Partida Rol por web

Sonrío a Tarkov, y le digo:

-Trucos de perro viejo, y apaleado.

Curioseo un poco tal y como ha hecho Octus, pero no encuentro nada significativo.

Que raro que no haya ni cuerpos ni señales de violencia, igual las bestias se los han comido.

-Yo no me quedaría mucho rato en el mismo sitio, ¿cuál es el túnel a seguir?

Seguís andando varios kilómetros hasta que Yuri os informa por el comunicador que el túnel se corta. El corredor termina bruscamente y el suelo ha desaparecido para dejar paso a una abismal oscuridad. Gracias a las quimilámpara descubrís que el suelo continúa tres metros por debajo de donde os encontráis pero hay abismo a ambos lados.

Bueno, no queda sino bajar. Jejeje. Rodeo un pedrusco integrado en el suelo con mi cuerda de escalada y hago un doble nudo. El truco es simple, pues una vez abajo, solo hay que hacer el efecto "látigo" para que la cuerda salte de la pierda y baje hasta donde uno se encuentra. Una vez preparado engancho el mosquetón y el regulador de descenso a los arneses que me cruzan las ingles, el pecho y las axilas, y situándome al borde del precipicio dejo caer la cuerda hasta la cornisa donde pretendemos llegar y con un impulso me separo de la pared descendiendo con un rápido movimiento.

Por desgracia tomo demasiado impulso y aterrizo con el trasero sobre la cornisa que tengo a mis pies con un sonoro golpe. Ohhh, joder mi culo... menos mal que aquí no había estalagmitas ni nada similar. Comento dolorido mirando hacia arriba. Bueno, yo estoy abajo, os cubro mientras descendéis. El rifle vuelve a mis manos y poniéndome de rodillas barro el lugar con la linterna inspeccionándolo desconfiadamente.

El culo de Tarkov se resiente, probablemente tenga un moratón un par de días.

Octus mira malhumorado el abrupto talud que desciende a sus pies.

Debería haber otra forma de bajar. Esto es una mina y de aquí se sacaban cientos de toneladas de mineral a diario, no creo que lo subieran con cuerdas. Seguro que en algún sitio hay un maravilloso montacargas...

Sube el arnés que ha soltado Tarkov y se lo coloca torpemente, ajutando las correas hasta casi quedar sin respiración. Comienza a bajar con pasos lentos pero seguros y cerciorandose de que cada asidero resiste su peso. Una vez junto a Tarkov, suelta el arnés y cubre junto a él el túnel que tienen por delante.

Si nos llevamos la cuerda que has puesto, espero que haya otra ruta de escape, por que como tengamos que trepar por aquí sin una vía y con un grupo de herejes jodiendo la marrana...

Desde arriba, con un poco de vértigo, asomo la cabeza, y les pido por favor que me dejen utilizar el arnés.

Comienzo a bajar, y de repente, piso una piedra que estaba mal agarrada.

Resbalo perdiendo completamente el control de la bajada. Parece que el final está próximo.

Aaaaaah!!!

El arnés comienza a frenar la caída de Arcturus que intenta torpemente apretar el freno. Al final el golpe parece más aparatoso de lo que realmente es.

Yuri con discreta profesionalidad siguió los pasos de Tarkov que se le había adelantado,guardó en cuchillo en la funda y rodeo la puntera de su bota izquierda con la cuerda¨Una única vuelta¨ se recordó a si mismo,dió algunos tirones de la roca para comprobar si esta mantendría su peso y miró el descenso tras lo cual saltó junto a tarkov pero en lugar de guardar precauciones simplemente dejó que su cuerpo y su pie ahora agarrado a la cuerda dieran la falsa sensación de estar sobre una ¨superficie¨ hasta que primero con el arma y luego con la vista vislumbró que la cornisa a la que había llegado estaba despejada,a su lado un golpe sordo le advirtió del accidente de Tarkov.-La humedad es traicionera en estas piedras...-le dijo simplemente mientras le tendió una mano enguantada y le clavó la mirada de su visor.

Zachariah recoge el arnés, ya solo quedan él y el psíquico.

Espero que la cuerda pueda con mi peso...

Con cuidado va bajando y llega al fondo con el resto de sus compañeros y comienza a subir el arnés para su compañero.

Victus hizo lo propio que sus compañeros, ya de antemano sabía que esto no era buena idea y que se iba a hacer daño.

Se enganchó bien el arnés y comenzo a bajar, pero sin duda esto no se le daba nada bien y bajo estrepitosamente.

-Demoniooooooosssssss!

Poco a poco vais descendiendo por la escarpada pared hasta el camino que continúa debajo. El proceso es lento porque al descender debéis quitaros el arnés y el siguiente debe ponérselo y ajustarlo. Termináis de salvar el obstáculo aunque la mitad de vosotros se lleva algunos moratones de recuerdo.

Retomáis el camino hacia las profundidades de la mina. El olor a tierra es fuerte y la oscuridad reina por cualquier pasillo que descubrís. Veinte minutos más tarde topáis con una galería un poco más ancha que las demás, y sobre el dintel de una puerta de acero hay un cartel que dice “Subsección Cinco”. Hay una ventana de cristal a la altura de los ojos, pero la ensangrentada huella de una mano enturbia la vista del interior e impide ver más allá.

El camino marcado continúa dejando la sala atrás.

Vaya... fijarnos en esto... Hay quien civilizadamente pinta marcas en la pared con un rotulador para conocer el camino, o otros emplean su huella y sangre. La broma pretendía quitarle hierro al asunto pero lo cierto era que las cosas pintaban muy mal. Había habido combates por la zona pero... esto es como si alguien hubiera intentado escapar y "algo" lo hubiera atrapado en el intento... Pienso mientras me acomodo los correajes del arnés que otra vez vuelve a estar sobre mi cuerpo. Me inclino a observar la cerradura y pruebo si la puerta está abierta, de no ser así siempre podría intentar forzarla o cortarla con el soplete compacto.

Tarkov se acerca y comprueba que el volante de cierre no está corrido pero parec eque algo la atasca y no puede empujarla.

¡Vamos, te ayudo a empujar! si lo que obstruye la puerta es lo que pienso, cederá hacia delante.

Octos apoya el hombro contra la puerta y suma sus esfuerzos a los de Tarkov.

Probablemente es un pobre desgraciado al que mataron tratando de huir, la propia sangre debería hacer de lubricante para que se deslice.

Octus empuja ayudando a Tarkov pero la puerta no cede.

Bueno, voy a intentar algo, un segundo... Susurro un tanto encogido ante el eco que genera cualquier voz en aquellos túneles. Con cuidado e intentando hacer el menor ruido posible rompo el cristal para luego extraer de uno de mis bolsillos el artilugio que inventé para poder mirar en las esquinas. Se trata de un espejo retrovisor de coche que ha sido sujeto a una vaina para cuchillo estándar.

Con cuidado calé la bayoneta de mi rifle automático y luego, le puse la funda para el cuchillo que llevaba acoplado el espejo, de esa forma, introduciendo el caño del arma por el cristal enfoqué el espejo en primer lugar hacia lo que bloqueaba la puerta para hacerme una mejor idea, y luego lo moví para ver donde estaban las bisagras. Conforme movía el espejo con mi otra mano toqué un punto a cierta altura en la puerta y le dije a Halfbreed que sabía que tenia pintura: Aquí por favor, una marca compañero.

Repetí el proceso en los demás puntos donde la puerta se encontraba anclada y una vez marcados todos los puntos, saqué mi soplete compacto y pregunté a los compañeros: ¿Procedo? Tenia la intención de cubrir la llama extremadamente potente con mi gabardina para ocultar a los ojos de los demás y a posibles observadores. La sospecha nunca desaparecia en mi oscura mente.

A pesar que está oscuro, la luz que diriges al espejo para poder localizar las bisagras te permite ver que hay algunos cadáveres dentro.

Después de las deducciones de los compañeros, y escuchar sus consejos, y ver que va a estar un rato cortando el acero Tarkov, decido que mejor vigilar nuestras espaldas.

Me coloco a un par de metros detrás de mis compañeros, con una rodilla clavada en el suelo, y el rifle apoyado en el hombro, mientras doy barridos hacia los lados en busca de una posible amenaza, aunque al parecer, la posible amenaza haya quedado encerrada en la sala que intentamos abrir.

Escuchando mi respiración dentro de la máscara, les digo a mis compañeros en voz baja por el interfono:

-Daros caña, que tengo un mal presentimiento, igual tenemos que refugiarnos dentro de esa sala.

Mal asunto, no es un fiambre lo que hay al otro lado de esa puerta... Comienzo a aplicar el soplete cubriendo la llama con la gabardina a una distancia prudencial para que no se prenda. El laser de aquel instrumento híper concentrado se come el metal de aquella puerta como si fuera una varilla caliente aplicada sobre la mantequilla. No... no es uno, son varios... Intento hacer el trabajo lo más rápidamente posible para no demorar la exploración, que a este paso, se estaba convirtiendo en una operación de recuperación de cuerpos. En cuanto separemos esta puerta voy a hacer un interrogatorio post-morten a los desafortunados del otro lado, a ver que nos cuentan. Los muertos nunca mienten...

Cadáveres... Si todo resultaba tan orgánico esta misión iba a ser mucho menos interesante de lo que parecía.

Zachariah, en cualquier caso, se mantuvo callado mientras sus compañeros trabajaban y mirando en todas direcciones no sea que se presentase alguna sorpresa...