Partida Rol por web

¡Tenemos que llevarla al Hospital de campaña! ¡debe verle un cirujano! ¡debe revisarle el bazo y los organos circundantes! ¡no podemos dejarle morir! Vamos chicos... ¡no mas muertos en nuestro bando!

Saca las vendas y prepara un complejo compresivo para evitar mas hemorragia. Deberian moverlo lo menos posible para evitar mas perdida... ¡vivira!

¡Señor! ¡¿puede solicitar transporte?! Si no es asi ayudeme a transportarlo ¡Rapido!

Sparks se acercó a uno de los soldados muertos. En su espalda tenía una radio, pero el pobre chico está tumbado boca arriba y con los ojos abiertos. Se los cerró y le dió la vuelta, despacio. La radio parecía seguir vomitando mensajes, así que tomó el comunicador y pensó que iba a decir antes de apretar el botón.

Cayó en la cuenta de que no sabía el nombre en clave asignado a esa unidad, y eso podía hacerles perder demasiado tiempo. Se giró a Camille y le dijo.

-¿Cuales eran los nombres en clave?

Se refería al suyo y al del mando, claro. Tomar la radio y decir "soy fulanito de copas y estoy aquí" era un tanto imprudente, y los radio-operadores podrían pensar que se trataba de un enemigo intentando confundirles.

-Trata de acordarte, seguro que este muchacho lo dijo muchas veces.

Sigo observando el frente mientras cada uno se dedica a lo suyo. Observo a los cadáveres.

Cadáveres, eso es lo que son, hace un momento eran seres humanos, ahora son unos cuerpos más en esta guerra. Qué frágil es la vida humana, un pequeño trozo de metal puede arrebatar la vida a un soldado de ochenta kilogramos de peso. Es injusto, es curioso, es la vida. Me pregunto si alguna soñaron con una casa, volar, viajar a la Luna...viajar a la Luna, qué lejos queda ese seuño de la infancia, volar sí, pero no tan alto, debe estar muy lejos para que algo tan grande se vea tan pequeño...

Salgo de esos pensamientos infantiles y vuelvo a Normandía, donde alemanes acechan tras cada seto, alemanes que tienen armas, cañones y muy mal humor. Miro de nuevo a los cadáveres.

¿Cómo se llamaban?

- Nos...Nosotros eramos "Ojo Azul"...El puesto de mando es...es..."Mamá Furiosa"...Creo...

Tomó el comunicador de la radio, sin perder más el tiempo.

-Aquí Ojo Azul a Mamá Furiosa. Aquí Ojo Azul a Mamá Furiosa -dijo, esperando contestación.

- Aquí Mamá Furiosa.- Responde secamente una voz por la radio.

-Aquí Ojo Azul -respondió- El ataque alemán ha sido rechazado. Tenemos tres bajas y un herido grave: el suboficial mando. Solo quedamos tres soldados y un sargento para defender la posición. Solicito instrucciones sobre si mantenerla hasta ser relevados o retroceder hacia nuestras líneas.

Miró en dirección a Hahnen.

-Solicito asimismo evacuación médica para el herido. Necesitamos un jeep, ya que su estado es grave. Si lo transportamos en brazos morirá.

Dejó que contestara el operador.

- Recibido. No abandonen el frente. Repito, no abandonen el frente.

-Te copio -dijo- Ojo Azul fuera.

Ya estaba todo dicho. Mandarían el jeep, o eso creía él. Respiró hondo y se tocó la herida que tenía. Miró la sangre, preocupado. Luego, se acercó a sus soldados, cogiendo la radio del muerto.

-Felicidades, Camille, ahora eres el nuevo radio-operador. -dijo, entregándole el pesado aparato.

Estaba agachado, vigilando el frente. El enemigo podía contraatacar.

-Veamos, muchachos. Tenemos que seguir resistendo aquí hasta que nos releven. No me gusta, porque somos demasiado pocos y el área es demasiado extensa para cubrirla nosotros solos.

Miró hacia la derecha.

-Así que tenemos dos opciones. La primera es atrincherarnos allí, en aquellos setos de la derecha. Estaríamos todos juntos y les sería muy dificil poder rodearnos. Lo malo es que los enemigos que cruzaran por la izquierda estarían muy lejos de nuestro alcance.

Se tocó la barbilla.

-La segunda opción es que cada uno de nosotros cubra una sección del terreno, o bien concentrarnos todos en el centro, para poder disparar en cualquier dirección. En ese caso, tendríamos que hacer frente al ataque que nos viniera de morros, sin armamento pesado.

Miró a Spears.

-Sería conveniente que vieras si alguno de nuestros compañeros muertos o de los alemanes tiene algo parecido a una ametralladora de puesto fijo, y que hagamos acopio de munición y granadas con los muertos.

Respiró hondo.

-Dejo que me digáis como queréis combatir en esta batalla, porque nos han ordenado que no nos retiremos. Me plegaré ante la mayoría.

Miró luego a Hahnen.

-Los del cuartel general me ha dicho que han entendido mi solicitud. En principio esperaremos a que venga el jeep para evacuar al sargento. No dejéis que se abandone y muera.

Fijó luego su mirada en Alzid.

-Me han dado de refilón, a ver si puedes hacer algo por mí.

Espero a que sus hombres le mostraran su opinión sobre aquello.

La verdad es que sí, las ametralaldoras es algo que se me da bastante bien, pero no creo que tengan más que subfusiles y rifles...

Voy, señor.

Me levanto y revido los cuerpos, busco granadas, con esas de palo que ellos usan bastará, y municiones apropiadas, aunque también comida y bebida.

No creo que hayan traido aquí la comida...estará tras el seto que se han colocado.

Tras revisar los cuerpos y recogiendo lo que podamos necesitar, morfina por ejemplo. Me levanto y miro alrededor, nadie a la vista.

Voy a acercarme a dónde ellos estaban, igual han dejado equipo útil, una radio, o unos mapas donde diga: Hitler está aquí. Qué se yo...

Me acerco con calma y observando a los lados, también cogeré tabaco, aunque yo no fumo. Observo las huellas que han dejado con sus botas mientras venían, y algunos impactos de bala.

Menuda refriega...cómo nos reciben en Francia...

Revisas los cuerpos. Encuentras útil un par de granadas y un cargador para tu rifle, aunque no hay ninguna ametralladora. Te arriesgas a cruzar el campo que separa los dos frentes y al llegar a los arbustos desde donde los nazis atacaron unos sonidos te sorprenden...

A varios metros, observas como otra guarnición alemana se acerca a tu posición...

Al asomaros a la carretera que bordea la línea defensiva americana, veis muy a lo lejos un vehículo que viene hacia vosotros...Parece que ya viene el jeep...

Alzid revisa la herida de su superior con ahinco. Pese a no quedarle mucho material hace un buen vendaje que le aliviara la presion de la zona.

¡Señor todo listo! Si no le importa me quedare con el moribundo. ¡¿Viene un Jeep señor?! le grita mientras señala en la direccion que viene el vehiculo

Bien, estas grandas son útiles, y la munición que he gatado la he recuperado...joder, ¿ninguno de estos mierdas alemanes fuma? ¿O fumaba? ¡Qué cojones es...!

Corro agachado hasta volver a mi posición, llego hasta Sparks y quito el seguro del rifle. Observo cómo me miran y hago un gesto hasta el seto de los alemanes.

Vienen más...

Alzid le curó, y él se sintió inmediatamente mucho mejor. Sabía hacer bien las cosas cuando quería, de eso no cabía duda alguna. Vió a lo lejos un vehículo por la caretera, parecía el jeep.

-Hahnen, ya vienen a por ti, aguanta -dijo.

Spears volvió con las granadas y anunció la llegada de más alemanes. No sabía si ellos solos eran capaces de resistir una nueva oleada. Pero órdenes eran órdenes.

-Mierda... -masculló. Luego miró a Spears- Reparte las granas y la munición. Vamos a ponernos a defender el terreno desde el centro, dejad algo de distancia entre nosotros, pero no mucha*. Arrojad granadas cuando estén cerca. Cuidado con los alemanes de los extremos, no dejéis que nos flanqueen.

Miró a Spears, y vió que este mascullaba algo sobre el tabaco. Entonces, le ofreció un pitillo.

-Mejor algo que te mate a la larga que no ahora mismo, ¿Verdad?

Comprobó la munición de la tommy.

-Ajustad el temporizador de las granadas ahora. No demos la oportunidad de que nos las devuelvan.

Miró sus ojos. Parecían nerviosos ante la incertidumbre. No era para menos.

-Hay que parar esto, chicos. Solo así nos ganaremos el derecho a algo de tranquilidad.

Hizo un gesto con la cabeza y se colocó en posición, tumbado sobre el repecho y aguardando al avance enemigo.

Tras unos segundos de tenso silencio, fuego de mortero comienza a caer sobre vuestras cabezas. Os cubrís como podéis en la espesura de los arbustos y árboles y rezáis para sobrevivir.

El jeep se acerca a vuestra posicion a gran velocidad, cuando una explosión justo delante suya hace perder el control al piloto, que acaba volcando el vehículo y mandando por los aires tanto a su copiloto como a sí mismo.

Cuando termina la primera ronda de disparos de mortero, levantáis la cabeza. Véis el jeep tumbado sobre uno de sus lados y a los conductores en el suelo quejándose de dolor.

Adios a Hahnen. Los morteros habían hecho volcar al jeep en un accidente espectacular, que dejó atónito al sargento. "Menudos refuerzos", pensó. Al menos, había dos soldados vivos, aunque se quejaran de dolor. Dió una rápida ojeada a Billy, a modo de disculpa. "Lo siento", decía esa mirada, "hice todo lo que pude".

-Vigilad a los alemanes, muchachos. Disparad en cuanto se pongan al descubierto.

Luego fue medio agachado, casi caminando sobre su trasero, hasta el más cercano de los soldados del jeep. Le dió la vuelta, y comprobó su estado.

-Bienvenidos al frente -le dijo, sin ninguna socarronería aparente- ¿Pueden moverse? Si es así, será mejor que consigan un arma y defiendan esta posición con nosotros. No hay tiempo para dar la vuelta al jeep.

Echó rápidas ojeadas al frente. La mierda caía en forma de proyectiles de mortero, imprecisos y aterradores. Si uno te tocaba, podías despedirte del mundo. Los boches iban a atacar de nuevo, y temió no tener suficientes hombres para defender aquella posición.

Los dos pilotos del jeep reptan hasta la posición de Sparks y se ponen a cubierto. Al parecer solo tienen el golpe y posiblemente alguna torcedura, nada grave. El fuego de mortero cesa tras un intenso ataque.

Varios minutos después ante vuestra sorpresa, aparecen varios paracaidistas de vuestra compañía liderados por el teniente Hodges; el cual ordena a sus hombres que preparen una linea defensiva.

- Saludos sargento. Infórmeme, ¿cómo está el frente?