Partida Rol por web

- Originalmente de Piedras Negras, México, una pequeña ciudad de allí cerca de Estados Unidos. Me mudé aquí hace bastante tiempo por algunas dificultades en mi tierra y con lo que aprendí allí empecé a impartir aquí un poco de mecánica. Lo de la ayuda.. pues bueno, no tengo demasiada. Mis vacaciones suelen durar dos o tres días, a lo sumo una semana en la que aviso de que no voy a estar, es mi tiempo de relajación.

Sam parecía bastante absorto de todo lo demás a su alrededor mientras hablaba con Destiny, se ve que se tomaba en serio el escuchar y hablar con la chica.

- Pues, sinceramente... no lo sé y no voy a mirarlo ahora... El tiempo para charlar contigo es limitado y a ellos podré leerles más adelante. - Le dije al vaquero sin perder mi sonrisa y siendo completamente sincera en ese sentido. También estaba la parte que me guardaba. Que aquello solo era para darle celos al padre de mi futuro hijo. - Pero conociéndoles, seguramente no solo te den el visto bueno, sino que me animen para que siga adelante. - Le dije tratando de animarle como me pedía.

- Por como lo cuentas y el aspecto de tu amigo, me da que os ha secuestrado para ello. Y sí, es raro que en el local de moda no haya venido nadie. - Y salió el tema de la gripe y recordé al hombre de la cama de aquella tarde, donde comencé a dudar sobre que era aquello. - Si el contagio se demuestra que es por contacto, no es mala idea. Lo malo es el tiempo de aislamiento, los trabajos sin cubrir y demás... la verdad es que sí, sería una locura. Pero dudo que lleguemos a eso. - Le indiqué al vaquero con una pequeña sombra de preocupación en mi rostro, la cual se disipó con aquel brindis.

- Yo creo que será una gran noche, al menos para algún afortunado. Aún así, la voy a disfrutar a tope aunque me quede sola. - Y me incliné hacia el vaquero. - Porque no quiero tener ni de cerca a Samuel... - Y volví a y posición inical y brindé con Ronald. Quien sabía. Lo mismo Samuel me sorprendía de verdad, pero por su aspecto, no íbamos a coincidir en nada.

Bueno no es tan duro ser camarera, conoces mucha gente aunque si esta muy mal pagado, si tíos como Don fanfarron te encuentras de vez en cuando y alguna cosa peor tambien una sombra gris de preocupación cubrió el rostro  de la joven kate, pero se recompuso antes de que Paul se percatase de ello.

Si comparto piso , ya me gustaria poder vivir sola dijo con una risilla y la verdad que no me importaría cambiar de aires, estoy un poco cansada de mi actual piso, la verdad que la joven necesitaba un cambio de piso para pasar mas desapercibida Oye y tu dijisteis que hacías dibujos, de que, puedo ver alguno pregunto dispuesta a centrar la conversación en algo que no fuese ella.

-Ahh... Ronnie, esta mujer ya no me cae tan mal, ¿ves? Hasta ella sabe que hay deportarlos de una patada en el culo. Saltamuros y homosexual... si... una buena patada como escarmiento le haría bien a esta gentuza. ¿Por qué te resistes a verlo, Ronnie?-

-¿Por qué dice eso de Samuel?- Preguntó extrañado a la doctora. Cómo todo republicano genuino, Ronald estaba plenamente a favor del muro de Donald Trump y de la persecución y deportación de todo inmigrante ilegal, pero no tenía nada en contra de quienes obtenían la visa por derecha. -¿Sabe algo que yo no? Creo que es un técnico de electricidad, cuando entré al local lo vi recibiendo una dura reprimenda por parte del dueño o encargado del lugar.- ¿O era otro latino? La verdad todos se parecen un poco. Lo miró, no estaba del todo seguro pero creía que era él.

-Pensé que sería un latino legal, necesitan matrícula para estos trabajos. ¿No es cierto? Aunque bueno, el dueño del lugar tiene fama de ser un tacaño, no sería de extrañar que contratase a cualquier clase de gente-. Volvió a mirarle.

Durante un momento de la conversación que Allison y Ronald mantenían, ambos se acercaron un poco sobre la mesa y parecían susurrar algo entre ellos.

Ronald miró sobre su hombro en dirección a Samuel un par de segundos, volvió a hablar con Allison para luego una vez más voltearse y mirar al latino. ¿Se habría percatado el mecánico? Quién sabe...

-Da igual, aunque bueno, esto me recuerda lo de las preguntas, tengo tres muy importantes, ¿Sabe? Pero descuide, no son de historia ni de Reyes Godos.- Dijo riendo.

-La primera, ¿Es demócrata, Repúblicana o algo intermedio?- Preguntó Ronald, fue lo que recordó a raíz de hablar sobre el latino. -Humm, ya veo. La segunda, ¿Es una mujer que le gustan más los perros o los gatos?- Eso me dice mucho de su personalidad.

-Bueno, la tercera pregunta es sin dudas la más importante para mí, y le pido que sea totalmente honesta conmigo al respecto. ¿Lo promete?- Se llevó las manos al mentón, pensativo, y espero unos segundos antes de lanzar la pregunta que definiría si aquella mujer era compatible o no con él a largo plazo. -Señorita Cameron... ¿usted es de esas mujeres a las que... se les ponen los pies fríos durante la noche cuando duerme?- Desde luego, era una broma, pero algo de cierto escondía.

- Lo llegas a planear y no te sale. - Comenta con humor sobre su asistencia al evento. - ¿Y te viniste sólo o tenías a alguien? Debe ser muy duro dejar atrás todo lo que conoces. - Observa. - ¿Y ya hablabas el idioma cuando te viniste? - Continua preguntando, también atenta a la conversación con su compañero.

- Francamente si, lo dejé todo allí, amistades, conocidos.. ya estuve aprendiendo parte del inglés cuando estaba en Piedras Negras por la afluencia de estadounidenses de la zona. Era casi como aprender mientras se vivía. él se reía un poco aunque se le veía en los ojos que el recuerdo le arrebata un brillo triste en la mirada, pero bastante fugaz.

- ¿Y tú ere de aquí? De EE.UU digo. le da un sorbo más a su champán, viendo que el tiempo pasaba pero agradable por una conversación.

- Está bien, empieza. - Le respondí al tema de las tres preguntas. Y empezó un poco bastante mal para mí gusto preguntando por política.

- Solo le diré que no vote a Trump y que no comparto su ideología para nada. El resto, depende de si me convencen o no con sus falsas promesas. Pero no es un tema del que me guste hablar. Siempre se acaba discutiendo. - Y con eso esperé que dejase el tema estar.

- Teniendo en cuenta que no tengo mascota, si tuviera que elegir a uno sería a un perro. Son fieles, inteligentes y protectores. El gato va a su bola...

Y entonces surgió la tercera pregunta y rompí a reír. -​​​​​​ Perdón, pero dudo que sus pies sean más fríos que los míos en la cama. - Al menos me lo estaba pasando bien con aquel hombre y durante un tiempo olvidé a House, pero sabía que tarde o temprano algo me recordaría a él y complicaría mucho las cosas.

Bueno, no será republicana pero al menos tampoco es una demócrata. Con tantas fakes news y el aparato medíatico en contra de Trump no puedo culparla por no votarle... Al menos le gustan los perros.

-¿Tan fríos?- Dijo riendo. -Cosa mala. Bueno Allison, entonces creo que lo nuestro no funcionaría, pero al menos podemos ser amigos... Eso o usar medias, tu eliges.- Reía.

-Mira, este es Bobby.- Sacó su teléfono y le mostró la foto de un perro mestizo. -¿No es mono?-

-Es tal y como dices, fiel, inteligente y protector. Ahora mismo está haciendo de guardián en mi camioneta con las mercancías que deje dentro.- Se notaba a Ronald realmente feliz cuando hablaba de su perro. -Hace un rato le llevé un bistec entero de los que hacen aquí, no sé qué haría sin él, lo amo como si fuera mi hijo. ¿Sabes? Es una clase de amor muy fuerte.-

- Claro, si está cerca del borde me imagino que es normal. - Supone. - A nosotros también nos llegan palabras todo el rato, ¡Fiesta! - Pone como ejemplo, con una sonrisa un poco tonta, es lo más típico. - Nada que ver, vaya. Tú hablas un inglés estupendo, y debiste de haber tenido mucho valor para emigrar. - Le concede con cierta admiración. A Destiny eso del sueño Americano y todo de ensueño no parecía haberle calado muy hondo, entendiendo que las personas no sólo tienen dificultades al llegar, si no que tienen un pasado que también cargan. - Soy de aquí, sí. Siempre he vivido aquí. Me gusta la tranquilidad, la verdad. Me entretengo paseando a mi perrita por el parque, o alquilando algún kayak en el lago. - Se encoge de hombros. No es que sea parada, pero parece que no sea alguien que busque activamente emociones fuertes. - Igual no me quejaría si hubiera más conciertos en la zona. - Sonríe.

- Aún así la gente sigue sabiendo que no soy totalmente de aquí por mi acento, no al menos nacido en EE.UU. Sam apoyó un brazo en la barra y se sujetó la cabeza con el mismo, reposando, nostálgico, su sueño americano era algo más un sueño forzado que otra cosa.

- Tuve la oportunidad a mi alcance y lo hice, era eso o pasarlo mucho peor allí, a veces hay que saber si conviene más un cambio o un rumbo de colisión. tras un rato como pensativo volvió a sonreír y miró a Destiny.

- ¿Tienes una perrita? Que ternura. Yo tuve un perro en Mexico, era grande, eso si, de los que les gusta correr, era muy fan de perseguir cosas por las praderas. se frotó la barbilla un poco pensativo. - ¿Te gustan los conciertos? Hace unos años estuve ayudando a montar un escenario para uno al aire libre en el que tocaban varios grupos invitados, había sobre todo muchos cantantes de country, ya sabes como puede ser Khansas. y soltó una risilla, por el dato.

- Creo que si piso el desierto, lo congelo. - Bromeé con ese tema. La verdad es que dependía del día y de la ropa puesta la mayoría de las veces. Aunque House sabía como hacerme entrar en calor y no hablaba solamente de los pies. Entonces comencé a dudar si era una buena idea estar allí tonteando con quienes sabía que no pasaría nunca nada, porque estaba enamorada de otro hombre... uno que no volvería a mi lado.

Pero no tuve que decir nada, el mismo Ronald lo dijo por mí. Y le sonrí. - Nunca pensé que una cita de estas fuese taaaaan corta. - Bromeé al respecto y añadió lo de las medias. - No es mala opción. Te puedes aplicar el cuento. - Reí con él. Al menos estaba pasando un rato agradable con su compañía.

- No te lo vas a creer, pero tuve uno similar de pequeña... déjame que le busque...

Y le mostré el móvil con una vieja fotografía. - La de la derecha soy yo, la otra mi hermana y el del centro... Pluto, nuestro perro. - Y miré la imagen con nostalgia antes de retirar el móvil.

- El nuestro era muy tranquilo... salvo a la hora de la comida o cuando sabía que no estaban mi padre o mi abuelo en casa, que se volvía más agresivo. Pero con nosotras era un cacho de pan. Recuerdo que nos poníamos a comer en el jardín y se dedicaba a correr por toda la valla, venga a ladrar, para que no nos molestasen. Y si no había un hombre en casa y llamaban, se volvía una fiera. Fiel, listo, inteligente... no quise tener perros después de ese. Y sí, sé a lo que te refieres. Para mí era un hermano más y lo más doloroso fue verle envejecer cuando yo era una adolescente y tener que sacrificarle... - Mi rostro eliminó la sonrisa por completo de mi cara. - ... y ahora, a parte de no tener tiempo para ellos, pues... dejó el listón demasiado alto como para coger a cualquiera y meterle en mi vida.

Y en ese momento dudé si hablaba de House o si lo hacía de Pluto.

Ronald miró la foto y luego a Allison con ambas cejas levantadas. -¡Vaya! Si no supiera que es nueva en la zona sospecharía que Pluto es el padre de mi Bobby, ¡realmente se parecen!- Escuchó la historia que la doctora le contaba. -Un verdadero guardián para la familia, que bueno. Los perros son muy nobles y suelen parecerse a sus dueños, y por lo que me cuentas, apuesto que tu padre y tu abuelo son excelentes personas.-

La doctora le comentó que nunca volvió a tener otro perro porque no serían como era aquél. -Creo que entiendo a lo que te refieres, a veces hay afectos tan fuertes que no los dejamos ir.- Pensó en su hermano, Charlie. -Mi terapista me dijo una vez que los humanos adoptamos distintas formas de llevar las rupturas afectivas de forma inconsciente y poco sanas: algunos buscan reemplazos parecidos; otros en cambio por miedo cierran la puerta con candado para que nada ni nadie se acerque a sustituir los recuerdos; otros pocos los revivimos como una entidad que nos habla en nuestra mente... Ja, ja.- Bromeó. -Pero en definitiva, la clave parece estar en ser dueños de nuestros propios sentimientos y solo depender de ellos, sin mirar si tal o cuál supera el listón de algo pasado y entender que todos los seres son distintos y ofrecen distintas cosas para enriquecer nuestra vida.- Claro que es más fácil decirlo que hacerlo. -Demonios, creo que ya me puse filosófico, debe ser por el champán.- Bromeó.

-En fin, si en algún momento vuelve a tener el tiempo, la animo a adoptar un perro nuevo, hasta la ayudo a conseguirlo si quiere, estoy seguro que no se arrepentirá.-

Miró una última vez la foto con una sonrisa. De verdad que se parece a mi Bobby, ojalá nunca me toque perderlo. Miró a la joven Allison antes de que retire el teléfono. -Así que esa eras tu de niña... Se puede decir que alguna vez fuiste bonita, ¡¿Que te ha pasado?!- Dijo para pelearla. -Es broma, Allison, estás bellísima esta noche.- La miró a los ojos con una media sonrisa dibujada en su rostro.

-Oye, ¿Has andado a caballo alguna vez?-

- Eran. Mi abuelo ya no está y mi padre... prefiero no hablar de él. - Comenté al hombre. Entonces se puso muy filosófico y sacó a relucir incluso el problema que él mismo tenía. Era consciente de que Charlie solo era un producto de su imaginación, alguien a quien sencillamente echaba en falta y que él había creado para no sentirse tan solo e incomprendido. Eso era un gran avance, sin duda. Ahora tenía que ver que era un problema mantenerle ahí y querer deshacerse de él. Pero entendía que eso le iba a costar más. De paso respondió a mi duda y acudió a un terapeuta. Era lo mejor que aquel hombre podía hacer.

- Dudo que pueda tener uno en mucho tiempo. Donde estoy no admiten animales y aún tengo que amoldarme a la ciudad. - A parte de estar embarazada y que en unos siete meses daré a luz y eso no me permitirá tener un perro también. Ni tan si quiera un hamster.

- Pues lo que nos pasa a todos, crecí y me estropeé. - Bromeé con ese tema. No era la primera vez que gastaban esa broma y al principio la tomaba bastante mal... hasta que House me dijo porque me había contratado. No había sido por mis notas, ni por la universidad donde estudié. Fui de las mejores de mi curso, pero no la mejor. Me contrató porque era hermosa y era como tener una obra de arte moviéndose por allí. Recuerdo lo indignada que me sentí ese día.

Y de aquello pasé a enamorarme de él. Que estúpida fui.

- Gracias. Hacia mucho que nadie me lo decía. - Y no mentía. Desde hacía semanas todo eran insultos y burlas. Entonces me preguntó si había montado a caballo alguna vez. - Pues la verdad es que no. - Pero dudaba mucho que lo hiciese. Lo veía un riesgo innecesario en aquel momento por mi estado. Aunque por el momento, no iba a decirle nada. Total, no estaba allí para ligar con nadie, al igual que él, que simplemente le pillaron porque no había nadie más y necesitaban más hombres para poder tener parejas para nosotras.

La cita ya estaba terminando y Ronald no quería perder la oportunidad de continuar una relación a futuro con la doctora, ya sea como amigos o como algo más, le había caído muy bien.

-Pues le he comprado dos yeguas a los Hershfield y tienen que enviármelas en la semana. Desde muy chico que no monto y será como volver a empezar.- Sacó su teléfono del bolsillo y entró a Instagram, prácticamente no usaba la aplicación para otra cosa que no sea informarse de las noticias del momento.

-Si quiere distenderse un poco del trabajo y aprender algo nuevo, mándeme un mensaje por Instagram y podríamos dar un paseo montando por el campo, sin ninguna clase de compromiso, le aseguro. La agregaré a mis amigos, ¿Si la busco por su nombre ya la encuentro o usa un usuario con alguna clase de apodo?- Le preguntó, y mientras esperaba una respuesta no pudo evitar que una noticia se reprodujera.

- ¿Y todavía no tienes a ninguna loquita por ti? Mucha gente se pirra por un acento exótico y un buen moreno. - Muchos también lo discriminan, pero prefiere obviar esa parte. - Y a decir verdad hablas mejor que más de uno, que aquí hay cada acento... - Pone cara de circunstancia. 

- A Rosa también le gusta correr, pero es muy buena. Es un labrador, todavía es casi un cachorro, le queda un poco por crecer. Me ha dado una penita dejarla hoy... Pero bueno, tendré que acostumbrarme. - Se resigna. - No como al country. No es lo mío, no. Se me hace un poco ñoño repetitivo. Yo soy más de pop y rock, pero vamos que me gusta un poco de todo. - Bebe un poco más de champán. - ¿Has venido en coche, o te coges un uber o algo? - Continua preguntando. Si están bebiendo, y él ya se había tomado unas cervezas antes... Igual eran sin alcohol. 

- No he tenido muchos encuentros con mujeres, aunque suene raro teniendo en cuenta el tiempo que llevo aquí, como mucho alguna que otra conversación que no ha dado lugar a nada más serio que un "ya nos veremos por ahí" él se reía un poco, contestando sin problema a las preguntas de Destiny. - También me he encontrado con otros extranjeros como yo pero ya te digo, no ha surgido nunca nada serio. decía como un poco apesadumbrado, pero se veía que no le echaba demasiada importancia al asunto por lo rápido que se recuperaba.

- Rosa, que nombre tan bonito. El mío se llamaba Gordo, sé que suena estúpido pero es que cuando era un cachorro parecía muy redondo, era un dogo marrón de lo más tierno, con una mancha grande y blanca sobre el ojo derecho. En lo personal el country tampoco es que sea mi música favorita, pero estoy bastante acostumbrado a escucharla desde que estoy aquí, soy más, tradicional como quien dice, todo lo que he escuchado viene de mi tierra, aunque puedo reconocer que hay muchos grupos de habla inglesa que me resultan interesantes, como Scorpions. asentía un par de veces mirando al techo como intentando recordar nombres.

- He venido en mi camioneta, pero no he bebido demasiado, más allá de una cerveza y ahora este, champán, pero la noche es larga así que no es como si fuera a coger el coche muy pronto. ¿Tú has venido en uber?

- Búscame por mi nombre, todo junto. - Le indiqué al vaquero con una renovada sonrisa en mi rostro. A pesar de su estado mental, no me caía mal y si se medicaba e iba a terapia, una amiga le vendría bien. - En cuanto a lo de montar... la verdad es que me da un poco de miedo. En New Jersey solo he montado en los caballitos de las atracciones de feria y... creo que no es lo mismo. - Bromeé. - Además, esas yeguas... estarán en un ambiente desconocido y... no me gustaría acabar en el suelo... quizás más adelante. Pero siempre podemos dar una vuelta por la ciudad. - Le dije dejándole claro que no le cerraba las puertas, solo que los caballos, por ahora, los quería lejos.

Y saqué mi móvil.

- En cuanto me hagas follow, se seguiré yo a ti. - Y le sonreí y aproveché para echar un rápido vistazo a mensajes, llamadas etc... que me pudiese encontrar en cualquier red social en ese momento. Aunque la verdad es que solo usaba Instagram y Whatsapp.