Partida Rol por web

Desde el claro donde os encontrábais lo único que veíais mirando en la dirección indicada por el Reclusiarca era una amplia, muy amplia, extensión de bosque y tras él unas colinas no demasiado elevadas.

El bosque por el que camináis es antíguo, frondoso y lleno de vida. Vida, por ahora, no hostil. Los árboles son grandes y ancianos, algunos de ellos con un tronco tal que seríais necesarios tres de vosotros para rodearlo. Estos se levantan decenas de metros hacia el cielo, creando una refrescante sombra que cubre la inmensa mayoría del bosque. Grandes helechos crecen por doquier elevándose también cerca de cuatro metros sus ramas mas altas. Hermosos parches de flores amarillas y azules destacan aquí y allá.

La fauna que véis, aunque no dudáis que deben existir grandes predadores y/o herbívoros, está compuesta principalmente por una gran diversidad de pequeños y medianos roedores e insectos, voladores y terrestres, de gran tamaño. En un par de ocasiones os soprende el tamaño de alguna tela, similar a las telas de araña comunes, construida por algún extraño insecto local, ya que  llegan a cubrir varios metros cuadrados entre los árboles a unos 5 metros del suelo.

El ambiente es húmedo y algo sofocante por la tupida red de ramas que por lo general cubre el techo del bosque, en seguida empezáis a sudar pero apenas reparáis en ello.

Haciendo con la mano libre la señal de dispersión, que todo neófito conoce perfectamente, para que me vean aquellos que no pueden oírme.

Tenéis toda la razón. Y lo mejor será que guardemos cierta distancia entre unos y otros. No sabemos cuan cerca está el enemigo, y si caminamos juntos, será una invitación a que nos masacren. En descubierta, un grupo compacto es un blanco perfecto.

Te das cuenta que el bosque, poco a poco, va quedando en silencio. Los animales poco a poco detienen sus actividades y se esconden. En apenas un par de minutos el bosque está desierto de vida y algo ronda cerca.

Me separe de los demas haciendo caso al hermano de los Puños Imperiales,llevaba la rama agarrada a dos manos,esperaba una emboscada o algo asi desde hacia rato y estaba algo nervioso,casi deseaba que se produjera algun combate.

Asintió marcialmente e hizo lo mismo que vindictaes, se separó un poco para cubrir mas terreno sin perder de vista a sus compañeros.

Te das cuenta que el bosque, poco a poco, va quedando en silencio.

Me separo un poco al ver la señal atento a los arboles

Al ver la señal del neófito Puño Imperial,Akhamanus no pudo evitar soltar un resoplido.

Idiotas...si de verdad fueran verdaderos Astartes no hubiera sido necesario decir nada.Es evidente que no todos sobreviviremos aquí. pensó mientras seguía alejado del centro del grupo,como había hecho hasta ahora...

Tened cuidado hermanos... el bosque parece... muerto digo sujetando el arma improvisada cercano a mis otros compañeros pero guardando la distancia que nos hemos dejado entre nosotros...

Con el semblante taciturno y ensombrecido (mas de lo normal) me quedo parado un segundo escaso, con mi arma aferrada con fuerza. Adoptando de forma inconciente una posición de alerta buscando pistas sobre que mal acecha en este lugar; observo los alrededores, atento a cualquier ruido, compruebo el tapiz de hierba que cubre el lugar por donde caminamos e incluso olfateo el aire en busca de información vital.

Mientras camino despacio y en silencio voy observando todo a mi alrededor...

Incluso observo al resto de mis compañeros de escuadra, quiero estudiar si todos estamos igual de involucrados en el objetivo común...

El Emperador no nios consiente individualidades, y no quiero jugarme el tipo si quien tengo para guardarme las espaldas no es de fiar...

Rothgar se movía como si lo hiciera en una partida de caza. Sonrió al ver como uno de sus compañeros olfateaba el aire. Aunque le notaba que lo hacía algo forzado, a él le costaba no hacerlo. Era un gesto más como si de un pestañeo se tratara. Cada ciertos pasos se agachaba a mirar a su alrededor, olfateaba el aire, y pasaba la roca sobre el palo para terminar de afilarlo.

 Feroc ha recogido una rama corta y recia, con la que trabaja la punta contra pedazos de piedra cortantes para afilar un extremo a modo de estaca, sujeta en su pantalón mientras esgrime la clava en la mano diestra, buscando rastros en el suelo y base de árboles, oliendo y escuchando. Medio agazapado entre matorrales...

Todos, antes o después, incluso algunos gracias a que otros lo indicaron, os dáis cuenta que el bosque ha muerto. El silencio es absoluto.

Intentaba mantenerme alerta a todos los sonidos y demas cosas sospechosas,pero habia tantos que simplemente opte por ignorar eso y concentrarme en el objetivo.

El neófito de los Lobos Espaciales, se paró y levantó el puño, como señal para que todos pararan, mientras sus fosas nasales se abrían olisqueando el aire. Casi parecía que se le había erizado el pelo.

Akhamanus,que seguía al grupo en el extremo de uno de los laterales,siguió avanzando sin notar nada extraño...

Al ver la señal del futuro Lobo Espacial, agudizo todos mis sentidos para comprobar si algo en mi alrededor va mal.