Partida Rol por web

-¡Mierda!

La voz de Snow resonó por vuestros auriculares. Al mirar, todos visteis a una de las criaturas saltando a por él. Snow apenas podía moverse, pero la cuerda sí que podía serle de utilidad, así que la agitó y lanzó hacia la criatura.

Con ayuda de su destreza, logró  engancharla de una de las piernas del monstruo y rápidamente movió los brazos y giró 180º sobre sí mismo, soltándolo una vez hubo completado el giro.

El monstruo se alejó de la estación hacia el espacio infinito, mientras Snow salía despedido en dirección contraria... justo hacia los otros dos, que esperaban agarrados de la estructura.

-¡Doble mierda!

El capitán Marlowe se había sentido extrañamente demasiado molesto por el mero hecho de que Amanda queriese inquirir más sobre lo ocurrido. Para ella, aquello era prueba inequívoca de que ocultaban mucho más de !o que aparentaban saber, y en verdad empezó a sentir una enormes ganas de largarse de allí y dejarles morir como perros en la Sevastopol. ¿Querían sobrevivir subiendo a la Torrens pero no deseaban compartir información ni ayudar a comprender lo sucedido con más detalle? Por Amanda, les podían dar bien duro.

- Suficiente. Tiene razón, ninguno de los presentes tiene porqué explicarnos una mierda, capitán Marlowe, pero tampoco estamos obligados a prestaros ayuda y sacaros de aquí con la Torrens si no colaborais,  "nuestra" Torrens ¿Lo va captando? - y Amanda se acercó insultántemente al hombre, invadiendo su espacio, y mirándolo con dureza y frialdad. Amanda tomó con sus manos la hebilla del cinturón e hizo ver que iba a desabrocharle los pantalones, pero lo que hizo fue tirar hacia arriba para que le apretarse bien el paquete. Y no, no tengo ninguna conmoción, Jack. Por mí este imbécil se puede quedar aquí con esas...

La situación se giró interrumpida por las señales de pelea que empezaron a producirse dentro de aquella cabina presurizada, en la que las dos criaturas alienígenas empezaron a pelear entre sí, resultando que al morir una de ellas, se formó un inmenso boquete en el suelo por los ácidos corrosivos de su interior. 

- Mierda, ¿Habéis visto todos eso? - y mirando a Jack y la capitana, los únicos de los presentes en que realmente confiaba, les hizo una señal de que se pusieran en marcha. Amanda prefería ignorar a toda aquella comitiva de indeseables, que poco o nada estaban dispuestos a colaborar, pero que sí estaba interesados en salir de allí con ellos. ¿O a caso pensaban usarles y dejarlos en la estacada en el último momento? No le extrañaría...Jack, capitana, salgamos de aquí.

Por suerte, parecía que la antena comenzaba a orientarse de forma correcta. Esa era sin duda una buena noticia, aunque la amenaza no había cesado ni mucho menos y Snow estaba en serios aprietos. De hecho, estaba jugando con aquellas bestias a ser un cowboy y de momento no le estaba saliendo nada mal. Sólo esperaba que no empezara a cambiar su suerte y no sólo por el hecho de que en el momento en que los seres le superasen, ella y Jerico quedarían a su merced, sino porque empezaba a apreciar a ese tipo.

- ¡Venga, vamos! - Dijo en un susurro, como tratando de animar a la antena a que fuera más rápido de lo que realmente podía. - ¡Ya queda menos!

Dudaba que pudiera hacer nada para ganar tiempo. La antena no podía hacer más rápido el recorrido para orientarse hacia la Torrens más rápidamente, pero no veía en que manera podía lograrlo. Además, embutida como estaba en aquel traje espacial, no sabía muy bien como ayudar a Snow. No tenía armas con las que combatir a aquellas bestias y su fiel barra de hierro había quedado en el interior de la estación espacial. Sólo podía rezar para que la antena se situara rápidamente en posición y pudieran regresar al interior de la Sevastopol.

- ¿Qué hacemos? - Le preguntó al ingeniero. - ¿Crees que podemos regresar? - Al fin y al cabo, si no había contratiempos, la antena se acabaría por orientar sola...

Marlowe se asomó a mirar y al ver lo que había ocurrido, lo tuvo claro.

-Estamos jodidos. Yo me largo de aquí ahora mismo. Si vuestra nave funciona, yo no tardaría demasiado en llamara porque dentro de poco, ese puto bicho va a entrar a matarnos a todos.

Por una vez, aquel capitán sin escrúpulos habló con tanta claridad y determinación que ninguno de los que estabais allí osó contradecirle.

Estabais jodidos.

Las naves de esta maldita zona de enfermeria podria ser nuestra salvacion le dije a Amanda una vez vi como aquellas dos criaturas se habian matado la una a la otra y dejando un impresionante charco en el suelo habian dejado escapar a una de ellas. Si el comisario no piensa ayudarnos, nosotros mismos podemos hacerlo dije buscando la zona en la que podian encontrarse.

Si, corriamos peligro quedandonos alli y esperando a que aquella criatura viniera a por nosotros despues de lo que le habian hecho pero estaba claro que las naves de auxilio de la zona de enfermeria eran una buena manera de salir de alli y si conseguiamos pilotarlas aun mejor; asi que no pensaba largarme de alli sin exprimir aquella posibilidad.

-Chico, tranquilo. Ya no quedan naves auxiliares. Esas fueron las primeras en utilizarse y ahora sus ocupantes estarán danzando eternamente por el espacio. No, no. Tenemos que huir de aquí, pero en vuestra nave. No hay otra posibilidad.

Mientras Waits decía esto, os pareció que toda la estación temblaba y acto seguido, una explosión sacudió toda la estructura, haciendo que todos tuvieseis que agarraros a algo para no caeros.

-Dudo que a la estación le quede mucho -comentó Waits.

Con la antena recalibrándose y orientándose, Gaby y Jerico deseseperados intentando acelerarla, y Snow volando hacia un abrazo de lo más fraternal con un par de criaturas antipáticas, la explosión que sacudió la Sevastopol casi fue recibida con una ovación por todos vosotros. 

Toda la estructura tembló, haciendo que Gaby y Jerico se soltasen de la estructura metálica a la que estaban cogidos. Mientras tanto, para Snow, supuso que las dos criaturas perdieron contacto y quedaron flotando en espacio, mientras él llegaba y chocaba con la estación.

Pero las criaturas no iban a quedarse así. Una de ellas movió la cola y la enrolló alrededor de una de las piernas de Snow, asegurándose así no perderse como las otras dos, en un viaje sin fin.

-Manda huevos, bien hecho Gaby- felicité a la piloto, que ella hiciese mi trabajo mejor que yo mismo era desastroso, pero debía dejar mi orgullo a parte, en situaciones como aquella era absurdo, primaba la supervivencia y ella lo había hecho mejor que yo, la antena comenzaba a moverse pero absurdamente despacio. Snow se había alejado de nosotros para distraer a aquellas bestias pero no todas picaron el anzuelovamos joder, ¡muévete!- mascullé mirando con impotencia la antena, pero entonces sobrevino la explosión que hizo temblar brutalmente a toda la estructura haciéndonos perder el equilibrio y obligándonos a agarrarnos donde fuese para no salir despedidos al espacio profundo.

-¡JODEEER GABY AGARRATE!- exclamé mientras mis manos se aferraban a una barandilla próxima aguantando con todas mis fuerzas mientras miraba a Gaby rezando porque hubiese tenido el mismo éxito.

Toda la Sevastopol tembló y tanto Gabriella como Jerico salieron despedidos hacia el espacio exterior, lo que supondría finalmente su muerte de no poder agarrarse de nuevo a la estación. Jerico le sugirió a Gabby que se agarrara a algo. Una sugerencia que ella agradecía sobremanera. ¡No se le había ocurrido hacerlo! 

- ¡Oh gracias por la sugerencia! - Le dijo alcanzando un saliente y logrando agrrarse a duras penas. - ¡Ni me había pasado por la cabeza! - Ironizó.

Entonces volvió a poner la mirada sobre Snow y el ser maldito con el que seguía jugando. Ese hombre los tenía bien puestos y sabía lo que se hacía. Cualquiera de ellos, sin duda alguna ya hubiera sido asesinado por aquellas cosas y ese cowboy espacial estaba domando a no una, ni dos, sino a tres de aquellas bestias.

- ¡Muy bien Snow, sigue así! - Le arengó la piloto.

Tenía una misión. No sabía como llevarla a cabo. Lo cierto era que cuando la corporación le pidió que trajera uno de aquellos especímenes a la Tierra y ella aceptó el reto, no esperaba que fuera a haber tantas complicaciones y desde luego que esperaba que hubiera alguna ayuda más por parte de sus contratantes. 

En realidad y aún estando rodeada de personas, a cual más inútil, estaba sola. Muy sola. Lo peor era no tener ni la más remota idea de cómo hacer para atrapar a uno de aquellos seres. No tenía armamento, ni medios para retener a uno de los alienígenas. No tenía nada para amordazar aquella enorme boca llena dientes babeantes, ni grilletes para inmovilizar sus poderosos brazos y piernas. Tampoco tenía una jaula o contenedor y por supuesto que no tenía somníferos, ni drogas aturdidoras.

Gabriella Barret no tenía ni la más remota idea de como debía cumplir su cometido y ese era sin duda un problema. Un problema que por otra parte era una minucia considerando que se encontraba a punto de salir despedida hacia el espacio exterior, siendo acosada por vete tú a saber cuantos monstruos como el que tenía que atrapar y con pocas probabilidades de sobrevivir más allá de cinco horas más.

Con todo aquello, su misión secreta, estaba en un completo segundo plano. De hecho, lo único que se le había ocurrido hasta el momento, no había tenido tiempo de pensar más allá de en como sobrevivir, era que una vez recuperaran el control de la Torrens, ella sería la primera en entrar, como piloto que era y que entonces cerraría las compuertas impidiendo el paso al resto a menos que le trajeran uno de aquellos seres. 

¿Y luego...? El viaje de regreso a la Tierra sería un infierno si tenía que compartirlo con aquellos a los que había traicionado o si tenía que regresar en solitario con uno de los monstruos abordo. Estaba hecha un verdadero lío y no tenía la más remota idea de que hacer a continuación.

Pues marchemonos de aqui!! dije buscando una salida Doctoras espero que se hayan podido aprovisionar porque no creo que podamos volver aqui dije en tono autoritario despues de comprobar que no habia nave mas que la nuestra con la que poder escapar de alli Por donde?? le pregunte al comisario que, de todos los que habia alli, parecia el mas sensato y el unico que nos llevaria a un lugar seguro.

Snow se agarró a la estructura y cuando sintió que algo tiraba de él, cerro el puño alrededor del saliente, y miró hacia atrás. Entonces, empezó a darle patadas a la criatura.

-¡Joder! ¡Lo... siento... pero lo nuestro... no tiene... ningún... FUTURO!

Al pronunciar la última palabra, la patada que lanzó logró su objetivo. La criatura se soltó de la pierna de Snow y salió volando hacia ninguna parte.

-No me gustan las chicas posesivas -comentó Snow, suspirando de alivio.

Entonces, volvió a la estructura y se acercó a vosotros.

-Está bien. Ahora, ¿qué tal si traemos esa maldita nave?

Waits no se lo pensó dos veces y se dirigió hacia la puerta por donde habíais llegado.

Por desgracia, nada más abrirla, allí estaba la criatura.

Waits no tuvo ni una sola oportunidad. La mandíbula interior del monstruo, atravesó su cabeza como si fuese una fruta madura, llenando de sangre y restos de cerebro los alrededores, y también vuestros uniformes.

El capitán estaba petrificado; la doctora, ni siquiera se atrevía a respirar; la chica, miraba con los ojos muy abiertos. Y vosotros... quizás no lograseis salir de allí con vida.

- ¡Eso ha sido...! - Gabriella estaba sin palabras. 

Snow era un jodido héroe de película. No le dio un abrazo porque estaban en el lugar en el que estaba y porque llevaban el traje espacial, pues de haber estado en otro sitio y desprovistos de aquella incómoda indumentaria, sin duda se lo habría dado y puede que algo más.

- ...alucinante... - Murmuró por lo bajo. - ¡Claro, vamos dentro! - Le dijo entonces. - Ahora que la antena está orientada, tenemos que poder acceder desde la computadora. - Miró entonces a Jerico. - ¿Todo listo?

Por fin comenzamos a movernos aunque... parecia que no en la direccion correcta pues al abrir el comisario la puerta la criaturita a la que habian tenido prisionera se cobro su primera victima o festin.

Arrancandole la cabeza al comisario, comenzo a entretenerse con el mientras el resto se quedaban petrificados y, es que, no era para menos; pero aquella escena ya la habia vivido demasiadas veces en lo que llevaba alli y comenzaba a volverme inmune y es que, un hombre como yo no podia amedrentarse ante aquello.

Sonriendo para mis adentros busque otra via de escape y si no nos tirariamos por donde habia salido aquel ser.
Doctoras!! grite intentando atraer su atencion Es hora de probar lo que sea que hayais hecho!! dije mientras arrastraba a la morenaza y a todo el que pudiera hacia la posible salida.

Amanda dejó aparcado su descontento con el capitán Marlowe, dado que la situación que tenía entre manos era mucho más peliaguda. Con aquella criatura habiendo realizado un boquete en el suelo y escapado de la cápsula donde los tenían encerrado, ahora podía moverse libremente para darles caza. Asintió a las órdenes y se encaminó junto a Jack para salir de aquel lugar, tomando consigo lo que creía sería un poderoso sedante.

Entonces el comisario Waits abrió la compuerta, y en un abrir y cerrar de ojos, su cabeza estalló como un melón, salpicándoles de sangre y sesos. El shock de la mayoría fue brutal, Amanda incluida, pero Jack fue capaz de arrastrarla y prácticamente llevarla en volandas alejándola de la puerta, donde aquella criatura ya había segado segado la vida del líder del grupo. ¿Cuántos más destruiría? Inconscientemente lanzó el vial con lo que creía sería un sedante potente al entrar en contacto con la piel, pero aunque éste impacto, el resultado fue que solo se deslizó por su cuerpo hasta caer al suelo, sin efecto alguno.

- No se de qué está hecha esa cosa, pero no sirven los compuestos que hice. ¡Hay que salir de aquí, Jack!

Amanda hizo lo que pudo, pero los nervios le traicionaron. La criatura apenas se inmutó cuando recibió lo que aquella le había lanzado, y la miró como pensando más bien si podría devorarla o no. Amanda estaba inmóvil, mientras Jack retrocedía, asustado, llevándose a Amber, que a duras penas se atrevía a moverse.  Las dos mujeres y el doctor retrocedieron a su lado, pero Ricardo se quedó petrificado y la criatura no se lo pensó.

Se lanzó a por el, colocó ambas manos en los lados de su cabeza, y la aplastó, haciendo que reventara en pedazos. De nuevo, fragmentos de su cráneo salieron por todas partes, pero el horror de aquella visión se confundió con los gritos de todos. Eso os activó, porque solo había una manera de salir de allí y era por aquella puerta, o bien por donde el mismo monstruo había escapado, y solo había una oportunidad.

Uno por uno, empezó la desbandada.