Partida Rol por web

Apenas Dracrio se acercó a mi yo solté ese pesado libro que agarraba con tanto cuidado, solo era cuestión de tiempo para que todos y cada uno en la habitación se abalanzara sobre ese recipiente de conciencia y no dejaran más que un revoltijo de sangre y carne, pero por lo visto no tuve que hacer nada, él estaba haciéndose odiar inclusive más que yo y le pasó una bonita factura, apenas me soltó volví a agarrar el libro, ya sabía lo que iba a pasar, lo había visto y lo había destinado tantas veces que sonreí antes de que Albert reaccionara. Y ahí estaba, esa escaria que odio pegada a la pared, y yo sonreí dulce e inocentemente, girando un poco la cabeza y  sosteniendo el libro con mis dos manos, como si de un estudiante japonés (no se ni que es eso) se tratase, y me coloqué detrás de Albert para que el casi cadáver pudiera verme bien, lo gocé mucho.

Acto seguido aparece nada más ni nada menos que Baldrar, por supuesto que lo conocía. Me hago a un lado, agacho la cabeza y quedo haciendo una reverencia, señal del inmenso respeto que tengo hacia él. El viejo empezó a hablar con un tono culto y humilde, digno de alguien ostenta un título como el suyo para luego explicar el porqué de la actitud de Albert y esconder esa información. No iba a presionar para ser la “cabeza” del grupo, ese hombre que para mí era casi un dios sabría muy bien quién sería el más indicado, lo mínimo que podría hacer sería poder ubicarme y comprender que estamos en un equipo.

Me puse los lentes de contacto y me acerqué a ese moribundo Dracrio y ayudo a despegarlo de la pared. –No es una manera muy bonita de presentarnos, y la verdad Prefiero no continuar con una riña así durante toda esta odisea, ¿podríamos intentar… - No pude terminar de hablar porque el suicida de mi compañero volvió a hostigar a su verdugo. No me molesté mucho en seguir ayudando, posiblemente lo maten más rápido, preferí quedarme cerca de Garrett Hawke. – ¿Cuáles son tus habilidades?– Le pregunté para romper un poco el hielo

me acerco al loco empalado con una cara de cierto desprecio y con una sola mano sin ningún tipo de delicadeza arranco la espada de golpe y la tiro al piso manchando el pasillo de sangre, recostándome en un muro con dificultad y casi tocando el techo con la cabeza miro a el par de vampiros-este par no puede dirigir a nadie ni siquiera son aptos para el trabajo,y en cuanto a mi no pienso cuidar de niños pequeños- miro a albert con ojos de respeto y le digo en un tono de vos baja-señor si quiere que este trabajo se sanje en verdad deme a un pequeño grupo de hombres disciplinados y le aseguro que no tendrá que dormir pensado que este circo va a realizar una tarea tan importante en nombre del rey-

Escucho la propuesta de Harhrish y le sonreí mientras le hablaba.

- Ya quisiera mi amigo, pero como veras, no es mi decisión, y no voy a poder cambiar nada por mas que quiera. Pero lo que si te puedo pedir es que te encargues de evitar que todo esto se valla al cuerno, protegenos a todos de esos locos mi amigo.

Veo como el orco le saca el espadón del estomago a el vampiro y me acerco a la victima.

- Ha. Perfecto, bien echo Harhrish, eres de mucha ayuda. -me dirijo al vampiro herido- Tranquilo, yo te ayudare con eso.

Saco de mi cinturón un pequeño saco de cuero donde tengo unos polvos para conservar carne de animales en la cocina, le agrego un poco de polvo curativo (en muy baja cantidad) que saque de mi cinturón, y luego caliento el saco en mi mano con magia (mientras también le doy energía mágica) hasta derretir el polvo en una masa viscosa, que pongo sobre la herida del vampiro, lo que regenero su herida. Mientras la herida le sana al vampiro, me levanto y sigo hablando. 

- Muy bien. Después de ver esta escena y el comportamiento de cada uno de ustedes, he decidido que los mejores candidatos a lideres del grupo son: Tu el mago humano, del cual todavía no se su nombre, el mago blanco que se hace llamar Garrett. Bien, ahora, tengo que dejar algo claro... Que ustedes dos sean los lideres no quiere decir que tengan autoridad total sobre los demás, ustedes serán los encargados de analizar las situaciones y planear como pasaran por ellas, pero si alguno de los integrantes del grupo no esta de acuerdo tendrán que convencerlo de seguir ordenes o cambiar los planes para el favor de todos, pero... que esto le quede claro al resto del grupo, no duden ni por un segundo de mi decisión, lo mejor es que escuchen a los lideres con atención y sobre todo propongan opciones y que no se impongan sobre los demás -miro a los magos que designe como lideres- eso ultimo también aplica para ustedes, no se impongan sobre los demás, solo guíenlos. Nisiquiera yo les puedo decir a que se enfrentaran en esta misión y si quieren sobrevivir tienen que cooperar.

Hago una pausa para mirar a todo el grupo mientras pienso en la actitud de los demás.

- Se que Harhrish no dudara de mi criterio. Y por la mirada del vampiro que tiene el libro, creo que respetara mi decisión. El mayor problema es el revoltoso agresivo... Bueno reformado o no, que mas podría esperar de un ex-criminal.

- Ahora si me pueden seguir, los llevare al establo.

Mientras me dirigía hacia la salida, escuché todo el alboroto que sucedió en la sala a mis espaldas. Cuando me giré, me encontré como el vampiro caía al suelo envuelto en sangre y al gigantón con una espada enorme en la mano.

Las cosas no habían empezado nada bien y pobre del que tuviera que poner orden en tan variopinto grupo. No se podía unir vampiros con humanos, era algo que todo el mundo sabía, pero tener dos en un grupo de seis personas, era algo demencial. Me quedé allí plantado esperando que la dantesca situación acabara y pudiéramos ponernos en marcha.

Mi sorpresa vino al escuchar las palabras del mago de la corte.

¿Yo líder de este grupo? Lo que me faltaba para hacer mi camino más ameno.

Volví sobre mis pasos hasta volver a acercarme al grupo. Intenté evitar la sangre salpicada en el suelo para que no manchara mi capa. Mi voz salía de debajo de mi capucha, que no me había retirado de la cabeza en ningún momento. Solamente sobresalían mi perilla y mi boca, mientras mantenía ocultos mis ojos bajo ella, de manera que yo podía ver a los demás pero ellos no podían ver mis ojos.

¿En serio crees que yo soy el más indicado para controlar a semejante grupo? Sólo espero que ese haya aprendido la lección y calme su furia vampira en el futuro. Quizás el mago blanco tenga más temple para controlarlo, ya que se ha mantenido en un segundo plano en la trifulca.

Era evidente que el otro al que habían designado como líder era un mago. Notaba su magia que golpeaba mi aura. Un mago blanco y un mago negro. - Esto va a ser divertido.

Creo que por cortesía, deberíais conocer mi nombre. Al menos cuando tengais que maldecirme o alguien pretenda atacarme por la espalda que sepa a quien lo hace - al hacer ese comentario miro al vampiro que me amenazó. - Me llamo Carghan.

No paran de dejarme perplejo la cantidad de sucesos inesperados y extravagantes que pueden llegar a suceder en tan poco tiempo. 

Ver al vampiro empalado en la pared no me ha generado ninguna pena,  pero tampoco es que me agrade que casi se carguen a un tipo que podría ser muy útil en nuestra misión. Lo más impactante para mi de la escena han sido esos polvos tan curiosos utilizados por Baldrar. Una forma muy diferente a la mia de sanar, pero,  al parecer,  bastante funcional. 

En cuanto a lo de guiar a esta gente...  No me hace demasiada ilusión...  Mi pensamiento para un grupo así es que las decisiones se tomasen en consenso como grupo. Aun así no digo nada sobre el tema, no es el momento. 

Espero que Carghan sea de ayuda en esto. Más vale que no se deje llevar por las emociones..... 

Mientras sigo a Baldrar hacia el establo contesto a mi compañero Andrew. 

Como bien ha dicho nuestro anfitrión, soy un mago blanco, procuro mantener a salvo a la gente con mi magia. Aunque tranquilo, suy muy útil en el combate,  tanto mágico como físico..  No vais a tener que preocuparos por mi, por si os pudiera dar esa sensación. 

Mientras vamos caminando hacia el establo con Baldarar voy pensando.

- Ser un héroe, tener poder y gloria. No, eso no me ea suficiente, no es algo que me motive. Pero, en cambio, la oportunidad de vengarme, de acabar con todas las criaturas que atraviese mi camino, esa es la mayor recompensa para mi.

Miro a los demás, y les hablo por primera vez.

Morir en combate. Es la gloria que deseo, pero antes, he de cargarme la mayor cantidad de criaturas posible. 
Soy un guerrero consumado, y lucharé hasta mi último aliento, y aún después.
Ahora empecemos la búsqueda, en el último punto donde supieron algo de los guerreros errantes.

Después de que el venerable Harhrish me sacara es espadon del estomago y que Baldar me curara me pongo de pie y le digo humildemente a Baldar

-Gracias viejo amigo... como siempre me cuidas aunque mi enorme ego no me deje seguir adelante...

Decido acercarme a Harhrish y lo miro directo a los ojos y le doy una leve sonrisa acompañado de una muy leve reverencia

-Gracias noble orco aunque en un tiempo odie a todas las razas que no fueran vampiros ... te has ganado un boto de confianza de mi parte, espero que algún día tenga la oportunidad de devolverte el favor

Acto seguido escucho las palabras de Baldar referentes a el liderazgo y solo tomo mi espadon y reniego levemente *pfff*

-

-!Nos vamos¡ Iré al frente no me importa quien sea   el líder o no ... Conozco el camino mejor que todos

Miré atentamente lo que el gran mago hacia con los polvos -Como desearía poder hacerlo...- Una pena profunda invadió mi cuerpo después de ver ese gran truco de Baldrar pero no tuve mucho tiempo para lamentarme, afortunadamente no me eligió ni a mi ni a Dracrio, apenas somos capaces de controlarnos, no hacia falta que nos dieran mas tareas. Lo que no me gustó fue que Carghan sea cabeza del grupo, me simpatizaba inclusive menos que Dracrio.

Genial, entonces los lideres serán Garret y el mago racista, solo espero que no vaya a seguir menospreciándonos por ser meras victimas de una maldición sin cura. regresando al... -Dracrio volvió a interrumpir y yo apreté con fuerza mi libro-Creo que todos conocemos el camino a los establos, y también creo que es una gran falta de respeto ignorar de esa forma a alguien tan venerable y bondadoso como lo es Baldrar y pasar por delante de el, no se si sabes que el es quien quien te curó hace apenas unos segundos por cierto -Volví a agachar la cabeza cuando pasó el archimago y miré con bronca al pálido chupasangre que le siguió después.

El grupo completo llega a el establo y allí encuentran todo el equipamiento que necesitan (mejores armas y armaduras, bolsos con comida y utensilios de cocina, petates y cosas para acampar, pociones y pergaminos... etc). Luego de que los aventureros se equipan y seleccionan un caballo de entre los mejores del rey, Baldarar se les acerca con unos objetos en las manos y se los entrega. 

A Andrew le dio un saco con un poco de la sustancia viscosa con la que curo a Dracrio y un frasco con sangre.

A Garrett le entrego un amuleto sagrado de plata y oro.

A Carghan le dio una pata de cuervo disecada con una cuerda para usarla de collar.

A Roddrack Cranell le entrego un anillo con un cristal negro

A Harhrish le entrego la punta de una flecha echa de piedra que tendía de una cuerda.

Y a Dracrio le dio una daga sin filo echa de un cristal verde.

Después de entregarles esas reliquias hablo. 

- Estos objetos vienen directamente de mi colección de reliquias, son objetos poderosos que los protejeran del mal y les brindaran poder siempre cuando estén listos, estos son objetos que mejoran con el tiempo, cada vez que estas reliquias los crean merecedores de mas poder, ellas se lo brindaran... Ahora, ¡vallan aventureros, salvenos de las tinieblas y conviertanse en reyes!.

Me despido de los aventureros y mientras los veo partir suspiro esperando a que todo salga bien.

Tomo la daga que me dio el venerable Baldar y le doy mis más cordiales agradecimientos 

-Gracias viejo amigo este obsequio se que me protegerá de todo peligro en mi larga y peligrosa aventura como siempre me cuidas de todo peligro por ello es que te tengo un gran aprecio ...

mientras digo esto le doy una cálida sonrisa  y intento darle un apretón de manos pero veo que no le es de interés... al instante de ello cambia mi semblante y vuelvo a mi fría y seria actitud "espero qu esto valga la pena como entrenamiento no quiero seguir tan débil como para no poder tocarle un pelo al presumido Campeonsillo del rey" , tomo mis cosas y ato a mi caballo exclamando

-odio a estas cosas pero si no lo montó nunca llegaré...

-!Nos vamos voy adelante¡

Le digo al grupo mientras me montó a mi caballo

Tomo el anillo de cristal negro en mi mano, y trato de retirarme el guantelete izquierdo, y poder portar adecuadamente ese anillo, por debajo de la protección que tengo en la mano. Con una leve reverencia, agradezco a mi benefactor... –Gracias venerable Baldrar, haremos lo mejor posible en esta encomienda.

No tengo idea de cómo un anillo me ayudara en las batallas venideras. Lo que si se, es que el Archimago no nos daría objetos mundanos para tan importante empresa. Volteo a ver a mis compañeros, y comienzo a cabalgar detrás del sujeto llamado Dracrio… -El tiempo apremia señores, cuanto antes encontremos a los Guerreros Errantes, más pronto serán reyes… y Más pronto podre acabar con esas cosas, y vengar a mi familia...

Miré la pata de cuervo a la luz y me encogí de hombros.

Espero que no huela mal y no me deje dormir por las noches. Gracias, supongo. - fue lo único que fui capaz de decir.

Me la colgué al cuello y la metí por debajo de mis ropas. Era curioso. La notaba caliente al tacto con mi piel como si estuviera viva. Puede que en el fondo sí que sirva para algo en algún momento aquel objeto.

Me dirigí hacia uno de los caballo y afiancé el bastón en uno de los laterales sujeto con las cuerdas de la silla. Cuando comprobé que estaba bien fijado, monté en el caballo y salí al galope detrás de los demás.

Una vez equipado y con el amuleto colgado al cuello a buen recaudo me dispongo a montar en el caballo elegido e iniciar la marcha.

Bueno compañeros, rumbo a Gullird. Esperemos que Dracrio no se pierda ya que ha decidido ir abriendo camino. Comento esbozando una leve sonrisa.

Cuando toqué el frasco de sangre sentí la dureza del vidrio, estaba encantado, -¿pero estará encantado por alguien o por la sangre que lleva dentro? -Un momento después logré sentir también las propiedades mágicas de la sangre -¿será de Baldrar? -podía sentir estabilidad mágica y lo comprobé haciendo hacer una reverencia a una rata que alcancé a ver por mera casualidad, era un gran catalizador. guardé el frasco en un bolsillo escondido que tengo en mi chaqueta, debajo del brazo derecho. Pero las sorpresas no terminaban ahí, Baldrar también me ofreció un saco con ese gel de propiedades curativas, lo ato a mi cinturón meticulosamente pensando que lo mas seguro será que se lo terminaré dando a Garret, seguramente el le dará un uso mucho mas apropiado.

-Gracias - No es facil conmoverme, pero mi corazón perdió el ritmo cuando Baldrar me regaló esas cosas, y antes de mandarme mi parte, preferí quedarme callado hasta que nos dieran las ordenes, lastima que el que habló fue Dracrio... Agarré el caballo que me recomendaron los que cuidaban los establos y partí con un nuevo amanecer en mi alma...

Alli la vi era una yegua negra de un tamaño gigantesco solo media cabeza menos que yo parecía capaz de trotar por días, seguro no seria la mas rápida ni ágil ni tampoco podían comparar su belleza con esas yeguas blancas de sangre pura pero la verdad era que esta era sin duda la mejor de todo el establo en el momento que la vi supe que con ella podría completar la misión sin contratiempo alguno, la monte sin preguntar y salí veloz del establo mientras me ataba la flecha al cuello