Partida Rol por web

¿Acaso soy yo el guardian de mi hermano?

Nudo: Revelaciones nocturnas

Cargando editor
06/10/2011, 00:18
Constanza - Pietro

Mi mente no deja de divagar sobre lo que podría pasar de noche. Temía que nos pasase algo, sobre todo si había arriesgado a Elena en balde.

"No pienses eso, Contanza. Es una mujer fuerte, toda una guerrera. Además, ¿a quién más podrías contarle tu historia? Estabas encerrada y si vas sola no volverás entera, y lo sabes."

Era injusto, injusto que por ser una chica el mundo me tratase diferente. Solo quería sanar, y era buena en ello, ¿qué importaba lo demás? Trogloditas, eso eran en estos tiempos...

Me froté los brazos porque hacía bastante frío y dije:

-Estad cerca unos de otros, ¿por qué tardan tanto en abrirnos? Lo único que falta que alguien enferme por ello.

Cargando editor
06/10/2011, 18:34
Rodrigo de Valmaior

Roderigo sonríe.

-Parece que vuestro personal está un poco vago
- le dice al noble -. Tendréis a bien concederme una audiencia esta tarde?

Cargando editor
06/10/2011, 20:20
Martín Rodríguez

¡Aprisa con la puerta! —grito a los que puedan escucharme dentro— ¡Qué buena rasca hace!

No entiendo que es lo que le parece divertido al mercenario teniendo en cuenta que estamos bien jodidos aquí. Es evidente que estamos removiendo cosas que esta gente quiere continuar manteniendo ocultas, por no hablar de que todavía no está nada claro el punto de lealtad que le tienen a Don Iñigo. Nos estamos metiendo en la boca del lobo y la cosa pinta fea.

Cargando editor
07/10/2011, 01:25
El Astuto Hidalgo Don Íñigo de Martínez

Si tanta gracia os hace, Rodrigo, puedo nombraos portero, y así os dedicaréis exclusivamente a abrir y cerrar la puerta con presteza —Contesto al mercenario. Desde luego, lo único que me apetece después de lo ocurrido en lo que va de día son tonterías.

Después de esto, miro al grupo, para decir— Nos reuniremos todos tras la comida en mi alcoba. Allí hablaremos de lo que hemos averiguado, y ver si tenemos algo que decir o no. Mientras, sólo puedo deciros que disfrutéis de la comida que nos hayan preparado... Si es que nos abren algún día.

Cargando editor
07/10/2011, 20:46
Elena del Valle

Imaginaba que un lugar tan grande al menos tendría un portero o algo así, pero cuando ya llevábamos un rato ahí fuera me di cuenta de que me estaba imaginando demasiado.

- Vamos jefe! Que tampoco ha sido para tanto... - Dije escudando a Rodrigo, pues me parecía que un poco de humor era necesario cuando nos acabábamos de meter en un lugar tan siniestro como aquel...

Volví a mi mutismo tras aquellas palabras, negando con la cabeza porque me había parecido un poco desmedida la respuesta de Íñigo, pero no iba a poderme a discutir con un noble, pues eran demasiado tercos y yo no tenía paciencia para discutir más de dos minutos sin llegar a las manos.

Al fin abrieron y pasé al interior dejando claro, que antes pasara el noble, pues viendo el humor que se gastaba igual se ponía a gritar y por ahí sí que no iba a pasar de ninguna de las maneras.

Sobre la miradita simplemente no hice ni caso, en aquel momento no estaba para entretenimientos.

Cargando editor
08/10/2011, 00:51
Constanza - Pietro

Pasé casi última puesto que no tenía muchos deseos de comer y el frío, aunque molesto, te hacía despejar algo la cabeza. Eso era de agradecer. Pronto llegamos a una larga mesa, luego de haber recorrido varios pasillos en donde se nos saluda pero más que nada al noble. Son estos tiempos en donde uno vale lo que tiene, aunque sabiendo cómo es la condición humana, dudo que cambie eso por mucho, mucho tiempo.

Saludo con una sonrisa y un asentimiento de cabeza, tronco recto y apenas una leve inclinación del cuerpo. Es el saludo cortés del varón; si estuviera siendo yo misma, o sea Constanza, tendría que inclinarme más graciosamente, bajando la cabeza y todas esas patrañas.

Espero mi indicación del lugar donde sentarme y mientras hablen los demás mi cabeza seguirá ensimismada en todo lo que va a venir a continuación.

¿Y qué tal si no puedo salir? Ah... bien jodida la tengo entonces... pensé, esperando estar errada.

Cargando editor
10/10/2011, 00:41
Martín Rodríguez

Que la casa del conde del lugar este descuidada y fría es una muy mala señal, y más cuando se sabía de antemano que se iba a celebrar una reunión entre estos muros durante la comida. Por lo que se ve, las cosas no solo van mal para los campesinos.

Al llegar al salón espero a que Don Iñigo se siente en su lugar para después tratar de sentarme lo más cerca posible de él y así estar lo más alejado del consejero y el conde.

Con vuestro permiso, mis señores —digo a la manera sumisa que tanto gusta a la gente noble.

Notas de juego

¿Se supone que vamos con armas y armaduras a la mesa?

Otra cosa: si no me equivoco, creo que es la primera vez que yo veo al conde. ¿cómo es?

Cargando editor
10/10/2011, 19:50
Martín Rodríguez

Antes de tomar definitivamente asiento, dejo mi peto, mi arma y mi algo abollado casco junto a la entrada del salón para que el criado tenga a bien llevarlo cuando y como pueda a mis estancias. Ya estoy cansado de dar vueltas y, ahora que puedo disfrutar de un asiento y un poco de comida, prefiero confiar en la competencia del nefasto sirviente antes de tener que ir yo a hacerlo.

Nunca he sido un tipo demasiado exigente —le digo al torpe criado con un tono relativamente amigable—, pero espero al menos que mis cosas no acaben perdidas lejos de la mano de Dios.

Notas de juego

Lo de Blanca no tiene solución, me parece a mi xD

Por cierto, doy por hecho que durante mi infancia aquí no llegué a ver al muchacho, ¿pero conocía de su existencia? ¿llegué a ver a su padre?

Cargando editor
10/10/2011, 20:59
Rodrigo de Valmaior

El mercenario, cansado de estar todo el día de aquí para allá y de su lucha con aquellos malnacidos que intentaron matarle, Rodrigo decide sentarse lo más prontamente que un mínimo de protocolo permita (es decir, justo después de que los señores tomen asiento). tan pronto como intentan llevarse su escudo, su cimitarra y su zurrón (las únicas posesiones del mercenario a parte de sus ropajes y su propia vida), niega con la cabeza:

-No os preocupéis, estarán bien conmigo.

Apoyando el escudo contra una pata de la silla y colgando el zurrón de la espalda de la misma, espera una señal para poder comer.

Cargando editor
10/10/2011, 23:18
Elena del Valle

Después de lo que había visto en la habitación que nos habían dado, para mí que estaban de broma cuando decían que soltara mi hacha, porque una vez y no más, eso se lo podía asegurar.

- Si, por mí que no se molesten.

Me quedé mirando la mesa y luego a la gente.

- ¿ Tienen que darnos permiso para sentarnos o nos sentamos y punto? - Miré a mis compañeros a ver qué hacían, porque mis molades venían a ser lo de dar las gracias y pedir las cosas con por favor y sólo la mínima parte de las veces que habría la boca.

- Y esto a la hora de comer. Cuando llegue la cena no me bastará con tener un hacha...

Cargando editor
11/10/2011, 00:33
Constanza - Pietro

-Yo no tengo nada que entregar más que cosas medicinales que siempre prefiero conservar conmigo, así que gracias. Estoy bien así.

Digo y me quedo sentada. La verdad que es un fastidio estar aquí, sobre todo con todo lo que anda pasando por mi cabeza en estos momentos. Pero, por otro lado, quizás tengamos la suerte de descubrir algo más sobre la plaga. El tema es que, por modales, debo dejar que la conversación la inicie el señor Hidalgo. Si veo que puedo meter bocado, o mejor dicho averiguar algo más... lo haré.

Y luego será tiempo de ir a la iglesia.

"Maldito sobrino del párroco... pensar que tengo tanto que hacer y me haces poner en peligro...maldito chico".

Cargando editor
11/10/2011, 00:39
El Astuto Hidalgo Don Íñigo de Martínez

—No será necesario, buen Nuño —digo al muchacho—. Ya tendremos tiempo de llevarlas a nuestros aposentos nosotros mismos. Nunca viene mal ir acompañado —al decir esto, pongo la mano en la empuñadura de mi espada.

Tras esto miro a los presentes, para decir— Damas, caballeros... Tomad asiento —diciendo esto, procedo a sentarme.

Ahora mismo no podemos hablar, y mucho menos con el muchacho y el consejero de sospechoso parecido al chaval presentes. Así pues, sólo nos queda disfrutar de la comida, por lo que mirando a alguien del servicio, digo— Podéis traer la comida cuando sea menester.

Notas de juego

Joer, lo que ha dado de sí el fin de semana xD

Cargando editor
12/10/2011, 20:53
Martín Rodríguez

Me encojo de hombros al escuchar a todos los demás. No entiendo como pueden estropear el santo placer del comer de esa manera, teniendo que soportar la incomodidad y el peso de las armas y armaduras. Soy consciente de los peligros que acechan entre estos muros —tanto es así que hasta me plantee en su momento huir—, pero ni aunque estuviésemos en medio de una guerra podría comer yo así.

De cualquier modo, no seré yo el que intente hacerles cambiar de parecer, pues a costa de su comodidad yo estaré seguro aquí. ¡Ya no se ven mercenarios de esta pasta! Da la impresión de que hasta podrían dormir con todo el equipo puesto. Eso sí, veremos si el conde no se lo toma como una falta de respeto.

Mejor déjelo todo por aquí, bien a mano, pero donde no moleste —digo al criado.

Cargando editor
12/10/2011, 21:58
Elena del Valle

Como ya nos habían dicho que podíamos sentarnos, no me hice de rogar y coloqué mi culo en la silla que tenía más cerca, esperando casi ansiosa a que llegara la comida, porque a esas horas mi estómago ya estaba pidiendo que le echara algo para llenarlo.

- ¿ Ganas de protegerlo? Sí claro, me parece que lo que más nos preocupa es que de la nada pueda aparecernos un animal gigante con ganas de devorarnos...

Yo no iba a responder a sus preguntas, pues casi seguro que iba a sonar impertinente, grosera, o alguna cosa similar y además, tampoco tenía ganas de lamerle el culo a un noble diciendo cosas como que le agradecíamos su hospitalidad o que su villa era como estar en un cementerio gigante con gente rara, asesinos, ladrones y otra calaña.

Encima, o eran imaginaciones mías o no había visto de momento a nadie que mereciera la pena salvar de aquel lugar.

Cargando editor
12/10/2011, 22:09
Rodrigo de Valmaior

Rodrigo, que ya había empezado a impacientarse al no ver la comida, se sorprendió ante la pregunta del noble. ¿Por qué nos fuerza a mentir, si sabe de sobra como está su pueblo?, en fin, supongo que es uno de esos juegos en los que les gusta que se alabe todo lo que es suyo, aunque esté lleno de mierda por todos lados.

-Pues verá Don Nuño, no he tenido mucho tiempo para recorrer el pueblo entero, pero he de decirle que la taberna tiene una buena cerveza, yo que soy hombre de armas y he visitado numerosas villas y ciudades pocas veces he encontrado una tan sabrosa.

El mercenario mintió descaradamente, aquella cerveza sabía a meos (si es que no lo eran) pero al fin y al cabo, no iba decir lo que realmente pensaba hasta que estuviera a solas con su grupo.

Notas de juego

Alguacil, no es que yo sea un macho men, es que no llevo armadura(algunos somos pobres), y dejarme la espada al cinto tampoco es tan incómodo xD.

Cargando editor
12/10/2011, 23:41
Constanza - Pietro

Me aventuré a decir, cuando nos preguntó sobre la villa.

-He conocido al médico local. Es un hombre muy versado, se le nota capaz y totalmente dedicado a su tarea. Creo que con personas así tienen esperanzas contra este terrible flagelo.

"Y he conocido al bastardo del sobrino ese al que me gustaría clavarle una daga en la garganta, y a gente rara que tiene ojos que ocultan cosas. Creo que sois unos mentirosos y voy a averiguar la verdad... si no me matan antes.", pensé pero, por supuesto de eso no dije nada. Solo mantuve una sonrisa neutral.

Cargando editor
13/10/2011, 19:04
Martín Rodríguez

Con la pregunta del conde vuelven a mi mente los recuerdos de la villa de antaño y de mi familia. Muchas veces se dice que los tiempos pasados fueron mejores y, vive Dios, que es así. De todas formas no soy tan estúpido como para escupírselo a la cara a un chiquillo de sangre noble que posiblemente no sepa nada de las desapariciones ni del aprisionamiento de las gentes de la villa. El que mueve aquí los hilos es el consejero y debo andarme con ojo, pues estoy convencido de que no es trigo limpio. Lo mejor será que no les mencione que en realidad me crié en esta villa por ahora.

Si no se ha probado bocado de la comida del lugar cualquier opinión es vacía y sin sentido, mi señor —digo seguido de una risita agria e involuntaria—. Vuelva a preguntarlo hacia el final y le podré contestar.

Sinceramente espero que lo olvide y se contente con las opiniones que han dado los demás, no vaya a ser que se atragante con tantos elogios no merecidos.

Notas de juego

No me has contestado a la duda que te puse unos post atrás Samuel.

Y Rodrigo, no me pasarían estas cosas si no pusieras en tu curriculum una foto retocada con una armadura taco guay. ¡Farsante! Ya me ha quedado claro que aquí el True Macho Warrior es Elena, con o sin armadura, que fijo que ella tampoco lleva armadura en realidad xdd y os estoy mirando ahí en la mesa como un jodido loco.   

Cargando editor
16/10/2011, 18:59
El Astuto Hidalgo Don Íñigo de Martínez

Perdonad el atrevimiento, buen Nuño —digo al joven, rompiendo mi silencio mientras analizo la situación. Seguro estoy de que le resultarán más interesantes las opiniones del resto que de las mías, que poco se llevarán con las suyas. Además, las del resto pueden darle un enfoque distinto, tal vez el muchacho pueda darse cuenta de lo que le quiere decir el resto, de como se encuentran sus tierras.

Así, continúo diciendo— ¿Donde está la mujer que vino con nosotros? No la he visto en todo el día, y me soprende que no esté con nosotros compartiendo la mesa. ¿Acaso la ha sucedido algo?

Tras la pregunta, miro al noble, ya no esperando una respuesta, sino mirando la cara que ponga cuando la dé. A veces las mejores respuestas no se dicen con la boca, si no con el rostro.

- Tiradas (1)

Motivo: Psicología

Tirada: 1d100

Dificultad: 55-

Resultado: 18 (Exito)

Cargando editor
16/10/2011, 19:14
Constanza - Pietro

Escucho la pregunta de Iñigo y me doy cuenta recién allí de la ausencia de Blanca. ¿Qué le habrá pasado? Me quedo callada a la espera de la contestación del noble. 

"¿No tendrá nada que ver con ese tipo, con el sobrino del párroco? No, no ya estoy siendo paranoica."

Es que este pueblo apesta, y en más de un sentido. Está lleno de mentiras y de enfermedad, y creo que es la mentira misma la que nos detiene en la búsqueda de una manera de enfrentar lo que pasa. Odio esta cena que me quita tiempo y quisiera poder estar ya hablando nuevamente con el médico.

Cargando editor
18/10/2011, 00:26
Elena del Valle

Empecé a comer ante sus primeras palabras, pues yo tenía hambre y no muchas ganas de hablar, así que la comida sería la mejor de las opciones, pues como solían decir: " Oveja que bala, bocado que pierde ".

De todas maneras, por mucho que no quisiera inmiscuirme en la conversación, sorda tampoco era que me hubiera quedado de repente, así que cuando recordaron a la mujer escuché aún más atenta.

- Ni que fuera una gran pérdida. Para follar vale cualquiera... - Eso sí que me hubiera gustado decirlo en alto, pero me mordí la lengua para no hacerlo, lo que casi consigue atragantarme.

- Seguro que el noble se sentirá muy solito esta noche... qué pena... quizás el perro gigante pueda hacerle los mismos arrumacos que nos ha hecho a nosotros... te calienta en seguida...

Sin duda comer me hacía tener más sentido del humor, aunque fuera más negro.