Partida Rol por web

A Partir de Ahora.

Capítulo II

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12/02/2009, 00:14
Grégoire Byrne

Todavia no parece haber terminado, quiza pueda tratar de ayudar a mejorar un poco eso

Respondo a sus palabras, mientras camino de nuevo junto a ella una vez que hemos pasado la puerta

¿puedo ofrecerla traerle algo para beber, o quiza le apetezca un nuevo baile?

Notas de juego

quiza estoy dormido, pero quien es Gabriel?

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12/02/2009, 01:08
Jean Antoine Lésdiguièrs

No terminaba de entender la reacción de la mayor de las hermanas, debo admitir que me siento sorprendido, esperaba algo más de guerra por su parte, tal vez me equivocara en mi apreciación inicial.

Observé en silencio como se alejaba junto a mi primo, aún dudando sobre la conveniencia de subir a aquel carromato, si el señor Windsor se enteraba, y empiezo a pensar que Mary Ann se irá de la lengua, en fin, ¿quién dijo que la cosa sería sencilla?

La voz de la joven me sacó de mi ensimismamiento, y al girarme de nueva hacia ella me agradó el verla sonreír, no podía decirle porque era la mía, pero tampoco quería engañarla, Pensaba en lo sucedido hace un rato, justo después de que usted se lastimara, seré egoísta por un momento y le diré que me alegro de ello, mantuve su mirada e introduje el cuerpo en el carruaje, sin dejar de mirarla, ese desgraciado suceso me ha permitido conocerla mejor, en muchos aspectos, deslicé entonces con suavidad mi mano, acariciando la de la chica hasta separarlas finalmente, un gesto osado, que no por ello me hizo perder la sonrisa, que si acaso se volvió más acentuada.

¿Ha pensado en que no seguramente no esté demasiado bien visto que la acompañe a solas en el camino de vuelta a su casa? miré por la ventana mientras nos poníamos en marcha, pero solo para asegurarme de que las cosas iban correctamente, enseguida regresé al claro azul, Además, apenas me conoce, puede que sea un hombre peligroso, ya sabe, uno de esos que se dedican a asaltar a adineradas jovencitas y no necesariamente eran el dinero lo que buscaban.

Me acomodé el pañuelo distraídamente, no podía negar cierto disfrute al intentar intimidar a la chica, aunque dudaba de que realmente tuviera demasiado éxito, si vas a la horca, mejor ir de buen humor.