Partida Rol por web

A Partir de Ahora.

Capítulo III

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25/03/2009, 11:51
Anabel Cornwell

En cuanto el amanecer llega, Anabel no ierde ni un instante y enseguida ayuda a su hermana menor a prepararse para marcharse a la boutique, sin darle a tiempo ni opción a pensárselo mejor e intentar quedarse también con las enfermas. Le asegura que todo irá estupendamente y sonríe aliviada al verla alejarse.

Después vuelve hasta la habitación de su madre, más consciente gracias a la casi desaparición de fiebre.
-Debo ir a buscar al doctor Robins, pero no tardaré nada, no te preocupes... No os mováis de la cama, ¿vale?- la besa en la frente cariñosamente y después se cubre con una capa con toda la intención de marcharse hasta el pueblo aceleradamente.

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26/03/2009, 16:05
Elizabeth Cornwell

Elizabeth acepta su "destino", pese a no poder evitar la preocupación que siente por su hermana y su madre...

Suspira, e intenta esbozar una sonrisa de ánimos:

-De acuerdo, iré en seguida y lo haré lo mejor que pueda...-Dicho lo cual, se despide con un beso en la frente de Susanne, y otro en la mano, a su madre. A Anabel la abraza y le recuerda:-Sé que tú puedes con todo... Pero... No te canses demasiado... No quiero que también enfermes tú...-tras lo cual le da un beso y parte hacia la tienda...

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28/03/2009, 22:00
Susanne Cornwell

¿Soñaba? No estaba segura. Las imágenes se sucedían unas a otras sin conexión aparente, pero de un modo u otro todas estaban relacionadas. Recuerdos de infancia, de los días en que su padre vivía, de una tarde en la biblioteca leyendo un libro mientras su padre se ocupaba de sus negocios.

Risas, muchas risas, pero ya no estaba al interior de la mansión Cornwell sino corriendo por los jardines, divirtiéndose con sus hermanas. Un perro, un pastor inglés que era la adoración de las hermanas, en especial de Sue, corría y ladraba cerca de ellas. Pero nuevamente las imágenes se hacían borrosas y la alegría que experimentaba se transformó en tristeza.

El cielo estaba encapotado, pronto se desataría una tormenta y alguien llamó a la puerta. Luego vino el grito desesperado de la madre y las carreras en la mansión. El señor Cornwell había muerto... Sue se removió inquieta en la cama, sollozaba ante el recuerdo de ese día. Extrañaba a su padre, más de lo que ella creía, y le hacía falta.

Pronto esas imágenes fueron sustituídas por otras y en todas siempre estaban presentes sus hermanas. Penas, alegrías, discusiones... muchas emociones compartidas, pero siempre unidas, queriéndose y cuidándose...

Respiró con dificultad, el pecho le dolía y sonaba raro cada vez que el aire entraba o salía de sus pulmones. Sudaba, mucho, sin embargo temblaba. Tenía frío. Las imágenes del día en que lo conoció ocupaban ahora su mente, no lo admitió entonces pero él la había impresionado. Otra vez confusión, ella llorando encerrada en un cuarto, llorando porque se había enamorado de un hombre y creía no ser correspondida para luego experimentar una felicidad como nunca antes cuando él le confesó sus sentimientos... Era feliz, se sentía feliz entonces y deseaba compartirlo con sus hermanas, pero todo se salió de control y ahora ellas, en especial Anabel, se avergonzaban de ella y seguramente la odiaban.

Esa idea la torturaba y hacía que el dolor de su pecho fuese más punzante. Entre delirios repetía el nombre de Patrick y que lo amaba, pero al mismo tiempo pedía perdón a sus hermanas...

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29/03/2009, 20:26
Patrick Collins
Sólo para el director

Carta a la señorita Susanne Cornwell:

"Muy apreciada señorita.

Es con un gran sentimiento de culpa que escribo estas letras. Soy consciente de que tal vez esta carta no llegue a usted, o que pueda usted misma romperla antes de haberla leído. Lo entendería.

En primer lugar, me gustaría disculparme por mi comportamiento impropio durante el baile. No quería causarle molestias a usted ni mucho menos poner en entredicho el buen nombre de su familia. Admito toda la culpa, y ruego que no tenga reparo en decir a cuanta persona considere oportuno que la culpa fue mía, y solo mía, si con ello puede reparar su buen nombre.

En segundo lugar, me gustaría saber como se encuentra, si es ello posible. Desde el enorme afecto que siento por su persona, me preocupa que usted y sus hermanas abandonaran Skylands Mannor en medio de un aguacero. Espero sinceramente que usted se encuentre bien, así como su familia.

En último lugar, y aunque no soy muy bueno escribiendo este tipo de cosas, me gustaría decirle que mis sentimientos hacia usted son firmes y nada frívolos. Soy consciente del dolor que le he causado con mi actitud, y entendería un rechazo por su parte, y lo aceptaría sin más. Sin embargo, algo en mi pecho me dice que los sentimientos que me embargan son reales y muy profundos. Aunque, ahora más que nunca, comprendo la forma en la que la sociedad pone freno y cortapisa a hombres como yo, que no tienen el porvenir ni el futuro que otros más apropiados para usted y sus hermanas.

Si desea que nos veamos de nuevo, le ruego que me escriba confirmándomelo. Si no lo hace, entenderé que usted ha decidido apartarme de su vida, haciendo caso a los consejos de aquellos que le rodean. En ese caso, no debe preocuparse, pues evitaré incomodarla con mi presencia.

Afectuosamente suyo:

Mr.Patrick Collins"

Notas de juego

Ante el silencio de mi señor, aprovecho.

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29/03/2009, 20:27
Grégoire Byrne

Lo del desayuno me parece una estupenda idea

Miro en torno a la habitacion mientras me despejo un poco

Por variar seria estupendo algo caliente

Algo mas despierto un par de minutos despues añado

Todavia no tienes muy claro que paso con la fiesta de ayer verdad?, yo ni siquiera acabo de entender por que estabamos alli

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01/04/2009, 01:36

La hija del veterinario se sonroja ante el gesto del hombre y se retira rápidamente, dejando la manta sobre su regazo. Alexander sube a su caballo y se retira hacia la casa de la señora para entregar el mensaje del veterinario. Ya son las nueve de la mañana cuando, de pronto, ve trotando hacia él a uno de los participantes de la fiesta de la noche anterior. Es el joven Avon, cabalgando sobre su córcel negro, hay una carroza que lo acompaña.

Cuando finalmente llega a lo de la dueña del gato, la mujer tiene los ojos llorosos de alegría. Lo abraza con fuerza y lo bendice mil veces por su buena acción diciendo que el Señor no olvida a sus buenos siervos. Entonces, como si nada agrega:

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01/04/2009, 01:40
Lady Esme

-Parece que hay un mal por el pueblo. El doctor Robins ha visitado a varias familias ya... ay díos, espero no sentir los síntomas. Dicen que es fiebre alta, temblores, mareo... sí, sí... creo que las hermanas Cronwell lo han pescado. Mmm, ¡pobres niñas! Gracias por vuestros servicios, joven. Espero verle más seguido por aquí, ha sido un gusto.

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01/04/2009, 01:42

Jean ha decidido ir a caminar por el pueblo, hasta el día Lunes no irá a ver a las señoritas Hancock, no al menos como su profesor de francés. Entonces paseando sin más, encuentra la tienda de las hermanas Cronwell. Ve sólo a una de ellas: la señorita Elizabeth que está distraída viendo a nada en particular. Hay en su mirada un dejo de tristeza. Jean abre la puerta y la saluda con cortesía haciendo que la muchacha vuelva a la realidad.

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01/04/2009, 01:54

Mary Ann fue a ver quien era en la puerta pero antes de llegar la criada ya estaba abriendo. El deseo de la chica de que Clarie fuese vista por un doctor era mayor que los modales que le habían enseñado. "Siempre deja que abra el servicio" decía su madrastra con esa voz apagada que tanto le disgustaba, pero ella ahora quería apurarse. Cuando finalmente llegó al portón principal de la mansión vió al doctor Robins, a su criada Beth y a el señor Avon que los acompañaba.

El doctor fue el primero en hablar:

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01/04/2009, 01:58
Dr. Robins

-Si me permite señorita, quisiera ver la joven.

El médico entonces notó las pálidas ojeras de Mary Ann y le puso, sin preguntarle siquiera, una mano sobre la frente.

-Señorita ¿se siente ud bien?

Mary notó que las piernas le temblaban y un sudor frío le recorría el cuerpo. Realmente se sentía agotada. Avon seguía todo con interés y esperaba el momento para presentarse y decir que simplemente estaba allí porque había contribuído a encontrar al doctor y traerlo aquí.

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01/04/2009, 02:45

Grégoire se había quedado solo y tenía todo el día por delante para organizarse. Su primo quería ir a caminar por el pueblo y no tenía decidido sus planes así que él prefirió quedarse un poco más en la habitación y pensar qué le gustaría hacer. Caminar por el pueblo, sin ton ni son, no parecía divertido. Además el día seguía nublado, con esas frondosas nubes opacando el cielo. No, salir simplemente a caminar no era lo que al joven Byrne le apetecía en el momento.

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01/04/2009, 02:59

Anabel se queda junto a Sussane y, de tanto en tanto, vuelve a chequear a la madre. Lizzy ha ido a atender la tienda a pesar de todas sus protestas. En ese momento golpean la puerta. Susanne abre apenas los ojos pero la habitación se ve borrosa, ni siquiera termina de creer que es la propia. Escucha las palabras de su hermana asintiendo a alguien que le hace entrega de algo.

Al entrar nuevamente en el cuarto, Anabel ve que Susanne está despierta y se acerca a ver cómo se encuentra.

-¿Quién era? -pregunta Susanne, su cara aún está demacrada y todavía tiene fiebre.

-Un mensajero, ya le han avisado al doctor Robins pero tardará un poco más. Parece que muchas personas tienen... esta cosa.

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01/04/2009, 03:03

Anabel esconde entre sus ropas la carta que le ha dado el mensajero. Es del señor Collins y dirigida a su hermana, pero ella no ha podido evitar leerla.

Cita :

"Muy apreciada señorita.

Es con un gran sentimiento de culpa que escribo estas letras. Soy consciente de que tal vez esta carta no llegue a usted, o que pueda usted misma romperla antes de haberla leído. Lo entendería.

En primer lugar, me gustaría disculparme por mi comportamiento impropio durante el baile. No quería causarle molestias a usted ni mucho menos poner en entredicho el buen nombre de su familia. Admito toda la culpa, y ruego que no tenga reparo en decir a cuanta persona considere oportuno que la culpa fue mía, y solo mía, si con ello puede reparar su buen nombre.

En segundo lugar, me gustaría saber como se encuentra, si es ello posible. Desde el enorme afecto que siento por su persona, me preocupa que usted y sus hermanas abandonaran Skylands Mannor en medio de un aguacero. Espero sinceramente que usted se encuentre bien, así como su familia.

En último lugar, y aunque no soy muy bueno escribiendo este tipo de cosas, me gustaría decirle que mis sentimientos hacia usted son firmes y nada frívolos. Soy consciente del dolor que le he causado con mi actitud, y entendería un rechazo por su parte, y lo aceptaría sin más. Sin embargo, algo en mi pecho me dice que los sentimientos que me embargan son reales y muy profundos. Aunque, ahora más que nunca, comprendo la forma en la que la sociedad pone freno y cortapisa a hombres como yo, que no tienen el porvenir ni el futuro que otros más apropiados para usted y sus hermanas.

Si desea que nos veamos de nuevo, le ruego que me escriba confirmándomelo. Si no lo hace, entenderé que usted ha decidido apartarme de su vida, haciendo caso a los consejos de aquellos que le rodean. En ese caso, no debe preocuparse, pues evitaré incomodarla con mi presencia.

Afectuosamente suyo:

Mr.Patrick Collins"

Anabel no sabe cuándo le dirá de la carta, pero cree que ahora no es el momento apropiado.

Notas de juego

Obvio que si quieres puedes decirle. Es tu decisión.

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01/04/2009, 03:07

Collins ve partir al mensajero con su carta. Francis está a su lado, no ha proferido palabra sobre el asunto. Ambos hombres se conocen hace tanto que el silencio no resulta incómodo entre ellos. Ahora que lo principal, al menos para Collins se había realizado, podían partir a visitar antiguos amigos de Windfield.

El señor Heddington estaba ensillando su córcel cuando vió pasar a una mucama que no era una de las de la casa. Parecía apresurada, llevaba una carta y corría bajo un cielo plomizo. El viento hacía su carrera más penosa. Entonces, viendo a los dos hombres se acercó al de cabellos oscuros para decirle.

-Debo entregar esto al correo central. Es una epidemia, oh dios santo... mi caballo se ha lastimado una pata así que no me queda otra cosa que ir a pie ¿Alguno de vosotros, buenos señores, podrían hecharme una mano?

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01/04/2009, 07:21
Alexander Varsatof
Sólo para el director

Alexander sonríe aliviado pero esta sonrisa rápidamente se difumina cuando la señora le comenta, y rápidamente asocia la posible idea de que Avon este yendo a lo de las señoritas Cronwell.
Una ves Lady Esme le indica como legar a la casa Cronwell, Alexander se sube a su caballo y comienza a hacer correr a este hacia la casa de ellas
Las ojeras de Alexander, su ropa húmeda y su pelo despeinado y ondeando al viento, lo hace estar algo poco presentable, pero el ni siquiera se da cuenta de eso

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01/04/2009, 10:32
Anabel Cornwell

-Supongo que no fuisteis las únicas a las que afectó ésa terrible lluvia... pero de todas formas llegará pronto y madre ya se siente mejor- informa a su hermana para tranquilizarla, sentándose en el borde de su cama y cambiando el paño de su frente antes de recoger algo de su regazo.

-También ha llegado una carta del Sr. Collins pero con tu fiebre deberías dejarla para más tarde... o puedo leértela si quieres- deposita el sobre con cuidado en la mesita, cerca de la lámpara de aceite que ilumina la estancia, después espera que su hermana tome una decisión al respecto pues es probable que prefiera intimidad para ello.

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01/04/2009, 17:41
Mary Ann Windsor-Hancock

- Pues la verdad es que no mucho. Doctor. He pasado muy mala noche y... creo que me enfrié ayer al mojarme en la fiesta. pero la que me preocupa es mi hermana, por favor vaya con ella, le duele mucho. Disculpe mi modales. Buenos días tengan señores dijo inclinando suavemente su mareada cabeza algo despeinada pero como siempre elegante.

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01/04/2009, 23:00
Elizabeth Cornwell

Distraída limpiaba el mostrador ya limpio unas cuantas veces antes, a la vez que miraba a ningún punto en concreto...

Pronto su pequeño "ensueño", fue interrumpido por la llegada de un caballero. No recordaba si sabía su nombre, pero creía haberle visto la velada anterior...

Responde a su saludo, intentando parecer normal:

-Buenos días, caballero...-Sonríe leve.-¿Puedo ayudarle en algo?

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02/04/2009, 01:41
Patrick Collins

Patrick observó a la mujer que corría hacia ellos. No le sonaba, pero parecía alterada. Llevaba una carta en la mano, y el fuerte viento revolvía su pelo, perdida la cofia unos metros más allá. Patrick dió una corta carrera y la cazó al vuelo, y caminó hacia su señor para devolverle el tocado a la señorita.

Escuchó lo que ella decía, y se alteró bastante. ¿Una epidemia? ¿Donde? Intercambió una mirada sorprendida con su señor. Aquella era una ocasión de oro para recuperar un poco de su honor maltrecho. Dió un paso al frente.

-Milord. Puedo llevar a la señorita en mi corcel rápidamente hasta la central de correo. Es un medio más rápido que una calesa o un coche de caballos... Y parece que la circunstancia requiere presteza.

Movió los labios un instante, pensando si iba a decir algo más, o se lo iba a callar. Dejó que fuera Lord Heddington el que hablara.

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02/04/2009, 09:05
Francis P. Spencer

Francis asintió, dando su beneplácito.

-Patrick la llevará. No se preocupe usted, es un gran jinete, estaremos allí en un momento.- dijo, mientras con un agil movimiento subía a su caballo. Una vez montado esperó a que su amigo subiera al caballo y ayudara a la mucama.

Una vez la agradecida señora estuvo montada con el Irlandés espoleó su montura, no le vendría mal un buen trote mañanero.