Partida Rol por web

Iniciaba la primavera en el hemisferio norte y el otoño en el sur, para Alfhird Barbo había sido un día muy ajetreado, reuniones, revisar documentos y una auditoria que se aproximaba hacia que todos estuvieran más estresados que de costumbre, su hija le había prometido llamar en el equinoccio de Marzo, pero debido al cansancio tanto físico como mental ella cayo rendida en la cama después de un baño caliente. Al pasar unas horas abrió los ojos porque sentía, de manera inconsciente, que alguien o algo la observaba fijamente, para su sorpresa una silueta oscura estaba parada cerca de la cama pero no sintió miedo más bien tenía una sensación de paz y tranquilidad que nunca había experimentado inclusive con toda esas horas de yoga y meditación por las que pagaba.

La silueta la llamo en latín y Alfhird pensó –yo no sé latín– pero se sorprendió al entender a la perfección lo que le dijo, se levantó de la cama sin titubear y de pronto todo se oscureció.

Iniciaba la primavera en el hemisferio norte y el otoño en el sur, para Henry Orozco había sido un día muy ajetreado algo poco usual debido a su estilo de vida relajado, la fiesta de su nieta había sido agradable pero el viaje hasta su casa era largo, debido a esto el cansancio tanto físico como mental lo hizo caer rendido en la cama después de un baño caliente. Al pasar unas horas abrió los ojos porque de manera inconsciente sentía que alguien o algo lo observaba fijamente, para su sorpresa una silueta oscura estaba parada cerca de la cama pero no sintió miedo más bien tenía una sensación de paz y tranquilidad que nunca antes había experimentado.

La silueta lo llamo en latín y Henry pensó –yo no sé latín… aunque he querido aprender– pero se sorprendió al entender a la perfección lo que le dijo, se levantó de la cama sin titubear y de pronto todo se oscureció.

Iniciaba la primavera en el hemisferio norte y el otoño en el sur, para Hillary Clinton había sido un día como cualquier otro, reuniones, responder correos y dar alguna entrevista lo usual y lo que desgraciadamente la mataba poco a poco, debido al cansancio tanto físico como mental ella cayo rendida mientras tomaba un baño por la tarde. Al pasar unas horas abrió los ojos porque sentía, de manera inconsciente, que alguien o algo la observaba fijamente, para su sorpresa no era Néstor para avisarle que alguien quería hablar con ella o tenía una nueva reunión para mañana si no una silueta oscura que estaba parada cerca de la tina pero no sintió miedo más bien tenía una sensación de paz y tranquilidad que nunca había experimentado.

La silueta la llamo en latín y Hillary pensó –yo no sé latín, acaso no habla inglés– pero se sorprendió al entender a la perfección lo que le dijo, se levantó de la tina sin titubear, tomo su bata y de pronto todo se oscureció.

Iniciaba el otoño en el hemisferio sur y la primavera en el norte, para Pablo Angelini había sido un día muy ajetreado, reuniones, revisar documentos y una auditoria que se aproximaba hacia que todos estuvieran más estresados que de costumbre, debido a esto el cansancio tanto físico como mental lo hizo caer rendido en su escritorio. Al pasar unas horas abrió los ojos porque de manera inconsciente sentía que alguien o algo lo observaba fijamente, para su sorpresa no era Daniel, su contador, con una montaña de papeles para firmar si no una silueta oscura que estaba parada del otro lado del escritorio al verla no sintió miedo más bien tenía una sensación de paz y tranquilidad que nunca antes había experimentado, ni si quiera en sus vacaciones.

La silueta lo llamo en latín y Pablo pensó –yo no sé latín– pero se sorprendió al entender a la perfección lo que le dijo, se levantó de su sillón sin titubear y de pronto todo se oscureció.

Ahí estaban, tú y 6 extraños junto a esa silueta negra esperando a que algo sucediera, –¿acaso morí?– se preguntaban algunos, –estoy soñando– afirmaban otros. Avanzaron un poco más y de pronto una puerta se materializo frente a sus ojos, una puerta elegante, de madera café-rojiza con un tallado muy peculiar, ángeles, demonios, humanos, animales y otras extrañas criaturas, todas juntas en un collage maravilloso. La puerta resaltaba demasiado ya que era lo único ahí, todo a su alrededor era completamente negro, pero por algún extraño motivo podían verse y a esa figura también como si hubiera luz, aunque sentían un piso solido pisada tras pisada parecía no haber nada bajo sus pies.

Justo al llegar a la puerta la criatura se giró mirándolos fijamente, aunque solo era una forma de decirlo ya que no se le veían los ojos, pero inmediatamente se sentía que te observaba, al verla con mayor detenimiento se percataron que solo era un esqueleto, lo que todos conocen como “la muerte”.

Los siete se detuvieron esperando a que la muerte dijera algo o que las puertas se abrieran. Después de un momento que pareció una eternidad, su guía, con una voz profunda y grave como la del mejor locutor que jamás haya existido, dijo.

En perfecto latín dijo lo siguiente,–Bienvenidos mortales–, y extendió la mano frente a todos, –han sido elegidos al azar, como es la costumbre, para ser los ganadores de lo que lamentablemente a ustedes les queda poco… tiempo de vida– , giro de nuevo para quedar frente a la puerta, la abrió y entro, una intensa luz que no lastimaba los ojos emanaba del otro lado, –si quieren participar por favor entren, si no, simplemente den la espalda a la puerta y continúen con lo que les resta de vida–, se escucharon esas palabras desde el otro lado.

A Hillary no le da miedo esta extraña criatura.

Es decir: Ya tuvo la ocasión de juntarse con el ex-presidente de España, Selu Zapatero, y con sus indescriptibles hijas. Así que la misma muerte, aunque hoy diga que se llama "El Croupier" ya no le da miedo.

Encontrarse en una habitación, sola y con dos (¡Puaj!) machos eso ya le da mas asco.

Pero no dispuesta a dejarse amedrentar por ser humano alguno, ella cruza el umbral

"Soy Hillary Clinton y vengo a GANAR!"

- Así que me queda poco tiempo de vida, y me están ofreciendo vivir más.

Henry estaba parado inmóvil frente a la puerta escuchando, si lo que escuchaba era cierto entonces aún no estaba muerto, pero ya casi y por otro lado podría ser simplemente un sueño, en cualquiera de los casos lo que hiciera no tendría mucha más importancia ya que o bien moriría o despertaría de todos modos.

- Pues adelante, aunque me despierte luego de un rato - dijo Henry mientras daba unos aletargados pasos hacia la puerta.

"¡Muerte! ¿Por que hablas en Latín? ¡Ese es el idioma de los malditos romanos, los padres de los corruptos y mafiosos italianos!"
"Deberías de hablar en un idioma mas antiguo, como el egipcio o el Babilonico!"

"¡Hombre tenia que ser!

-Vaya este si que es un sueño muy extraño... o no sera un sueño- pensó la humilde señora, ella había decidido descansar un poco en la silla-mecedora de madera que le había construido su esposo, -¿Poco tiempo de vida?, no voy con el señor medico seguido, pero estos días me'sentido mas cansada que otros, si me voy, ese José, viejo torpe, no va'saber ni que ropa ponerse- pensó de nuevo y mas que por la esperanza de conseguir unos años extra, ella lo hacia por su esposo, no quería dejarlo solo, -Espere flaca que yo voy con uste'- dijo con un claro tono indígena y con un caminar lento ayudada con su bastón, entro por la puerta.

La muerte los esperaba paciente del otro lado y no diría nada, hasta que todos decidieran su destino.

Rolland leia una revista de modas cuando fue llamado, -Nunca antes había tenido un sueño tan vivido, no se ustedes caballeros y damas, pero yo voy a entrar- dijo el alto anciano con un tono calmado y haciendo bastantes expresiones con las manos algo afeminado. El no creía que esto fuera real solo lo hacia por la aventura.

- Al fin, la Parca - pensó Pablo. Nunca fue muy religioso, aunque, como solía decir medio en serio, medio en broma, tenía ''los sacramentos al día''.

No le sorprendió que la Muerte hablase latín ... al fin y al cabo, todavía recordaba las tediosas misas preconciliares; sí le sorprendió comprenderlo. Nunca aprendió bien ese idioma, salvo algunas frases sueltas, citas literarias desperdigadas.

Su mente analítica no solo observaba la silueta negra, sino también la reacción del resto de las personas. Le sorprendió el el aplomo de una anciana con pinta de aborigen

- Vaya modo de dirigirse a la Muerte ... hay que tener coraje para tratarla con tanta familiaridad no exenta de respeto. Admirable!. 

Por otro lado, vio una figura que le recordó la excandidata presidencial norteamericana, asegurando su victoria sin más.

- Por Dios!!! que mujer más engreída!!!.

Otros dos hombres se adelantaron... ambos creyendo que se trataba de un sueño

- Sueño vívido? No... la vida es un sueño, y los sueños sueños son... esto puede ser el despertar - supuso Pablo

Dudó apenas un segundo, tal vez solo una fracción de segundo. Pero dio un paso adelante y exclamó, alzando los hombros: - Memento mori (*)

(*) Recuerda que eres mortal

Cuentame como esta el, ¿ Me guarda rencor?.

No se siente tan mal estar aqui.

 A la final buscaba esto con tanto ajetreo y cambio, pense tambien podia controlar cuando pasaba esto, por algo me cuidaba no.

Como logras esta Paz.

¿Si entro me responderas?

Despues de esperar un tiempo prudencial si no obtengo respuesta decido avanzar. Le saludo a la muerte con una especie de reverencia con la cabeza y le digo que le mande saludos que a pesar de todo lo quiero

Vincent seguía frente a la puerta, era el único ahí todos los demás habían entrado, todo esto era una locura... como toda su vida siempre viviendo al día sin saber que comería mañana o donde dormiría, -Que mas da, nadie me extrañara y no me importa morir pues no tengo nada por lo cual vivir- dijo el viejo vagabundo con una voz muy rasposa, caminó hacia la puerta y entro seguro de lo que hacia, al cruzar todos estaban ahí esperando, atónitos de lo que veían y el no fue la excepción, -Ja, Ja, Ja- soltó una carcajada que sonó como la de un pirata.

La muerte aguardaba del otro lado, esperando a que todos tomaran su decisión y al parecer lo habían hecho.

Una vez que todos cruzaron vieron una gran salón lleno de mesas de poker y gente en todas ellas, así como un anfitrión igual al suyo repartiendo las cartas en cada una de estas, parecía una escena sacada directamente de un casino de Las Vegas o Mónaco pero aquellos personajes con túnica negra y manos huesudas repartiendo cartas lo hacían ver todo tan extraño.

La muerte se acerco para explicarles que era todo esto y para responder unas preguntas que le habían hecho.

De nuevo con su voz grave y profunda dijo, -Bienvenidos al salón, no tiene ningún nombre en especial, es solo un salón... al menos para los mortales. Están en lo cierto yo soy, la Muerte, el Segador, Anubis, Mictlantecuhtli, Plutón y demás nombres que me han dado a través de los milenios, pero aquí seré solo el croupier- todos prestaban atención a lo que decía, -Ahora, ¿porque latín?, es sencillo implantarlo en sus mentes y es una lengua que nos gusta usar con los humanos de tiempos mas... "modernos", aunque entre nosotros usamos el sumerio, arameo o acadio es muy complicado usarlo con ustedes, y por si se lo preguntan, no nos rebajaremos a usar sus vulgares y simplistas lenguas- esto ultimo lo dijo un poco enojado -Señora Hillary- le dijo, ya mas calmado -hace milenios que perdí mi identidad, no recuerdo si era hombre o mujer y no es que me importe, por lo tanto su afirmación no viene a lugar-

Ahora mirando a Alfhird dijo, -Él esta muy bien y no tienes por que estar preocupada, ya te ha perdonando, es una de las cosas que se hace allá, algún día tu también lo entenderás- una vez mas dirigiéndose a todos -esa tranquilidad es solo empatía, no bloquea su personalidad ni alguna otra cosa y la usamos solo cuando nos presentamos, no queremos que en realidad mueran antes de tiempo... por favor síganme hasta su mesa- giro dándoles la espalda y comenzó a caminar entre las demás mesas, mientras avanzaban veían que las demás personas vestían ropa muy extraña, algunas de estilo victoriano, otras de los años 20's inclusive togas griegas.

Llegaron a su mesa donde había 7 asientos, el croupier les indico donde sentarse y así lo hicieron.