Partida Rol por web

A Partir de Ahora.

Capítulo III

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06/05/2009, 06:40

El doctor se sube a su caballo y te sigue de cerca. No parece sorprendido sino preocupado.

-Los síntomas, ¿cuáles son? ¿Puede describirlos? Acaso, ¿tienen que ver con fiebre elevada, vómitos, exceso de sudoración fría y mucho dolor de cuerpo? ¿Han tenido alucinaciones o hablado en sueño?

El doctor espera la respuesta mientras cabalga junto a tí. La lluvia los empapa a ambos pero a él parece no molestarle.

-Espero, realmente... que no sea lo que creo que es.

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06/05/2009, 06:47
Alexander Varsatof
Sólo para el director

-Lo único que se es que entre ayer y hoy tuvieron una caída, estaban en cama y luego perdieron el conocimiento, no tuve tiempo a pararme a preguntar, apenas vi la situación vine por usted, ahora si no le importa, pude apresurar el paso??

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07/05/2009, 04:20

Jean le pregunta a Lizzy qué desearía si pudiera tener cuanto quisiese en la vida, Grégoire quiere saber un poco más de la persona que ha fallecido.

La criada, que ha partido a las apuradas, sólo a atinado a decir que era una señora de unos 62 años, una mujer que hace mucho vivía en Windfield. Resaltó que los síntomas, antes de perecer fueron: fiebre elevada, vómitos, sudoración fría, temblores y momentos de inconciencia. No dijo más, algo la apresuraba a destino así que agradeció a todos los presentes la ayuda e interés y partió de inmediato.

-Hadge Windennagen... -dijo Liz para sí misma aunque los demás la oyeron. Ese fue el nombre que Beth, la criada de las Hancock había proferido. Le pareció recordar a la señora, una mujer amable, de aspecto agradable, que trataba igual a ricos que pobres. Luego repasó lo que la chica había dicho sobre los síntomas y un temblor le hizo sacudirse.

Volvió a los presentes, a la pregunta de Jean, a Grégoire mirándola también.

Un rayo iluminó por un instante todo el lugar y los presentes sintieron que esa luz era el vaticinio de días de oscuridad...

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07/05/2009, 09:54
Mary Ann Windsor-Hancock
Sólo para el director

Estoy muy aturdida, extraña como si estuviera en un sueño. Realmente no sé distinguir si lo estoy o no de verdad.

Asiento con la cabeza y me dejo llevar por la situación, intentando mantener la calma y no caer en la locura.

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08/05/2009, 13:49
Anabel Cornwell

La mirada de Anabel sigue perdida y abstraída en la pared forrada de papel con motivos florales que decora la habitación de las hermanas.
Su hermana la zarandea con la misma insistencia con la que ella intentó hacer reaccionar a su madre, sin embargo esta vez si hay respuesta.

-Ya no se mueve, ya no respira...- dice con voz cada vez más quebrada mientras las lágrimas empiezan a llenar sus ojos resbalando por sus mejillas, habitualmente rosadas pero ahora pálidas por el cansancio y lo visto momentos antes.

Después de eso alcanza a parpadear con más normalidad y se gira para mirar a su hermana sin decir nada más, sencillamente es la viva imagen del dolor y la pena que probablemente verá pronto reflejadas en la expresión de su hermana.

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09/05/2009, 19:06
Susanne Cornwell

-¡Dime que es una broma! ¡Estás mintiendo! -decía Susanne negándose a creer en las palabras de su hermana- ¡Anabel, por Dios, dime que es un error! -pero los ojos de Anabel no mentían, mucho menos las lágrimas que corrían por sus mejillas-... ¡No puede ser! ¡No puede ser! ¿Por qué Dios nos castiga así? -Sue sintió que el mundo acababa de derrumbarse sobre su cabeza.

Abrazó a su hermana con fuerza, toda la que su débil estado le permitía, y empezó a llorar, desconsolada, maldiciendo a Dios por haberlas abandonado, por quitarle ahora también a su madre. Se habían quedado solas, completamente solas. ¿Qué sería de ellas ahora?.

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09/05/2009, 19:28
Patrick Collins

Patrick miró la bandeja de las galletas un momento, volviendo en si. Luego, tomó una y probó un mordisco, masticando. Realmente, estaba buena, mucho. Sin duda, habían puesto mucho mimo en hacer aquellas galletas.

-Riquísima -dijo.

Tomó un sorbo de té, ya algo más frío (odiaba el te ardiendo, aunque fuera muy del gusto de los ingleses), y escuchó la pregunta del señor Spencer, casi atragantándose. ¿Era un subterfugio para referirse a su reprochable comportamiento? No era descabellado pensar que hubiera llegado a oídos de aquellas personas. Entonces, recordó el tacto de su piel, la tibieza de aquellos labios... ¿Por qué ella no había contestado a la carta?

Miró a su señor, esperando que él hablara. Después de todo, estaban ante aristócratas, y su opinión podría ser tenida en menos.

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13/05/2009, 09:17
Francis P. Spencer

Una pasta de té se encontraba a mitad de camino del esófago de Francis cuando el señor Spencer pregunta sobre las chicas de la zona.

El Lord se atraganta un instante y no puede evitar toser. Miró a Patrick un instante y supo que a él le había pasado exactamete lo mismo.

Se hizo un silencio incómodo, y por un momento el anfitrión pensó que había hecho la pregunta equivocada. Recordaba que de joven Francis era un muchacho de enfado fácil y que solía enfadarse fácilmente.

Aun así, al contrario de lo que esperaba, el Lord sonrió y miró al hombre.

-Ahh, las mujeres de la zona. Sin duda tienen mucho más caracter que las de la ciudad. Debe ser el aire del campo.- dio un sorbo al té para quitarse la sensación rasposa de la garganta.- La verdad es que hemos conocido a muchas muchachas desde que llegamos. Ya sabe que mi amigo Patrick es un gran seductor.- dijo, desviando las miradas de la sala hacia el Irlandés.

Otra de las cosas que le gustaban al Lord era poner a Collins en apuros.

Notas de juego

Siento mucho mi falta de posteo, sobre todo se que estoy fastidiando a Targul :(

Si ves que no escribo (aunque ya creo que andaré más activo) no te cortes y postea por ambos, que me fio de ti :D

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13/05/2009, 21:36
Charles Patrick Avon

Avon se acerca lentamente hacia la bañera a descansar.

- Ha sido un día duro, y eso que no hace nada más que empezar - Dice para sí, mientras piensa el qué podría comprarle a las señoritas que acudían a la recepción esa tarde.

Tras unos momentos de relax, se viste con lo primero que coje del armario mientras mira a uno de los sirvientes.

- Prepare mis caballos, debo de salir a comprar presentes para la gente que viene esta tarde, de acuerdo?

Notas de juego

LO repito por si acaso...Cita :

Te recuerdo que mi intencion es bajar al pueblo a comprar algun detalle para la recepcion que tengo con las hermanas cornwell esta tarde...por si te olvida o algo, que entre tanto personaje es normal...jejej
 
Tengo tiempo para ir ahora, o me va a ser imposible??
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13/05/2009, 23:10

Notas de juego

No lo olvidé, mencioné lo de tu intención de visitar a las Cronwell. Puedes ir al pueblo, sólo ten en cuenta que está lloviendo a cántaros, pero no hay problema en cuestión de horas. Tendrías que detallarme, si querés qué tipo de cosas precisas para que te haga una descripción de las tiendas.

Todo bien con la aclaración, al contrario, si que son muchos pjs y la vez anterior sí lo pasé por alto, pero esta no. Lo que pasa es simplemente lo puse como la intención de tu pj, sin detenerme en los planes y eso.

Saludos n.n

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14/05/2009, 01:05
Elizabeth Cornwell

Elizabeth escucha a Jean formular su pregunta: "¿Que qué desearía yo...?", se pregunta, pensativa... Entonces regala una de sus dulces sonrisas al caballero:

-Mi Señor... No habría cosa que desease que se pudiera comprar... Puesto que, seguramente, de todo lo "comprable", ya poseería algún ejemplar, no podría desear nada material... Así que, posiblemente desearía...-Está a punto de contestar, cuando las palabras de la criada, que no habían dejado de rondar por su cabeza, resuenan con más fuerza... Aquéllos síntomas eran...

El rostro de la joven palidece paulatinamente...

-Salud...-Murmura, sin mucho sentido para los caballeros, posiblemente... Con la mirada baja, permanece así unos segundos, más luego la levanta, ansiosa...

"Un rayo iluminó por un instante todo el lugar y los presentes sintieron que esa luz era el vaticinio de días de oscuridad..."

-Debo ir... Y preguntar... Yo...-murmura, intranquila... Se lleva la mano a sus tiernos labios, a la par que niega...-Pero no puedo...-Parece defraudada, derrotada e insegura... Totalmente inquieta por algo que, quizás, habría de ocurrir...

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14/05/2009, 05:29

El doctor y Alexander llegan rápidamente a la casa de las Cornwell. Después de un par de golpes y sin encontrar reacción, el médico mira al ruso como diciéndole si le está haciendo perder el tiempo o algo más está sucediendo. El joven no espera volver a llamar, olvidando el protocolo, de una sorda patada, abre la puerta de par en par permitiéndole a los dos ingresar a la casa.

Allí ven a Anabel, sentada junto a Susanne en la cama. La chica está pálida, sus ojos llenos de lágrimas. Ni siquiera reacciona al ver a los dos hombres que han ingresado. Susanne, tampoco presta atención, le está diciendo algo a su hermana, y aunque la palidez de su rostro denota que si bien ahora se mueve, nadie en su sano juicio podría alegar que ha tenido una mejoría, tiene fuerzas suficientes para proferir:

-¡Dime que es una broma! ¡Estás mintiendo! -decía Susanne con fiereza ¡Anabel, por Dios, dime que es un error! ... ¡No puede ser! ¡No puede ser! ¿Por qué Dios nos castiga así?

 

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14/05/2009, 05:37

A pesar de la lluvia, Avon no quiere faltar a su palabra, sube a su corcel y se dirige al pueblo para conseguir algo para las hermanas Cronwell.

Hay varias tiendas a su disposición, no por supuesto la cantidad y variedad que se encuentra en una ciudad, pero cree que es suficiente. Encuentra una tienda de pasteles y cosas dulces, un almacén, una boutique en donde se venden telas, lazos y cintas, y alguno que otro vestido, como sombreros y otras cosas. Puede encontrar además, unos metros más adelante, una tienda que vende libros, pocos, los que llegan al pueblo y cosas para escribir y pintar, así como una mueblería. Todavía le queda mucho por explorar pero el joven piensa si debe entrar en alguno de esos sitios antes de seguir investigando a Windfield.

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14/05/2009, 05:45

Claire se despertó sin saber cuánto tiempo había dormido, calculaba por la luz del sol, poca entre tanta tormenta pero que igual se filtraba entre las nubes, que todavía no era tarde. Supuso que podrían ser tanto la una, como las doce, o las dos. Sentía algo de hambre. El tobillo le molestaba pero no le dolía, eso era un alivio. Pensó en que quizá podría comer algo, de paso estaba preguntándose si su hermana estaba mejor.

Apoyó un pie en el suelo, el sano y fue dando saltitos hasta la puerta. Se sujetó de su marco y allí vió a Beth trayendo una canasta de ropa.

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14/05/2009, 05:50
Beth

- ¿Señorita? ¿Se encuentra mejor? ¿Algo que pueda hacer por usted?

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14/05/2009, 05:52

El té de almendras sabe delicioso. De pronto Mary Ann se siente feliz de este sueño, sabe que es un sueño pero a la vez es tan real y se siente tan agradable que es mucho mejor que despertar. No es que no quiera hacerlo, pero sabe que algo malo está pasándole y teme lo que experimente cuando abandone este panorama onírico.

- Toma, querida amiga Mary. Mary, ¿tú crees que mi hermana y yo estaremos bien? Tú sabes, no tenemos dinero, y Sussie... No es que no la quiera pero su actitud en el baile.

Anabel respiró un poco y continuó.

-Temo que ahora sea todo para peor.

-¿Ahora? -inquirió Mary Ann.

-Sí, ahora que mamá ha muerto...

Mary Ann despierta en su habitación, con una enorme sensación de angustia en el pecho. No se siente nada bien, pero al menos ha recobrado la conciencia.

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14/05/2009, 05:57

Spencer sigue hablando, animado más que intimidado por la falta de "temas específicos" a los que él seguramente pretende llegar.

-Vamos, vamos, vaaamos. Lord Francis, Señor Collins, ¿hace cuánto os conozco? ¿Cuánto más vais a esperar para sentar cabeza?

-Cariño... -interrumpe la esposa algo avergonzada.

El señor de la casa presta poca atención a su mujer, se ve que tiene alma de casamentero y ninguna intención de ocultarlo. Se dirige a ambos hombres, los acerca, pone una mano sobre el hombro de cada uno y, en susurros, comenta:

-Si vuestro corazón se liga a Windfield, entonces nos veremos más seguido. Y créanme, este pueblo es un paraíso para los enamorados.

Alzando nuevamente la voz -¡NO que se note con semejante tormenta!

Entonces alguien interrumpe, es una criada, seguida por un cura.

Lord Spencer está por preguntar a que se debe esta visita, y por qué no se le avisó de la visita del padre Thomas, cuando el mismo Thomas contesta:

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14/05/2009, 06:21
Padre Thomas

- Siento interrumpir. Ha fallecido alguien más... es importante que venga conmigo señor, creo que esta gente necesitará mucha ayuda. Es la gripe, creo yo, no no he llegado a ver a doctor Robins, está ayudando a las hijas. Me llegó el rumor por una persona muy fiable, me temo que... me temo que es cierto y, usted sabe... Lo siento. Dios nos ayude en esta lucha que ya se ha cobrado la segunda vida.

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14/05/2009, 06:55
Alexander Varsatof

El ruso se queda parado inmóvil mirando la escena, viendo el sufrimiento de las dos hermanas, esas lágrimas cubriendo la mirada vacía de Anabel, le trajeron a su corazón viejos sentimientos ya olvidados... después de todo el también tenia uso de razón cuando se convirtió en huerfano.
En completo silencio, le apoya la mano sobre el hombro del doctor y le indica a donde tiene que entrar.
Luego vuelve a la habitación de Susan, se acerca a ellas, y se pone en cunclillas para quedar cara a cara...
Alexander tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no abrazarlas y comenzar a llorar... jamas se habia sentido tan identificado con otro ser humano como lo hizo en ese momento con las dos hermanas.

-Es parte de la vida y ahora esta en un lugar donde no hay mas dolor... pero se que lo que diga no sanara sus corazones... lamentablemente solo el tiempo lo hará, mientras las lágrimas ayudaran a que se sientan mejor.

Con una profunda tristeza el ruso se marcha de la habitacion hacia la cocina, apoya su dedo pulgar e índice sobre sus ojos cerrados, como tratando de evitar que las lágrimas escapen a traves de ellos, pero es imposible...

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14/05/2009, 10:16
Susanne Cornwell

Sue se llevaba las manos a la cabeza y no paraba de negar. No se resignaba, se negaba a creer que eso estuviera pasando. Quería salir de esa cama, correr a la habitación de su madre y avalanzarse sobre ella como hacía cuando era una niña y ella la acogía en sus brazos para acurrucarla. El dolor que sentía era demasiado.

-Anabel... -susurró entre sollozos entrecortados.

Sentía miedo y la misma sensación de incertidumbre que experimentara el día que su padre murió, pero a la vez esas sensaciones eran peores, inenarrablemente peores. El impacto de la noticia era tal que por instantes se sentía arrancada de la realidad, quizás fue en uno de esos lapsus que Alexander ingresó en la habitación, no lo sabía, sencillamente no se enteró de su presencia hasta que lo vio en cuclillas, junto a ella y Anabel, intentando reconfortarlas con sus palabras o tal vez solidarizando con el dolor de ambas.

Lo miró sin mirar, las lágrimas de sus ojos, el malestar que le causaba la enfermedad y su propio deseo de que todo eso fuese un mal sueño, hacían que estuviera percibiendo en ese momento la realidad de un modo algo distorsionado.

Notas de juego

Cita :

Abrazó a su hermana con fuerza, toda la que su débil estado le permitía, y empezó a llorar, desconsolada, maldiciendo a Dios por haberlas abandonado, por quitarle ahora también a su madre. Se habían quedado solas, completamente solas. ¿Qué sería de ellas ahora?.

Gaia, anduviste olvidando incluír lo anterior en el mensaje, pero bueno, está claro que es más fácil que yo omita lo que constituía el último párrafo de mi anterior mensaje para ajustarme así a tu mensaje y el de Montano ;)