Partida Rol por web

De repente, mientras ibais navegando siguiendo un rumbo incierto, uno de vuestros tripulantes hizo sonar la campana.

¡Capitana! ¡Capitana!

En cuestión de segundos todo el barco entró en estado de shock cuando comprobasteis de primera mano que vuestra interpretación del mapa os había hecho ir directamente hacia un gran remolino que absorbía con súbita violencia todo lo que pasaba a a su alrededor como un agujero negro.

Rápidamente todos adoptaron sus puestos y empezaron a hacer un esfuerzo sobrehumano para intentar superar aquella atracción mortal ¡parecía que ser capitán de un barco era más difícil de lo que parecía!

¡Capitana, estamos perdidos!

¡Vamos a morir!

Sin lugar a dudas la moral estaba por los suelos, aquellos perros de mar nunca habían visto algo así ¿por qué el programa era tan cruel y os ponía obstáculos de este calibre? ¡Esperabais que al menos el tesoro valiese la pena!

Isabel sabía que aquello era un programa pero no pudo evitar que el el estómago se le subiera a la garganta cuando vio el remolino juguetón que se les puso delante.

-¡¡MALDITAS SEAN VUESTRAS CALAVERAS... ARRIAD LAS VELAS!! -Vociferó expulsando toda sus bilis por la boca mediante el insulto para tratar de espantar su propio miedo, adoptando por completo su rol de capitán... -¡BARBOSA MUEVE TU HOLGAZÁN TRASERO Y AYÚDAME CON EL TIMÓN! -Turner viéndose incapaz de controlar el timón comenzó a echar sapos y culebras, parecía que iban a ir director al remolino, sin embargo en su desesperación recordó que tratar de marchar contracorriente y más en una situación de agua planning... Era motivo de torta segura, así pues volviendose a hacer cargo del timón volvió a rugir-¡A BABOOOOORRRRR... TODO A BABOOOOOOORRRRR! con el resto de sapitos y culebritas que se le había olvidado decir antes, de regalo

Tanto Isabel como Alexander parecían verdaderos lobos de mar, lejos de amedrentarse por el sumidero que se habría en el horizonte y que amenazaba por engullirlos, los intrepidos piratas comenzaron a escupir ordenes a babor y estribor, la abundante saliba que salia disparada de sus bocas se mezclaba con el agua salada que el propio mar escupía sobre ellos.

YA HABÉIS OIDO AL CAPITÁN MALDITOS ORANGUTANES,   NECESITAMOS MAS CONTRAPESO ASÍ QUE ¡TIMON A BABOR Y PIRATAS A ESTRIBOR !

Aquel bonito pareado resono doblemente cuando el contramaestre comenzó a repetir las ordenes,  el rostro de los agentes mostraba como parecían disfrutar de aquella situación limite.

No sabíais si era fruto del azar o si realmente fue vuestro talento el que provocó que una maniobra tan perfecta que ni un remolino de grandes dimensiones pudo con el barco y su leal tripulación.

Los primeros minutos fueron intensos, donde se olió a la muerte de cerca ¿pero quién iba a dudar de las aptitudes del capitán y su segundo de abordo? ¡en ese momento nadie!

Una vez pasado el momento de agonía, el barco continuó su rumbo siguiendo las indicaciones del mapa, o por lo menos lo que se creía que era la dirección correcta.

Fue casi un día de viaje en calma, donde todo parecía fluir como el agua y que generó que la tripulación sintiese que estaban en buenas manos.

Sin embargo, siempre se dice que todo lo bueno no dura eternamente, y el hecho de que llegaseis a esa conclusión fue la fuerte tormenta que estaba empezando a generarse sobre vuestras cabezas.

Toda la tripulación estaba preparada para resistir aquella tormenta pero... ¿y el barco? ¿aguantaría?

Isabel casi había llorado de emoción al ver como conseguían darle esquinazo al remolino y hasta parecía que iban bien... Sin embargo la cosa volvió a torcerse, alguien debía haber apretado el botón de Divinidad malévola on fire, porque nunca antes había visto tanta agua junta del cielo, aunque a ciencia cierta ella ya no sabía si venía de arriba o de abajo.

- ¡RESISTID! -trago de agua salada por tener la boca abierta... Sapos y culebras por haber estado a punto de ahogarse ella sola y finalmente agarre a lo primero que se le pone por delante...

Parecían llevar la piratería en la sangre, como si lo hubieran hecho toda la vida.  la pericia en el mando de ambos agentes permitió a la nave salir del mortal peligro que el mar les había preparado, pero aquella no era su última palabra.

Esta vez fue una tormenta lo que el mar, unido con su antagonista el cielo, lanzó contra el barco para intentar doblegar la voluntad de aquellos fornidos hombres... pero allí estaban firmes en sus posiciones junto al timón sin dudar ni un solo instante agarrados a aquella rueda que marcaba el rumbo de sus vidas sin siquiera menearse ante las violentas embestidas de un mar embravecido. 

¡REPLEGAR LA VELA MAYOR NO QUEREMOS PERDERLA! ¡AGUANTAREMOS!

La tormenta se recrudeció a cada segundo que pasaba. Gran parte de la tripulación fue engullida por el mar con violencia, sin embargo ustedes estabais perfectamente preparados para abordar la situación, aferrados a vuestro navío como si de vuestra propia vida se tratase.

Los siguientes minutos fueron infernales, estabais en mitad de la catástrofe hasta que un crujido marcó un desenlace fatal: el barco acababa de partirse.

Muchos gritaban de agonía ante lo que estaba sucediendo, para ustedes era un milagro que aún siguieseis con vida cuando observabais dramáticamente como más y más compañeros caían por la borda ya que no tenía la destreza necesaria para ponerse a salvo.

De repente un inciso marcó vuestro futuro. El barco se desmoronó bajo vuestros pies en el momento que impactó con una ola fruto de la turbulencia. Notasteis como vuestros cuerpos cayeron al agua dejándose llevar por una corriente que os impedía tomar el control de la situación.

La angustia por pensar que ese podría ser vuestro final hizo mella cuando llegó la cadencia de aire... de repente todo se tornó oscuro y confuso. ¿Significaba que era el final de vuestro camino en la época pirata?

Los agentes habían sobrevivido al peligro, habían superado el agujero en mitad del oceano y no sería la poderosa tormenta la que pudo con su valentía y su arrojo, desde luego aquella pareja había demostrado estar hecha de otra pasta, habían tomado el mando del navío y habían superado el miedo y las situaciones más peliagudas... pero desgraciadamente el propio barco no demostró la misma resistencia y al fin sucumbio ante la presión del agua desgajandose como un castillo de naipes.

Ambos agentes cayeron al agua antes de poder remediar lo irremediable, apenas con el tiempo suficiente para tomar una última bocanada de aire, mientras el peso de todos los escombros empujaban sus cuerpos hacía el fondo del océano.  Alexander trato de orientarse y salir del agua pero cada brazada hacía que una parte de su escaso aliento se escapara en forma de burbujas hacía el exterior.

La vista comenzó a nublarse, cuando creo ver la figura de Isabael a quien trataba de alcanzar estirando su brazo.

Ni la valentía de Isabel y Alexander, ni la valentía de toda la tripulación fueron capaces de eludir el desastre... la tormenta era más poderosa y la nave simplemente colapsó quizás por no se capaz de contener la suma de todo, el caso es que cuando el suelo cedió la joven Turner buscó a Alexander al tiempo que seguía tratando de luchar, mientras la impotencia se apoderaba de ella por no haber sido capaz de sacar a aquellos valientes hombres de aquel destino... maldito mapa... maldito tiempo... maldita tormenta... maldijo todo lo que pudo al caer, al sentir el agua, al ver como sus pulmones colapsarían dentro de poco, hasta maldijo la distancia que separaba su mano de la de Alexander, estirando su brazo, nadando hacia a él, conteniendo el aliento por conseguir entrelazar su mano con la suya... joder, permitidme sólo eso... 

- Alex...- dijo como pudo a modo de suspiro, llegando por fin a él sosteniendo su mano con fuerza, caer a su lado no sería tan malo...

Cuando parecía que todo estaba perdido, cuando la oscuridad poseyó toda vuestra visión y también todos vuestros recuerdos... una luz destapó que aún existía esperanza.

No os habíais dado cuenta, pero el mar os había arrastrado hasta la orilla de una playa horas después. A vuestro alrededor se mostraban los restos de la tragedia: cadáveres de compañeros ahogados, trozos de madera de vuestro poderoso navío, barriles que aún conservaban su contenido... todo desperdigado a merced de la naturaleza.

Os reincorporasteis dando gracias de que estuvieseis a salvo, que habíais sobrevivido a la prueba que el programa os había interpuesto... pero ahora venía la gran incertidumbre ¿ahora qué?

Fue entonces cuando recordasteis que teníais un mapa, un tesoro que encontrar y tras comparar las indicaciones y las referencias os disteis cuenta que...

¡Estabais en la isla del tesoro!

Isabel abrió un ojo... luego el otro, se arrascó la nariz, levantó su torso hasta quedarse sentada sobre la arena, miró a un lado, luego al otro... viO a Alexander a su lado.

- ¡HEMOS LLEGADO A LA ISLA!- exclamó casi sin creerlo alzando los brazos, para después bajarlos al ver que el resto de su tripulación no había corrido la misma suerte que ellos, entonces se levantó y se sacudió la arena de la ropa lo mejor que pudo- soy una capitán horrible- dijo para sí misma con cierta congoja- Alex... tenemos que seguir- zarandeó a su compañero para obligarse a seguir adelante y no pensar- hay un tesoro por encontrar- añadió para rebuscar en sus bolsillos y sacar el mapa y una brújula que no sabía cuando había la había puesto ahí, pero que si estaba sería por algo- a ver... se supone que esto indica el Norte ¿no? y esto... pues será el sur...

Alexander tardo unos minutos en averiguar si estaba vivo o muerto, el agua que llenaba parte de sus pulmones salió tras una última reacción de supervivencia de su propio organismo que intentaba seguir con vida.

Poco a poco Alexander volvió a recobrar la conciencia y el control de sus actos para ver a Isabel gritando de alegría como si se hubiera salvado de una muerte segura. Los esfuerzos de ambos a pesar de su pericia no habían servido para salvar a un barco y una tripulación pero al menos ellos seguían con vida.

No puedo creerme que saliéramos con vida de esa. dijo mientras abrazaba a Isabel

El mapa era la única pista hacia el tesoro si es que verdaderamente existía ya que Alexander temía encontrar una nota diciendo que alguien llego primero. Tras ponerse en pie observo el mapa intentando por todos los medios no vomitar encima de él.

Tan buenamente como pudisteis, emprendisteis vuestra exploración por aquella isla misteriosa que albergaba infinidad de secretos.

El cansancio provocado por le desastre marítimo y el sofocante calor que azotaba vuestros cuerpos hacían que cada paso dado fuese una verdadera tortura.

Os adentrasteis en la jungla sin saber muy bien si se trataba del camino correcto, las horas pasaban y el plano cada vez parecía más confuso ¿estaríais tomando la ruta correcta?

Continuasteis el tramo de selva estando pendientes de cualquier tipo de imprevisto. Los mosquitos mordían como tigres y la falta de víveres como el agua os hacía pensar que estabais a punto de sufrir alucinaciones...

¡Fue entonces cuando algo os hizo elevaros al cielo con súbita violencia!

¡Alguien os había capturado!

Cuanto más forcejeabais más complicado era maniobrar dentro de aquella artesanal red. Al menos aún teníais acceso a vuestras armas y cortar la cuerda era una opción hasta que...

Un grupo bastante amplio de nativos empezó a reaccionar ante vuestra presencia. No parecían tener buenas intenciones con lo cual a falta de una posible escapatoria la única salida era luchar... ¡o rendirse! pero el programa jamás querría que optaseis por una solución así.

¡Había que defenderse!

Estaba claro que eso de leer mapas no era el fuerte ni de Isabel ni de Alexander, porque perder... se perdieron en menos que canta un gallo... y si sólo hubiera sido eso, lo mismo hasta se hubieran reencontrado ellos solicos desandando lo andado y volviendo a empezar al ritmo de "La Macarena" pero nooooo, tenía que haber una trampa por ahí y tenían que ser sus pinrieles los que la accionaran quedando colgados y a manos de un indígenas la mar de antipáticos...

- A ver... las lanzas fuera, que las carga el diablo... eeeeh, ¡que no pinches, hostia!- se defendió como pudo- podríamos llegar a un acuerdo, irnos de cañas o algo de eso... yo con una cerveza en la mano y un pincho de tortilla soy la mar de salada... joder con el de la lanza... ¿no te han dicho que eres un pesado? Pues te lo digo yo... PESADO

Aquel parecía un mal día, uno de esos en los que todo empieza a torcerse y la mala suerte no parece tener fin.  Si sobrevivir a un naufragio parecía un milagro iba a ser necesario más que eso para que los agentes escaparan en aquella ocasión.

Los indigenas parecían tener rodeados a ambos agentes y aunque Isabel resultaba graciosa intentando que el tío de la lanza no le pinchara la verdad es que la situación no tenía nada de gracioso.  Alexander miró a Isabel a sabiendas de que no tenían ninguna opción de escapar.

Los intentos de Alexander por moverse a un lado u otro eran repelidos por agresivos movimientos a punta de lanza que pronto acabaron con sus ganas de hacer nada.

Esperemos que no sean canibales

Aunque intentasteis evitarlo con todas vuestras fuerzas, aquellos nativos habían logrado superaros tanto en número (cosa sencilla) como en fuerza. Salisteis heridos de aquella trifulca no sin haberos llevado por delante a un par, sin embargo aquel esfuerzo era inútil. No teníais escapatoria.

Con premura y a la vez que vitoreaban a sus paganos dioses la victoria, os apresaron empleando sogas bastante gruesas que ellos mismos habían elaborado con eficacia.

Os arrastraron a duras penas hasta lo que parecía ser su choza, donde sutilmente os dejaron inconscientes con golpes secos en la cabeza.

Fue el olor a leña quemada y a un extraño caldo el que os hizo despertar, no sin antes aterraros por la imagen que teníais delante: un caldero de enormes dimensiones...

¡Os iban a cocinar!

De forma violenta os quitaron la ropa con intención de meteros dentro de aquella olla que hervía agua... fue entonces cuando las náuseas empezaron a apoderarse de ustedes hasta que todo se tornó oscuro...

Cuando Alexander desperto, sintió una agradable sensación como nadando en las calidas aguas de un Jacuzzi, pero pronto aquel recuerdo dejo paso a la cruda realdiad y es que aquellas tibias aguas pronto serían insoportables.  En aque moemento recordo su último recuerdo al ser golpeado en una de las chozas por aquellos salvajes.

El despertar trajo consigo su peor pesadía, aquellos indigineas finalmente resultaron canibales y sin duda aquello parecía ser el fin, Alexander miró a su compañera la cual se encontraba a su lado intentando luchar como él por romper unas ataduras fuera de su alcance.

Ha sido un placer luchar a tu lado

Isabel se había defendido con uñas y dientes, suplicando que aquellos indígenas no fuesen caníbales, peeeero... después del "cachiporrazo en la mocha" se dio cuenta de que habían sido invitados a cenar y ellos eran parte del menú principal.

- ¿En serio?- se revolvió tratando de desatar sus ligaduras, luchando hasta el final- ¡¡NO SOY NINGÚN PATO A LA NARANJA!! ¡¡PEDAZO DE... (maldiciones piratas)!!- bramó muy indignada por el destino tan aciago que habían tenido después de tantas calamidades- ¡¡¡EEEEEHHHHH!!!- se indignó aún más cuando la dejaron en bolas, poniéndose colorada como un tomate... al menos las piernas las tenía depiladas... 

Ha sido un placer luchar a tu lado

Las palabras de Alexander hizo que lo mirara con las mejillas aún más sonrojadas

- El placer ha sido mío...- le contestó aferrándose a él como pudo, tratando de mitigar su miedo y su frustración hasta que todo se puso oscuro.