Partida Rol por web

A Partir de Ahora.

Capítulo II

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02/02/2009, 23:53
Grégoire Byrne

Cualquier cosa que necesiten, solo diganlo, sera un placer me despido de las señoritas cuando se acomodan en el coche y Mary Ann se despide

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03/02/2009, 09:52
Jean Antoine Lésdiguièrs

Sentí el tirón de mi brazo, con sorprendente fuerza para una señorita de su frágil y delicado aspecto, apenas si me dio tiempo a sonreír cuando no fue capaz de pronunciar mi complicado apellido, especialmente para los angloparlantes.

Salimos al exterior, tan a rastras que ni siquiera puedo pronunciar palabra, desde luego resulta curioso el comportamiento de las hermanas Windsor, una extraña noche esta, esperaba algo mucho más convencional, no puedo decir que este decepcionado precisamente.

Casi ni me percato de la presencia de mi primo hasta que no llegamos al carruaje, fuera, donde por supuesto es nuestro lugar, pero no era el momento para esas cosas. Esbozo una sonrisa tranquilizadora cuando siento la mirada de Claire, realmente me gustaría acercarme a ver qué tal sigue, puesto que mis cuidados sólo han sido meras precariedades, pero debo mantener las formas.

Interesantes chicas primo comentó a mi primo sin que ellas me oigan, aunque también sin mirarlo, pues no pierdo los azules ojos de la joven Windsor, no sé, quizás le sirva de algo que la mire.

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03/02/2009, 14:02
Charles Patrick Avon

Chales disfrutaba de su copa mientras que los invitados hacían acto de presencia para bailar, sin duda, el plato fuerte de la noche. Apuró su copa y se colocó su traje de la mejor forma posible. Miro hacia la puerta por la que momentos acababa de salir Elizabeth. Esperando verla de nuevo, aguardó con cierta impaciencia...

Pero cual sería su sorpresa cuando la vió entrar acompañada por el Lord. Su cara alegre y sonriente hasta ese momento, se volvió fría y seria. No esperaba para nada una reacción semejante de aquella dama. Estaba claro que el no era lo suficiente...

Se quedó pensando, no entiendo del todo la actitud de la chica, hace no mucoh tiempo dejó claro que el Señor Spencer no era de su agrado, sin embargo se la veía tan sonriente allí con el...

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03/02/2009, 16:53
Susanne Cornwell

-¿Sorpresa? -pensó- ¿Qué podrá ser? 

Miró a Anabel esperando que ella le diera alguna pista, ya que al parecer estaba bastante enterada del asunto. Sin embargo Patrick, que parece no era demasiado amigo de los misterios, o quizás no disfrutaba tanto como las damas de develarlos, no tardó en decir en qué consistía la sorpresa.

-¡Un vals! -exclamó, aunque en realidad esa exclamación debió ser para sí, pero el entusiasmo le pudo más.- ¿Recuerdas cuando padre nos estuvo enseñando a bailarlo? -preguntó a Anabel- ¡Pobre, cuántos pisotones de mi parte se llevó! -soltó una risita divertida ante el recuerdo.- ¿Cuándo va a iniciar dicho baile, Patrick? -carraspeó al darse cuenta de que lo había llamado por su nombre en lugar de por el apellido, pero disimuló lo mejor que pudo y continuó hablando con naturalidad- ¿Cuál será la pareja encargada de deleitarnos con la demostración?... ¿O eso también es sorpresa?

 

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03/02/2009, 21:31
Claire Windsor-Hancock

-Ya te he dicho que nada ha sucedido, salí a tomar aire fresco y no me fijé, caí y el señor Lésdiguièrs que estaba cerca, ha hecho todo lo humanamente posible por mí. Eso que has hecho fue muy grosero, Mary Ann...-dije alargándome para abrir la puerta, pasando mi torso por sus faldas y refiriéndome al señor Lésdiguièrs.-Mi hermana tiene que volver a allá y terminar un baile, si usted, como ya hemos hablado, no lo desea, podría llevarme a casa.

Luego vuelvo a mirar a mi hermana y le sonrío, se acabaron las conjeturas; ambos sabemos perfectamente cual es nuestro lugar y mejor terminar esa noche como buenos amigos y no como dos petulantes que creen en lo que no es.

-Tranquilizate, iré a casa y haré que llamen al médico, pero no te pierdas la fiesta por mí-le beso en la mejilla.

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03/02/2009, 21:41
Patrick Collins

Patrick estaba mirando a su señor, preocupado. El asunto del teniente Avon y la señorita Elizabeth podía muy bien terminar en duelo o algún escándalo similar si ninguno de los dos hombres decidía darse por vencido.

De nuevo, la pregunta de Susanne le cogió a contrapié. Reflexionó sobre el particular, pues en verdad se le había olvidado aquel "detalle". Antes de enrojecer de pura verguenza, decidió convertir su falta en un toque maestro.

-Nosotros, señorita Cornwell, nosotros.

Hizo una seña a los músicos, que se dispusieron a comenzar la pieza. En ese momento, su pecho latía fuertemente y la sensación le recordó a las cargas a la bayoneta. Había que tener valentía para lanzarse a pelear, y en este caso a bailar. Se inclinó levemente, para luego ofrecer ambas manos a Susanne.

-¿Me hace el honor...? -añadió, para que no sonara a obligación.

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03/02/2009, 23:41
Anabel Cornwell

-¿Nos estuvo enseñando? Creo que sólo recibí un par de clases porque no recuerdo nada de eso...- admitió Anabel, poniéndose visiblemente nerviosa ante la idea de un baile que desconocía casi por completo, sin embargo esa sensación pasó pronto a un segundo plano al presenciar la actitud lejana de Liz y el señor Spencer. Parecía que jugaran al ratón y al gato, y agradeció enormemente que madre no estuviera despierta para presenciar el espectáculo que seguro ya había llamado la atención de varios de los presntes.

El señor Collins se aventuró entonces a pedir el baile de apertura con su hermana, lo cuál la alegró y confirmó más que nunca lo evidente: que formaban una pareja ideal y estupenda.
-Ánimo Susie- le susurró sin poder contener una risa jovial de alegría por ella, porque sabía que aunque puediera sentirse un poco abochornada por estar siendo observada, disfrutaría enormemente de la compañía.
Sus ojos lo decían todo aunque no lo hicieran sus palabras, y eso era lo único que necesitaba Anabel para olvidar con relativa rapidez lo que ella misma pudo sentir con la despedida de Collins hace apenas unos días que, sin embargo, ahora parecían sumamente lejanos, cómo un sueño que nunca hubiera ocurrido. Quizá fuera así después de todo.

-¿Puedo deducir que a usted tampoco le atrae demasiaod la idea?- preguntó a Alexander cuando la formidable pareja empezó a alejarse, suponiendo que el ruso no se sentiría demasiado predispuesto a un baile relativamente improvisado cuando el coreografiado ya le suponía problemas.

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04/02/2009, 01:21
Alexander Varsatof

Intuyo por la rápida y repentina acción de Collins que la demostración de vals no estaba planeada de esa forma, la voz de Anabel, calla el par de preguntas que tenia en la cabeza con respecto a la situación y la miro sobre mi hombro, sonriendole cariñosamente

-Me atrae mas la idea de bailar con usted que el baile en si... pero no me gustaría hacerla pasar vergüenza, nunca he bailado vals solo lo he oído nombrar

Luego mira por sobre todos los invitados una puerta que da a un balcón exterior

-Pero si lo desea la invito a tomar algo de aire fresco

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04/02/2009, 03:46

La velada transcurría con tranquilidad, pese a algunos percances, se podría decir que todo iba bien. La madre de las Cronwell y la chaperona de las Hancock dormían, cada una en un sillón. Los sirvientes seguían respetando sus tareas, y afuera cuatro jóvenes estaban diciendo sobre retornar a la fiesta o no. Entonces, se levantó, primero fue una pequeña ventisca que levantó levemente el cabello de las señoritas más próximas a los balcones e hizo volar un adorno de flores colgado en la entrada. Luego el viento comenzó a soplar con mayor intensidad. Una luz repentina en el cielo señaló la proximidad de una tormenta.

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04/02/2009, 06:25
Susanne Cornwell

La respuesta de Patrick le congeló la sangre, ni qué decir que estaba más que arrepentida por haber preguntado y se dijo, por enésima vez, que debía aprender a cerrar la bocota.

-¿No... nosotros? -susurró esperando que él se riera o lo que fuera y le dijera que ese nosotros estaba conformado por él y alguien más, pero los ojos del irlandés la miraban a ella; no había duda, ese nosotros la incluía.

Respiró profundo, él ya había dado la seña a los músicos para que empezaran a tocar los primeros acordes y la invitaba a ser su pareja de baile. Anabel por otro lado le profirió palabras de aliento y Sue tuvo deseos de coger la mano de su hermana y no soltársela más, sentía las miradas de la mayoría de los presentes observando en su dirección, las voces bajaron en intensidad y se transformaron en murmullos, todos atentos a lo que estaba por suceder.

-Ay, Virgen Santa, en qué líos me meto -murmuró y tomó las manos de Patrick-... Que sea lo que Dios quiera...

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04/02/2009, 08:51
Mary Ann Windsor-Hancock

- ¡CLAIRE! grité sorprendida al escuchar sus palabras dándo órdenes... ¿dónde estaba mi dulce y pequeña hermanita?

-¡Ay, Pequeña! me temo que no puede ser. Despídete de los caballeros y nos vamos a casa para ver qué te dice el doctor. dijo acariciando su pelo. No puedo dejarte sola ni un momento señorita. le guiñó un ojo y salió del carruaje sin dejar que su hermana pudiera cambiar sus nuevas órdenes.

- Muchas gracias por todo caballeros, discúlpennos, pero como comprenderán debo llevar a mi hermana a casa y avisar al doctor. Señor Byrne sería tan amable de acompañarme dentro a buscar a Louisa, debe volver con nosotras a casa, dije guiñándole un ojo a los señores, y haciendo una mueca de disgusto que bien mostraba mis ganas de dejar a la chaperona en tierra y zarpar sin ella.

De repente, un fuerte viento se levantó empujándome a mí y a mi vestido contra el señor Lésdiguièrs, allí presente.

-¡OOOOHHH! mis brazos y parte de mi cuerpo cayeron sobre el pecho del profesor de francés que tanto adoraba mi hermana pequeña.

Notas de juego

:P

metamos un poco de caña al asunto ;)

Jefa me has dado la excusa perfecta :PPP

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04/02/2009, 11:04
Elizabeth Cornwell

Elizabeth, sin siquiera esperar una respuesta por parte del Lord, se dirigía hacia el Sr Avon, para disculparse, cuando, de repente, una pequeña ráfaga de viento desacomodó el peinado de la menor de las Cornwell, haciendo que ésta se quedase paralizada, a mitad de camino, mirando hacia el exterior...

Un destello indicó a lo lejos que se avecinaba una tormenta... Y no parecía ser, precisamente, leve...

La joven miró a su alrededor, buscando a sus hermanas, pero al parecer, Susanne ya estaba dispuesta a bailar, con el Sr. Collins, mientras que Anabel hablaba distraída con un hombre que no conocía...

No sabía si debía interrumpirles, y advertirles... La verdad es que no quería estropearles la velada... Pero...

Ese viento...

Realmente la había hecho estremecer... Y si no se daban prisa, era probable que no llegasen a casa a tiempo...

En un mar de dudas, Liz se quedó plantada donde estaba, aunque intentaba no estorbar a los demás... ¿Despertar a su madre? ¿Correr hacia Anabel y privarla de la compañía de aquél hombre? ¿Seguir su camino y disculparse con el Sr Avon? ¿O volver hacia la boca del lobo... O mejor dicho, a donde había dejado al Lord?

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04/02/2009, 11:47
Francis P. Spencer

Patrick abre el vals con una de las hermanas Cornwell mientras Elizabeth comienza a caminar hacia el Sr. Avon. Francis se dispone a seguirla cuando unas cuantas señoras pegan un gritito al ver que el viento golpea sus tocados.

Elizabeth se para a mitad de camino y Francis desea ir hasta ella, pero viendo la que se avecina debe asegurarse de que nada arruine el resto de la velada.

Acercándose a uno de los sirvientes le dice.

-Aseguraos de que no hay nadie en los jardines y cerrad las puertas y las ventanas asegurándolas. Y que los coches estén listos para los que quieran regresar a casa.

Una vez el sirviente asiente vuelve a buscar a Elizabeth con la mirada. Patrick y Susanne siguen en mitad de la pista bailando al ritmo de la música. Pronto una segunda pareja tendría que sumarse a la coregrafía antes de que el resto de la gente lo hiciera y Francis tenía la firme intención de que fuera la suya.

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04/02/2009, 12:16
Elizabeth Cornwell

Elizabeth reacciona entonces, al ver que todo el mundo se prepara ya para el baile...

Presurosa, se dirige hacia el Sr. Avon, al que llega, observando su expresión no tan amigable como antes...

Liz le ofrece una pequeña reverencia, señalando:

-Quiero disculparme, Sr. Charles... No bailaré esta pieza con usted... Espero no ofenderle...-Le mira y le regala una sonrisa cálida, pero arrepentida... No sabía muy bien por qué, pero se sentía mal por no poder ofrecerle otra cosa mejor... Aún más teniendo en cuenta con quién bailaría...-Yo... Espero poder hablar con usted luego... Quizás usted crea que igual no merece la pena... Pero... A mí me gustaría aceptar su invitación para mañana... Si aún está en pie, claro está... Ah... Y puede que mi anteriores palabras no se correspondan con mis actos... Pero es algo que ahora no puedo explicar, pero que me gustaría hacerlo, más adelante, y con más calma...

Vuelve a sonreírle, dulce y sincera... Le ofrece otra graciosa reverencia, y sin siquiera esperar su respuesta o reacción, pues temía que no fuera del todo buena (lo cual no era nada más ni nada menos lo que se merecía, según su consciencia), se marcha, tan presta y veloz como ha venido...

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04/02/2009, 12:23
Elizabeth Cornwell

Por fin la joven de las Cornwell comienza a moverse, decidida.
Se encamina hacia el Sr. Avon, con el que parece intercambiar algunas palabras, y a quien ofrece una pequeña reverencia.

Luego, bastante rápida, vuelve sobre sus pasos, y se dirige a donde se halla Lord Heddington, a quien mira, con una expresión indefinida.

-Veo que usted ha notado el ligero cambio de tiempo... A juzgar por el movimiento de... sirvientes... Que.. se aprecia...-Habla con tono tranquilo, casual. Tampoco se le ocurre qué más decir. Por una vez en su vida, Elizabeth prefiere estar callada, aguardando a lo que sea que tenga que venir.

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04/02/2009, 17:40
Patrick Collins

Con los primeros compases, caminaron tomados de la mano dando la vuelta al espacio de la sala de baile, formando un círculo. Luego, se dispusieron frente a frente. Él le ofreció ambas manos, y comenzaron a danzar según los compases fuertes y débiles del vals.

Primero, se comenzaba con un baile suave, con pocos pasos y repetidos. Después de ello, el baile iba en crescendo, con un gran juego de pies y un número de vueltas creciente, seguido por algunos momentos en los que la dama se separaba en una vuelta sobre si misma, quedando tan solo unidos por las manos.

Durante esta primera parte del baile, él no dejaba de mirarla. Sabía que la gente les estaría prestando la máxima atención, y que quizá no era prudente aquella actitud. Pero, en realidad, no podía ni quería contenerse las ganas de mostrar al mundo entero su creciente amor por esa mujer.

-¿Te atreves con un salto, mi amor? -susurró, mirándola.

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04/02/2009, 18:42
Anabel Cornwell

-Yo tampoco lo he bailado nunca apropiadamente...- admite a Alexander sin tapujos, apartándose un poco para dejar espacio a la pareja que sale a la pista de baile, mirando divertida la reacción de su hermana pero conteniendo cualquier comentario al respecto -¿No hacen una pareja estupenda?- pregunta entonces de forma retórica, asintiendo al ofrecimiento del ruso de salir al exterior y sujetándose entonces a su brazo para acompañarle.

Sin embargo el viento que se levanta repentinamente cómo si quisiera indicarles que no sigan ése camino, así que Anabel ahoga un grito sujetándose un sgeundo el cabello para después cerrar las puertas ella misma y girarse hacia la pista de baile.
-Está bien... probaremos cuando haya más parejas en la pista, ¿le parece?- seguramente no serían los únicos que no sabrían bailar ése extraño vals, así que observó los movimientos de Collins y Sue en un intento de memorizarlos adecuadamente.

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05/02/2009, 01:07
Jean Antoine Lésdiguièrs

Un poco sorprendido por la actitud de Claire al invitarme a acompañarla a su casa, pero, por que negarlo, interiormente halagado, sobre todo cuando huyó de mi al principio de la fiesta, de manera totalmente justificada, dicho sea de paso.

Iba a aceptar el ofrecimiento, pero no tengo tiempo de hablar, brazo ligeramente alzado, boca entreabierta, la perfecta estampa de alguien a quien dejan con la palabra en la boca. Retoco mi cabello en un vano intento de no parecer aún más estúpido, carraspeo un poco, bah no tiene arreglo, mejor confiar en que no se den demasiada cuenta.

Ordenes de la hermana mayor, supongo que la pequeña no se lo tomará demasiado bien, ya se saben, las apariencias, y un don nadie profesor de francés como única compañía de una dama de la excelsa sociedad. Comprensible.

La riña y el guiño de Mary Ann me confunden un poco, no sé con cual de los dos gestos quedarme, pero no tengo mucho tiempo para pensar, puesto que apenas tengo tiempo de agarrar mi sombrero cuando el viento se levanta de manera imprevista. Pero algo más importante, y mucho más peligroso me obliga a dejar que el vendaval se lleve mi posesión mas valiosa, pero así son las cosas, mejor no lamentarse, y menos con semejante señorita en brazos.

La sujeto como buenamente puedo, alcanzado lugares inapropiados de su anatomía, el revuelo del amplio vestido, lo repentino de la situación, no puedo hacer otra cosa que intentar recomponerme, eso si, para nada avergonzado, no podía dejarla caer.

Ayudándola a estabilizarse, con sus brazos aún sujetos, la miro, ¿Se encuentra bien señorita Windsor? una frase que ya empezaba a pronunciar con familiaridad.

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05/02/2009, 03:39
Alexander Varsatof

Camina con la mirada hacia el frente, abriéndose paso a través de el océano de gente, pero cuando ya esta lo suficientemente cerca de el balcón como para sentir el freso aire, siente el inconfundible olor a tierra mojada que suele acompañar a las tormentas, una ráfaga de viento deja unos mechones tirados sobre su frente, y unos rayos en el cielo lejano hipnotizan sus ojos.
Solo se libra de su poder cuando Anabel cierra la puerta del balcón, y la mira directo a los ojos con la misma fascinación como miraba las nubes

-Es una lastima... que estemos en una fiesta formal... con lo divertido que es mojarse

Sonriendole alegremente

-Si recuerda algo de lo que le enseño su padre viendo a las parejas bailar y me tiene paciencia para enseñarme, estaré encantado como siempre señorita Anabel

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05/02/2009, 06:11
Susanne Cornwell
Siguió los pasos con la típica inseguridad inicial, no porque no supiera lo que hacía sino porque los estaban observando. Eran ellos dos en el centro del salón, nadie más bailaba de momento, así que indiscutiblemente las miradas se concentraban en la pareja y ahora no tenía a sus hermanas cerca para inspirarle confianza y empujarla a vencer la timidez.
 
Si quería no hacer algo que provocara la risa de los demás y la pusiera en ridículo tenía que, sí o sí, concentrarse y olvidarse de toda esa gente que los rodeaba. Y eso hizo. Se concentró en la única persona que podía hacerlo, en él, en Patrick.
 
Siguió danzando, dando vueltas por todo el salón. Manteniendo una pose elegante y erguida. La espalda completamente recta, tratando de que espalda, brazos, hombros y caderas no se movieran. La mano derecha de él situada en la espalda de su acompañante, mientras que con la izquierda sujetaba la derecha de ella. Los cuerpos levemente desplazados hacia los costados, para que al moverse el pie de él pudiese situarse entre los de ella y viceversa.
 
Perfectamente compenetrados, no era muy difícil seguir el ritmo de 1, 2, 3 que se requería. La pareja se deslizaba por la pista y daba la sensación que flotaba, pero aquella sensación tenía una razón de ser y no era más que el modo en que se apoyaba el pie. En el primer tiempo apoyaban todo el pie, en el segundo la punta y en el tercero primero la punta y luego el talón... ¿Lo demás? Simplemente dejarse llevar y disfrutar.
 
En eso estaba, disfrutando, cuando las palabras de él por poco la hacen perder el ritmo y trastabillar. ¿Había escuchado bien? ¿El la había llamado de ese modo? ¿Le había dicho mi amor?. Parpadeó repetidas veces y tragó saliva. Por segunda vez en esa noche él la sorprendía y de un modo u otro la emocionaba, claro que esta vez existía una diferencia: lo que acababa de decirle estaba lejos de provocarle un desmayo.
 
-Parece ser que esta noche se ha propuesto ponerme en apuros, señor Collins -le respondió usando intencionalemente el tratamiento de usted, pese a que nadie, salvo él, la oía- ¿Si me atrevo, pregunta? -medio sonrió- Nunca lo intenté, pero si son sus brazos los que me van a sujetar por supuesto que me atrevo...