Partida Rol por web

El viaje en la nave espacial es rápido, apenas unos días en el inmaterium os llevan hasta vuestro destino. Esta vez el descanso se lleva a cabo en un transporte ligero destinado a transporte de pequeños grupos de personas.Tras desembarcar, observáis cómo rugen los motores de la aeronave y la vuelven a elevar hacia el crucero que órbita alrededor de este maltrecho planeta. Cuando ha empequeñecido tanto que lo perdéis de vista, echáis un vistazo a vuestro alrededor. Os encontráis en un campamento de la Guardia Imperial, atestado de decenas de hombres y mujeres de aspecto alicaído, algunos ensangrentados y vendados, todos ellos ataviados con los uniformes grises del 97º Batallón. El campamento consiste en un mar de tiendas de lona dispuestas alrededor de cráteres humeantes, rejillas de ventilación de vapor que emiten bocanadas de apestosos gases violetas y los vestigios del reciente conflicto. Un chirriante bípode patrulla el perímetro, esquivando hábilmente los restos destrozados de antiguos edificios, vehículos calcinados y cadáveres aún sin enterrar. En el centro del campamento se alza un bloque de viviendas de color rojo óxido en cuyo exterior se ha colgado el símbolo del águila del Imperio. Más allá se extiende una cadena de montañas de poca altitud coronadas por una capa de hielo y las extensas instalaciones industriales. Chimeneas que escupen llamas, contenedores de almacenamiento, grandes cubas burbujeantes que rezuman vapores tóxicos y otras construcciones se combinan para conferir a las estructuras el aspecto de inmensos insectos de metal que se arrastran por entre los picos de la escarpada cordillera.

Wow... encantador, me recuerda a mi casa. !Ja!. ¿Vamos? Echo a andar por el lugar y veo como se encuentra todo en semejante estado, la gente herida, restos de maquinas sin procesar, al ver eso ultimo miro sobre el hombro a nuestro compañero Tecno-Sacerdote a ver que cada pone pues se que les duele en el alma ver maquinas tiradas y estropeadas. ¿Veis eso? No me gusta ni un pelo -señalo con el mentón a los cadáveres aun tirados- fuentes de infección, bajan la moral, muestras de desapego total... Lo primero que se hace es enterrarlos, son compañeros, camaradas... Esto no me gusta nada.

Tan solo era una reflexión para el grupo, pero lo cierto es que aquello me pareció bastante raro. ¿Y toda esa cantidad de heridos? !Trono Dorado! ¿Donde habían estado combatiendo? ¿El Balhaut contra las tropas del Heredero Asfodel o contra población civil? Qué raro... ¿Os parece que busquemos nuestro punto de control? El comisariado me refiero. Había que empezar por algo así que busqué a alguien con rango más alto que un cabo para poder preguntar. 

Octus no pudo menos que asentir al comentario de Tarkov. Aquello no era un campamento de la Guardia Imperial, parecía una sala de espera para el matadero. El Arbites estaba de buen humor por abandonar los viajes interestelares y su gélido abrazo disforme, pero aquel panorama desanimaría a cualquiera.

¡Por el Trono! esta gente está en la últimas...

Comentó en voz queda a sus compañeros.

El nuevo acólito se había preparado para trabajar en territorio hostil. Llevaba colgado del hombro un rifle automático de fabricación casera y configuración tipo "bullup", algo frecuente en las colmenas donde las armas compactas son una ventaja en los estrechos pasillos. El casco puesto con un visor fotosensible acoplado y toda la ferretería necesaria colgando de arneses y cinturones.

Bajo de la aeronave con una sonrisa en los labios, ya que me gusta viajar bastante, y cojo aire para respirar.

Puaj, esto huele a carniceria abandonada.

Comienzo a ver todo el desastre que hay a mi alrededor, todo destrozado, muertos, pobreza...

Ahora ya se por que huele así, menos mal, creia que era yo, y me esperaba llegar y ver algo bonito y limpio

Sigo los pasos de mis compañeros, a ver a dónde se dirigen, y les pregunto.

-¿Y qué demonios se supone que hemos de hacer aquí?

Al parecer por la zona había muchos reclutas y soldados de primera, pero encontrar un sargento o alguien con rango no era sencillo. ¿Habrían caído todos? Extraño. La pregunta de nuestro compañero me hizo recordar el que no había estado en la breve sesión informativa así que situándome a su lado mientras caminábamos le expliqué un poco de que iba todo esto. Verás, al parecer en esta tierra ha habido una sublevación por parte de los ciudadanos. Se dedican a las minas y bajo nuestros pies puede haber cientos de kilómetros de galerías. Señalo el panorama que nos rodea mientras sigo comentando. La cosa se puso fea y la revuelta llamó la atención del señor de la guerra del sector, que mandó a la loada guardia imperial a repartir candela. Pero visto como está todo no sé si lucharon contra población civil o contra los Astrates traidores.

Paseábamos entre las tiendas llenas de heridos, soldados sucios, y sorteando los trozos de equipo tirados por doquier. Le pegué un punterazo mientras andábamos a un cargador laser vacio que dio un par de vueltas hasta que cayó en un hoyo. La cosa es que en las minas fue donde peor fue la cosa, donde se dieron los peores combates, y tras asegurarlo todo... empezaron a desaparecer agentes del comisariado, escuadras que exploraban todas las galerías y cosas así. Por lo que se ha sellado la mina y se ha decretado el estado de emergencia y cuarentena.

Vamos, era algo harto conocido, lo típico sobre el papel, pero visto lo que nos rodeaba empezaba a pensar que los poderes malignos habían clavado sus garras en aquel lugar bien fuerte. De normal la cosa hubiera sido tratada por otras vías, pero ya sabes, los tronos mandan y que esto esté así de parado es una púa grande para la economía de todo el sector, y si la cosa no mejora, será catastrófico. Un lugar primordial de explotación, fuente de muchos materiales básicos y todo eso. Con la mano hacia bucles señalando que "y etc, etc, etc". Así que nos mandan aquí, como a estos infelices, a asegurar los bienes materiales del imperio. ¿Te haces una idea del cotarro no? !Ja! El panorama no pintaba bien, pues si una unidad completa de la guardia imperial las habia pasado tan mal, ¿marcarian la diferencia seis agentes inquisitoriales? El Trono lo sabría.

En resumen, -Comenta Octus encendiendo una barra de Iho- tocarle las pelotas a un comisario imperial, investigar una de las minas más grandes del planeta y patear el culo de todo lo que haya ahí abajo.

Exhala un cono de humo pensando en qué habrá pasado en aquel lugar, si así está la Guardia Imperial, qué habrá sido de la población civil...

Escucho la misión, y les comento:

-Ostia puta, yo que ya me había hecho ilusiones de que fuesen unas vacaciones pagadas, con la misión de tirarnos a todo lo que se mueva. Por eso no he visto las palmeritas y las tias en bikini.

Continuo caminando entre la inmundicia, observando a la gente, algunos lloran por las perdidas, y veo que otros nos estan mirando con mala cara. Mal asunto.

-O sea, si lo he entendido bien, otra vez me toca estar en el grupo que ha de limpiar la mierda de los otros. Genial.

Rio ante la respuesta de nuestro compañero, y con ganas. Jajajaja ¿Tirarnos a todo lo que se mueva? Conmigo no cuentes... esto parece la fiesta internacional de la salchicha. !Ja!. Lo cierto es que se podía esperar de todo menos unas vacaciones pagadas por parte del Ordo, seguramente será lo contrario y acabemos dejándonos la piel en el intento. Bueno, habrá que ver si entre tanta tienda hay algún puesto de mando. ¿Os habéis fijado en el ratio tan bajo de oficiales? ¿Habéis visto alguno aun? Era raro, tiendas y tiendas y todavía sin ver rastro de algún sargento, brigada, teniente o capitán ya por pedir.

Ante el resumen de Tarkov asiento con la cabeza a modo de afirmación, luego al ver el desastroso lugar digo

-que asco de sitio....acabemos con esto cuanto antes....por que no preguntáis a alguien por el Comisario? A mi no se me da bien preguntar...

Concluyo mientras se tapaba la boca y la nariz a causa de la peste de aquellos gases infernales

El tecnosacerdote escucha con cierta curiosidad la conversación de sus compañeros, ahora que habían desembarcado podría dedicarse a ver qué le depararía el Dios Máquina. De momento parecía claro que su voluntad le era esquiva pero pronto se manifestaría...

En cuanto Victus manifiesta su opinión acerca del lugar, Zachariah responde con su voz sintética:

Si esto te parece asqueroso, deberías prepararte, es posible que en la mina nos esperen peores escenas...

Caminó en silencio junto al resto añorando su hogar..un confuso hogar,pero su hogar al fin y al cabo.-El luto es sagrado...-Yuri se acercó a uno de los cadáveres que aún tenían los ojos abiertos y con un gesto de la mano le cerró los ojos al muerto y le depositó un par de monedas en estos.-Suerte...y que el emperador te acoja en su seno...-Yuri rezó junto al soldado muerto durante unos segundos para luego volver junto al resto en el silencio que le caracterizaba.-No creéis que los muertos merecen un silencio de luto?...-Fue la única aportación del extraño Yuri a la conversación,sus felinos ojos seguían observando impasible los cadáveres¨Incluso los muertos merecen un respeto¨

Os fijáis que el ánimo general de la tropa es bajo. Las pérdidas son cuantiosas si tenemos en cuenta que se han enfrentado a minero rebeldes pero algo en sus ojos os dice que hay algo más. La mayoría os mira con desgana y el que lo hace más atentamente parece extrañado con vuestra presencia.

Entonces por detrás vuestra viene un joven guardia imperial corriendo y haciendo señas para que le esperéis. Una vez os alcanza se detiene bruscamente y se inclina hacia delante con las manos en las rodillas, en un esfuerzo denodado por recuperar el aliento. Tras una pausa, levanta la mirada y os sonríe. Su brillante cabello pelirrojo asoma por debajo de su casco; tiene la piel pálida y llena de pecas, y unos rasgos juveniles. ¡Caballeros… eh... bienvenidos a la mina Gorgónida! Han venido para ayudarnos, ¿verdad?… Lo supe en cuanto les vi…. Dicho esto, hace otra pausa para respirar. Les dije a todos que vendría alguien. Bueno, ¿cuál de ustedes es el inquisidor? ¿Quieren hablar con el comisario?

Jurtz balbucea, se pone colorado hasta las orejas y se mira los pies mientras dice: No, sargento Raynard. Ahora mismo me vuelvo, señor.

El sargento Raynard taladra al joven guardia imperial con la mirada y luego se gira hacia los acólitos. Uno de sus ojos es azul como el hielo, frío y de intensa mirada fija. El otro es un burdo postizo hecho de madera y desviado permanentemente hacia la izquierda. Pues vaya tirando. A paso ligero. En cuanto a ustedes… menudo hatajo de inútiles. ¿Quién se supone que son? Está claro que ninguno es el inquisidor que se había solicitado. ¿Y bien? ¡Hablen de una vez, no pienso permitir que armen ningún revuelo en mi campamento!

¿Ah no? Jajajaja. Es bueno saberlo Sargento. Señalo con un gesto amplio de la mano el lugar en que nos encontramos. Veo que sus... "dotes", para mantener el sitio en "calma" son estupendas. Sonrió tranquilamente y sin inmutarme ante los gritos del hombre, y le comento en voz baja, con calma mirándolo a los ojos muy fijamente y sin quitar la sonrisa de mis labios: De gracias al trono por qué no estamos aquí para realizar una inspección de pureza a usted y a sus hombres…aun. La idea del farol no estaba mal, pues… ¿Qué sabia ese hombre sobre quienes éramos nosotros? Nada, ¿Un sargento? Menos que nada, y ese tono podría meterle en graves problemas, no con nosotros, gente amable y que no buscaba líos, sino con otros que quizás si lo hicieran.

Hago una pausa medida para sacar el paquete de tabaco y llevarme una varilla a los labios, todo calmadamente y sin alterarme. Tras varios intentos con el Zippo por fin logro encender la varilla, que suelta un humo gris a la cara de aquel sargento con claros problemas de ansiedad. El comisario en jefe. ¿Dónde está?. Ya mismo.  Solo pregunté eso, no hacía falta más, nuestras órdenes no debían pasar por un sargento, pues solo el Trono sabía lo que podías contar, decir o explicar a quienes estuvieran por debajo de la cadena de mando en aquella zona. Tan solo debíamos responder ante el comisario de la zona, y no ante un mando menos que intermedio.

El sargento os mirará fijamente durante algunos instantes más y luego dice de nuevo: Ya veo. Entonces el inquisidor no piensa venir. Esto no es una pregunta.