Partida Rol por web

Segunda semana de Septiembre de 1944

Disfrutáis del verano inglés lejos del fragor de la guerra. Os informan regularmente de la situación en el frente, la infantería se mantiene en la frontera Norte de Bélgica aunque no pueden avanzar en la linea defensiva alemana, la llamada Línea Sigfrido.

Pero ahora mismo no pensáis en eso. La taberna está repleta de soldados paracaidistas, que disfrutan del tabaco, los juegos, las risas y por supuesto, las bebidas. Uno canturrean, otros cuentan chistes...Un gran ambiente del que gozáis, unos más que otros, antes de que, Dios no lo quiera, os manden de vuelta al infierno.

Algunos hombres jugaban a la diana en el pub, apostándose rondas de cerveza a pagar por parte del perdedor. El sargento estaba entre ellos, con su uniforme de paseo y un dardo en la mano, perfilado y con un ojo cerrado, intentando ver si acertaba al número que debía para no pasarse y ganar la mano a la primera.

Dió, pero cerca, pasándose por dos puntos. Los hombres se rieron, chicos de la compañía. Era una gozada vivir esos momentos tan relajados. Aunque quizá no durara mucho. Por eso había que aprovechar.

-Vamos, Baker -dijo- Su turno.

La estancia en el campamento no se me había hecho demasiado complicado,todo era muy similar a la academía salvo por los nervios de que de un día a otro nos mandarían a la carnicería,nos mandarian al infierno al frente donde el enemigo nos esperaba, el pun estaba abarrotado,soldados qué bebían reían y jugaban intentado olvidar el infierno qué les esperaba, observo el tiro del sargento es acertado parece tener mucha puntería y tras terminar me pasa el dardo para qué yo tambien tiro, cojo aire fuerte

-Allá va

dejo salir el dardo de mis manos  intentado que vaya al punto medio,pero me sale el tiro por la culata ya que se va casi al borde de la diana cerrando los ojos fuertes y llevandome las manos a la cabeza solo puedo dejar salir de mis labios un fuerte resoplido

-Menuda mierda de tiro

Es el turno de Benjamin, que no tarda en demostrar que los dardos no son lo suyo.

¡Dita sea! Yo me he enrolado para matar nazis, no para tirar dardos, dice, frustrado.

- ¡Eh! ¡Chicos!- Camille aparece de improviso por la puerta de la taberna.- ¡Chicos! ¿A qué no sabéis de qué me he enterado?

Se acerca a vosotros y baja un poco la voz.

- Volvemos al continente. Mañana nos explican la misión...Y parece que esta vez va en serio...

Cita:

Una sonrisa lobuna ilumina el rostro de Benjamin, que no puede reprimir un ¡Por fin!.

Alzid siendo ultimo arroja su dardo sin apenas mirar cuando escucha que van a volver al continente... ¿tan pronto? ¿acaso aun quedaban combatientes?

La punta del dardo se clava limpiamente en una buena puntuacion, provocando risas entre los compañeros.

¿Asi que al continente de nuevo ehhh? Bueno... tendremos que terminar esta guerra nosotros,¿no creeis compañeros? JA ja ja

Estaba mirando como lanzaban el dardo mis compañeros cuando el Cabo Camille llego con la noticia de que mañana nos informarían sobre nuestra misión llegaba la hora de entrar en acción.

-Bueno,no hemos sido instruidos para nada jajajaja

Al fin llegaba la hora de la verdad,la hora de descubrir si realmente era tan horrible como decían,nos mandaban al frente.

Disfrutáis de las posibles últimas cervezas antes de ir a dormir a los barracones. Como era de esperar, a la mañana siguiente anuncian una reunión de la compañía para el mediodía, donde presumiblemente os explicarán más a fondo lo que os anuncio Camille la noche anterior.

La sección comienza a caminar en dirección a la explanada donde los oficiales detallan las misiones. Ahora la primera sección está formada por el primer pelotón de Sparks, Spears, Alzid, Baker y Wright; y el segundo pelotón del sargento Edwards y el soldado Brandt, provenientes del 507, los reemplazos Ollom y Shand, y por supuesto, Camille Gagne, recién ascendido a cabo.

Vale, eso me cuadra más, porque en el manual de Comandos de Guerra 3ª edición (pág. 241, si lo tienes a mano) menciona 12 hombres, 2 más que respecto a otros ejércitos, aunque confunde escuadras con pelotones.

La compañía se sienta y mira hacia el atril donde, aparte de un montón de mapas, están varios oficiales. El general Gavin es el encargado de hablar.

- Buenos días caballeros. Me complace anunciar que tenemos una nueva misión entre manos y esta vez parece que no se va a cancelar, por lo que presten atención. La operación Market Garden tiene como objetivo atravesar Holanda para entrar en poco tiempo en Alemania Occidental, suponiendo un golpe muy duro al frente alemán y así poder terminar esta guerra en Navidades. La misión se divide en dos partes: La operación Market, donde las divisiones de paracaidistas tomarán los puentes que atraviesa la carretera para que, en la operación Garden, el XXX Cuerpo del Ejército Británico avance hasta Arnhem, rodee la línea Sigfrido por el Norte y rodeemos a las fuerzas alemanas.
El plan ha sido ideado por el mismo Montgomery, por lo que estaremos bajo las órdenes de los británicos.

Mientras habla, señala los puntos clave en un mapa gigante.

- La 101º División aterrizará entre Eindhoven y Veghel, la primera británica tomará el puente de Arnhem mientras nosotros nos ocuparemos de la zona entre Nimega, Grave y Groesbeek. Estaremos varios dias en mitad del frente alemán antes de que el XXX Cuerpo llegue por carretera y tengamos su apoyo; por lo que tendremos que defender esa posición valientemente. Las zonas de salto están expuestas en este mapa; dispondremos de artillería y vehículos y nos enviarán suministros por aire. Esta vez el salto será de día, por lo que aterrizaremos concentrados y podremos cumplir los objetivos con velocidad y efectividad.

- Sólo quiero recordarles que esta misión es muy importante para el alto mando. Será el mayor asalto aerotransportado de la historia y su éxito puede acabar con esta guerra en unos meses. Eso es todo, buena suerte.

Cita:

¡Aaaaargh!, gime por lo bajo Benjamin, procurando que no le oiga ningún oficial.

El sargento escuchaba, manoseando un pitillo apagado.

De nuevo estaba en una de esas salas multitudinarias del briefing, donde primero hablaba el oficial al mando y luego se detallaban las órdenes de cada batallón y compañía. Observó a Gavin mientras hablaba. Aquel hombre utilizaba con mucha soltura la expresión "defender valientemente". Esta, cuando iba acompañada de "estaremos varios dias en mitad del frente alemán", perdía todo su encanto. Quizá los novatos estuvieran ansiosos ante la expectativa, pero el plan flaqueaba por un punto: dependían del avance de los británicos.

Y si algo había aprendido en África, es que los británicos son muy buenos defendiendo posiciones fijas, pero muy malos atacándolas. En Normandía habían tenido suerte: su zona de invasión estaba pobremente defendida. Ahora, seguro que Monty quería hacerse el hombre y marcarse un tanto. Pero era una lástima que pudiera hacerlo a costa de vidas americanas: sus vidas.

Se mantuvo en silencio, esperando las órdenes concretas del oficial de su batallón. Sabía que los generales no les gustaba que les interrumpieran con preguntas agoreras. Solían tolerar, sin embargo, intervenciones espontáneas y desenfadadas que subieran la moral. Pero a él no se le ocurría ninguna, ni tampoco tendría ganas de soltarla si la tuviera.

Benjamin contemplaba meditabundo el plano a gran escala. Aunque jamás había estado en Europa, sabía calcular distancias en un mapa, y desde la línea del frente actual, al sur de Eindhoven, hasta Arhnem había sus buenas 70 u 80 millas, por no hablar de 8 ríos marcados como principales, con sus respectivos puentes, esos que las zapadores podían volar en un plis con una carga bien colocada.

Como de costumbre, a las Águilas Chillonas de la 101 les tocaba la parte más fácil del asunto, la zona inicial al norte de Eindhoven, y con suerte a retaguardia de la fuerza principal alemana que defendía el frente, pero a los All Americans les tocaba un hueso, la ciudad de Nimega, que no había que ser un lince para suponer que dispondría de una buena guarnición. Luego, su vista siguió al extremo norte del mapa, a la ciudad de Arnhem, al otro lado del Rin y sus dos solitarios puentes sobre el enorme río. Por suerte, ese problema era para los Diablos Rojos de la 1ª británica. ¡Dios, qué lejos quedaba! Benjamin reprimió un escalofrío. ¿Y si no llegaban a tiempo?

Buscó con la mirada al sargento Sparks e hizo una mueca.

Tras un par de horas con los pormenores de la misión marcháis a comer. Esta vez los ánimos en la compañía están algo bajos tras conocer la noticia de la vuelta al frente, pero no por ello se pierde el apetito.

Ya por la tarde, vuestro amigo de intendencia vuelve a informar del equipo, como siempre.

- Hola chicos, ¿como estáis? Bien, vengo con una mala noticia; somos muchos y hay poco, asi que esta vez habrá menos para repartir. Decidme que queréis.

Grosbek.

De todo lo explicado en la reunión, ese nombre le queda grabado a Benjamin. Dominar Grosbek será el primer objetivo, la DZ de la 505. No hay que ser muy espabilado para suponer que los alemanes contraatacarán desde el este, desde un bosque llamado Teutoburger Wald (que ya es Alemania propiamente dicha). Controlar las elevaciones será clave para detener a los hunos y mantener abierta la carretera para que el XXX Cuerpo acuda como la caballería cuando atacan los indios.

No me gusta Holanda.

Esas son todas mis palabras acerca de la operación Market  Garden.

Market y Garden, mercado y jardín...si hasta parece cosa de niños.

Sargento, ¿le han dicho si nosotros saltamos al norte o al sur del pueblo?, pregunta Benjamin al observar que el regimiento no salta concentrado sino en dos DZ diferentes, al norte y al sur de la población holandesa a capturar. Por lo visto en el plano, al 508 le toca tomar Nimega (con suerte pillarán a los Krauts durmiendo, que siempre es más fácil), y el 504 tiene que tomar un pueblo con el poco apetecible nombre de Grave* (= tumba, en inglés).