Partida Rol por web

Tras dar el pésame a los familiares empiezas a preguntar por los hallazgos en la mina de los últimos días. En un principio nadie sabe responderte nada relevante acerca de las excavaciones. Pero finalmente hablas con el padre del otro chico que había fallecido. Tras informarle de tus intenciones para resolver el problema empieza abrirse a ti, con la esperanza de que sirva de algo. Resulta ser el padre del joven que decía que había encontrado algo, pues encaja con su descripción. Su nombre era Yosh y según su padre había estado muy extraño estos últimos días...

Ahora que lo mencionas, Yosh me hablo de algo que había encontrado en las minas. Pero es extraño que lo comentara, por que él nunca solía bajar a las profundidades donde trabajan los mineros. Él... él era aprendiz de orfebre y estaba todo el día en el taller junto a su maestro artesano. ¿Como es posible que encontrara algo dentro de las minas?

El hombre apenas podía hablar de la rabia y la impotencia del momento... Dijo que encontró algo que nos haría ricos a toda la familia. Más ricos de lo que ya eramos.

Pero mi hijo no era así... algo lo maldijo, estoy convencido. Él nunca estuvo tentado por el dinero y el poder. Tienes que ayudarnos... Y si algo encontró seguramente lo escondió en su taller.

El hombre te coge de la manga para que le acompañes. Tu dudas un momento en si seguirle o no. Buscas con la mirada al sacerdote Doromus, pero parece estar muy ocupado haciendo su trabajo conciliador. Tras pasar un par de puertas y pasillos, y subir unas escaleras os encontráis con el taller de orfebrería de la familia. Al entrar ves como todo está lleno de elaboradas piezas de artesanía, y de todo tipo de ornamentaciones. Pese a estar hechas de acero su belleza podría compararse con la de cualquier otro metal.

Hay varias mesas con piezas a medio hacer, como si nadie hubiera entrado ahí desde la muerte del chico. Y si apenas nadie había tocado nada, podría ser un lugar donde buscar el artefacto de valor.

Maris busca algo inusual, entre las obras de orfebreria del chico, los libros y demás.Estaba claro que el chico debería de haberse enterado de algo y es lo que le hizo ir a la mina a buscar lo que sea encontro.

Disculpa...,¿su hijo lo vio leyendo algún tipo de libro, pergamino o algo así? - decía mientras rebuscaba con el consentimiento del Padre, los distintos libros, estanterías, cajones del cuarto del chico -

Algo le hizo que fuera a la mina, si sabemos de donde sacó esa información nos vendrá muy bien, para esclarecer muchas incógnitas... - mientras decia estas palabras Maris miraba las distintas piezas, papelera, sitios donde podía esconder algo, detrás de los cajones, en algún rincon oculto a la vista etc.., siempre teniendo cuidado de dejarlo todo como estaba -

Maris estaba seguro que el chico debió de leer algo respecto a la mina, alguna leyenda, historias, algo, que fue lo que le hizo adentrarse en las profundidades de la misma y buscar algo en concreto, antes de coger el objeto que encontró el chico, sería mas que aconsejable, saber algo de la información de ese objeto tan en particular.

Llevándote delante de ella para vigilarte en todo momento seguís andando cada vez más lejos de donde habías acampado la noche anterior. Ella parece bastante enfadad contigo, pues ni siquiera te contesta a tus preguntas. No le has caído demasiado bien...

Al cabo de lo que crees una o dos horas de caminata, el pequeño zorro se detiene en seco. Empieza a olisquear algo y entonces se pone muy nerviosos. La exploradora que no tarda en darse cuenta de lo que está pasando va directa hacia donde está el animal para tranquilizarlo y saber que sucede. 

Durante unos minutos os ocultáis tras unos arboles para estar a salvo. Pero no tardáis mucho en descubrir que es lo que le había alertado en un principio. No era ninguna bestia salvaje de la selva, al contrario. En ese momento una bandada de pájaros os sobrevuela por encima de las copas de los arboles. Un humo negro empieza a verse a lo lejos...

Maldita sea... !Ahí es donde está el poblado! Sabía que esos malditos bastardos ...

Entonces, te agarra, y empieza a llevarte del brazo rápidamente, en dirección a la columna de humo negro que cada vez se hace más grande.

No perdamos tiempo mi gente está en peligro. dice llevándote justamente al lugar de la jungla que probablemente es más peligroso en estos momentos.

Si nos ayudas puede que te liberen... dice a regañadientes mientras corréis jungla a través

Os encamináis hacia la entrada sur de la ciudad bordeando la muralla que queda siempre a vuestra derecha. Pese a que las murallas no mide 5 o 6 metros, son un obstáculo insalvable por arriba. Desde ahí tan cerca podéis oír algo apagadas las ordenes que dan algunos capitanes a los pocos guardias que aún quedan para defender la ciudad. Para vosotros es mejor pasar desapercibidos, pues podríais recibir alguna flecha pensando que sois enemigos.

Al cabo de un largo rato, el sol empieza a ponerse y la oscuridad llega rápidamente al bosque. Entre los árboles la luz anaranjada se empieza a perder. Y a la sombra de la muralla seguís caminando un rato más hasta llegar a lo que parece ser una cuenca seca de un río. Justo en ese lugar el joven cazador os detiene para avisaros de que ahí está la entrada. 

Ciertamente a pocos metros de ahí se encuentran unos matorrales pegados a la pared. Para sorpresa de todos veis como los han cortado. Al parecer los Skaerlings han descubierto la entrada secreta a la ciudad. Pero por alguna razón todavía no han atacado desde dentro...

Maldita sea... se nos han delantado.  dice la capitana al llegar y ver que la entrada ya había sido descubierta por los lagartos.

Durante unos segundos piensa en algo, hasta que finalmente os mira a todos antes de hablar.

Tenemos que adentrarnos aún a riesgo de ser descubiertos. Es la única manera de poder entrar en la ciudad y avisar a los soldados para que vigilen los subterraneos. No os pido que arriesguéis vuestras vidas. Estáis a tiempo de marcharos o de esconderos en el bosque hasta que todo pase.

Pero yo no pienso quedarme de brazos cruzados... ¿Quien está conmigo?

El camino hacia el sur de la muralla se hizo largo ya que sus pasos eran sigilosos para no ser descubiertos, de vez en cuando Eriüm miraba hacia atrás por si veía a Lord Keren y a sus hombres, no porque les preocupara la vida de los humanos sino porque serían de gran ayuda si se encontraban con otra horda de enemigos.

El joven cazador los detuvo para informarles que ya habían llegado. Para sorpresa de todos la entrada había sido descubierta por los hombres lagarto. Para ser una entrada secreta no han tardado en descubrirla o quizás ya sabían donde buscar, de ser así deberemos ir con más cautela ya que pueden haber traidores en esa fortaleza...

Siguió el camino y se agachó cerca de la entrada para observar las huellas que habían en el terreno, sin duda alguna los Skaerlings habían pasado por allí no hacia mucho. Mientras el elfo analizaba la zona la capitana hablaba de los peligros que estábamos apunto de vivir y que no les obligaría a seguirla.

Eriüm se acercó al grupo mirando fijamente a la elfa. Supongo que no hace falta que te diga que yo estoy contigo hasta el final, pero siendo realista, los enemigos nos llevan cierta ventaja y aunque aun no han atacado el interior puede que no tarden mucho en hacerlo. Gira su cabeza para quedar cara a cara con los cazadores intentando no mirar a su joven presa. Lo que quiero decir es que necesitamos al menos a uno de vosotros para que nos guíe por el subterráneo, se que será muy peligroso, pero quizás sobreviváis más tiempo si estáis con nosotros y no deambulando por el bosque. Aunque eso signifique que seguramente nos retrasaran y puede que no lleguemos a tiempo para avisar a los soldados...

Podía acceder a ayudarla o podía ser ésta mi oportunidad para escapar. En cualquier caso no tenía muchas posibilidades de sobrevivir porque sea lo que fuere lo que estaba atacando su pueblo podría alcanzarme a mí si huyo. Pero si la ayudaba tal vez me dieran provisiones e indicaciones de lugares seguros, aunque también estaba el motivo de demostrar que tenía humanidad, que no era una bruja malvada como sus leyendas indican. Tomé aire y suspiré, ¿qué remedio tenía?

—Vale, está bien. Prometo ayudarte con lo que pueda —acepté contestando también afirmativamente con la cabeza—. Pero necesito mis armas por lo menos, ah, puedes llamarme Iza.

Empiezas a buscar por todo el taller. Es un sitio bastante limpio para tratarse de trabajos artesanales, aunque por otro lado es de esperar tratándose de familia acomodada. Por todas partes te encuentras con piezas de poco valor económico pese a su buen tallaje. Solo algunas piezas destacan de entre las demás, que supones, han sido creadas por el maestro artesano. Hay una que te llama la atención en especial... Se trata de un anillo.

El anillo no parece corresponderse con el tipo de piezas que hay en el resto del taller. No es una pieza de orfebrería, sino que es una joya. Incrustado en el centro hay un hermoso zafiro que refleja la luz que cae sobre él. En ese momento te acercas al mismo sintiéndote atraído por su belleza. Lo coges y te lo acercas para poder apreciarlo con más claridad...

Esta pieza no la reconozco... dice el padre del joven fallecido. Quizá el maestro artesano sepa decirte algo sobre ella. ¿Acaso creéis vos que puede tener alguna relación con las muertes de nuestros chicos? 

Algo te dice en tu interior que la pieza que sostienes en la mano tiene un valor mucho mayor que el que aparenta. No se trata de un anillo común, puesto que sus propiedades sobrenaturales son las que le otorgan esa belleza increíble. Y no sabes que más poderes pueden estar ligados a tal artefacto. Solo que estas seguro que no son de este mundo... no al menos del conocido por el hombre.

Bien supones, hay algo raro y extraño en el anillo, tengo que hablar con el maestro artesano y  el sacerdote, algo de este anillo me da mal augurio... -mirando por los alrededores de la habitación, coge una gamuza para coger el anillo con ella y taparlo.... -

¿Tengo su permiso para llevarme este anillo?, quizas alguien al preguntar sobre él me diga algo..., por cierto, ¿en esta aldea hay alguna especie de Biblioteca?, tal vez si busco información sobre el anillo, podamos desvelar muchos misterios.... - decia seguro de si mismo Maris al Padre del chico fallecido -

Maris pensaba porque sentia aquella extraña sensación en el anillo, algo era extraño en la forma del anillo, incruso el como estaba incrustado ese extraño y llamativo Zafiro, algo le decia que tenia que taparlo, no dejarlo a la vista del resto de gente, informarse de su procedencia, de su enigmático pasado, de todo.

Esto que le voy a decir ahora le va a llamar la atención...¿que leyendas de seres diabólicos o maléficos hay en esta zona?, ¿hay en algún lugar imagenes o esculturas de esas criaturas? - Maris pensaba que el anillo podía ser de alguien maligno, tal vez en las ilustraciones de estos seres, viera en ella el llamativo anillo -

Sin dudarlo, los cazadores se ofrecen a guiaros por las entrañas de la ciudad bajo tierra. Para ellos era mucho más seguro caminar entre pasillos conocidos, pese a la oscuridad, que permanecer un segundo más en ese bosque, al acecho de los lagartos. 

Los hombres de armas de Lord Kerem parecen algo reticentes a dejar el bosque, preocupados por lo que les habrá pasado a sus compañeros y a su señor. Según habías oído durante los días que habías viajado junto a ellos, estaban muy unidos. Estaban al servicio de su señor desde que eran muy jóvenes y habían vivido muchas cosas juntos... Finalmente deciden entrar con todo el grupo, asumiendo los riesgos de verse atrapados.

Por que realmente el riesgo está ahí... Si hay hombres lagarto en los subterráneos, y os descubren, es posible que si intentáis escapar hacia el bosque de nuevo, os encontréis con lagartos que entran. Os dais cuenta de que estáis en terreno enemigo, pese a estar en Dalabor. Finalmente entráis todos en el túnel, dejando atrás los matorrales que ya apenas tapan la entrada...

Justo al pasar por el umbral del túnel, un dolor muy agudo te atraviesa la mano como si te clavaran una flecha. Al mirártela te percatas de que es la mano vendada. Las vendas quedan rápidamente empapadas por la sangre que fluye. Pero el dolor cesa a los pocos segundos.

Es entonces cuando te das cuenta del significado de las palabras de Fyara, la doncella del bosque de Nalak'Hum...

"La rosa que tienes en tu mano te permitirá saber cuanto tiempo te queda para regresar. Cuanto más lejos estés de mi, más sangre necesitará para vivir" 

A medida que llegues a ciudades más lejanas, la rosa absorberá más sangre de tu cuerpo. Si te alejas demasiado es posible que mueras realmente, tal y como ella predijo. El resto del grupo no se percata de tu dolencia y durante esos segundos siguen caminando, dejándote ligeramente atrás.

Pero Beyit se detiene a los pocos segundos, viendo que no la seguías. El resto sigue andando mientras ella te observa varios metros más allá.

Corréis bastante durante unos minutos a través de la jungla. Todavía hay zonas muy enfangadas por culpa de las lluvias de del día anterior. La tormenta había arrastrado ríos de lodo y muchas de las zonas estaban cerradas por troncos astillados y peligrosos, semienterrados en el fango. Finalmente encontráis un camino más o menos seguro que sube colina arriba donde las lluvias no han hecho demasiados estragos. Una vez en lo más alto veis perfectamente una pequeña planicie en la que apenas hay arboles, una especie de claro en medio de la jungla.

Justo en el centro se encuentra una aldea de casas ardiendo y una columna de humo que sube hacia el cielo azul, enturbiándolo. La exploradora se queda paralizada durante un segundo frente a la escena que está viviendo. Su aldea estaba siendo arrasada...

Durante un segundo parece arrepentirse de lo que va a hacer...

Prometo como Ukara, exploradora del clan Xibey, que te devolveré tu libertad a cambio de tu ayuda.

Muy bien bruja Iza... dice antes de cortar las cuerdas que te atan las manos a la espalda. Espero que esto no sea un error. Que sepas que no confió en ti, pero todavía confió menos en los "hombres de hierro".

Tras cortar las cuerdas te devuelve tu lanza y tu hatillo, donde previamente había metido el resto de tus pertenencias.

Vamos, no podemos perder más tiempo.

Mientras buscáis más pistas te dice...

No tenemos biblioteca alguna sir Mariscal. La mayoría de libros y documentos antiguos se guardan en la capilla de Gaihon. 

Seguís buscando alguna referencia pero no parece haber nada de interés. Pero entonces encontráis un librillo de anotaciones... al parecer pertenece al joven fallecido. Al leerlo poco podéis encontrar de interés, apenas son referentes a los trabajos que realizaba el chico. Escritos sobre orfebrería y técnicas artesanales que posiblemente le había instruido el maestro. Pero haciendo una pasada rápida por las últimas páginas encontráis lo siguiente...

"Hoy en la mina ha muerto un joven minero. Esa misma noche soñé con él..."

"Me dijo que había un anillo de zafiros más precioso que nada en el mundo bajo tierra, en la mina"

"Todo eso son tonterías..."

Y en la última página una última anotación...

"Era cierto, el anillo era real, y ahora es mio..."

Una vez el anillo y el librillo están bien guardados te dice...

Deberíamos hablar con el sacerdote Doromus de todo esto. Creo que esto fue lo que mató a mi hijo... dice para finalmente salir del taller y dirigirse a la sala principal.

Tiene razon, tapare con retazos el anillo, tal vez Doromus tenga en su Iglesia algunos escritos o nos pueda emitir una luz  de sabiduría, para descifrar todo este embrollo, tal vez nos pueda decir la verdadera naturaleza de este anillo, tambien sería recomendable, intentar saber el nombre del minero que murió, tal vez la familia o en su casa, pueda lanzarnos mas respuestas a nuestras ya muchas preguntas, una cosa esta clara, lo que sea a lo que este ligado este anillo, ha arrancado la vida de su hijo.Mejor que averiguemos pronto las cosas y el misterio que encierra el anillo, para evitar mas muertes y que le pase algo a esta Aldea..... - dice asomándose a la ventana, mientras desde detrás de esta, mira el panorama que hay afuera, la aldea en si y el cielo -

Esta tormenta no es natural, alguna extraña fuerza que desconocemos, es la causante, mejor que bajemos sin demora y hablemos con Doromus -dice Maris, al poco apoya sus manos en ambos hombros del consternado Padre -

Encontraré la respuesta a todo esto y lo solucionaré, siento la perdida de su hijo, ojala tuviera el poder para regresarlo a la vida - sin más dilación va en busca de Doromus para informarle de lo que ha averiguado -

Me froté ambas muñecas ya que picaba bastante debido al rozamiento, seguidamente estiré los hombros y agarré la lanza con fuerza. Tomé aire y asentí con la cabeza. Quizás esos "hombres de hierro" también irían a por mí si escapara ahora así que la mejor forma de enfrentarme a ellos sería junto a Ukara y el resto de su pueblo. Comencé la carrera junto con ella, tenía razón, no había que perder más tiempo...

—Esos hombres de hierro, ¿cómo son? ¿Tienen alguna debilidad? —inquirí con curiosidad, cualquier información del enemigo podría ser útil—.

Tras bajar a la sala principal, le cuentas a Doromus lo que habéis encontrado. Acerca del diario y sobre el hallazgo del anillo, que creéis, es seguramente la causa de todo. Tras esto algunos de los familiares que lo oyen se inquietan al pensar que un ser sobrenatural ha maldecido su ciudad. Doromus piensa en lo que le habeis explicado pero no parece tener demasiada información últil...

Cuentan las leyendas que un demonio ha habitado siempre en estas montañas. Su nombre no lo puedo recordar pues seguramente se perdió con el tiempo. Según lo poco que recuerdo, la leyenda dice que este demonio quedo atrapado en la batalla que los dioses tuvieron hace unos mil años. Quedó atrapado para siempre entre las rocas y finalmente formó parte de ellas.

A causa de su encierro en el interior de la montaña no podía salir, pero maldecía a todo aquel que osaba entrar en su interior...

Se detiene durante un momento para proseguir...

Pero eso no son más que leyendas. Nunca ha pasado nada fuera de lo común en las minas de Gaihon...

En ese momento llaman a la puerta con mucha prisa. Uno de los familiares se apresura a dejarle entrar. Al abrir la puerta ves como la tormenta de la noche anterior ha regresado. Entran varias personas empapadas hasta los huesos. Entre ellos el herrero que estaba en los talleres del exterior de la casa, el padre del otro fallecido. Las mujeres se apresuran a traerles mantas y ropa seca, mientras les preguntan que a que tanta prisa.

Los hombres responden atemorizados...

Señora, la mina se los tragó, a todos los que estaban dentro. Entraron por la mañana a trabajar y no hemos vuelto a saber nada más de los mineros. Al parecer se trataba del capataz de la mina, que supervisaba el trabajo...

Aldea del Clan Xibey

Comenzáis pues a correr directas hacia la aldea del clan Xibey. Al parecer habían vivido cerca de tu refugio durante todos aquellos años y no te habías percatado. La jungla era muy caprichosa y a veces podías perderte creyendo seguir el camino de siempre. Pese a todo, Ukara contesta a tus preguntas, suponiendo que así resultarás más útil en el combate...

Los hombres de hierro son espectros. Soldados dirigidos por algún brujo. No tienen cuerpo físico por lo que es imposible causarles algún daño. Su alma está ligada a la armadura que llevan y eso los hace invencibles. La única manera de deshacerse de ellos es destruyendo su recipiente...

Apenas ha acabado de explicarte cuando llegáis a la entrada del poblado. Un templo en ruinas es lo primero que puedes observar a lo lejos. A medida que os acercáis con cautela podéis ver el origen del humo. En el centro de la aldea hay varias cabañas ardiendo. Un humo negro nubla el cielo haciendo que todo se torne oscuro a medida que os acercáis. Algunos de los arboles cercanos también están en llamas y hay peligro de que se extienda a lo largo de la jungla.

Una vez dentro os dais cuenta de que no hay nadie. Aunque tras unos momentos veis a un par de hombres tirados en el suelo. Ukara se acerca a ellos con cuidado. Al tocarlos se da cuenta de que ya están muertos. Unos metros más allá hay algún que otro cadáver tirado por el suelo, en su mayoría hombres. Ninguno de ellos está con vida. Han sido terriblemente asesinados. Pueden verse muchos cortes y sangre por todas partes...

En ese momento oís un ruido cercano. Al giraros veis como tres figuras se acercan a vosotras. Por culpa del humo apenas podéis distinguirlos. Pero una vez que están más cerca os percatáis de que habéis caído en una trampa....

Tres armaduras andantes se acercan a vosotras...

Maris gira su cabeza hacia Doromus...

Para ser solo leyendas, parece que estan pasando muchas desafortunadas y desgraciadas casualidades, he de suponer que en las Minas Gaihon no paso nunca nada, hasta que encontraron el cristal o joya del anillo, a partir de ahí parece que se ha desatado todo.Necesitaré buscar información sobre la leyenda de la Guerra de los Dioses, ese trabajo de recopilar información sobre eso, se lo dejo a su santidad Doromus, yo mejor que marche a la mina e intente sacar a esos hombres, solo espero no llegar tarde, si logró sacarlos y salir, se deberán de cerrar las minas, aun lo que supondrá para su comercio tal elección, para que investigemos, zangemos y acabemos con este mal, antes de que las cosas se nos escape de las manos y poco podamos hacer.... - decia a los presentes -

Disculpe, se que no esta en condiciones de marchar ni hablar con nadie - dice mirando al hombre que comento lo de la mina -..., necesito que informe de esto a su alcalde, o superior en esta Aldea, mientras marcharé para ver si puedo hacer algo, con la gente que se haya dentro de las minas.

Sin decir mas, se ajusta de nuevo la capa con la capucha y parte hacia la mina, el tiempo era oro para sacar a aquella gente de la mina, una vez los sacara, tendría que convencer a los mineros de cerrar de momento las minas.

Eriüm ni se inmutó con la ofrenda de los cazadores a guiarlos por los túneles aunque en su interior sabía que esos tipos le podrían ser de gran ayuda ahí abajo, pero seguía sin confiar en ellos y es que el Elfo era cazador y se tomaba muy en serio las leyes de la naturaleza.

Por lo contrario hizo un gesto con su cabeza al escuchar que los hombres de Kerem les acompañarían. Tras el largo camino había podido entender los lazos que unían a aquel batallón de humanos. Ese sentimiento era desconocido para el Elfo, ya que el nunca había tenido esos sentimientos por ninguno de sus compañeros con excepción de su capitana.

Un punzante dolor recorrió el cuerpo de Eriüm, su origen se hallaba en la rosa que estaba marcada en su mano. El dolor era tan fuerte que el Elfo no pudo evitar hincar una rodilla al suelo mientras se apresuraba a retirar el guante y confirmar que de la rosa emanaba un gran reguero de sangre. Parece que ese ente no estaba bromeando cuando me hizo prometer que volviera junto a ella... En el rostro del Elfo por primera vez podía verse la preocupación que sentía. No puedo dejar a Beyit sola y volver, aun no... así no... sería la deshonra de mi familia y de mi pueblo...

Pocos segundos de duda mantuvieron a Eriüm paralizado hasta que volvió a percatarse de la situación y se apresuró a sacar de su bolsa otro juego de vendas y raudo se las cambió con cuidado de no derramar su sangre por el suelo del pasillo depositando las usadas en su bolsa. Se volvió a poner el guante y buscó rápidamente alguna planta aromática con la cual camuflar el olor de su sangre. Espero que el olfato de esas bestias no sea tan fino como para detectarla.

Cuando terminó se percató que se encontraba solo en la entrada, los demás habían continuado sin el, pero al levantar la cabeza vio a Beyit esperando a pocos metros mirándole fijamente. Se apresuró a continuar ya que lo último que quería era perderse por aquel laberinto de túneles. Al estar frente a la Elfa, Eriüm no supo que decir puesto que seguía empeñado en asumir el solo esa pesada carga.

Siento el retraso, no es nada Capitana, deberíamos continuar. El Elfo intentó que no se le notara mucho la preocupación que sentía aunque sabía perfectamente que Beyit conocía su dolor. Lo importante ahora era saber hasta cuanto podía aguantar aquella situación antes que la amenaza de la ente se cumpliera y acabara con su vida.

Me acerqué a ella para observar el resultado del ataque. Los cadáveres tenían cortes por lo que los guerreros atacaban cuerpo a cuerpo con espadas o algo parecido, el caso, que había que tomar precuación con la distancia. Al mismo tiempo sentía pena por los compañeros caídos de Ukara. Ahora mismo ella se debería de sentir fatal y tal vez me culparía a mí por tardar tanto. Me estaba preparando para decir un "lo siento" que pudiera calmarla pero me costaba demasiado y además eso no devolvería las vidas a sus amigos. De repente, se escuchó un ruido detrás nuestra. Me giré rápidamente con la lanza en la mano mientras observaba a las tres figuras acercarse, eran las armaduras que ella nombraba y la verdad, no me las imaginaba de esa forma: tan grandes y monstruosas. Con suerte pueden ser lentas y atacar con magia desde la distancia mientras corro por sus flancos ¿Cómo había que matarles exactamente...?

— Ukara, no hagas ninguna estupidez, será mejor estar juntas y trabajar equipo, nada de atacar de frente —sugerí intentando pensar con calma— Entiendo que quieras vengarles y te mueras de rabia... Así que, ¿dónde dices que tienen el recipiente? —fui retrocediendo unos pasos conforme hablaba para alargar las distancias y ganar tiempo—.

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Cuando me diga donde se encuentra su "punto debil" cargo el hechizo de fuego y lo lanzo con la mejor puntería que pueda llegar a tener. Probablemente tenga suerte y funcione, aunque también al ser unas criaturas mágicas puedan ser invulnerables. En cualquier caso, por probar no pasaba nada... [Tirada]

Antes de que puedas salir por la puerta de la casa, varios de los familiares te detienen. No parecen dispuestos a que un extranjero sea el único que vaya en busca de los mineros desaparecidos.

Nosotros también iremos. No podemos dejar que ese maldito demonio aterrorice a nuestras gentes. Esto ha llegado demasiado lejos y no lo vamos a consentir.

No tardan demasiado en presentarse varios jóvenes en la casa de la familia. Eran chicos fornidos pero que jamás habían entrado en combate. Aún así estaban decididos a entrar en peligro para sacar a sus amigos y familia de allí.

El herrero les proporcionó armas a todos. No eran gran cosa pero serían de gran utilidad contra lo que fuera que hubiese ahí adentro...

Doromus rezó una plegaria para que vuestras vidas no corrieran ningún peligro, y que todos los compañeros encerrados pudieran ser rescatados sanos y salvos.

Tras esos momentos todos los chicos se despiden de la gente que hay en la casa. No saben si podrán salir de ahí con vida y ese posiblemente fuera su último adiós.

Os deseamos toda la suerte... y que Viela guíe vuestro camino.

Una vez todos estáis preparados salís al exterior de la casa. La tormenta se encuentra en su punto más peligroso. Caen rayos por doquier y te da la sensación de encontrarte en el mismo momento en el que se produjo el incendio...