Partida Rol por web

Destiny prefiere hacer caso omiso de aquel hombre desagradable. Con algo de suerte sería el último del día, qué menos que no correr la misma suerte con los candidatos de la noche. ¡Pero bueno, a otra cosa mariposa! - Singleton, ¿Eh? - Comenta con humor, aunque sin más confianzas con el chico para extender una broma que seguramente le habrían hecho ya mil veces sobre cómo su apellido normaliza su soltería.

Al menos parece un buen chico. Parece, por que no puede ver muy bien al resto de gente, con las 'luces de ambiente'. Para ella, el ambiente era sólo más oscuro y difícil de percibir.

- Destiny Freeman. - Se presenta con una sonrisa. Al menos sigue intuyendo dónde están las caras de la gente. Destiny es una chica negra y alta, con un pelazo rizado y definido y con volumen. Su mirada no está tan clara. Entrecierra los ojos de vez en cuando, es obvio que hasta con las gafas le cuesta ver. Sin embargo ella se ha asegurado de verse bien. Unos trainers casual blancos combinan con su chaqueta ligera, más elegante. Una camisa negra de verano cae holgada sobre sus hombros, y la forma de sus piernas se marca bien sobre un pantalón, también negro, de cuero. Finalmente unas pulseras y collar azules la adornan, y lleva el resto de sus cosas en una mochila pequeña.

- La verdad es que soy más asidua de Tinder. Aquí es más el no saber qué esperar. - Reconoce. - Menos mal que ese no era un candidato. - Dice con un gesto, ladeando el cuello en la dirección en la que se ha ido el tipo gruñón con cara de circunstancia, apretando los labios. - Encantada. - Dice a todos. Se pregunta por esa doctora que menciona uno de los chicos. Había pocos médicos locales que ella no conociera, y se preguntaba si esta sería uno de ellos. 

Tuve que pisarle de más al coche para poder llegar a la hora y es que al final me dio por ondularme el pelo. No es difícil cuando sabes hacerlo, pero si lleva su tiempo y como no, gasté algo más del debido. Mi aspecto era... bueno, no el que realmente usaría para ir de fiesta. Pero teniendo en cuenta que mis vestidos se habían quedado de momento en un almacén en New Jersey... me tuve que apañar con la ropa que solía usar habitualmente, dejándome un look bastante serio y elegante el cual sin duda alejaría a los moscones y pica flores.

La verdad era que esperaba más ambiente en aquel local, al menos a aquellas horas, no a los pocos que éramos. Pero nada más llegar se fueron presentando uno a uno. - Allison Cameron. - Dije a las dos mujeres y al hombre que estaban en ese momento conmigo. - Y no, en mi caso es la primera vez que hago una cosa de estas. Supongo que es una buena manera de conocer gente y yo llevo casi un mes en Kansas, así que... - Dije en respuesta al joven.

- La verdad es que es mono, a ver si puedo hacerme una foto con él y subirla a Instagram...

- Hay jefes que no saben mantener la compostura. - Le indiqué a Kate, quien no me daba buena espina por su aspecto. Parecía cansada y fuera de lugar. - Encantada de conoceros. - Añadí al final, siendo la última en presentarme y dándome cuenta de lo desfasada que estaba en algunas cosas. ¿Qué era Tinder? Tendría que ir al baño a mirarlo en un momento en internet, pero por ahora no urgía.

En ese momento, la mujer nos invitó a pasar. La verdad era que la situación que se había generado en sí se me hacía muy rara, pero entré igualmente. Mi idea de divertirme era otra que ninguno de ellos tenía en la cabeza en ese momento.

Y nada más entrar, la mujer nos dejó junto a dos hombres. - Allison Cameron, un placer. - Le dije a aquel hombre que parecía más bien un trabajador del local que alguien que va de fiesta. Pero lo que no me esperaba era que alguien me reconociese. Fue escuchar doctora y girarme por inercia. Miré al hombre a los ojos. Claro que le recordaba. El doctor que le atendía pidió una segunda opinión antes de recetarle nada y llamó al director Austin para ello, quien, como no, tenía que usarme y pasearme por el hospital, como si le hubiese tocado la lotería conmigo.

Me sacó de mi laboratorio, donde estaba analizando algunas pruebas para ir a ver a aquel vaquero donde el médico inicial creía que tenía doble personalidad. Pero hacía tiempo que se había demostrado que aquello no existía. Estuve hablando bastante con él y a pesar que mi campo no era la psiquiatría, había aprendido mucho con House y el equipo de diagnóstico del Hospital Universitario Princeton-Plainsboro, quizás demasiado y no tardé en dar con la raíz de su problema. Le mandé una medicación y que le viese un especialista. Con suerte, si todo era como parecía, generado por el trauma vivido en Irak y si el psiquiatra lograba que aquel hombre se deshiciese del arma de su amigo, volvería a la normalidad.

- Vaya, señor McCarthy. Claro que le recuerdo. - Le dije con una sonrisa amable. Fue de las primeras personas que vi en el hospital a parte de mis compañeros de trabajo. - ¿Qué tal le va todo? - Me comentó que se le hacía raro verme en aquella situación, pero a mí se me hacía más raro ver a quien podría decir que fue un paciente mío, allí. - Pues si a usted se le hace raro, a mí bastante más. - Le respondí sin dejar de sonreir y no tardó en preguntarme, de manera poco discreta, mi estado civil.

- Si estuviese casada, no estaría aquí. Dudo que mi marido me dejase acudir a un evento como este. - Le dije sin perder la sonrisa y tratando de bromear un poco para relajarme, pero la pregunta me dolió por dentro. Si House no fuese tan egoísta, no tuviese ese miedo al compromiso y fuese un poco, solo un poco más responsable y consecuente con sus actos, quizás ahora casada no, pero prometida si estaría. - Mejor no pienses en eso, el vaquero también está muy bien... foto con él y a generar más celos. Lo voy a sentir por el equipo, pero Greg se merece esto y más...

- Llevo menos de un mes en la ciudad y creí que sería una buena manera de conocer gente al menos. - Me encogí de hombros, sin saber que más añadir a aquello. A fin de cuentas, era un evento de citas. ¿Qué más se podía decir sobre aquello?

-Tiene toda la razón, Doctora Cameron, debo de haberme confundido.- Dijo entre risas cuando Allison le respondió que si estuviera casada no estaría allí. Aunque juraría que el monitor de la computadora de su consultorio estaba lleno de fotos suyas con otro hombre, a saber. -Aunque bueno, tampoco sería tan extraño en estos tiempos oscuros, ¿O si? Entre progres abortistas, transespecies y swingers poliamorosos a uno ya no le sorprende nada en este mundo.- Se encogió de hombros.

-Honestamente creo que es una buena idea para conocer gente, Allison.- Dijo Ronald llamándola por su nombre como un primer acercamiento para entablar confianza y dejar atrás las formalidades.

Bueno, si voy a intentar ligar con alguien creo que será con la doctora. Aquella otra joven de allí parece una prostituta y aquella asiática de color parece que ya se lo está pasando bien con alguien más. Pensó mientras miraba a Kate y luego a Destiny, quien desde luego no era asiática, aunque por sus ojos entrecerrados fue lo que creyó Ronald.

Tras un breve silencio que podría parecer incómodo, cualquiera hubiera pensado que Ronald no tenía "juego" para ligar, pero lo que en realidad estaba haciendo era buscar el frasco de su medicación con la mirada, sin éxito. A lo mejor se me cayó en la camioneta, joder. Bueno, ya encontraré una escusa para ausentarme un rato del evento.

-¿Por qué quieres silenciarme siempre con lo que te dió para tomar esa zorra, Ronnie? ¿Qué clase de compañero eres? Yo siempre busco lo mejor para tí, para ambos, y lo sabes bien.- Decía Charlie en la cabeza de Ronald, quien hacía el esfuerzo por ignorarlo.

-Oye, ¿Sabes? La gente del local estaba limpiando el salón de juegos, seguro que luego esto de las citas continuarán allí, pero se me ocurre una idea excelente que podríamos hacer mientras, aunque no es para cualquier persona común y corriente.- Comentó con una sonrisa pícara sin explicar cuál era aquella ocurrencia aún, para así sembrar la semilla de la intriga y comenzar a captar el interés de la mujer. -Señorita Cameron...- Dijo con jovialidad y en un tono que estaba muy alejado de ser formal mientras levantaba una ceja. -¿Es usted común y corriente?-

-Psssttt, ¡eh! Ronnie, tu quitame el seguro, solo por si a caso, jeee.-

Carla llegó de nuevo apresurada, dando pasitos cortos en aquellos tacones altos. Cualquiera diría que no estaba acostumbrada a ello.

A pocos metros de llegar a vuestra posición se giró por última vez como validando que estaba todo preparado. Entre ella y un par de chicos jóvenes - que parecían trabajar en la cocina - estuvieron arrastrando y reordenando algunas mesas. Les dio una indicación, como diciendo que se metieran de nuevo en la cocina.

Al llegar, se peinó como pudo con las manos, pues su bonito peinado estaba algo desajustado por las prisas del último momento. También se ajustó el vestido que se le había subido ligeramente, se alisó algunas arrugas y se recolocó el escote.

Abrió la puerta de cristal que daba a la entrada donde estabais esperando.

— ¡Hola chicos! Ya estoy aquí, perdonad que hemos tenido que hacer algunos ajustes de última hora, pero ya está todo listo.

Os hizo con un gesto para que la acompañaseis. Mientras andaba lentamente os iba contando.

— Os explico brevemente el funcionamiento del evento, es muy fácil ya veréis: serán citas rápidas de 10 minutos cada una. Cuando suene la campana, los hombres os moveréis a la mesa de vuestra derecha. Cuando hayamos terminado las 3 citas, me escribiréis en un papel el nombre de la otra persona si os ha gustado, puede ser más de una. En caso de que haya 'match' tendréis la opción a escoger entre ir con vuestra pareja a jugar una íntima partid a de bolos, un visionado de una película en nuestro pequeño cine o una pequeña velada romántica con champán en nuestro restaurante.

Tras contar todas las reglas de carrerilla miró de nuevo su carpeta y luego miró a los asistentes. A este punto ya estabais en la zona del restaurante, donde había puestas de manera circular las 3 mesas altas, en cada una de ellas había ahora 2 copas de champán recién servido así como dos bombones en forma de corazón puestos en un plato decorativo.

— Bien, en la primera mesa tenemos a Kate con Paul, en la segunda mesa tenemos a Destiny con Samuel y finalmente la última mesa va para Allison y Ronald.

Os señaló las mesas a medida que os nombraba para que os situarais.

— Yo estaré por la sala, cualquier cosa que necesitéis, bebidas o consejos — os guiña el ojo  — hacerme un gesto. La noche es vuestra y acordaros: 10 minutos y la campana. El tiempo empieza ya!

Hizo sonar una ligera campana con la mano libre.

Tras sonar la campanita, empezó a sonar la música. Primero sonó algo fuerte pero tras un gesto rápido y frenético de Carla hacia un lugar indeterminado de la estancia, el volumen bajó hasta un punto agradable, que no molestaba en vuestras conversaciones.

Era música country romántica. No se podía esperar otra cosa de un sitio así.

Las mesas eran altas y había unos taburetes a la altura para sentaros.

La luz era tenue en la estancia, aparte teníais la gran cristalera que daba al gigantesco parking casi vacío. Cuatro farolas iluminaban apenas la zona aledaña  y más allá la oscuridad de los campos de maíz tostados por el sol que no había dado tregua desde hacía un mes.

Son las 22:10

Las tres chicas estaban impresionantes. Pensé que jugaban en otra liga y no tenia mucho que hacer con ellas. Quizás trabar amistad. Con suerte, una buena amistad, pero hasta ahí. Bueno, esa no era la actitud, debía animarme. 

-Kate. Lo recordaré. Soy bueno para los nombres. Y con los lápices. Dibujo bien. -No me atrevía a darle un beso de saludo, estreché su mano, sonriendo. -Sí, menudo inicio, ¿no?

Apareció entonces Destiny, me tuve que reír con ella -Sí, parece que mi apellido marca mi destino. -Otro bombón. ¿Tiene problemas de visión?- Oh...Tinder...Yo nunca he entrado -¿eso no era para echar un polvo rápido y ya? -¿Y te va bien en Tinder? -Me atreví a preguntar.

Después los dos hombres. Extendí la mano a ambos - Paul Singleton. ¿Qué tal? -Les eché un vistazo a ambos. Dos tiarrones. Joder, decidido que no me como una rosca. Sonreía, como un idiota, sin saber qué más decir. Menos mal que apareció la otra chica, no menos guapa, y también la saludé con un apretón de manos. Y poco más, que muy pronto se enrolló con el...rudo vaquero. Bueno, eso me da ciertas opciones. 

-¿Y qué hay de malo con todo eso, Ronald? Lo dices como si estuvieras en contra. Las personas tienen el derecho a ser lo que quieran, como se sientan dentro de sí, ¿no? -pero cómo te atreves a decirle eso a este tío. Glups- Bueno, quiero decir que...que todas las opiniones son respetables.

Uy, mira ahí llega Carla. Ajá. Vale. Diez minutos. Tres citas. ¿Nadie más ha venido? Joder...Kate. Bien. Sonreí a la chica. Titubeé antes de encaminarme a la mesa. -Tú primero, Kate. Hasta ahora. Suerte -les dije a los demás, sonriéndoles.

Aguardé a que Kate tomase asiento. No pude evitar echarle un vistazo a su físico. Está buena, decididamente buena. Miré sus curvas, su cintura de avispa, sus...eso...Y me centré en su cara, que no quiero que piense que soy un salido. Pero vamos, es que cuando hay una chica guapa, te fijas, ¿no?

-Primera cita. No se si eso es bueno y te marca para toda la velada. O con los nervios metes la pata demasiado. -Sonreí- Soy Paul...ya lo he dicho, ¿no? Soy guionista y dibujante de cómics. ¿A qué te dedicas? Jo...Eres muy guapa. Perdona...te lo deben de decir siempre. Pero es la verdad.

Justo cuando estaba entusiasmado por empezar a conversar con Allison, Ronald fue interrumpido por un niño entrometido.

"Las personas tienen el derecho a ser lo que quieran, como se sientan dentro de sí, ¿no?" Lo debe decir por los transespecie... Este niñato... Ronald rechinó los dientes.

-Singleton, ¿Verdad? ¿Nunca te han dicho que no te metas dónde no te llaman?- Le preguntó Ronald con cara de pocos amigos.

-Lo que dijo me ha hecho pensar, Ronnie. Quizás no esté tan errado, digo, ¿Podrías ser Charlie cuando quisieras, no? No seas malo con él, aunque bueno, si le vuelas la sesera tampoco me importaría...-

-Solo diré que lo malo comienza cuando quieren obligar a los demás a formar parte de esa fantasía. Pero cuando acabe la velada te espero fuera del establecimiento.- Dijo con una mirada intimidante. -Para conversar más del tema, claro. Eso o a lo mejor te autopercibes como pajarito y sales volando.-

En eso Carla regresó, les comentó cómo sería el sistema del evento y los condujo a unas mesas que esperaban con copas de champagne.

Kate solo tuvo tiempo de saludar con la mano al resto de comensales de aquella cita grupal antes de que carla les invitase a pasar hacia las mesas de citas, era un grupo pequeño y variopinto, sobre todo le pareció muy peculiar aquel hombretón de sombrero vaquero, el tipo de hombre que centra toda la atención de la sala sobre él, cosa que se alegró pues pasaría mas desapercibida.

-Ha venido muy poca gente – la joven lanzo la frase esperando una respuesta por parte de carla, aunque rápidamente se alejó centrándose en su cita.

En un gesto caballeresco, Ronald ayudó a sentarse a la Doctora Cameron en la mesa y luego hizo lo propio.

-Siento la interrupción, Allison. ¿En qué estábamos? Oh si...- Y continuó hablando, ahora sí, en privado.

Ronald se quitó el sombrero y se peinó el pelo hacia atrás con los dedos.

-Allison, tengo una propuesta, ya que solo tendremos diez minutos... ¿Qué tal si hacemos una especie de ping-pong de preguntas y respuestas rápidas los primeros minutos?- Preguntó Ronald. -Y para hacerlo más interesante, si alguno se demora más de cinco segundos en pensar una respuesta tres veces, tendrá que hacer una prenda.- Agregó con una leve sonrisa pícara.

Kate solo tuvo tiempo de saludar con la mano al resto de comensales de aquella cita grupal antes de que carla les invitase a pasar hacia las mesas de citas, era un grupo pequeño y variopinto, sobre todo le pareció muy peculiar aquel hombretón de sombrero vaquero, el tipo de hombre que centra toda la atención de la sala sobre él, cosa que se alegró pues pasaría mas desapercibida.

-Ha venido muy poca gente – la joven lanzo la frase esperando una respuesta por parte de carla, aunque rápidamente se alejó centrándose en su cita.

Kate sonrió a su cita y obviando las presentaciones le dio un par de besos, era sin duda una chica más directa que aquel joven -Bueno encantada- le dijo mientras sus mejillas se rozaban

-No te preocupes por aquel hombre, es un fanfarrón maleducado, sinceramente no creo que este muy bien de la cabeza, ignórale- la joven se lanzó rápidamente a romper el hielo.

Bueno y que te ha traído aquí le pregunto rápidamente, esperando que aquel chico llevase el centro de la conversación sobre el.

La has cagado, colega. Sí, bueno, ya. Je.

-Alguna vez -respondí, inquieto, a Ronald, que seguro no esperaba respuesta a su pregunta. Desvié los ojos de su mirada de maníaco, buscando un escondite.

Como para enrollarse con Allison. Ni de casualidad. 

-¿Luego? ¿Fuera? No...no, si no hay nada de lo que hablar. Que te diviertas -y me voy con Kate a nuestra mesa. Hasta nunca, capullo.

Carla ante la pregunta de la cantidad de gente hizo una mueca extraña con la cara y ladeó la cabeza. Sin duda parecía no estar en sus planes tampoco. A juzgar por la disposición de las mesas y el restaurante parecía que al menos contaban con unas 20 parejas y no 3. Seguramente por eso tuvieron que reorganizar todo de prisa y corriendo.

Ronald me pareció que iba muy lanzado, sobre todo con aquella proposición y en un lugar donde no había nadie. Porque todos los que estábamos en aquella macro-fiesta, estábamos en la sala ya y solo éramos seis personas. Iba a responderle que no era esa clase de mujeres, cuando me salvó la campana y la ronda de citas comenzó.

El niño guapo eligió a la mujer que me daba mala espina y parecía que Ronald no iba a soltarme. Así que el hispano y la otra joven empezarían su ronda juntos. Acompañé al hombre a la mesa indicada después de presenciar cierta tensión en la sala entre el vaquero y ¿Paul? ¿Por qué no nos darían una pegatina para poner nuestros nombres? Solo éramos seis sí, pero yo tenía que aprenderme aún todos los de un hospital entero...

- Un momento, ¿no te importa que te haga una foto? Es para ver que opinan mis amigos antes de que empecemos la cita. - Y sin darle tiempo a responder, ya tenía la foto hecha y el mensaje subido a instagram... Iba a ser una noche divertida y el sábado por la mañana me iba a tener que mantener el móvil en silencio, porque el cabreo iba a ser monumental, pues si no había dado señales de vida aún, es que estaba colocado o con una puta... o puede que Wilson le mantuviese entretenido para que no mirase el móvil.

- Bueno, pero  nada de preguntas de historia de Europa ni listas de los Reyes Godos... o ya tendrás dos puntos de ventaja en esto. - Bromeé al respecto. - Te veo muy lanzado y se supone que esto es para conocer a gente, no para verla desnuda en unos minutos ni ir a un acoso y derribo nada más saludarnos. No quiero estropearte la fiesta, pero no sé si soy la clase de chica que buscas. - Me acerqué más a él. - Creo que esa es Kate. - Le susurré para volver a mi posición inicial. - Yo soy más... tradicional. Aunque una noche loca la puede tener cualquiera, pero dudo que en esta ocasión sea así.

Estaba embarazada, así que nada de alcohol ni de sexo con desconocidos que lo mismo hasta les daba por ir sin protección. Mi hijo lo primero y, aunque tuviese ganas, porque tenía las hormonas revueltas y el cuerpo me pedía marcha, en el fondo era con House con quien quería estar realmente en aquella mesa. Por eso buscaba ponerle celoso con instagram.

Con razón no conocía a la doctora, si acababa de llegar a la ciudad. Casi lo prefería, sería incómodo encontrarse con algún conocido en un lugar como ese, con una música tan cutre. Al menos será una cosa dinámica, por lo que no tendría que fingir interés, educación, o como se quiera llamar, más tiempo de la cuenta. Después de todo es un bajón curioso el ver que apenas había atendido gente. 

- No, claro. Por eso estoy probando otras cosas. - Se encoge de hombros con una sonrisa nerviosa tras contestar a Singleton, que de repente se enreda con el vaquero, aunque se acaba echando atrás cuando Ronald le desafía más aun. Bien por él. 

¿No puedo... Declinar una de las opciones, o algo así? Por lo poco que había dicho ya sabía que no era su tipo. En fin, tras ser asignadas las citas, él sigue a su rollo con la médica, y Destiny desde luego no piensa intervenir, así que a falta de ubicar la mesa que le corresponde ante la poca iluminación de la estancia, simplemente sigue a Samuel, su primera cita, hasta esta. 

Se quitó la mochilita y la dejó sobre el suelo, a los pies de su silla alta. - Bueno, pues aquí estamos. ¿Qué tal? - Sonríe nerviosa. - Está siendo todo un poco apresurado, ¿No? Se la veía agobiada a la chica. - Comenta. - Igual si hubiéramos esperado un poco más habría llegado más gente. - Toma un poco de champán. Se la ve cortadilla. Aun apenas ha escuchado a Samuel y ni siquiera tiene muy claro su aspecto. El misterio está bien hasta cierto punto... Con todo el asco que le había cogido a veces a Tinder, ahora lo echaba de menos y todo, el empezar con algo de ventaja. 

Va, no te desanimes. Sólo tenía que sacudirse los nervios y fluir con la corriente.