Partida Rol por web

Estabais trabajando en todo la operación. Intentabais estar centrados. Pero era difícil. Los nervios y el cansancio de todo lo vivido empezaban a hacer mella en vosotros. Habíais visto morir a compañeros. Aunque habíais teñido suerte ninguno de vosotros tres había muerto...aún . 

Illanka estaba comprobado las bombonas. Fenix se había quedado vigilante a la puerta y con el arma y Price haría el trabajo duro. 

La criatura entro sin ser vista moviéndose por el techo. La oscuridad y su color le hacían la tarea muchos más fácil. Se descolgó delante de Illanka con los brazos extendidos para apresarla en una grotesca versión de un abrazo.

A Fénix le toco la tarea de estar vigilante con el arma. Mucho más no podía hacer con su molido cuerpo. Maldita tostadora, te odio, os odio a todas...

De repente, el ser alienigena que se estaba dedicando a menguar la tripulación se descolgó delante de Illanka.

-Illanka cuidado!-grito para alertar a todos, parecía ser que era el primero en reaccionar, sin pensárselo, descargo un tiro en ese monstruo.

Todo iba bien. Demasiado bien, a decir verdad, como para ser cierto. Por eso, como siempre suele pasar en estos casos, las cosas no tardaron demasiado en torcerse. En concreto, cuando aquel bicho aparecio alli, de repente, abalanzandose sobre mi, con intencion de darme un cariñoso abrazo.

Un abrazo que, obviamente, no tenia ninguna intención de corresponder. Así pues, incluso antes de que el propio Fenix me alertara me movi, agil, rodando como sólo alguien como yo podia hacerlo, en una situación asi.

Esperando, tan solo, ser mas rapida que aquel monstruo.

- ¡Me cago en la puta! ¡Es el puto bicho! - Se quejó, dejando caer la bombona de oxigeno que llevaba entre manos para echarse la carrera hasta el Alien, que estaba forcejeando con Illanka mientras tomaba la escopeta, con la´unica intención de estamparle la culata en el costado y después dispararle a bocajarro.

Y ahi aparecio el puto bicho. Grande y negro. No como yo claro estaba. Yo ademas de ser negro y grande, era guapo.

El bicho se avalando sobre Illanka y esta lo esquivo con una habilidad sobre humana. Price dejo la botella corriendo para arrebatarme el arma y cargar contra aquella cosa. 

A pesar de que la golpeo y disparo no pareció hacerle demasiado.

Yo no es que pudiera hacer mucho en mi estado. Así que opte por lo poco que podía hacer. Apretar los dientes y lanzar a aquella cosa una botella de oxigeno.

Lance la botella con mucha habilidad. Pero esta no pareció hacer demasiado...

El culatazo no pareció inmutar a la criatura. A pesar de que el disparo impacto contra la criatura. La escopeta no pareció perforar la especie de caparazón de la criatura. 

El botellazo de Fenix a pesar de impactar en la cabeza reboto sin daños aparentes. Pero pareció que llamo la atención de la criatura. Pues se giro hacia Fenix y salio disparado a por el. Atrapandolo en un abrazo y saliendo corriendo con el mientras Fenix gritaba.

La criatura escapo a toda velocidad con malherido y gritante Fenix.

Al menos sabiais que parecia seguir vivo. ¿Pero hasta cuando?

- ¡Fenix! - Gritó Price, cargando la escpeta y echando a correr detrás del alien con ella. - ¡Aguante Fénix! ¡Forcejea o algo! - No estaba dispuesto a dejar a su piloto morir. No a su amigo, no a quien le había acompañado tantos años. Ese puto alien, esa puta trampa de la compañía iba a recibir su dosis de plomo, iba a recibir como que el se llamaba Jhon Sebastian Price.

Avanzaste a por las botellas. No habia tiempo que perder. Tenias que hacerte con ellas y regresar lo mas rapidamente posible. Por fortuna habia un carro donde poder transportarlas.

Sin más demora, Price comenzó a cargar a toda prisa las bombonas de aire en el carrito, prestando atención a cualquier ruido que pudiera escuchar, y a su vez, no hacer mucho ruido por si acaso.

Despues de unos minutos que te parecieron eternos. Por fin tenias todo el oxigeno preparado.

¿Donde irias ahora? ¿Corriendo al transbordador? O ¿ Preparar la autrodestruccion?

No había mucho tiempo que perder, así que Price arrastró el carro cargado con las bombonas de oxigeno hasta el pasillo y después marchó hacia la sala del reactor -que quedaban en la misma cubierta- solo para activar la autodestrucción. Allí no había nada más que hacer, y lo mejor sería marcharse a la Salmancis como alien que lleva la vida.