Partida Rol por web

Samuel vio como conversaban tan asiduamente la aparente doctora y Ronald. Luego se acercaba a la mesa que Carla les señaló para tener esa cita express con Destiny. Se sentó en la silla más próxima a ella y apoyó parte de su cuerpo en la barra cercana, bastante próximo a la chica como para que ella pudiera vislumbrar mejor su aspecto. Se fijó en los rasgos de Destiny y sonrió levemente tan cortado por la situación como pudiera estarlo ella.

- La verdad es que si, están corriendo bastante y se ve que los que debían de estar han desaparecido. comentaba a veces riendo levemente entre comentario y comentario, procurando sonar afable. - No te voy a engañar, nunca he estado en uno de estos eventos y si estoy aquí es más bien por juicio divino. Estaba tomándome una cerveza en el bar pasando un poco las horas que daban pie a la noche y.. bueno, aquí estoy. tampoco quería aburrirla de hablar solo de esa situación tan, forzada, así que se rascó un poco la barbilla mirando a un lado y luego la volvió a mirar a ella.

- Pero bueno siempre se puede sacar provecho de situaciones así. ¿No? ¿Qué hay de ti? Podemos.. lanzarnos un par de preguntas fáciles de contestar y cumplir con los cupos de esta fiesta. sonaba bastante jovial, a pesar de tener un aspecto bastante temible y peligroso, casi tanto como Ronald.

- Cómo. ¿Aquí mismo? - Se sorprende sonriente. ​​​​​​- Las casualidades. Pues si no fuera por eso casi ni candidatos habría. - Se encoge de hombros optimista, quedándose con el lado más práctico de la situación. - Pero sí. Ya que estas aprovecha, claro. El mundo es para los valientes, y por lo menos es algo diferente. - Coincide con Samuel y elogia en cierto modo su empuje, ¿O el suyo propio? Ambos, por qué no. - Mira, me ha rimado y todo. - Sonríe llevándose la mano a los labios, cortándose un poco. Le había hecho gracia su propio chascarrillo, aunque no fuera intencional, pero está en esa incómoda situación en la que no conoces a la otra parte y no sabes si le van a hacer gracia los chistes malos y el humor fácil o te van a tomar de idiota. Mejor cambiar de tema antes de darle espacio para expresar la segunda opción y ahorrarse un momento extraño. - Yo encontré esto en un anuncio de Instagram y dije, pues vamos a probar algo distinto, y como lo de estar a ciegas es lo mío, pensé que igual me iba mejor en citas de este tipo que en Tinder, que está lleno de fuckboys. Yo busco algo más formal. - Reconoce más relajada. 

- Bueno, preguntas fáciles. - Se repite, como una forma de aceptar su propuesta. - ¿A qué te dedicas? - 

Ronald enarcó una ceja y giró un poco la cabeza mientras escuchaba muy sorprendido lo que la médica decía.

¿En qué momento expresé yo tal cosa? ¿Desnudos, acoso, derribo? ¿Eso es lo que ha parecido? Demonios, tratar con Beatrice me ha hecho perder el tacto.

-Si no es puta, definitivamente no sirve para nada, Ronnie.-

Fue entonces cuando escuchó la sugerencia de que su tipo de chica promiscua que aparentemente buscaba era Kate, pero Ronald soltó una carcajada.

-Señorita Cameron.- Dijo entre risas y se acercó para exclamar susurrando. -¡Con mi edad, podría ser el padre de esa niña! No entiendo cómo le han permitido venir vestida así a este lugar.- De seguro es una de esas pequeñas insolentes que se burlaron de mi perro nada más aparcar en el estacionamiento. Sospechó.

-No recuerdo bien qué dije para que piense eso de mí, pero hagamos borrón y cuenta nueva. ¿Quiere?- Dijo ya más sereno, aunque en el fondo no le hubiera disgustado en absoluto una noche de aventura, no tenía planes concretos.

-Honestamente, Allison, no sé qué hago aquí. Creí que había perdido mis comprimidos Invega mientras cenaba y me apunté al evento para poder pasar a buscarlos, aunque ahora creo que quedaron en mi camioneta.- Se encogió de hombros. -Creo que me quedé porque finalmente me entusiasmó la idea de conocer a alguien para compartir, desde que volví de... aquél lugar, me ha costado bastante volver a reinsertarme en la sociedad.- Se frotó la nuca con un poco de nervios, no era fácil para él abrirse. -Quizás he perdido el toque, si es que alguna vez lo tuve, lamento si la ofendí, doctora, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que hice algo como esto.-

Sam escuchaba atentamente a Destiny y sonreía mostrando parte de sus dientes con sus comentarios, el hombre no era tan tosco como pudiera aparentar y parecía agradecer buen humor.

- Si, yo también vi este evento anunciado hace ya unas semanas, pero desde luego no pensé que iba a acabar en él. Para mi es algo que tiene más que ver con jóvenes, tanto los que buscan algo de una noche como tú dices, ¿Fuckboy has dicho? ¿Es algo así como una especie de, gigoló? a veces a Sam se le escapaban algunas cosas modernas y las intentaba camuflar en forma de comentario jocoso con el que continuar la conversación.

- Así que algo más formal. ¿Una pareja estable? Es una buena meta, a muchos nos gusta el poder estar de por vida con una persona, como los pajarillos. Rascándose un poco la barbilla. - Contestando a tu pregunta, soy mecánico, me encargo de varias reparaciones a lo largo de la zona, camiones, generadores.. tengo un pequeño taller a las afueras de Lawrence, cerca de la Interestatal 70. Estoy aquí precisamente por eso, estuve arreglando el generador que daba energía a todo este sitio, ya ves como son, las cosas. mientras hablaba meneaba en su mano la copa de champán que le habían servido, mirando el líquido moverse y a veces mirando a Destiny.

Tardé en reaccionar a su saludo pero también acabé por acercar la cara a su mejilla y besarla, un roce. -Encantado. Sí, un placer.

La chica era directa, sin timideces, más lanzada que yo, seguramente.  Eché un vistazo en dirección al vaquero- Bueno...Igual sí que me tengo que preocupar. Me ha retado y yo...he preferido desaparecer de su radar. A veces la lengua me traiciona, pero yo no soy de meterme en problema. O más bien, sí, en ocasiones...pero luego no se salir de ellos. Intento evitarlos y de alguna manera acabo metido. No se si me explico, espero no confundirte.

No vas bien.

-¿Aquí? Pues...A ver si conecto con una chica, Si surge algo. Nunca lo hice antes, y, ¿por qué no? Cuando salgo con alguna chica siempre pasa algo, y se rompe la magia. Suele ser por mi parte, mi inseguridad, mis indecisiones, y, en fin, esto era como una decisión en firme...-Miro a los ojos de Kate.

-Quién sabe...-torcí la sonrisa- Y tú, ¿algo parecido? ¿Solo encuentras cretinos por ahí? Por cierto, ¿a qué te dedicas?

Sin duda aquello no iba a ser un flechazo para Kate, pero esta estaba dispuesta a pasar un rato divertido y olvidarse de todo.

No te preocupes y no le des importancia, simplemente a veces las cosas no salen bien- contesto ante las inseguridades de aquel chico

-Además tu tienes mucha suerte, no te va a tocar compartir cita con Don pomposo, estoy temblando solo de pensar en tener que aguantarle, si me toco la nariz tres veces me tienes que rescatar, grita fuego o apaga las luces, lo que se te ocurra comento con una risita y haciendo aspavientos. -Y yo en compensación tratare de hacerle beber mucho para que se le olvide todo, ¿tenemos un trato? -  le ofreció levantando la copa para cerrar el trato con un brindis.

-Bueno yo trabajo de camarera, en un bar, necesito pagarme los gastos, es temporal, pero de momento esta bien- le contesto sin mucho interés de seguir hablando sobre su futuro

Parece que hay algo de ruido proveniente de la puerta que da a lo que parece la cocina del restaurante. Carla mira de soslayo un par de veces con la nariz arrugada, como si con su mirada quisiera apagar ese ruido.

A la segunda vez se levanta y dedica una sonrisa a quien sea que la estuviera mirando así como un pequeño levantamiento de mano como diciendo "aquí no pasa nada, seguid con lo vuestro".

Acto seguido, se dirige dando pasitos cortos hacia la puerta.

- Mire, no sé lo que es... pero quizás sea más su... tipo... precisamente por ser tan joven, es más alocada. Yo tengo la cabeza amueblada ya desde hace tiempo. - Le sonreía levemente y le hablaba con calma. Sus ideas me recordaban a mi ex, pero él empezó a pedirme esas cosas una vez empezamos a salir, no antes. Claro que de ser así pudiese haberle denunciado por caso.

- Bueno, pues si no lo recuerda, yo no se lo repetiré, no sea que piense que se lo estoy proponiendo y se monte otro pequeño lío. - Le dije con amabilidad, recordando cada vez más el caso de aquel hombre. - Dios, salgo de un drogadicto perturbado con menos empatía que una piedra y caído en brazos de quien "convive" con su amigo fallecido dentro. Quería preguntarle que tal llevaba la medicación, pero aquella cita iba parecer una consulta.

Y esa no era la idea.

- Está bien, empecemos de nuevo. - Y mi sonrisa se amplió y de golpe me contó lo que pensaba, más o menos preguntarle. Al menos tomaba la medicación, lo malo era que la había perdido y esos medicamentos iban con receta  médica y yo no llevaba mi recetario encima. - Pero, ¿se ha tomado ya su dosis de la noche o aún no? Perdón, ¿te has tomado...? - Opté por tutearle, aunque se me hacía raro pues siempre trataba a todos de usted.

- Bueno, lo importante es que está tomando la medicación que eso es bueno y ahora está... - suspiré. Me iba a costar. - estás intentando algo nuevo. Y lo de que has perdido el toque ya lo he notado. - Rompí a reír pero no muy alto. No quería molestar a las demás citas. - Casi me haces salir huyendo. - Me sinceré. - Has ido demasiado deprisa con alguien que no la tiene, eso es todo. Quizás si fuese más joven y alocada, te hubiera dicho que sí. Pero ya tengo mis años, tengo mi carrera y mi reputación y hay ciertas cosas que no me puedo permitir porque me afectarían profesionalmente. No sé si me entiendes.

Y le miré con preocupación. No iba a pasarle nada por no tomarse una pastilla, quizás se alterase un poco, nada más. Pero desde luego que necesitaba recuperarlas. - Si le parece, porque dudo que le cuente a nadie más su problema, al terminar la ronda de citas le ayudo a buscar su medicación. - Mi parte más humana, la de doctora, no podía dejarle así.

Cuando trajeron el champán a la mesa, lo decliné con la mano. - Un refresco zero. No bebo alcohol, gracias. - Dije sin perder la sonrisa antes de volver a mirar a mi interlocutor.

-No, aún no he tomado la de la noche, mal día para no hacerlo, esto de las citas me estresa un poco y eso siempre lo empeora, pero nada grave.-

Se contagió la risa de la mujer cuando confirmó que había perdido el toque.

-Si, que huya... como aquellos niños en Irak, ¿Lo recuerdas, Ronnie? Qué maravilloso día fue ese...-

-Ja, ja. Eso hubiera sentado un mal precedente para mis futuras citas de la noche, gracias por no huir, doctora.- Dijo sonriendo. Definitivamente me ha malinterpretado. -La entiendo, aunque igualmente, no es que yo vaya por la vida divulgando con quién hago qué o cuál cosa, un caballero sabe ser discreto.- Le comentó.

-Oh, no se preocupe, disfrute de la noche Allison.- Le respondió cuando se ofreció a ayudar a buscar su medicación. -Lo más probable es que esté en mi camioneta.- Si es que no la dejé en el rancho.

-Oh, yo si aceptaré ese champán.- Bebió un pequeño sorbo para refrescar la garganta, era una noche muy calurosa.

La conversación con Allison Cameron fue interrumpida por unos ruidos provenientes de la cocina.

¿Estará bien Jerry? Pensó Ronald, había notado al muchacho particularmente extraño aquella noche y con un estado de salud pésimo, parecía debilitado y tosía bastante. Esperaba que no tuviera que ver con esa suerte de gripe que escuchó en las noticias de la vieja TV.

Carla se levantó y dirigió a ver qué pasaba, instó a los demás a hacer como si nada, y eso hizo Ronald, continuando su diálogo con la doctora.

-Bueno, ¿y? ¿Qué dicen sus amigos en la red social? Dime que tengo el visto bueno de ellos, o miéntame al menos, necesito la moral alta para el resto de citas de la noche. Ja, Ja.- Dijo bromeando el ex-marine, porque si algo no le faltaba a Ronald, era confianza.

-Hablando de citas, a juzgar por la cantidad de mesas preparadas que hay aquí ha faltado muchísima gente.- Chasqueó la lengua. -De hecho, por poco la anfitriona nos secuestra a ese tal Samuel y a mí para que asistamos. Seguro tiene que ver con esa gripe que anda dando vuelta, antes escuché en las noticias que De La Isla, la alcaldesa de Topeka, estaba pensando decretar un toque de queda indefinido. ¿Te imaginas? Que locura.- Soltó un suspiro y luego de un par de segundos levantó la copa para proponer un brindis.

-Prometamos disfrutar la noche de hoy, Allison, ya sea juntos o con quien nos toque. ¿Quién sabe? Quizás no habrá otra oportunidad así durante un tiempo.-

- Bueno, también puede ser, no es excluyente de la ocupación de cada uno. - Comenta bromista. - Pero es precisamente lo que has dicho, gente que busca líos de una noche. Que bueno, yo no juzgo eh, pero no es lo que busco, sin más. - Aclara. 

- Pues qué bien que lo entiendas. - Levanta las cejas con cierto alivio. - Me da la sensación de que asusto un poco a la gente. Yo pienso que teniendo las cosas claras, para qué perder el tiempo. - Se encoge de hombros, mostrándose práctica.

- ¿Entonces eres tu propio jefe? Suena bien. Yo soy contable. Más aburrido, pero las horas están bien. Me gusta poder planificarme. - Da otro pequeño sorbo al champán. - Esto sí que parece que no está muy bien planificado. - Niega con la cabeza cuando escucha los ruidos con una sonrisa. Al contrario de sentarle mal, le parecía hasta cómico el desastre que estaba siendo desde el primer momento. 

Sam miraba de vez en cuando al ajetreo que llevaba Carla por todo el local y esos problemas.

- Si que parece que la cosa no deja de complicarse para esta gente y sus planes de hacer la fiesta. Así que contable, ¿eh? Hay que ser muy bueno con las cuentas para eso. Yo a veces no tengo mucho tiempo para mi mismo, así que suelo agradecer mucho los descansos. Sam estaba extrañado de la situación del evento en cierta medida, pero no le echó mucha cuenta puesto que bueno, podría ser un azar la mar de común.

- ¿Entonces trabajas en Lawrence o vienes de Topeka?

- Vaya, ¿Y no tienes a nadie que te ayude? Alguna vez te tendrás que ir de vacaciones. Yo trabajo en Lawrence, sí. Qué puedo decir, me gustan los números. - Se encoge de hombros. - ¿Y tú, de dónde eres? -

Son las 22:17

Sonrío ante la broma de Kate. ¿O no era broma? Levantó su copa, sonriendo -Claro, tenemos trato. -golpeó el cristal en un sonoro clink. -Pero vamos, que si no quieres cita con él, puedes negarte. Supongo, vamos, ¿no? 

Mantuve la sonrisa franca, mirándola a los ojos, intentado transmitir seguridad. Bueno, eso, intentándolo. Bebí un poco.

-Camarera. Es dura esa profesión. No solo físicamente sino también mental. Seguro que tienes que aguantar a un montón de cafres como Don pomposo. Debes de ser una chica...de carácter. 

La verdad es que no me di cuenta del ruido en la puerta ni del paseo de Carla. Estaba sumido en los ojazos de Kate. 

-Gastos. Sí, facturas, y más facturas. ¿Estudias también? Yo, vivo solo, trabajo, a veces acudo a algún seminario o curso intenso de fin de semana. ¿Compartes piso?