Partida Rol por web

Aguas Nuevas Reloaded

2: Primeras exploraciones (¡Contacto en el mar!)

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29/09/2020, 22:25
Oropher

 El mar nunca se había presentado como un lugar seguro, no era su medio natural, el de nadie allí, y por eso confiar en las barcazas y en el buen estado de las mismas se hacía casi un acto de fe. Pero al elfo solar le sobraba el optimismo y no iba a empañar aquel momento que todos deseaban para mostrar su sonrisa y animar el momento. Feanor le había inspirado en la llegada a Maztica, de modo que imitó su buen gusto pidiéndole a Lena que cansase algo.

 - Cantemos. ¡Pronto pisaremos tierra firme! - animó, mientras se ofrecía a ser uno de los remeros y hacer que alguno de los compañeros descansase. Que los civiles pudieran parecer una carga era algo que tenía en cuenta, por eso estaba dispuesto a quitar de la cabeza de cualquiera aquella idea, si es que se presentaba. Seguro que Kruth se animaba a hacer una demostración de fuerza, y podría contribuir. Lena cantaría y quizás tocase su laúd. Todos debían de ser un grupo.

 Pensar en un grupo cohesionado no fue algo deliberado, el elfo le dio varias vueltas al asunto. Cuando tomasen tierra o justo antes, propondría algo con la inocencia de quien no conoce bien los protocolos que se siguen en situaciones como aquella, que la gobernadora hubiese abandonado el barco y se lanzase con ellos a la aventura no la convertía automáticamente en la líder de aquella expedición, y puede que contar con su presencia y su palabra fuera interesante en las situaciones que se dispusieran, pero si tenía que dejarse guiar por alguien, en aquel momento, prefería que su pescuezo dependiese de Tressa.

 - Eh Feanor - llamó con cierto interés, mientras se acercaba a la mercader. Era evidente que ambos se llevaban suficientemente bien a juzgar por la conversación que los había llevado a llegar hasta allí. - yo creo que Tressa debería guiarnos.

 Dice que sabe explorar el terreno, y yo me fío de ella. - expuso.

en situaciones como estas se necesita un buen líder, que sepa leer los rastros de las posibles amenazas y dé con los mejores lugares que ofrece este nuevo mundo.

 No le importaría rodear el hombro del tío Iroh y de la joven encapuchada y apretarlos contra su torso, ahora menos visible bajo el cuero tachonado de su armadura. Momento que aprovechó para dedicarle una mirada fugaz pero llena de pasión y profundidad a Aredhel.

 ¿qué tenemos aquí...?

 - Y tú, hermano, puedes ser su consejero. - ilustró, imaginando la mejor configuración del grupo - no sabemos a que clase de magia nos enfrentaremos. Necesitamos una mente despierta y abierta al conocimiento que brinda Maztica. 

 Soltó a Iroh y se mesó el mentón.

 - Urza y Kruth pueden encargarse de cubrirnos las espaldas, para que nuestros queridos soldados no tengan que preocuparse tanto por nosotros. - quiso quitarles ese peso de encima, aunque en su tono se destilaba cierto agradecimiento, que los escoltaran era una labor loable. De nada, amigo. Pensó en el semi-orco.

 - Está claro que no es un paseo para pasar el rato, pero no evitemos pasarlo bien mientras compartimos este gran momento.

 ¡Hermano! Tal vez hagáis un descubrimiento y los historiadores hablen de nosotros. ¡Mejor que nos recuerden animados y dispuestos!

 Asintió y con la diestra apretó el puño en un gesto de vigor.

 - ¡Eso es! ¡hagámos historia para los nuestros! - y se refirió, sin duda, a todos los colonos.

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30/09/2020, 10:10
Soldado de Aguas Profundas

La barcaza de los exploradores llegó a tierra, y pronto media docena de soldados llamaron la atención de los exploradores.

A ver, damas y caballeros! El grupo era bastante numeroso, quince personas, pero supuestamente sabían defenderse, así que se mantuvo el grupo estándar. Por aquí, reúnanse. El soldado empezó a hablar cuando tuvo su atención. Miró a Oropher y asintió a su idea de tener a los dos semiorcos detrás. Ya que tenemos vigilantes detrás, dos soldados iremos delante, dos a izquierda y dos a derecha. Por lo demás, ustedes dirigen la expedición, salvo que veamos algún riesgo demasiado grande o nos topemos con nativos, en ese caso todos de vuelta a la playa. ¿Todo el mundo lo ha entendido? Miró a todos, especialmente a Urza, ya que le daba la sensación que a la orca vieja le costaría entender muchas cosas juntas. Vale... Pues les escoltamos, señores.

Seguir el río sería una buena forma de evitar perderse, y quizá en un río tan amplio (unos treinta y tantos o cuarenta de anchura en la desembocadura) pudieran encontrar rastros de civilización. Por otra parte, quizá fuera más fácil encontrar fauna yendo a beber, claro.

Jungla adentro requieriría de ir haciendo marcas para evitar perderse (Aunque un grupo de veinte personas seguramente fuera suficiente rastro para la mayoría) y podrían ascender a colinas más rápidamente, desde donde divisar mayores distancias.

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30/09/2020, 10:58
Sephos

El semielfo baja de la barcaza antes de Liliana y la ayuda a bajar a ella como la dama que es (Por mucha armadura que lleve).

Bienvenida a Maztica, Gobernadora. Dijo con una sonrisa, y miró alrededor, a los grupos de exploración que se empezaban a preparar para explorar la jungla, y a un delgado mercader que iba escoltado por varios mercenarios y expertos, además de la media docena de soldados reglamentaria.

Ojalá no haya nada demasiado peligroso, podría ser un buen lugar...

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30/09/2020, 11:17
Sephos

Al semielfo le costó un par de segundos más de la cuenta soltar la mano de la gobernadora, sonrojándose al darse cuenta, y carraspeando mirando a las montañas

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02/10/2020, 18:54
Lilianna Cassalanter

Lilianna, tras organizar los grupos con su tono firme, de mando, y tras haber consultado los augurios de la mayoría de las religiones que los acompañan, desciende a las barcas, empleando una de las que transportan militares, no civiles, para avanzar hasta la orilla. La visión del nuevo mundo es algo que se nota que la maravilla bastante, tanto así que no presta demasiada atención a las chanzas del pequeño grupo de exploración unos con otros. Francamente, no tiene nada de claro si prefiere que ellos no se topen con los indígenas o que sí.

Con apenas algunos comentarios a los hombres de la barca y a Sephos, algo poco destacable, su barca avanza sin especial ruido hasta la orilla, donde la ligera colisión con tierra la saca de su ensoñación, perdida en la tierra virgen la mayor parte del tiempo. Sephos se toma la molestia de bajar primero y ofrecerle la mano, lo que hace que la gobernadora, ataviada como una auténtica reina guerrera, sonría antes de tomar la mano y aceptar su ayuda para descender a la arena húmeda.

Gracias, Sephos, es todo un detalle... Esto es magnífico. -dice simplemente, sin notar en apariencia el posterior sonrojo del semielfo- Estaba deseando poder pisar tierra a estas alturas, aún si solo es un rato. -le comenta en voz baja, ahora sí mirándole con una sonrisa cómplice.

Para mucha gente, puede parecer casi inalterable, pero con Sephos muestra algo más allá de lo que se permite mostrar al vulgo.

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03/10/2020, 19:01
Tressa

Tressa estaba entusiasmada con la idea de pisar tierra y ver cómo se estaba dando todo. Miraba con una amplia sonrisa a todos los que iban en las barcas. Lanzó una sonrisa resplandeciente a Feanor y a Oropher y una mucho más cordial y mas dentro del protocolo a Liliana Cassalanter. Tressa se sentía profundamente agradecida por la oportunidad de explorar y que la gobernadora hubiese estado de acuerdo.

- Mi señora – dijo la chica como muestra de agradecimiento – le informaré de lo que encontremos y le me gustaría que supiera que estamos profundamente agradecidos de ofrecernos una escolta. Esperamos no encontrar incidentes. Muchas gracias.

La mercader podía ser de muchas maneras: insufrible, un poco cría, bastante intensa… pero procuraba ser agradecida y sabía cual era su lugar. Le gustaba explorar y perderse por el terreno. Uno nunca sabía lo que podía encontrar. Miró a sus acompañantes y sonrió, pero le molestó bastante las miradas de los militares a Urza.

- Discúlpeme, buen señor – dijo la chica incapaz de callarse – pero más le gustaría a más de uno tener el ingenio y el talento de Urza.

La chica se irguió orgullosa de su compañera semiorca. Estaba cansada de que la gente la tomase por tonta cuando posiblemente fuera su mejor amiga. Para distraer a Urza, le dio un codazo y le guiñó un ojo haciendo un movimiento de la cabeza hacia donde se encontraba Kruth. Tressa se tapó la boca con ambas manos ahogando una risita. Estaba convencida de que su compañera la entendería.

Sin embargo, Oropher habló, proponiéndola a ella misma como una especie de líder de la expedición. Había mucha gente reunida y miró con pánico a Feanor, suplicándole ayuda.

- ¿Q-qué? – preguntó a Oropher con mirada de miedo - ¿Y-yo?

Aquel elfo tenía un don en poner entre las cuerdas a la mercader y aquella era una de esas ocasiones que cada vez estaban siendo más frecuentes.

- ¡Pero yo nunca he estado en Maztica! – dijo la chica 

Tressa pensó en todas sus posibilidades. Llevaban a los militares que tenían orden de replegarse si ellos tenían contactos con nativos y estos atacaban. Llevarían a Urza y a Kruth en la retaguardia, pero tampoco quería que les pudiera pasar nada malo. Estaba convencida de que Oropher y Feanor eran bastante diestros, pero no tenía muy claro cuál sería su compromiso con la expedición. Por otro lado, estaba Tainiël, Lena y Aredhel. Seguro que ellas sabrían desenvolverse bastante bien. Aún así, miró a Iroh lanzándole una significativa mirada. No se lavaría las manos si el grupo quería que ella se responsabilizara de aquella expedición, aunque tendría cuidado de darle un pequeño codazo en las costillas a Oropher como su pequeña venganza.

Sólo si todos estáis de acuerdo… - dijo la chica encogiéndose de hombros.

Apreciaba mucho a aquellos que habían viajado junto a ella y a Oropher y a Feanor, con los que había tratado más. Si seguían adelante con el plan propuesto por Oropher, Tressa se pondría seria. Explorar terreno desconocido podía ser una oportunidad increíble o algo realmente temerario. Tendría en cuenta a todos los que iban con ella y, aunque no lo mencionó a nadie, pero llegado el caso no dudaría en hacer de carnada u ofrecerse a lo que fuera con el fin de no ver comprometida la seguridad del grupo.  

- Tainiël – llamó. Miró a Lena y a Aredhel con las que tenía menos confianza por si querían acudir también, incluso les hizo un gesto. La conversación no sería privada - ¿hacia qué dirección pensáis que es mejor dirigirse primero? Propongo no distanciarnos demasiado de este punto, no quiero poner en riesgo a nadie. Propongo que vayamos junto al río, pero vosotras sois más expertas que yo en reconocer el terreno y me gustaría saber vuestra opinión.

Adentrarse en la jungla era una opción del todo deseable, pero tal vez fuera menos arriesgado seguir el curso del río siendo un grupo tan numeroso. Pensaba que un grupo de unas veinte personas aproximadamente dejaría un rastro tanto a la ida como a la vuelta que podría perjudicar a los civiles que quedaban en la costa junto a Liliana Cassalanter si alguien malintencionado de Maztica pretendía hacer daño y eso no podía ser ni siquiera una opción. En ese sentido había propuesto mejor seguir el curso del río y, aunque pensaba que sería la mejor opción, ella no quería dejar a nadie de lado o que se sintiesen menospreciados por no tener en cuenta su opinión.

Si todos estaban de acuerdo, Tressa comenzaría la marcha junto al río, intentado encabezar la expedición junto con Tainiel, Lena y Aredhel por un lado y Feanor y Oropher por otro. 

- Me alegra mucho que hayas venido, Feanor - le dijo con sinceridad - contigo de nuestro lado todo irá bien.

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03/10/2020, 19:15
Tainiël

MMmm.... La elfa pensó un poco la respuesta. El río parece la opción más segura, con semejante caudal, sólo por el sonido del agua ya te puedes guiar.

De paso podemos averiguar si hay alguna forma natural de cruzarlo, o incluso algún puente, en algún punto más estrecho... O una cascada.

Pero si lo que queréis conocer es la flora y la fauna, sin duda será más rentable el paseo por la jungla, aunque pueda ser más peligroso.

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04/10/2020, 00:46
Feanor

El elfo se subió a la barca con un hormigueo recorriendo su estómago. El viaje, el verdadero viaje, estaba a punto de comenzar. Se enfrentaría a peligros innombrables y a inenarrables calamidades, pero encontraría cuanto buscaba en aquellas tierras y probablemente mucho más. 

Al subir a la barca agarró con cierta precaución el madero que hacía las veces de borda. En pocas ocasiones había montado en barca y, a decir verdad, no terminaba de sentirse cómodo en aquellos vehículos tan inestables. Un gran velero era una cosa, la sensación de movimiento estaba, pero se atenuaba por la ingente superficie y tamaño del barco, pero una de aquellas barcas... no le ofrecía la más mínima confianza. 

-Al menos tengo el hechizo de levitación.-Pensó para sí.

Durante el viaje, breve pero, a nivel gástrico, intenso, se recreó en las mil y una posibilidades que la fauna y la flora del lugar aportarían a sus conjuros. Su imaginación corría desbocada. Se imaginó a sí mismo recogiendo flores silvestres, secándolas y elaborando poderosísimas pociones hasta ahora desconocidas, descubriendo conjuros largo tiempo olvidados, convocando criaturas de las más variadas formas y colores... no había límite. Sin darse cuenta, su mano aflojó el agarre y soltó el madero mientras se colocaba de forma instintiva sobre su colgante. Al darse cuenta, lo soltó y sacó la mano del bote para acariciar sutilmente la espuma de las olas. 

Siempre había sido una persona de interiores, de interiores mohosos y polvorientos a ser posible, pero a decir verdad, podría acostumbrarse a aquél sol sobre su piel. 

Al instante imaginó una sirena emergiendo y retiró la mano con cautela. No convenía enfadarlas. 

Cuando llegaron a tierra, se bajó de la barca y musitó entre dientes una breve plegaria a Mystra para darle las gracias por haber hecho posible su llegada a aquél lugar. Esperaba que su magia no fallara en aquel viaje, pero nunca se sabía. En todo caso convenía tener a la jefa contenta. Acto seguido, tomó un puñado de arena entre las manos y lo dejó caer mirando detenidamente como el viento se lo llevaba. Al hacerlo, cerró los ojos y sintió por un instante la brisa y el calor de aquella nueva tierra.

-Paladead el instante.-Dijo mirando a Tressa y a Oropher.-Es ese último instante de seguridad y confort antes de lo desconocido, saboreadlo porque nunca volverá. 

Dibujó con el dedo de manera tosca una estrella de siete puntas en el suelo, y sonrió mientras escuchaba las ocurrencias de su congénere. No era, ciertamente la persona más indicada para dirigir una expedición, los dioses lo sabían, pero al escuchar que Tressa poseía tales capacidades, no pudo sino esbozar una tímida sonrisa. Sabía que la mercader era más de lo que aparentaba, estaba convencido de que era una mujer capaz, así que el hecho de ponerse en sus manos no lo molestaba para nada. 

-Es un placer seguiros, Tressa, y, como dice mi congénere, podéis contar con mi consejo cuando lo necesitéis.-Afirmó en un susurro cerca de la dama mientras levantaba la vista del suelo.-Sin embargo yo me contendría antes de proponer sustitutos al mando, querido Oropher, nuestra gobernadora podría no apreciar la sugerencia. Pero sin duda haremos historia.

Se aproximó un poco más a la mercader y colocó su mano sobre el hombro de esta.

-Tranquila, esperemos no llegar a tanto.-Dijo con cierta complicidad.-De momento, confiamos en vuestros talentos para llevarnos a buen lugar. Y mi magia está para protegernos en la medida de lo posible. 

Sin dar más oídos a sordos, echó mano a la pechera de su sobrevesta y la colocó de la manera adecuada mientras escuchaba a los guardias dar indicaciones. La interacción con ellos iba a ser esencial para su papel y deseaba caerles en gracia, así que procuró no distraerse demasiado. 

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06/10/2020, 20:33
Oropher

 Oropher respiró profundamente, paladeando el momento, tal y como Feanor había dispuesto. Sin duda, su hermano, sabía entender a la perfección lo que le había traído hasta allí, aquellas sensaciones, aquellos olores, aquella belleza en bruto, era una experiencia impagable, que ni alguien tan talentosa como Tressa podría llegar a tasar. Quizás el clérigo no se estuviera refiriendo a lo mismo que pasaba por su cabeza en ese instante, pues Oropher sonreía y se dejaba copar por lo que estaban viviendo, y tal vez, lo que había pretendido, era augurar que pasarían acontecimientos imprevisibles, algunos de ellos negativos. Como oráculo Feanor parecía un tanto inexperto, pues cualquiera podría prever que en una expedición como aquella, encontraría obstáculos que les hicieran arriesgar la salud. Pensar en la muerte no estaba en la lista de tareas del elfo solar en ese instante. También susurrando, especificó:

- No osaría. Hermano, como bien apuntáis, con vuestra guía, Tressa nos llevará lejos. Mas no en el sentido en el que nuestra gobernadora podría. Ella nos ha traído hasta aquí, y ha dispuesto nuestra seguridad. No ha fracasado hasta entonces, y no puedo negar que confío en que todo le seguirá saliendo bien, mientras mantenga tal disposición y determinación.

  No se aseguró de que los soldados no le oyesen, pero no proponía a Tressa como reemplazo para la gran advenediza, y si había sonado en tal sentido cualquiera de sus sugerencias, esperaba que entonces nadie salvo la aguda mente de su congénere hubiese pensado que trataría de suplantar o reemplazar a la gobernadora con otro candidato. Para empezar, no le deseaba a Tressa aquel mal trago.

 Tampoco tenía asuntos que tratar con la Cassalanter, y era algo que agradecía, por el momento. Ella era persona ocupada, y tenían mucho que agradecerle, pero se movía en esferas demasiado altas para el elfo solar, jamás admitiría estar intimidado, pero sabía que ante ciertos poderes era mejor mantener las distancias, en ese sentido, ¿no era la advenediza como el dragón que había dejado las marcas de sus garras en el barco? Un ser peligroso si no se le trata con el respeto adecuado, capaz de grandes cosas, y que no todos entienden, pero también un majestuoso ser que se cubre de los golpes volviéndose invisible, y disfraza sus miedos con la majestuosidad de sus escamas y la condición de sus poderosas voces.

 Centrando su atención en Tressa y queriendo ayudarla en todo cuanto pudiese, colocó su diestra sobre su hombro derecho.

- El río puede ser un buen lugar para empezar. – no le parecía una gran idea adentrarse en la selva. Claro que era dónde los recursos podían ser más evidentes y los descubrimientos más grandes, pero el riesgo para todos aquellos civiles lo descartaba para el elfo solar. Tenían la oportunidad de ver el mundo, de beber de sus conocimientos, pero si no lo tomaban con respeto, no debían engañarse, podrían perecer.

Soltando a Tressa, ocupó su lugar entre los demás. Los militares irían delante, el no podía pretender ser algo que no era. Valiente, tal vez, pero no un inconsciente. – Ayudaremos en lo que podamos. – Y pareció hablar por los demás acompañantes, incluidos aquellos que no conocía.

Si se ponían en  marcha, trataría de hablar con algún soldado, le interesaba hacer buenas migas con algunos, y no deseaba que todos pensasen que les había tocado un castigo. Debía de intentar que mientras hacían lo que debían lo sintieran como algo tan necesario como reconfortante.

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06/10/2020, 21:57
Tressa

Tressa, en su afán por prepararse para la incursión por tierras desconocidas, no paraba quieta de un lado a otro, hasta que escuchó las palabras de Feanor. El tiempo parecía haberse detenido un instante, quizás, tal y como el elfo había dicho, el último en el que encontrarse a salvo.

Cerró los ojos un instante, el suficiente mientras sentía la arena que el clérigo tenía en su mano caer. Si algo había aprendido en el viaje es que no era bueno precipitarse. Inspiró hondo. Posiblemente era esto a lo que Oropher se había referido en sus conversaciones a escondidas del resto. Ese instante, breve, efímero y hermoso en el que una era consciente de estar viva y de todo cuanto le rodeaba. 

Al notar la mano de Feanor sobre su hombro abrió los ojos lentamente y miró la selva con otra actitud. Gracias a ese gesto, Tressa ya no tenía miedo de lo que podrían encontrarse y ese sentimiento se incrementó cuando sintió la mano de Oropher en su otro hombro. Ella sentía el peso de la expedición en sus hombros, la responsabilidad que no sabía ni de dónde había llegado y, sobretodo, el apoyo y la confianza de todos cuantos la rodeaban. 

Miró a Lilianna Cassalanter e hizo una breve reverencia en señal de respeto y agradecimiento. En cierto modo, también se había sentido respaldada por la gobernadora al proporcionarle una escolta. 

- No pretendo asumir ningún otro cargo que el que tengo - decidió aclarar temerosa de despertar las enemistades de Lilianna a la vez de la terrible posibilidad de que le dieran una responsabilidad para la cual no se sentía preparada. 

Las ideas se aclaraban en su mente conforme el tiempo pasaba. Se sentía feliz de que todos juntos hubieran decidido hacia donde ir. Aquello había supuesto para la mercader una gran diferencia en la actitud del grupo. Ahora más que nunca estaba convencida del éxito de su incursión. 

- Bien - dijo mirando a Feanor, Oropher y al resto - si todos estáis de acuerdo vayamos cerca del río. 

Miró a Iroh y le lanzó una tímida sonrisa. Parecía que sus vivencias en Maztica estaban empezando mucho mejor de lo que había esperado mientras caminaba por la superficie del barco, de un lado a otro y teniendo algunas charlas ocasionales con los viajeros que allí se congregaban, viendo las olas golpear el medio de transporte. Las negociaciones que tantos quebraderos de cabeza le habían dado, quedaron relegadas a un segundo plano.

Tal y como los dos elfos habían dicho, ambos muchísimo más sabios de lo que ella seguramente pudiera llegar a ser, todo se trataba de ese momento y uno nunca podía prepararse lo suficiente como para realizar toda esa hazaña, pero como en una conversación lejana, se sentía lista para afrontar los retos que Maztica le ofrecía. 

- Nunca olvidaré esto - dijo tanto a Feanor como a Oropher. Y luego, dirigiéndose más al segundo, añadió - creo que finalmente lo entiendo. 

Con todos listos, la chica comenzó a andar cerca de la orilla del río. Confiaba ciegamente en los sentidos de Tainiël y en las habilidades de todos los que se habían atrevido a aventurarse en aquella expedición junto a ella. Todo saldría bien. 

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07/10/2020, 09:23
Director
Sólo para el director
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07/10/2020, 10:26
Lilianna Cassalanter

La gobernadora devuelve una cordial sonrisa, aunque resulta cercana, a Tressa cuando esta le sonríe, y no atiende sobremanera al grupo de exploración, sino que empieza a organizar a los civiles y militares allí presentes para poder pasar un rato tranquilo y seguro en ese pedazo de tierra.

Por suerte para todos, Lilianna había interpretado de forma bien distinta la idea de Oropher de que Tressa "los guíe", y tampoco nota el susurro del elfo como para sospechar. Para ella, Oropher debía referirse a la exploración que están por realizar... Porque empezar a confabular según llegar y contra alguien con el que sabe que se puede tratar... Bueno, le resultaría bastante raro, no hay tanto pastel para repartir si la gente no los sigue. De hecho, habiendo sido nombrada gobernadora por los mecenas de Aguasprofundas, la posición de la Cassalanter todavía no es absolutamente firme, así que a menos que tuviesen una mayoría importante de aquellas dos mil almas a favor y siguiéndolos con decisión, no sería buena idea. Y no duda que habiendo estados encerrados en un barco se hubiese enterado del asunto si tanta gente tuviese tanto aprecio a todo el grupo. Aunque, por supuesto, sabía que el cocinero y la mercader llamaban la atención de bastantes personas en un aspecto más romántico. ¿Qué pasa? A ella también le gustan los cotilleos y tiene las mañas para que a la gente se le suelte la lengua.

Así pues, la Cassalanter consideraba que tenía tan poco que temer de ellos tres, como ellos tres de ella: en tanto todo se haga bien, hablando, y en unos términos que los involucrados consideren justos, no sería fácil que tuviesen la animadversión de la gran advenediza.

Formen un perímetro y guardias rotativas, no hace falta que todos estéis de guardia en todo momento... El personal militar también tenéis derecho a disfrutar de esta tierra. -le decía en ese momento a uno de los oficiales de alto rango.

Volviendo con los civiles, es finalmente la frase de Tressa la que le causa una cierta duda que se le nota un poco en el rostro, aunque corresponde con educación a la reverencia de esta, pero ya se queda con la mosca detrás de la oreja. No creía que Oropher fuese tan estúpido (quizás más adelante, pero no ahora), ni que Tressa tuviese motivos, pero... ¿Tan mal habría sentado esa reunión al clérigo de Mystra como para estar planteando algo así?¿O los habría convencido y simplemente la pelirroja y el elfo lo disimulaban tan bien que ni ella lo notaba? Por lo visto, sospecha que el Clérigo se tiene a sí mismo en altísima estima, con respecto a la independencia de los suyos y sus capacidades, ¿creería entonces que con ser listo valía para gobernar, teniendo que reunirse a diario con múltiples personas? Mierda... Espero no tener que lidiar con esto tan pronto.

Con un cierto desasosiego, vio partir al grupo junto a los exploradores y guardaespaldas que les habían asignado, pensando en qué surgiría de todo aquello.

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07/10/2020, 11:05
Narrador

Maztica comenzaba a revelar sus parajes a los exploradores a medida que seguían el ruidoso y caudaloso río. Las frutas parecían abundantes, aunque sólo los más atrevidos se aventuraban a probar algunas, abriéndolas y oliéndolas primero. Se sucedieron momentos graciosos, cuando Huru se atrevió a probar una fruta carnosa, pero que dejaba la lengua bastante rasposa, aunque a la orca no le pareció nada graciosa la risa de los demás hacia ella. Sin embargo Oropher rápidamente hizo que su compañera recobrase el buen humor.

La caminata continuó durante largo rato, manteniendo la formación en la que los más luchadores se mantenían alrededor, y los menos en el centro del grupo, con la notable excepción de la joven encapuchada que insistía en ir detrás y casi nunca hablaba. Al rato, sin embargo, la formación se fue diluyendo fruto de la calma y el buen ambiente. 

El río tenía una pendiente notable en sus orillas, de unos dos a tres metros de desnivel desde la orilla hasta que comenzaban los árboles, carente de vegetación, o al menos de vegetación que alcanzase las rodillas, por lo que caminar por allí era incómodo y con el tiempo fueron viajando más o menos el mismo tiempo por la ribera que por la parte alta de la misma, donde ya comenzaba la jungla. Vieron de reojo algunos animales huidizos, y ya cerca del mediodía pudieron ver grifos en el cielo, cerca de las montañas que comenzaban casi de inmediato en el otro lado del río. Los agundinos estaban acostumbrados a ver esos animales, pues un grupo de jinetes de grifo tiene su base en el castillo, y a menudo patrullan sobre la ciudad. Lo que llama la atención de ellos es que eran de un color blanco impoluto, en lugar de la mezcla de blanco y pardo de los grifos agundinos, o de Faerûn en general.

Sin rastros de civilización, lo más sorprendente que encontraron a media tarde fueron unas curiosas pisadas de unos 20-25 centímetros de longitud que iban hacia la orilla, quizá a beber, y después regresaban a la jungla. Tressa las examinó con detalle...

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07/10/2020, 12:05
Narrador

Feanor sabe que los grifos son criaturas mucho más inteligentes que cualquier animal normal y que son capaces de entender idiomas aunque no los hablen. También sabe que los huevos y los polluelos tienen un alto valor en el mercado, que si añadimos el hecho de que sean blancos y de Maztica, podría resultar en un negocio muy lucrativo.

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07/10/2020, 12:05
Narrador

Tressa se ha dado cuenta de dos cosas... La curiosa ribera inclinada indica que el río tiene fuertes crecidas regulares, lo que impide que crezca la vegetación y le da esa inclinación tan fuerte. 

Por otra parte, las pisadas sugieren al menos cuatro de ésas criaturas, de unos 180-250 kilos de peso, y de andares bípedos.

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07/10/2020, 12:07
Narrador

Oropher nota a Haila muchísimo más relajada. Obviamente le gustaría perderse en la arboleda durante un rato y poder despojarse de la capa y la capucha, pero no tiene ningunas ganas de perderse. Pararse a comer podría darle la excusa perfecta, para no tener que esperar a la acampada nocturna

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07/10/2020, 12:09
Narrador

A Urza no parece haberle atraído demasiado Kruth, está más interesada en hacer su trabajo y vigilar, pero puede que simplemente se esté haciendo la dura. No es como si pudiera darse el lujo de elegir amantes, probablemente sea más por no demostrar 'debilidad' delante de tantos desconocidos.

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07/10/2020, 12:51
Justicar Zedhira de Tyr

Después de que mucha gente bajase de los barcos, empezaron a bajar algunos equipajes. por ahora tiendas de campaña, ante la esperanza de no tener que dormir más en el barco, al menos durante unos días... si se decidía que no era un buen lugar para quedarse, al menos más de uno se habría dado una buena acampada. El oficial al cargo empezó a ordenar hacer limpieza de maleza y despejar terreno cercano a la playa para poder estar a la sombra sin estar rodeados de helechos y similar.

Varios pintores desplegaron sus caballetes, y la gente reía, pisoteando la arena alegremente. 

La Justicar de Tyr se acercó a Liliana, sonriente. Se trataba de una jueza elfa y sacerdotisa de alto rango de Tyr, que por su extenso conocimiento de leyes y procesos legales fue enviada como dirigente del grupo de Tyr, y además como apoyo para Liliana. Normalmente era bastante estirada y muy protocolaria, pero al parecer no era una autómata, pues hasta a ella la había relajado tomar tierra.

Bonito lugar. Expresó mirando la bahía. ¿Sería mucho preguntar cuánto nos quedaremos en éste lugar...? ¿O tal vez es ya el definitivo? Tomó mucho aire, dejándolo ir despacio.
 

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07/10/2020, 21:37
Feanor

El elfo miró a la parte alta de la montaña y vislumbró los grifos. Aquellas criaturas eran enormemente inteligentes, por lo que si suponían una amenaza lo detectarían. Tras dudar un instante se acercó a la mercader.

-Tened cuidado con ellos.-Dijo señalando hacia arriba.-Son criaturas poderosas, nobles e inteligentes, y no debemos molestarles.

Sus huevos, poseen cierto valor, por lo que pueden ser un negocio lucrativo. Quizá viniera bien hacernos con uno o dos. Pero tampoco demasiados. Si consigo llegar podría hacerme con uno o dos, pero habría que distraer a las criaturas. Con ese oro podría alimentar a muchos o conseguir grandes cosas.-Se atrevió a imaginar en voz alta.

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07/10/2020, 22:00
Tressa

Tressa caminaba alerta y atenta a todo movimiento o ruido. Aunque sus sentidos no eran para nada tan buenos como los de Tainiël, pero la responsabilidad que recientemente había asumido la obligaba a confiar en ellos. Sin embargo, pronto la expedición tuvo que detenerse. 

La imagen de los grifos volando por el aire era bastante espectacular, pero Tressa se agachó para examinar las pisadas. Decidió comunicar en voz muy baja con el resto lo que opinaba de aquellos rastros. 

- ¡Hala! - exclamó como en un susurro cargado de emoción, haciendo gestos a Oropher, Feanor y al resto- ¡fijaos en esto! ¡Menudas pedazo de huellas! La criatura que las haya hecho debe pesar entre 180 y 250 kilos. Además... - Tressa abrió mucho los ojos mientras imaginaba qué podría haber ocasionado semejantes surcos en la tierra - debían de ser como cuatro y parece que andan sobre dos piernas. 

- No debe ser un dragón... - había algo de decepción camuflada en su voz con esa aclaración. 

La mercader, ahora más exploradora que mercader, se levantó y siguió observando el terreno. 

- Si os fijáis en la inclinación del terreno - Tressa señaló con su índice la orilla del río - podemos deducir que este río tiene crecidas regulares. Se nota en la inclinación del terreno y en la ausencia de vegetación. Temo que desaparezca si tardamos demasiado.

Cuando Feanor se acercó a ella y le explicó lo de los huevos de grifo, Tressa se llevó la mano al mentón, pensando sobre las posibilidades que el elfo decía. 

- Entiendo lo que dices - dijo la chica - Sin embargo me aterra la idea de ponerte en riesgo a ti o a cualquiera. No obstante, dime, ¿Qué propones? No me gustaría que fueras tú solo a hacer eso. Eres imprescindible para la colonia, Feanor. 

La chica reflexionó sobre su situación y todo lo que los gestos de los que la acompañaban la habían inspirado. Respiró profundamente y asintió finalmente, sopesando las posibilidades de la expedición. 

- Si quieres realmente hacerte con uno de esos huevos, o dos, tenemos que planificarlo bien - dijo seriamente - no me importaría hacer de carnada si fuera necesario. Confieso que también me gustaría hacerme con alguno, aunque preferiría que no tuviera criatura inocente dentro. Las implicaciones éticas me aterran. No obstante, lo primero es la seguridad. 

Tressa tragó saliva con brusquedad, haciéndose daño en la garganta, pero también estaba totalmente decidida. Miró a Oropher, también quería conocer su opinión. 

- ¿Qué piensas, Oropher? - preguntó.