Partida Rol por web

A Partir de Ahora.

Capítulo II

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20/01/2009, 23:40
Susanne Cornwell

Bajó tomada del brazo del brazo de Patrick, el rostro de la joven no denotaba para nada la palidez que tenía hacía apenas unos minutos, muy por el contrario, tenía un bonito tono rosa.

Alcanzaron a Anabel y Francis casi al final de la escalera e ingresaron todos juntos nuevamente al salón principal. Tanto Anabel como el señor Spencer insistían en preocuparse por el estado de salud de la joven y ella les tranquilizaba reiterándoles lo bien que se encontraba y que no significaba para ella ninguna obligación cumplir con la promesa de tocar el piano. Bueno, obligación era, pero no por las razones que Lord Heddington creía, sino porque era su palabra la empeñada.

Pronto la atención de ambos se centró en otros asuntos lo que constituyó un alivio para la joven, no le gustaba sentir que cada paso que daba era vigilado, aunque esa no sea la palabra correcta.

Sue sonreía viendo a la gente danzar y correspondió al saludo de algunas personas a las cuales aún no había saludado. Se fijó entonces en aquellos que bailaban y le sorprendió, gratamente, ver que Liz se contaba entre ellas. Sintió una agradable sensación en el pecho, sintiéndose orgullosa de ver lo grande y linda que ella estaba. Liz ya no era una niña, era toda una señorita y muy bella por lo demás.

Reconoció al hombre que danzaba con ella, era el mismo de la tienda. Avon, así creía recordar que se llamaba, hombre de pocas, poquísimas palabras, eso sí que lo recordaba bien, sin embargo ahora lo veía hablar con su hermana y por lo cómoda que ésta se veía intuyó que el mutismo de ese día había respondido a timidez.

-¿Conoce al hombre que danza con mi hermana Liz? -preguntó a Patrick, aún no se había percatado del que había sacado a bailar a Anabel.

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21/01/2009, 02:09
Alexander Varsatof

-Ah no se preocupe por los modales, yo también peque en no decirle el mio, Alexander Varsatof a sus servicios señorita Anabel

Todo esto con una sonrisa en su rostro que se vuelve seria cuando se aleja a causa del baile con un asistente y entre mas se acerca mas vuelve a parecer su sonrisa.
Se queda un momento pensando ante la pregunta de Anabel, para luego mirarla a los ojos con un poco de tristeza

-Me acabo de dar cuenta de que estoy en una situación similar a usted, o en cuanto menos peor, durante mi juventud e viajado por varios países de Europa pero casi todos fueron por obligación de mis padres... en realidad no nació de mi conocer ese país, y como me mandaban mis padres sólo por ese simple hecho terminaba odiando las distintas naciones que visitaba y no disfrutaba nada... estúpido de mi

Luego agita la cabeza con los ojos cerrados de un lado a otro negando

-Disculpe señorita Anabel lo único que le debe faltar en la noche, que un desconocido le cuente sus problemas

Luego tratando de cambiar el tema un poco avergonzado

-De qué parte de Inglaterra es usted??

Notas de juego

Cita:

*recordemos que aquí no se bailan "vals" si no coreografías que a veces incluyen a todos los asistentes

OK, perdón el desliz ;)

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21/01/2009, 10:13
Jean Antoine Lésdiguièrs

La animé con un gesto al hablar, y escuché serio como continuaba la historia, pero conforme su rostro se fue iluminando el mío fue correspondiendo de la misma forma. Guardé mi pañuelo y volví a fijarme en sus ojos, tan azules como el mar que crucé para llegar a esta isla huyendo de un destino con el que siempre he mantenido una constante disputa.

Me incliné un poco hacia adelante cuando ella concluyó su relato, sencillo, pero bien construido, amores prohibidos, de esos que en los cuentos siempre terminaban con un final feliz, pero que en la vida real únicamente daban origen a dramas, y en muchas ocasiones, a tragicomedias dignas de los mejores autores.

¿Sabe lo mejor de inventar historias señorita Windsor? levanto la mirada un momento al estrellado cielo, raro verlo así, porque en este país llueve casi siempre, seguramente no tardará mucho en ocultarse, crear a sus protagonistas, darles un pedacito de uno mismo para que tengan vida propia, y luego, concederle el libre albedrío para que actúen como ellos quieran vuelvo a sus ojos con una amplia sonrisa, quizás le parezca un poco soberbia esta afirmación, pues hay quien la tacharía con las ganas de ser algo parecido al Creador me pregunto porque le cuento todo esto, probablemente no le interese para nada, pero puede creerme, nada más lejos de mi intención, pues realmente, lo que sucede es justo lo contrario, nos convertimos en servidores de nuestras propias ideas ya me estaba andando demasiado por las ramas, asaltado por viejos fantasmas.

Su imaginación es mucho más valiosa que la mía, pues de alguna manera aún es pura, aún tiene mucho que inventar señorita Windsor, miro de reojo al cochero que regresa con lo que le había solicitado, pero sepa una cosa Claire, aún tiene mucho más que vivir le susurro y le guiño un ojo dándome la vuelta para ayudar al fiel hombre que ha mantenido el silencio al respecto de la situación de su señora.

Gracias, ha sido usted muy amable, deje los barreños aquí, en el suelo junto a la señorita tomo la jarra de agua caliente y la vierto sobre uno de ellos, para a continuación volver a coger el pie de la joven para introducirlo en el mismo, asintiendo para darle confianza, pues aunque no es nada peligroso lo que estoy haciendo, sus reticencias serían más que comprensibles.

Un par de minutos, y luego al agua fría, mucho menos agradable llevo una mano a mi sien de repente, Olvidé pedirle también una toalla gesto compungido, disculpándome por adelantado ante el lacayo, si no le importa… supongo que no estará muy contento, pero tampoco le he pedido la construcción de la gran muralla china. Cuando nuevamente se marcha, me encojo de hombros mirando a la chica, No podemos dejar que encima pille usted un resfriado

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21/01/2009, 16:29
Patrick Collins

Patrick bajó con la señorita Susanne cogida de su brazo. Parecía de buen humor ahora, mucho más que cuando había ido a enseñarle la mansión. Saludó con la mirada a algunos invitados y se mantuvo prudentemente callado cuando su acompañante hablaba con su hermana.

Luego, se quedaron de pie observando a los bailarines. La señorita Anabel bailaba con un caballero muy alto y que se movía con bastante torpeza, mientras que la señorita Elizabeth lo hacía con un lobster* de uniforme. La mirada, sin embargo, se le distrajo mirando hacia su señor, su mirada y actitud. Le conocía bien para saber que se sentía afrentado y decepcionado. No había calibrado cual era su grado de interés por la señorita Elizabeth, pero en ese momento le quedaba claro que la había comenzado a considerar como objeto de sus galanteos antes de aquella fiesta.

La pregunta de la señorita Cornwell le cogió a contrapié. Parpadeó, mirando de nuevo hacia la pareja.

-Lo ignoro, Susanne. Lo que si le puedo decir es que se trata de un teniente de un regimiento de infantería de línea, a juzgar por el uniforme. ¿Lo conoce usted?

Notas de juego

*Lobster o Langosta es uno de los apodos coloquiales que se le daba a los soldados británicos en Inglaterra, debido a su uniforme de color escarlata y blanco, semejante al carapazón de ese animal. También eran más conocidos como redcoat o casacas rojas.

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21/01/2009, 17:53
Anabel Cornwell

-En verdad es una lástima que no pudiera disfrutar de sus viajes, pero es natural según las circunstancias que lo envolvieran... A buen seguro que si ahora volviera a esos mismos países los vería con otros ojos- su tono es despreocupado y tranquilo, intentando así relajar la conversación y el estado de ánimo que ello provoca en el recién conocido, mirándole con un ápice de aprensión que sólo dura unos instantes.
-No se preocupe, no me molesta, pero sí creo que debería intentar alegrarse y no recordar cosas desagradables durante esta velada- da una vuelta grácilmente bajo el gran brazo de Alexander y tras varios giros más el baile cesa nuevamente hasta que comience el siguiente, por lo que todos los asistentes aplauden sonoramente.

-Nosotras siempre hemos vivido aquí...- responde entonces a la última pregunta del caballero, haciéndose un poco a un lado dado que la gente empieza a moverse para entablar conversaciones por todos los rincones posibles.
-Supongo que no suena demasiado emocionante pero nos conformamos, no podemos quejarnos- mira nuevamente alrededor para comprobar que Sue sigue en el mismo lugar de antes con Collins, lo cuál le arranca una sonrisa, sin embargo Liz parece estar disfrutando de una especie de extraño "duelo de miradas" del cuál ya hablarán cuando lleguen a casa. Menos mal que amdre no se está perctando de nada.

-De hecho tenemos una pequeña boutique en el pueblo, no creo que la conozca ya que es para damas, a menos que tenga alguna... hermana o familiar- tras haber dejado claro su origen humilde y el hecho de que todas las muchachas Cornwell debían trabajar para pdoer disfrutar incluso de los vestidos que llevaban puestos, le observó con curiosidad.

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21/01/2009, 18:33
Elizabeth Cornwell

Elizabeth escuchó las palabras del Sr Avon, mientras intentaba no mirar a determinado punto en concreto.
Se concentraba en el baile, como hasta el momento, y sonrió al comprobar que al menos Charles se divertía.

-Me honra usted con sus palabras, hará incluso que me sonroje...-Ríe, divertida, Liz. Pero entonces él vuelve a mencionar al Lord...-Oh... Bueno... Caer bien... Caer mal... ¿Qué importará en estos momentos?-sonríe, un tanto insegura.-En realidad preferiría no hablar de ello, si no le importa... No hay porqué aburriros ahora con eso...

Vuelve a sonreír, intentando guiar la conversación hacia otro tema...

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21/01/2009, 18:17
Claire Windsor-Hancock

Lo mejor de inventar historias era que terminaban siempre bien en el mejor de los casos, a menos que fuera un escritor de esos sádicos que les gusta hacer sufrir a sus personajes de los cuales ya he leído un par pero asiento a su afirmación porque lo dice de una manera tan convincente que estoy casi a punto de creerlo. Soberbia lo es la palabra que viene a mi mente, quizás inocencia pero esa pega más conmigo que con él.

-No acostumbro a juzgar nada sin antes estar segura, mi señor. Creo que escribir, crear, inventar, tiene que ser un placer concedido por nuestro Creador y si él le da a algunas personas esa facilidad, por algo será. Me parece que usted es bueno en ello y no es un cumplido forzoso...

Me encuentro con su sonrisa que parece la de otra persona, para nada parece la del hombre, como un reflejo florece una en mi rostro pero no es eso, es que casi me he olvidado de todo como una niña a quien entretienen con un cuento de hadas antes de dormir, casi podría sentirme furiosa conmigo misma por permitirme aquella licencia. Bajo la mirada lentamente, mejor no mirarle así.

-Dudo mucho que mi imaginación sea mucho mejor que la suya, no hice sino seguir el cuento que usted inició y que no tenía otro camino por seguir... ¡Oh, sí! A menos que pensaramos en una tragedia, donde ella se enamora del hijo del rey del fin del mundo y él prefiere a una señorita más experimentada y con más dinero-sonrío, es obviamente un sarcasmo.

Justo entonces aparece el cochero con lo pedido por Lésdiguièrs, me echa una mirada timida y de reojo para saber si estoy bien y asiento, mis mejillas están encendidas y mis ojos brillan pero estoy bien y curiosamente no lo estoy pasando tan mal como yo hubiera creído. De pronto vuelve a tomar mi pie y lo baña con el agua tibia, la sensación es placentera debo decirlo. Luego introduce mi pie en el barreño y lo dejo allí; no entiendo por qué se toma todas esas molestias, si es culpabilidad ya es suficiente pero le he dicho que puede volver al baile y no lo ha hecho. Mi cabeza está distraída en ello que cuando vuelvo a escucharlo, ya es tarde y el agua fría resbala por mi pie.

-¡Mi Dios!

No es placentero el dolor, no es placentero el contacto del agua fría con mi piel; un nudo se hace en mi garganta pero me contengo, no quiero terminar como una niñata de nuevo. Cuando envía de nuevo al cochero por una toalla, ha pasado ya el shock del agua fría pero él está cerca y se encoge de hombros para decirme que no quiere que pille un resfriado. Lo miro a los ojos entrecerrando los míos y no puedo evitar abrir la boca y decir lo que pienso.

-Escuche, señor Lésdiguièrs... No sé por qué hace esto, no ha sido su culpa si es por eso y en verdad se lo agradezco pero me siento como una imbécil por terminar de arruinarle la noche. Quizás desee estar dentro bailando de la mano de una graciosa señorita que sea un poco menos petulante y engreída que yo.

No había ironía en nada de lo que le decía, lo pensaba de verdad. Bajé la vista un tanto avergonzada, era una imbécil en toda la extensión de la palabra, él me ponía nerviosa y ni siquiera era capaz de disimularlo.

-Gracias, Jean...-dije titubeante perdiéndome en sus ojos una vez más.

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21/01/2009, 20:43
Susanne Cornwell

-¿Conocerle? La verdad es que apenas de nombre, aunque no estoy del todo segura cuál era éste -siguió a la pareja con la mirada y en ese "andar" se dio cuenta que Anabel también bailaba.

-Me parece que se apellida Avon -continuó-, le ví hace unos días en el pueblo, en la boutique, no intercambiamos más que el saludo, claramente él no ingresó a la tienda para comprarnos nada sino para saludar a mi hermana, no estuvo más de cinco minutos y se marchó, desde entonces no le volví a ver... hasta ahora.

Susanne estaba contenta y se la notaba complacida de ver que sus hermanas parecían disfrutar de la velada. Se extrañó de no ver a su madre revoloteando cerca y la buscó con la mirada, una risita se le escapó al darse de cuenta de dónde y cómo estaba ésta.

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21/01/2009, 22:21
Jean Antoine Lésdiguièrs

Su nerviosismo era realmente adorable, sus modales, impecables, inocencia en estado puro, y ese amago de cinismo al hablar sobre los cuentos de hadas le da un aire ciertamente curioso, su nariz se había arrugado un poco, como si la enfadara el hecho de que las cosas pudieran terminar sin el esperado final feliz, era difícil dejar de sonreír, que menos, es lo último que debemos perder.

Bajo la cabeza cuando me mira, que no la mirada, incluso imitándola un poco, pero sin burla, no quiero que dude, no para pronunciar mi nombre, tampoco tiene nada de misterioso, sólo son dos simples silabas que significan mucho para mi al oírselas pronunciar, un grado de confianza correspondida. Ladeo la cara, ya estamos con la de arruinar la noche.

Escuche señorita Windsor, tiene usted razón, podría estar dentro bailando una aburrida danza, más concentrado en ni pisar a mi desafortunada pareja que en poder mantener una conversación medianamente interesante, pero levanto la mano con el dedo extendido, pero no señalándola, sino para reafirmar mis palabras, tal vez considere mucho más entretenido… entonces agarro de nuevo su pie, y justo antes de introducirlo en el agua templada, hago cosquillas en la planta del mismo, aún a sabiendas de que le dolerá, pero se lo ha ganado, fastidiar a señoritas engreídas y petulantes cuyo tobillo tengo en mi poder bromeo, tampoco quiero que lo pase mal, para dejarlo caer con suavidad en el barreño.

Como ha dicho antes, ya más calmado, no puedo juzgarla todavía, no cometeré el mismo error, casi sin darme cuenta me encuentro apretando con mi mano los dedos de su pie, que estaban algo fríos, pues no quedan del todo cubiertos, pero las historias, por suerte, no son como empiezan, sino como terminan bajo un poco la voz, haciéndome el interesante, como un actor de segunda.

Y deje que le diga una cosa más señorita Windsor, me pongo serio de nuevo, está usted realmente hermosa, así, sonriendo, y no es un cumplido forzoso, bajo la mirada para ocultar mi ligera sonrisa, siguiendo con los baños alternativos en las diferentes temperaturas.

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21/01/2009, 23:11
Patrick Collins

Patrick escuchó a la señorita Cornwell, pero en verdad estaba más pendiente de su señor. Temía que, al estar solo, su sentimiento de afrenta fuera a más y terminara provocando una escena en el baile, desastrosa para la reputación de ambos. Sabía que era flemático, como buen inglés, pero aquello se quedaba a un lado cuando sentía su honra herida. Parpadeó, mirando entonces a Susanne.

-Venid -dijo.

Caminó hasta situarse junto a su señor, al cual saludó inclinando la cabeza. No estaba seguro de si él era consciente de su presencia, así que miró hacia la pareja de Elizabeth y el teniente.

-¿Y quien, si puedo preguntar, es ese galante oficial, milord?

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21/01/2009, 23:03
Claire Windsor-Hancock

No quería estar bailando dentro o conversando con otra persona, no quería o lo disimulaba muy bien con sus palabras. Su mano cubriendo los dedos de mi pie me recordaban qué estábamos haciendo allí y el por qué. Contuve la respiración cuando hizo alusión a mi sonrisa, estaba perdiendo el piso y no literalmente, no me estaba concentrando y si seguía así, terminaría diciendo alguna tontería. Quité mis ojos de los suyos cuando escuché pasos que se acercaban, no eran de otra persona más que del cochero que traía consigo una toalla.

Enseguida se paró al lado del joven Jean y se la entregó, me parecía que había un cierto recelo en su mirada, lo cual era normal pero al poco se alejó hacia un lado ofreciéndose para cualquier otra cosa que necesitaramos y apartándose de nosotros. Antes que la pudiera poner en mi pie para secarlo, lo detuve poniendo una mano sobre la suya, temiendo estar cometiendo una tontería. Respiré profundo y sonreí lo más relajada que podía sintiendo aquel dolor en mi pie.

-Gracias, supongo... No ha sido un buen día pero siempre puede haber peores.

Entonces solté su mano, aguardando a que terminara su curación y a que terminara aquel baile que tan mal se había presentado, aunque no terminara del todo mal. Por increíble que pudiera parecer, cuando me veía en sus ojos, no encontraba a aquel Jean que me había hablado de tal manera acerca de lo que yo hacía, encontraba a otro, uno mucho más amable, mucho más... Si iba a ser su alumna, lo mejor era que nos llevaramos bien. Me sentía cansada, agobiada, aún sentía un poco de culpa por arruinarle la noche o quizás por arruinarnosla a ambos, no debía haber tocado aquel tema pero el tiempo no da marcha atrás para enmendar nuestros errores y bajo aquel cielo, estaba pasando una velada que casi terminaba en tragedia.

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21/01/2009, 23:34
Charles Patrick Avon

- Para nada, no me importa, de hecho, lo veo perfecto. - Y siguio danzando como si nada. El comentario sobre su sonroje había provocado en Charles una pequeña sonrisa.

Su mente comenzó a dar vueltas...Y en ese momento dejó de importarle la gente que había a su alrededor, incluido el Lord, se centraba en su baile y en las fracciones de su acompañante. De repente una duda invadió su mente.

- Siento que mi memoria no sea como la de los grandes filosofos, pero no recuerdo que me hubiera dicho su nombre señorita Cornwell. Apensa recuerdo el nombre de su hermana, del día que fortuitamente las encontré en la "Boutique", pero he olvidado que usted me dijera el suyo.

Se quedó pensativo, intentando rememorar el momento en el que la dama había formulado su nombre, pero por más que indagó en su memoria, no pudo encontrar nada. Posiblemente no se lo hubiera dicho, o quizá el no lo recordaba...

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21/01/2009, 23:20
Susanne Cornwell

-Venid -le escuchó decir y antes de que pudiera preguntar a dónde se encontró caminando en dirección a Lord Heddington.

La joven seguía tomada del brazo del señor Collins y parpadeó algo confundida ante lo que pareció había sido una orden. No dijo nada en ese momento, pero seguramente de repetirse lo haría. Susanne podía ser tímida pero tenía un carácter que era mejor no azuzar.

Cuando estuvieron junto a Francis, retiró delicadamente la mano del brazo de Patrick y se acomodó el chal de muselina. Quedóse de pie junto a ambos observando de soslayo sus rostros y le pareció notar cierto desazón en el baron. Se fijó cuál era el punto, mejor dicho las personas que éste observaba y sonrió con disimulo cuando se percató que el objeto de su atención era Elizabeth.

-Hace un momento formulé la misma pregunta al señor Collins y lamentablemente desconocía la respuesta. ¿La conoce usted, milord?

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22/01/2009, 01:30
Alexander Varsatof

Una sonrisa sincera y agradable aparece en su rostro ante la comprensión de Anabel, sus músculos se relajan mas y sus movimientos algo mas fluidos.

-Tiene razón, soy el hombre mas afortunado y estúpido de todo el mundo, bailando con un ángel y llorando por el pasado, en ves de disfrutar al ángel que se encuentra a qui en el presente y solo para mi

Con una mirada curiosa y una sonrisa amistosa

-Así que tiene una boutique, tal ves allá cruzado frente a ella varias veces sin saber lo encantadora que es su dueña si no, seguro que entraba a comprar cosas para la hermana que no tengo con tal de poder disfrutar unos momentos de una agradable conversación con usted, como se llama??

Luego trata de seguir con la mirada lo que Anabel busca y observa cada tanto en la fiesta

-Si me permite saciar mi curiosidad... que es lo que tanto busca y mira entre los invitados??

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22/01/2009, 09:27
Francis P. Spencer

El Lord apenas se percata de que Patrick y Susanne se colocan junto a él hasta que hablan. Su mirada está fija en Avon, como si intentara aravesar con ella su casaca y golpearle directamente en el pecho.

-Ese.- el Barón casi escupia las palabras.- Ese es Charles Patrick Avon. Alguien que tiene que esperar a que su acompañante se vaya para atreverse a acercarse a una mujer.- terminó con frialdad.

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22/01/2009, 14:41
Elizabeth Cornwell

Observa a Avon, el baile está apunto de culminar, y una sonrisa se le escapa de entre los labios...


-Aunque "perfecto" es un adjetivo un tanto difícil de alcanzar... ¿No cree?

Da una vuelta, siguiendo los movimientos pregenerados de la danza. Pronto las parejas acaban unas frente a otras, y los acordes de la música se extinguen entre los aplausos.
Elizabeth le ofrece a su acompañante una peculiar y grácil reverencia, a la par que señala:

-Nunca se lo he dicho...-De repente, su rostro se ilumina...-¿Le gustan las adivinanzas, Charles?

Sus palabras son acompañadas por los pasos de los bailarines alejándose, para o bien cambiar parejas, o descansar, o seguir bailando...
Ella, por el momento, se mantiene de pie, aguardando la respuesta.

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22/01/2009, 21:00
Anabel Cornwell

Anabel queda algo perpleja por el halago tan directo de Alexander, bajando la mirada al suelo con una pequeña sonrisa sin atreverse a dar una respuesta a ello, aunque por suerte él sigue hablando y cambia de tema, además se le ve un poco más animado que al principio de lo cuál ella se alegra.
Ríe animadamente cuando afirma que estaría dispuesto a inventarse una hermana para usarla de excusa y empieza a caminar despacio alrededor de la sala junto al caballero ruso, aunque está claro que su gran altura les hace sobresalir hayá donde se muevan.

-En realidad supongo que no fuimos muy originales, pero a bien seguro podrá encontrarla sin problemas si lo desea. "Cornwell's Boutique", cerca de la calle principal. Si viene le haré un descuento en los mejores lazos de seda- vuelve a reír de forma cantarina y despreocupada, sin poder evitar imaginárselo por un segundo con ése accesorio entre el oscuro cabello.

-¡Ah! Está claro que no se me da nada bien ser sutil, lo lamento... Son mis dos hermanas menores, no puedo evitar tener la necesidad de asegurarme que siguen bien a cada rato, una de ellas ha tenido un pequeño... mareo, hace un momento- no quería alarmar al caballero más de lo necesario así que deciidó mengaur un poco el incidente de Sue.
-La más pequeña de todas es la más revoltosa, aunque ahora está allí con un soldado. Me tiene totalmente sorprendida- admite con abierta sinceridad, señalando ligeramente con un gesto de cabeza en dirección a Liz, dejando que Alexander observe y sacie su curiosidad entorno a las hermanas Cornwell antes de volver a hablar.

-¿A qué se dedica en éstas tierras? Si no es indiscreción, por supuesto- desde luego no debía transitar demasiado a menudo el pueblo, porque no le sonaba haberlo visto y alguien cómo él destacaría sin duda.

Notas de juego

*En verdad el que suas de foto es pelirrojo pero creo que tu pj y tu avatar son morenos, ¿no?

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22/01/2009, 22:00
Charles Patrick Avon

Al acabar la música, Charles se separo escasos metros de la joven para descansar momentaneamente. No es que estubiera excesivamente cansado, pero sin duda, no estaba acostumbrado a aquello.

- Las adivinanzas, ¿dice?. Son mi pasatiempo favorito - Dice mientras deja escapar una sonrisa de complicidad.

Obsrva a la chica, al ver que se mantiene en pie, esperando por el proximo baile.

- Continuamos, o prefiere esperar y descansar? Yo seguiría encantado, pero es usted quien debe decidir...

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22/01/2009, 23:50
Grégoire Byrne

Aunque solo fuera asi ya seria suficiente para deslumbrar a cualquiera de los presentes

Me alejo en la ultima vuelta terminando el baile como corresponde volviendo junto a mi pareja por ultimo

Eso me intriga sin duda. ¿Querra conocer esos sitios como los que visitan Londres o Paris por unos dias, o por el contrario querria conocerlos como los que van a vivir y hacer sus queaceres a esos lugares por largos tiempos ?

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22/01/2009, 23:43
Alexander Varsatof

Se pasa sus dedos por su cabellera para corregir posibles desperfectos en esta a causa del baile, luego con una mirada seria y convencida

-Si, creo que me vendrá bien un lazo para la cabeza, con un gran moño y todo... mejor si es roza

Antes de que Anabel se empezara asustar, por los extraños gustos del caballero, este comienza a reírse entre labios y con una sonrisa negando con la cabeza.
Luego mira a la hermana que indica Anabel y su rostro se transforma en incredulidad, luego se dirige a los ojos de Anabel

-Su madre tuvo que ser una mujer muy hermosa para tener unas hijas así

Sin quitarle los ojos de encima ni pestañar, como si estuviera jugando a quien aguanta mas la mirada

-Estoy aquí para la planificación de una idea, soy dueño de una gran extensión de tierra, en ellas hay un exceso de mano de obra y a los campesinos les cuesta mucho transportar la materia prima a la ciudad, el gasto corre por su cuenta, haciendo que muchos no puedan pagar y vivían con los justo y necesario.
Mi idea es abrir un par de fabricas al principio para abaratar los costes a los campesinos, y crear nuevos trabajos para ese exceso de mano de obra que muere de hambre en las calles.
Así que por eso estoy aquí, e estado consiguiendo ingeniero y aprendiendo sobre el tema, si todo sale bien, tal ves para fin de este año pueda comenzar las construcción de estas

Notas de juego

Cita:

*En verdad el que suas de foto es pelirrojo pero creo que tu pj y tu avatar son morenos, ¿no?

El avatar original era rubio, pero Gaia tuvo la amabilidad de teñírmelo a negro como mi descripción