecemos su invitación- efectúa una ligera reverencia tras la cuál sonríe con dulzura a su interlocutor, devolviéndole la mirada en silencio hasta que el chirrido de la puerta al abrirse la hace salir de su propio ensimismamiento con un pequeño respingo.
Alan sujeta la madera saliendo al porche, mirando al resto algo extrañado pero sin pronunciar palabra, esperando a que sus nuevos señores decidan salir también.

Anabel desvía su mirada al suelo y cubre parcialmente su boca con los dedos que instantes antes habían sido rozados por Collins, intentando ocultar una sonrisa que por poco se convierte en risa.

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18/11/2008, 15:31
Francis P. Spencer

Francis observó la escena con semblante serio, pero en su interior sonreia. Sus suposiciones estaban en lo cierto, al parecer, y eso le alegraba mucho, aunque no tenía la intención de mostrarlo frente a las muchachas.

Golpeó su sombrero para que recobrara su forma y se lo colocó con solemnidad. Después salió hacia la calle e hizo un gesto a Alan, que cubriéndose con la capa de Patrick salió corriendo y regresó enseguida con los caballos.

Con una habil maniobra se subió a su caballo y espero a que Alan ayudara a Patrick a subirse al suyo para después ponerse tras él.

-Señoritas- dijo despidiéndose con un gesto de cabeza de sus anfitrionas.- Ha sido un placer.

 

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18/11/2008, 16:37
Patrick Collins

Los dos hombres y el muchacho cabalgaban bajo la lluvia. Durante parte del trayecto, Patrick se mantuvo silencioso y algo pensativo. Luego, pensó que a pesar de todo Francis seguía siendo su señor, y que no se había comportado de manera propia. Urdió una excusa, que en el fondo no lo era tanto.

-Disculpad, milord. No quería avergonzaros ni tener en menos vuestra voluntad. Es solo que la cercanía a la señorita Anabel y, a la vez, la necesidad de mantener la compostura al estar acompañados, han podido en mi ánimo. No se si me entendéis...

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18/11/2008, 16:50
Francis P. Spencer

Poco después de salir de la casa de las Cornwell la sonrisa de Francis por fin se refleja en su rostro.

-Aaaaaah, ¡mi querido amigo! Así que realmente te gusta esa mujer ¿eh? Si lo llego a saber hubiera intentado refrenarme un poco en la conversación con la hermana pequeña. Pero es que ha sido tan deslenguada...- por un momento parece ponerse serio, pero no es así- ¡Vaya fierecilla! Estoy seguro de que el baile será de lo más entretenido.

Ambos avanzan a trote ligero, con la intención de llegar cuanto antes a Skyland Manor y darse un buen baño de agua caliente.

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19/11/2008, 08:21
Susanne Cornwell

Susanne mira el gesto que el señor Collins tiene para con su hermano y desvía la mirada, incómoda. Centra su atención en Alan y el señor Spencer, procurando no mirar más de la cuenta.

Cuando los hombres acaban de despedirse esboza una tímida sonrisa y los reverencia por última vez, apenas ellos montar a sus caballos se excusa con su hermana y regresa a la sala, so pretexto de tener que ordenar, aunque en realidad lo que desearía es subir corriendo a su habitación y encerrarse en ella.

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21/11/2008, 00:31
Susanne Cornwell

Susanne recoge las tazas y las acomoda en una bandeja. Una vez ha dejado ordenada la sala se va a la cocina y lava los trastos sucios. Trabaja en silencio, secando las tazas cuidadosamente y poniéndolas luego en la estantería dispuesta para ello. Una vez ha acabado va hasta la habitación que comparte con sus hermanas y saca de un baúl un cuadernillo, que no es más que una carpeta de cuero con muchas hojas sueltas que se mantienen en su interior gracias a la cinta de raso que las sujeta.

Toma también tinta y pluma y ya sale, va hacia una de las habitaciones que están desocupadas y se sienta junto en la ventana, envolviéndose en una frazada para no sentir frío. Desea escribir pero el ruido de la lluvia golpeando contra el cristal la abstrae y comienza a contemplar el exterior.

http://www.lacoctelera.com/myfiles/dosninyos/ventanaD.jpg

Notas de juego

Sigo posteando como sólo para el director a partir de ahora ^^ (me ha calzado justo ¡juas!)

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21/11/2008, 00:58
Susanne Cornwell

Se siente triste, no sabe bien por qué. El gesto del señor Collins hacia su hermana, el modo en que éste la miró y lo que dijo, aún cuando arregló la frase hablando en plural dejaba claro hacia qué lado se había inclinado la balanza. Suspiró. Era primera vez que le pasaba aquello, que se reconocía en ello y ciertamente la sensación no le agradaba. No estaba bien, no era lo correcto, pero sentía celos de su hermana y habría deseado que esa mirada, que ese gesto y posteriores palabras hubieran sido para ella.

¿Por qué? No lo entendía. Nunca antes se había preocupado de esas cosas, había rechazado a más de un pretendiente porque no tenía el más mínimo interés de casarse con un hombre que la castrara mentalmente. Sue creía en un matrimonio por amor, no en uno por conveniencia, para ella amor y felicidad eran dos cosas que iban de la mano y sin embargo...

El agua seguía cayendo, a ratos con más fuerza, en ocasiones daba la impresión que cedería. Sonrió al pensar en que su hermana y él harían una bonita pareja, Anabel se merecía ser feliz, sobre todo tras lo ocurrido con el señor Rickman, aquello la había hecho cambiar mucho y se había vuelto desconfiada y hosca con la gente.

Apartó la vista de la ventana y tomó la carpeta. Escribiría una carta a una de sus amigas en Londres, dentro de poco tendría que viajar hasta allá y le parecía una buena excusa para que se reunieran y así poder distraerse. Despejó su mente de malos pensamientos, el amor por su hermana era demasiado grande como para permitirse albergar algún otro que lo empañara.

Notas de juego

Vaaaale dejo el mensaje visible...

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21/11/2008, 11:10
Anabel Cornwell

Los caballeros acaban por retirarse y Anabel cierra la puerta cuidadosamente con cierto alivio. Lo cierto es que el clima de tensión que se había creado no le agradaba en absoluto y estaba claro que no era la única, pero aún así partir bajo esa lluvia seguía sin gustarle.
Observa como los caballos se alejan a través de los cristales y entonces se gira en redondo para acudir hasta la habitación donde se encuentran Elisabeth y su madre, o al menos esos e supone porque no encuentra a su hermana. Notifica la retirada de los tres varones a su madre y disimula una sonrisa ante la frustración de ésta por no haber podido intervenir en todo el asunto.

-¿Y dónde se han metido Sue y Betsy...?- pregunta entonces enormemente extrañada mirando alrededor. Lo normal hubiera sido encontrarlas en esa habitación, así que la preocupación surge de inmediato.

Abandona nuevamente el cuarto incluso antes de que la pequeña alcance a responder. Bueno, así tendrá más tiempo para tomar su decisión...
Su ceño se arruga mientras recorre la casa, distinguiendo el orden en la cocina que constata que por ahí ha pasado Susane, hasta acabar encontrándola en el lugar más insospechado.
-Susie...¿qué haces aquí?- pregunta mirando la desvencijada habitación, carente de muebles y que apenas se molestaban en limpiar. Era una de las pocas que permanecían siempre cerradas y abandonadas, no era necesario ser una adivina para saber que algo estaba pasando.

Notas de juego

No mola =( xDDD

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21/11/2008, 21:08
Elizabeth Cornwell

Notas de juego

Realmente, Elizabeth "ha mentido" u,u...

No está dentro, con su madre, está fuera, pese a la lluvia, xD

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21/11/2008, 21:11
Elizabeth Cornwell

Desde su posición agazapada entre la lluvia, los árboles, y el olor a tierra húmeda, la joven observa cómo se marchan los caballeros, en silencio...

Suspira, mientras las gotas caen de sus cabellos. Se alegra de que la casa vuelva a ser de ellas...

La joven aguarda a que los caballeros estén ya lejos para volver a entrar, no quisiera pasar por alguien que curiosea en las sombras, puesto que nada más lejos de la verdad.

Cuando éstos ya están a distancia suficiente, Liz, vuelve a su casa, empapada y evitando estornudar.

"Si estornudo me regañarán, seguro..."

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21/11/2008, 21:16
Elizabeth Cornwell

Notas de juego

No, por Caín!, Todo para ti, xD

Sólo se fue porque no quería verles las caras...xD (a eeellloss.. xD)