Partida Rol por web

Siguiendo los pasos de Rodrigo todos continuáis vuestra alocada carrera. No sabéis exactamente cuando, pero Assisi y Shoak ya no están con vosotros. No importa, los simios si.

No os detenéis ni un instante y continuáis corriendo hasta que vuestros pulmones ya no pueden mas. Desconocéis cuando tiempo lleváis corriendo, pero la lluvia ha terminado y la vegetación mojada brilla con los nuevos rayos de sol.

Parece que delante vuestro debe haber una cima por como cambia el paisaje, pero cuando avanzáis un poco os encontráis que la cima en realidad es el borde de la isla. Una isla que flota en el vacío, sobre un mar eterno de nubes blancas que se extiende por todos lados.

Oteando a vuestro alrededor descubrís una cosa mas. Un barco, atracado al lateral de la isla un par de kilómetros lejos de vosotros. Os fijáis bien y parece ligeramente escorado, quizá abandonado ... pero sin duda, entero.

El sol hace que sus extrañas velas brillen con luz centelleante.

¡¡ Vodel Skat !! - Escupo no sin esfuerzo al encontrarme con los confines del mundo. - ¿ Perro ... no ... no desian .... tierra ... no t... tenia bordes ?.

Pfff ... fff ... Jod ... joderr ... - Toso un par de veces, casi atragantado por mi afán de respirar. Apoyo ambas manos en la rodillas, encurvado con la mirada al suelo e inspirando grandes cantidades de aire - Parrese me q... que no habia c... c.... corrido tanto desde semana ... pasada.

Poco a poco voy controlando el aliento y el dominio de mi propia garganta. Aun demasiado sorprendido por el hallazgo de "la nada", no me percato de que solo somos tres hasta pasado un rato. De repente me doy la vuelta, como si esperase que aparecieran de detrás nuestro, pero no es así - ¿ El italiano y el otro ? ... ¿ Les han cogido ?. Yo no lo he visto!.

- yo iba la última y no he visto a ninguno de los dos. Claro que estaba más preocupada de ver hacia donde nos llevaba Rodrigo y de no perder de vista el avance de los gorilas.

Los años no habían pasado en balde y Don Rodrigo notaba en sus huesos el peso de la carrerita que se habían echado – Joder, esto de hacerse “anciano” es una mierda…

Después de recuperar un poco el aire, levantó la cabeza y se percató de que Assisi se había quedado atrás. El viejo desestimó rápidamente la idea de irlo a buscar, puesto que en esa jungla no sabría ni por dónde empezar. Cojonudo, pensó, no llevaban ni un día en ese mundo y ya habían perdido a dos hombres.

Ya lo advertí… Nadie debía separarse – sentenció el español dando por terminado el tema.

Aquel barco parece un buen sitio para ir. Por el momento, no me apetece mucho volver a entrar en esta selva. Vayamos a ver qué encontramos ahí.

Hijo – dijo refiriéndose a Boltar – por lo que he visto en esas ruinas, pareces ser bastante duro. Ve abriendo el camino, por favor.

Sin duda, el ritmo al que estábamos perdiendo gente no era muy alentador. En pocas horas ya solo estábamos la mitad de los que salimos de españa.

Observo el barco a lo lejos, colocando mi mano por encima de la frente, como si así pudiese que agudizar mi vista. Aun me intriga el como se sostiene en el aire ese montón de maderas.

Cita:

Si, Berra siemprre me decisme; Tienes cabesa muy durra, pero pelotas blandas. - Me rio al recordar las múltiples situaciones en las que había tenido que oír esta frase, mientras permanecía acurrucado al suelo, con los ojos casi llorosos y con las menos agarrando mis partes nobles. Doloridas por culpa de uno de sus típicos rodillazos. - Que sorra ... - Sentencio finalmente, aunque lo hago con una ancha sonrisa.

Sin mas vacilaciones, encabezo el camino hacia el barco. Siempre en el lindar de la vegetación, entre el bosque y "la nada". Escudo en frente y andando con cuidado, por si aun quedase gente en ese barco.

Descansáis un poco y recobráis el aliento aparte de vendaros las heridas.

Pasados unos minutos os acercáis al barco. No cabe duda de que este este está abandonado y en mal estado. Escorado hacia un lado y con algún que otro mástil roto, sus velas están agujereadas por el mal trato del tiempo y tiene mas de una madera rota.

Aún así en sus días de grandeza debió ser una barcaza interesante y probablemente muy maniobrable.

Después de curar las heridas, los tres exploradores ponen rumbo hacia el barco abandonado.

Parece que lleva bastante tiempo aquí. No creo que encontremos sus propietarios originales, pero estad alerta, algún bicho lo podría estar utilizando como madriguera.

A medida que se acercaban, por la mente del viejo empezó a tomar forma una idea:

Escucha, Elisa, ¿cómo ves el estado de esta nave? ¿Te verías capacitada para arreglarla y ponerla de nuevo en marcha?

Elisa examinó la nave con detenimiento aunque con la distancia y no viendo el interior no podía precisar mucho el estado.

- Algo me da que sería un desafío a mis habilidades. Ciertamente podría repararla pero el tiempo necesario para ello no va a ser poco. Además de que habría que buscar materiales y, lo más importante, herramientas, aunque lo suyo es que dentro haya algo.

- De todas formas tal vez deberíamos intentar buscar a alguno de nuestros compañeros - lo cierto es pensaba mas en Shoak que en el italiano - o en su defecto, explorar la nave de mientras.

Después de haber podido tratar un poco el golpetazo que aun se me resentía en la espalda, vuelvo a abrocharme la armadura, tensando las correas para conseguir una protección compacta. Doy un par de vuelas con el brazo, intentando acabar de ajustar las piezas de la articulación. Todo parece que esta bien.

Con el escudo buen agarrado en mi brazo derecho, encabezo el reducido grupo hasta llegar a las proximidades del barco. Allí me detengo unos segundos junto el tronco de un árbol para dar un último vistazo antes de seguir. Para asegurarme de que no se ve ningún peligro acechando. Si todo parece limpio, me acerco al barco, buscando algún modo de acceso que parezca sólido.

El barco permanece inmóvil, con las velas ondeando ligeramente con el mecer del viento y el ocasional crujido de la madera acompañando su silbido.

No sabéis cuanto tiempo hace que ha estado aquí, aunque algunas de las banderas os hacen pensar que sus navegantes eran italianos.

No obstante no queda nadie vivo. Examináis un poco la inclinada cubierta, pero no veis restos de personas ni de luchas. Puede que el grueso de sus tripulantes desembarcaran y no llegaran a volver jamas ... el resto abandonaría el barco cuando quedó claro que estaban a su suerte.

Examináis un poco mas la cubierta y dais un vistazo (con dificultades) en el camarote del capitán. Diríais que los últimos en marcharse, decidieron llevarse consigo las cosas valiosas por si acaso empezaban una nueva vida.

Aunque poco les ha tenido que servir es en este islote.

Viendo que el lugar era seguro, Rodrigo se relajó un poco y empezó a pensar en los siguientes pasos.

Elisa, por favor, ve echando un vistazo a la nave y trata de discernir si podrías arreglarla, qué material te haría falta y cuanto tiempo te llevaría – Mientras hablaba, el viejo miraba a lado y lado de la embarcación e intentaba hacerse una idea de cuantas personas serían necesarias para manejarla - Tarde o temprano, vamos a querer salir de este maldito islote y me parece que este barco va a ser nuestra única vía de escape…

Don Rodrigo sacó de un pequeño bolsillo su pipa y la cargó con un poco de tabaco. La encendió sin muchas prisas y, después de darle un par de caladas, guardó de nuevo el saquito de hierbas secas y se dirigió a Boltar:

Venga chico, mientras la señorita se concentra en sus quehaceres, demos un repaso a fondo a ver si se esconde algo interesante por aquí. Parece que, en su momento, los últimos que estuvieron en la nave se llevaron todo lo que tenía un poco de valor, pero con suerte, quizá menospreciaron algo que podría sernos útil.

La idea de poner los pies sobre algo que se sostiene en el aire, no me agrada. Durante los primeros minutos me siento algo tenso e incomodo pisando la madera del barco. Como si presintiera que en cualquier momento las cosas volverían a su normalidad y caerían hacia abajo, como siempre ha sido y siempre debe ser.
Pero pasados los primeros minutos y una vez comprobada la firmeza del piso, voy recuperando la confianza en ese "barco".

Cita:

Muy bien - Acepto las ordenes de Rodrigo - Perro tendrríamos también que pensar en alguna forrma para que loco italiano y hombre peludo puedan nos encontrrar, si aun están una piesa.

Oh! pues lo tenia mal entendido. En tal caso piso son mas firmeza y confianza XD.