Partida Rol por web

A Partir de Ahora.

Capítulo III

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16/06/2009, 03:10

Alexander escucha las palabras de Anabel y, luego, la ve acercarse hasta el ataúd de su madre y recostarse un instante sobre el mismo. La muchacha incluso después de dar muestras de una enorme fortaleza, es simplemente una persona a quien la fortuna le ha quitado la sonrisa una vez más. La otra jovencita, Susanne, está posiblemente afuera, ya que ha sido llevada en andas por el caballero auspiciante de la fiesta del viernes: Sir Collins. Éste, después de unos minutos ha vuelto y se acerca a Elizabeth.

Alexander también ve que las hermanas Hancock están hablando entre sí. Mary Ann no deja de posar sus ojos, de tanto en tanto, en Anabel. Parece preocupada, al mismo tiempo, el tobillo de Claire no se ve nada bien.

Anabel también nota la mirada de una de las Hancock, pero su corazón está sumido en una gran tristeza, podría acercarse hasta la chica pero en este momento dar un paso le parece toda una odisea.

Notas de juego

Estoy usando la máquina de unas personas, pero no sé cuánto tiempo pueda postear. Espero que mi problema se solucione rápido, si me ven que desaparezco, al menos saben por qué :S

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16/06/2009, 03:18

Claire le insta a su hermana a salir del recinto, pese a que su tobillo parece bastante hinchado, la joven sólo puede pensar en la posibilidad... la horrible posibilidad de que Mary Ann tenga la enfermedad de la que ha hablado el doctor Robins. Mary, por su parte, ha cruzado una que otra mirada con la joven Anabel, que se encuentra recostada sobre el ataúd de su madre. Jean, parado ahora cerca de la puerta primero busca con su mirada a Grégoire, a quien no vé al menos cerca, luego sus ojos se cruzan con las jóvenes Hancock. La palidez en el rostro de Mary Ann es notoria, parece que la fuerza vital ha decidido escabullirse de la chica como el calor se ha escabullido de Windfield estos días.

Notas de juego

Estoy usando la máquina de unas personas, pero no sé cuánto tiempo pueda postear. Espero que mi problema se solucione rápido, si me ven que desaparezco, al menos saben por qué :S

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16/06/2009, 03:28

Grégoire no tiene ganas de seguir adentro, el calor del recinto lo hace sentirse mareado y, de todos modos, no tiene idea de qué decir a las chicas, su primo es mucho mejor para hacerlo. Sale a caminar en los laterales de la iglesia, debajo de unas arcadas que evitan que se moje. Entonces nota el lujoso coche y dentro hay una joven, desde allí no puede distinguir bien de quien se trata. La lluvia cae a borbotones convirtiendo el pasto en lodo y llenando el cielo de un color ceniciento que simplemente combina con el sentimiento de todos en este día tan aciago.

Notas de juego

Estoy usando la máquina de unas personas, pero no sé cuánto tiempo pueda postear. Espero que mi problema se solucione rápido, si me ven que desaparezco, al menos saben por qué :S

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16/06/2009, 03:31

Patrick ha accedido a ir a buscar a una de las hermanas y Susanne se ha quedado en el coche esperando que el joven vuelva. Su corazón late deprisa, el gesto del caballero, peso a lo riesgoso, ha sido grandioso. Una señal de que sus sentimientos son sinceros hacia ella. Sussie está pensando en que, después de todo no es que algo, al menos no ha salido bien.

Es entonces que siente una puntada en el corazón, primero cree que es por la emoción del momento pero luego comprueba que el dolor es físico. Distingue a alguien parado, bajo una arcada de la Iglesia a unos 30 pasos del coche. El dolor vuelve ahora, con mayor intensidad. Susanne siente un sudor frío que le llena toda la espalda...

Notas de juego

Estoy usando la máquina de unas personas, pero no sé cuánto tiempo pueda postear. Espero que mi problema se solucione rápido, si me ven que desaparezco, al menos saben por qué :S

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16/06/2009, 03:36

Avon ve que Sir Francis se acerca para conversar con Elizabeth. Unos pasos más atrás, el joven Alexander está conversando con Anabel, quien después de unas palabras y gestos se acerca al ataúd de su madre y se recuesta sobre él como abrazándolo. Ve la cara también del padre Thomas y como le cuesta mirar a la muchacha mientras hace esto. Supone que el sacerdote se siente tan impotente como todos en este momento terrible que ha pillado por sorpresa al pueblo.

Entonces ve acercarse a Collins quien parece debatir entre si hablarle a Anabel o a Elizabeth ya que pasa la mirada de una a otra con gesto de preocupación. Sabiendo que el hombre se había llevado a Susanne en andas, hace unos momentos, Avon se pregunta si la chica se encuentra bien.

También ve a las hermanas Hancock hablando en uno de los bancos, Mary Ann luce nada bien.

Notas de juego

Estoy usando la máquina de unas personas, pero no sé cuánto tiempo pueda postear. Espero que mi problema se solucione rápido, si me ven que desaparezco, al menos saben por qué :S

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16/06/2009, 10:05
Charles Patrick Avon

Avon, sin saber muy bien que hacer, puesto que no le gustan este tipo de soluciones, no sabe muy bien que hacer...parece que las hermanas Cornwell están muy ocupadas atendiendo a todos los invitados. Dedice acercarse a las hermanas Hancock.

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16/06/2009, 10:10
Francis P. Spencer

Notas de juego

Erm... no me he enterado de nada :D

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16/06/2009, 10:08
Charles Patrick Avon

- Disculpen mi intromisión señoritas Hancoock, pero veo no pude evitar como la señorita Mary Ann, no tenía buen aspecto. -Dice mientras mira de reojo a todos los presentes.

- Si quieren, puedo acercarlas a mi casa. Tengo mi coche esperando fuera.

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16/06/2009, 11:24
Elizabeth Cornwell

Notas de juego

Yo tampoco.. u_u

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17/06/2009, 03:05
Susanne Cornwell

Cuando sintió la primera punzada, apoyó la cabeza en el respaldo del asiento y cerró los ojos. Inspiró profundo, segura de que lo que necesitaba era calmarse, pero cuando se dió cuenta que el dolor iba más allá y que no sólo su pecho era el afectado sino todo su cuerpo, se asustó.

El dolor se hizo más intenso y se llevó ambas manos al pecho, apretándolas contra éste. Seguía con los ojos cerrados, pero su expresión no era serena pues acusaba el dolor; dió una bocanada de aire y abrió los ojos, se dió cuenta que necesitaba ayuda.

Logró distinguir una figura bajo una de las arcadas de la iglesia, pensó que se trataba del cochero que se había parado allí para no mojarse. Sujetándose de la puerta del carruaje se incorporó para acercarse a la ventana; a Susanne le dolía el corazón, al menos allí es que sentía que se localizaba el dolor y recordó que en uno de sus viajes a Londres había sido testigo del ataque que sufrió un hombre en plena calle. ¿Tendría ella lo mismo? ¿Ese dolor podía significar que su corazón estaba fallando?...

-El doctor Robbins -comenzó a decir, su voz dejaba claro que estaba en apuros-... Llame al doctor por favor... Ayúdeme...

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17/06/2009, 03:23

Sujetándose de la puerta del carruaje, la joven se incorporó para acercarse a la ventana; Grégoire vió, con claridad pese a la lluvia que la chica que se acercaba hacia él era una de las hermanas Cronwell. Su cara refleja agonía, su voz sonada quebrada como si las palabras costaran en salir.

-El doctor Robbins -comenzó a decir dando evidentes muestras de debilidad-... Llame al doctor por favor... Ayúdeme...

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18/06/2009, 09:51
Mary Ann Windsor-Hancock

- Muchas gracias, estoy bien, es mi hermana quien me preocupa, su tobillo... recordó la conversación de la otra noche y cómo su hermana había cuidado de ella desde su desmayo. Lo cierto es que yo también estoy algo débil, nada grave, pero agradecería su detalle, si a mi hermana le parece bien, sonrió, y miró a Claire preguntándole con la mirada triste que la acompañaba este día.

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19/06/2009, 17:59
Claire Windsor-Hancock

Me quedé mirando a Mary Ann, yo tenía que hacer lo que tenía que hacer. Miré en derredor, una última mirada al joven Jean y asentí a Avon.

-Es usted muy amable, estaríamos encantadas.

Esperé a que se pusieran en marcha ambos y les seguí en silencio.

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20/06/2009, 19:39
Anabel Cornwell

Anabel permaneció junto al ataúd de su madre, acariciando la pulida madera con delicadeza y cuidado, como si pudiera romperse con su simple contacto, pero algo más calamda y tranquila al estar ahí, apartada de cualquier bullicio generado por los asistentes que empezaban a marcharse.

Miró de reojo en dirección al pasillo, donde Liz hablaba con Lord Heddington y Collins, pero no les prestó excesiva atención ya que no parecía estar pasando anda grave entre ellos. Después detuvo su mirada en el acercamiento del sr. Avon hasta las muchachas Hancock.

Al parecer una de ellas estaba dolorida, así lo indicaba su manera de moverse, pero no podía asegurarlo ya que no habían intercambiado nunca una palabra debido a las distinciones sociales... por eso la sorprendió verlas en el entierro.

Un movimiento cercano la sacó de su ensimismamiento momentáneo, el padre Thomas se retiraba tras el ataúd por si alguien precisara hablar con él, y desde luego Anabel lo necesitaba... pero sólo para rpeguntar por su benefactor o benefactora, pues no era dada a hablar de sus sentimientos de forma abierta y menos aún de los que conseguían preocuparla.

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21/06/2009, 03:27
Alexander Varsatof

Alexander camina por la larga alfombra que lleva la salida, no sin ates cruzar su mirada con Mary y agachar la cabeza para saludarla.
Y mira al frente con esa semblante seria y ese halo de pesadez, sale de la iglesia y se sube a su corcel lo golpea apenas en las costillas con sus talones para que este comience a trotar.

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21/06/2009, 14:05
Patrick Collins

Patrick estaba nervioso. No le había gustado dejar sola a Susanne en el carruaje, así que se apresuró. Elizabeth estaba hablando con alguien, así que fue hasta la señorita Anabel, que estaba sola en ese momento.

-Disculpe... -dijo, inclinando la cabeza.

Le resultaba raro hablar con ella de esa manera. No hace mucho tiempo que estuvo convencido de que sentía algo por aquella mujer. Procuró no pensar en ello.

-Su hermana está ahí fuera, a resguardo en el carruaje de mi señor. He dado instrucciones al cochero para que la lleve a su casa, pero me ha pedido que una de sus hermanas tenga la bondad de acompañarla, para que se quede más tranquila.

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22/06/2009, 00:09
Elizabeth Cornwell

Elizabeth no parece saber qué más decir al respecto...

Observa de lejos al Sr. Collins, que se acerca a su hermana mayor. Ahora tan sólo han quedado allí Francis y ella, e ignora si él piensa contestarle o no...

También aprecia cómo Charles se acerca a las hermanas Hancock... Se pregunta si las conoce de antes o no, pero no tiene mucho tiempo para sacar conclusiones, puesto que en ese instante, el joven que la avisó de la tragedia, salía de la Iglesia... Poco después se oye un caballo...

"¿No se había desvanecido antes...? Espero que el pobre no caiga a medio camino..."

Retorciéndose los dedos, volvió a mirar a Lord Heddington, quien había parecido quedarse sin palabras...

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22/06/2009, 14:54
Anabel Cornwell

Los pasos de Anabel ya se dirigían hacia el párroco con premura, pero fue interrumpida abruptamente por el cuerpo del sr. Collins provocando que le diera un vuelco el corazón y ahogara una exclamación. Estaba claro que no era la única con prisa, no esperaba verle todavía dentro de la iglesia.
Instintivamente miró alrededor para comprobar donde se encontraba Sue pero debía seguir en el carruaje ya que no acompañaba al irlandés.

Le escuchó y miró el pasillo, por el cual algunos de los asistentes empezaban a abandonar el sagrado lugar.
-Entiendo... adelántese, iré enseguida, sólo tengo que hablar con el párroco un instante- utilizó un tono educado pero distante, sin apenas dirigirle la mirada. No se puede decir que lo mereciera... y para ella ya hacia un tiempo que había pasado de un hombre interesante a un estafador del que no se fiaba ni un pelo. Su actitud no le parecía normal, de hechor resultaba muy sospechosa, y si seguía respetándole un mínimo era sólo porque quería demasiado a su hermana y sabía lo que significaba para ella.

Sólo deseaba que no le estubiera tomando el pelo cómo lo hizo con ella, quizá algún tipo de juego bizarro y cruel en acuerdo con su Lord, ¿quién sabe? Había oído rumores de casos similares... pero decidió sacarse esas ideas de la cabeza puesto que suficientes pensamientos grises se le estaban amontonando como para acumular todavía más.

Se giró en redondo e intercambió unas palabras con el padre Thomas, con toda la intención de averiguar lo que se proponía, después avisó a Liz y abandonó la iglesia.

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29/06/2009, 22:07

Anabelle le dijo a Patrick que fuera hacia la carroza y la esperara, había algo que deseaba preguntarle al sacerdote. Claire, Mary Ann, Jean y Avon estaban saliendo también, ya pensando que no podían hacer más nada, y no querían ser una molestia para las jóvenes. Alexander ya no estaba en la sala, había partido y había cruzado su mirada con Mary cuando lo hizo, haciendo un breve saludo. En ese momento entra Grégoire con Susanne en brazos, la chica tenía los ojos cerrados y no se movía. El joven estaba pálido, todo mojado y con los ojos exorbitados.

El doctor Robins fue corriendo hacia él. Todos se quedaron quietos, enmudecidos por la sorpresa. Lizzy sintió que su pecho se helaba, como si simplemente sus ojos no pudieran mandarle a su cerebro una información de lo que estaba viendo.

Entonces, las puertas de la Iglesia se abrieron de golpe. Varios hombres entraron, unos llevando a rastras al ruso quien protestaba. En el medio de ellos, había un señor de aire frío, vestido de negro y con un cuello blanco. Su tez era pálida, sus ojos profundos, miraba todo con seriedad. Hizo una señal a los demás hombres y Alexander fue simplemente arrojado en medio del recinto, cayendo a los pies de Mary Ann quien no daba crédito a sus ojos.

El señor extraño, no importándole lo que los demás pensaran de él en el momento, o incluso haber entrado así en un lugar sagrado y en medio de un funeral, exclamó:

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29/06/2009, 22:15
Ned Vinthevill

-Señores... soy el doctor Ned Vinthevill, llegado de Londres hace apenas unas horas. Es imperioso que cooperen con nosotros en este momento, ya que la salud de todos aquí peligra.

Dió unos pasos alrededor de sus hombres, quienes custodiaban la puerta. Eran siete varones de aspecto fornido, algunos tenían armas. Era espantoso lo que estaba pasando.

-La cuestión es que este lugar queda en cuarentena por tres días. Les traeremos comida y bebida, no os preocupéis. Pero, por órdenes de vuestra majestad la reina (todos los que lo acompañaban dieron un gesto de reverencia) es IMPERANTE que el pueblo de Windfield quede protegido de este terrible mal. Lamento ser yo, un hombre de ciencia, el responsable de tan nefasta tarea, pero las cosas son como os digo. Ustedes son portadores de lo que sea que esté afectando al pueblo y, hasta saber cómo combatirlo, debéis permanecer aquí.