Partida Rol por web

-¡Bienvenida al otro lado! A ver qué pasa ahora, sabiendo ya quiénes son los traidores, sólo queda esperar a que acierten los vivos. Claire, ¿qué pasó con la defensa? ¿No la hiciste valer? Es solo curiosidad.

—Pues el pobre chico no se defendía y no tomó la coartada que le ofrecí, querida Reilly. Al final una nunca sabe a menos que sea adivina. Espero que no maten ahora al monedero, sería otro error, pero seguro que sabe defenderse por sí mismo. Quien debería morir es el transformista Urquhart, que estaba disfrazado de Jack cuando pasó por mi pasillo.

-También fue mi asesino, entonces transformado en la por entonces ya muerta Claire. La otra traidora es Dilaila. ¡Esperemos que los encuentren pronto!

Oh Elisabeth... Siento verte aquí, compañera. Los dos impostores te acorralaron y mataron sin piedad. Por suerte Patamás estaba cerca.

Claire se acercó a Elisabeth, sus halos se rozaron en lo que anteriormente sería un abrazo. 

La vida se acabó, y el Cielo espera. Pero el Señor quiere que acabemos nuestras tareas. Sólo así descubriremos a los Demonios y salvaremos a Hacienda.

Armand, no seas tan duro con Elisabeth. Greyrat habla bien y convence, aunque se equivoque.

Mary, ya te dije que iba a adelantar primero mis tareas. Paciencia. Apenas me quedan 3, y a medias ya. Pero si Greyrat consigue ajusticiar a otro inocente, deberé seguir al "escribano cambiaformas" antes de que mate...

Porque Elisabeth, querida, fue la furcia de Dilaila quien te acuchilló, ¿verdad?

-Creo que Elisabeth y yo compartimos asesino, Claire. Angus está muy activo... y Dilaila demasiado callada. Ya le están reprochando demasiado que no hable, ¡a ver si esta vez van a por ella y viene a visitarnos por aquí!

- De verdad que este tipo está enamorado de su propia voz... -murmura el esclavo durante el discurso del amante de las monedas.

Flotando ligeramente, Armand se dirige hacia Merigold que sigue en silencio.

- No sé si su táctica es inteligente o suicida...

Claire no quitaba sus ectoplásmicos ojos de Dilaila y Angus. Quería ver si había alguna magia en su mirada que les hiciese explotar. O revelar la verdad. O al menos sudar copiosamente.

La extraña intervención de la impostora Merygold le hizo pensar que sí.

¡Ea!, ya está Greyrat confundiendo a la servidumbre con tantas palabras. No le se entiende la mitad de lo que dice. Es listo, pero no tanto como se cree. Le van a tirar un mendrugo de pan, ¡Ja!

La escena anterior de la señora Patamás le había resultado muy graciosa. Iba a echarle de menos en el Más Allá.

—Sí, así es Claire. Esa fulana al parecer estaba fingiendo colocar los cuadros, pero yo la vi manipular las luces. En cuanto me vio y me llevó a la muerte. En realidad, esto de estar muerta tiene sus ventajas: ahora puedo viajar por las paredes, es lo que más necesitaba ahora mismo.

Se acerca a la señora Patamás con incomprensión. Intenta darle golpecitos en la cabeza para que despierte, pero no funciona.

—Espero que se de cuenta de las mentiras de esa mujerzuela, ya que Patamás estuvo en intendencia mucho tiempo y no se cruzó con nadie. Si lo hace, entonces los dos ya están sentenciados.

- Por cierto, ¿os quedan  muchas tareas? A mí tres: Hacer las camas, podar los setos y ordenar la biblioteca. Y ya tendría bastante avanzada las de podar los setos y ordenar las camas si no fuese por el dichoso botón de deliberación, que ya me ha interrumpido dos veces...

Claire hizo un gesto de agradecimiento a Armand. Así es como vencerían.

Si me ha dado tiempo a dejar bien alimentadas a las palomas antes de que sonase la campana, me quedaría solo devolver el Grimorio a la alcoba del mago - Se santiguó por triplicado, aún siendo fantasma seguía temiendo a la magia - y servir la comida. Dos tareas nada más.

¿Vosotras como vais?

Por cierto, ¡Qué ganas de asustar a Bermejo y hacerle huir para siempre de la Hacienda! Bardo, vago, bobo y lamebotas, ¡Va a salvar a Dilaila!

- Armand mintió reiteradas veces cuando no tenía ningún sentido hacerlo. El esclavo afirmó no coincidir ni ver a nadie desde que saliese del cuarto de luces, cuando quedó demostrado posteriormente y así lo confirmaron dos de los presentes, que compartió ruta con Angus Urquhart atravesando el Claustro y se cruzó con el herrero en el salón de Espejos, para posteriormente dirigirse al salón principal. También mintió respecto al orden en que realizó sus tareas y se sucedieron los acontecimientos. Afirmó que estuvo realizando sus tareas en las cocinas y que después se apagaron las luces. ¿Cómo alguien que estuvo en el salón Principal durante el mediodía (fases 11 y 12), que afirmó que precisó detenerse para abrir dos puertas mientras se dirigía a las cocinas, ¿pudo realizar la comida a tiempo ANTES del apagón como el mismo alegó? ARMAND MINTIÓ LO QUE NO ESTÁ ESCRITO Y MÁS.

- Lo peor de todo, es que el me-gusta-hablar-mucho se basa en que yo soy el impostor en sus "deducciones" sin pensar ni un momento en que está equivocado. Yo no mentí en nada. Si acaso... olvidé cosas. -el esclavo se encoge de hombros. - También dice que miento porque Angus me vio, porque claro, que sea él un impostor no es...

Armand le da una colleja fantasmagórica al papanatas de la moneda.

- Espero que le maten sólo para que se calle. Y por venganza un poco también, la verdad.

-Me faltan también pocas misiones para rematar... Está entretenida la deliberación. Al menos ahora acorralan a Dilaila, y tienen también en la diana a Angus. Mis esperanzas están puestas en que el bien triunfe y los traidores reciban su merecido. Cierto es que hay algunos que entorpecen los a veces acertados argumentos, parece como que les protegieran... ¡Espero que no sea así, que sea solo ignorancia!

—Si os soy sincera, antes de ir a colocar el espejo del pasillo en donde me asesinó iba a pasarme por la alcoba del mago, en donde tengo una tarea, pero lo cambié en el último momento. Fue un acto casi inconsciente por gracia... del destino... Pero menos mal que ha servido para que Patamás descubra a la traidora. Ahora tendré que volver donde la bola, para terminar mis tareas donde las galerías, llegaré rápido atravesando las paredes.

Tras escuchar que Patamás no sentencia a la asesina, sino al otro impostor, añade:

—No se preocupen, don Parlanchín, el consejero, se va a dar cuenta enseguida que Marygold miente.

No me se suelen gustar las canciones de Bermejo ... Pero esta es un "Encanto"... Claire tarareó aquella melodía, una bella hacienda en un aún más  bello valle le vino a la mente... ¿El Paraíso que les aguardaba en el Cielo?

Patamás es quien nos va a salvar a todos, Dios la bendiga.

-Tendré justicia, y mi asesino nos acompañará en breve... Dilaila no tardará tampoco en caer. Menuda excusa, la de "me equivoqué de lugar, no era tal sino cual"... ¡Decepcionante! Angus al menos tuvo mejores coartadas. ¡Pero regocijémonos, amigos difuntos, que pronto podremos pedirles cuentas aquí mismo!

Y el señor Franciscano se nos une en el más acá...

¿Hola? ¿Hay alguien ahí?

-Como dice una vieja tonada, y con permiso del bardo

"y los muertos aquí lo pasamos muy bien, entre flores de colores. Y los viernes si tal, si en la fosa no hay plan nos vestimos, y salimos para dar una vuelta sin pasar de la puerta..."*

Confieso que te descubrí antes que ellos, por dónde me mataste. Venías de la capilla por el pasadizo. Ellos no te descubrieron antes porque nunca encontraron mi cadáver. Sí, cambiaformas... Claire fue quien me mató, pero tú estabas tras ella. Ella ya estaba muerta entonces. Así que lo de cambiaformas y traidor cayó sobre tí como una losa. 

Y te quejas de que no te dieron guiso antes de matarte... ¡Cuánto cinismo! A mí me mataste tú sin dejarme ir a probar de nuevo sus galletas. Arderás en el infierno, pero sin rencores, eh? Jajaja

Ay mísero de mi - el buen franciscano se llevó las manos intangibles a la cabeza, tratando de ocultar su rubor igualmente intangible ante las palabras de la bella Mary Reilly - un servidor tenía esperanza de que mis lealtades hubieran permanecido ocultas, pues a usted, mi señora, la asesiné bajo otra apariencia y en público jamás revelé ser quien todos ya suponían...

Le agradezco, profundamente, que no sea una joven rencorosa... pero ya cogeré a Patamás, mira que ejecutarme sin haberme servido un plato de guiso de liebre... eso no se hace. 

¿Aquí cuando se jala?

Preguntó el anciano escribano, liberado ya de sus ataduras terrenales.