Partida Rol por web

-Cuando realice las pruebas pertinentes veremos si está todo en orden, al fin y al cabo no es cosa mía decidir eso, solo soy un humilde siervo, como vos.

Aunque las palabras podrían ser amables, el tono monocorde que usó en esta ocasión era el típico de los adeptos de Martes, pues parecía estar más pendiente de guardar bien las muestras que había cogido para analizar que el aparentar ser algo más cercano a los humanos normales que un tecnosacerdote normal.

Cuando se percató de las marcas de arrastre de cargas pesadas de la entrada, sacó de nuevo la mecadendrita óptica y realizó unas cuantas fotos para poder analizarlas con detenimiento más tarde, pero no se quedó ahí, pues se agachó un momento y tocó esos surcos, como si pudiera averiguar algo solo con tocarlo, cogió un poco de esa tierra y la desmenuzó entre sus dedos antes de guardarse un poco para más adelante.

- Si tienes alguna línea de preguntas o área que te genere curiosidad, dímelo y preguntaré con toda la sutileza que pueda; después de todo, una vez empiecen los interrogatorios de tu especialidad, se acabó la mascarada de la mía - sonrió y asintió, entendiendo mejor a su compañero y apreciando sus capacidades; en John Addam había un sabueso entrenado y feroz de manera que Ares podía bajar un poco más la guardia y dejar que él se mantuviese alerta -. Me alegro de que formes parte de este grupo, por distintos que seamos tú y yo, ¿qué piensas del resto? Podríamos ser más variopintos pero habría hecho falta ir a lugares bastante recónditos para que así fuera, jejeje.

Pues habían terminado... O eso parecía, hasta que su acompañante se detuvo y empezó a observar el suelo, incluso cogiendo algo de tierra para guardarla. ¿Había perdido el juicio? No, era un comportamiento demasiado preciso... Había visto algo, o creído verlo al menos. Así que E. observó con curiosidad, guardando silencio. Cualquier explicación que debiera llegar lo haría a su tiempo.

Enfrascados en la conversación entre ellos y poniéndose al día con Anubis, al grupo le quedó claro que habían hecho cuanto podían por establecer una red de informantes, al menos por el momento. Se enterarían lo que pudiera cocerse entre la nobleza local y la Fraternidad de la Cosecha, aunque no habían logrado infiltrarse entre los Fieles ni entre el servicio del palacio del Gobernador.

Sin atreverse a llamar más la atención, el trío regresó por donde había venido, yendo a reunirse con el resto de sus compañeros en la habitación de palacio que les correspondía.

Los gritos de Leonid cayeron en oidos sordos, pues la presencio no hizo sino intensificar su acometida sobre la mente de ambos. Esta se lleno de gritos furiosos y peticiones de ayuda y de piedad a partes iguales, todo en un volumen atronador que les hizo llevarse las manos a la cabeza. Los chillidos se sobreponían unos a otros, haciendo que fuera imposible distinguir ni una palabra en claro de lo que decían, pero estaba claro que un gran dolor habitaba en aquella torre.

No obstante, a pesar de estar sometidos a semejante ataque psíquico, sus mentes se mantuvieron férreas a base de pura voluntad y entrenamiento, y tras unos instantes que parecieron alargarse horas, finalmente los gritos cesaron... así como todo evento sobrenatural en la torre. Todo apuntaba a que la presencia psíquica había agotado todas sus fuerzas contra ellos, y que pasaría bastante tiempo antes de que pudiera volver a manifestar algo como lo que habían visto, si es que no había desaparecido del todo por fin.

Sin poder sacar mucho más en claro de allí, y para alivio de ambos, la pareja regresó por donde había venido, yendo a reunirse con el resto de sus compañeros en la habitación de palacio que les correspondía.

El funcionario no respondió más, pero fue apreciable en su expresión que no las tenía todas consigo con aquello, al menos enfrentado a la voz monocorde de Azararch. También fue apreciable para los novabellanos el gesto de la tecnosacerdotisa al agacharse y examinar el suelo frente al depósito, pero de nuevo, se guardó silencio.

Sin poder sacar mucho más en claro de allí, y para alivio de los locales, la pareja regresó por donde había venido, yendo a reunirse con el resto de sus compañeros en la habitación de palacio que les correspondía.

Nada más llegar Ares gesticuló para que se repitiesen los protocolos de seguridad y privacidad que le daban la tranquilidad de saber que nada de lo que allí hablasen llegaba a oídos de terceros, sólo tras recibir un asentir por parte de los especialistas en seguridad se permitiría hablar.

- Leonid, puedo respaldar tus conclusiones, no me cabe la menor duda de que los Kathrinkas son clones unos de otros, no estamos hablando de parecidos ya, es que sus diferencias son peso, edad y el bronceado adquirido.

A pesar de haber fracasado en nuestro intento de conseguir un infiltrado entre el servicio y la Fraternidad, volvimos medio orgullosos de conseguir a Arnoff Kathrinkas con el resto para ponernos al día. 

.-Cómo os ha ido a vosotros? Nosotros hemos conseguido que un miembro de la familia de los Kathrinkas se convierta en nuestro chivato así que vamos avanzando.-comenté ante el resto para que ponerles al día. 

-Yo sigo pensando que hay una cantidad excesiva de incesto y unas mazmorras llenas de subproductos mutantes-replicó E. encogiéndose de hombros-lo que dada la belleza y habilidad demostradas hasta el momento los convierte en el subproducto más subproducto de toda la historia de los mismos, si lo que hay en la superficie es lo más "apto"-añadió.

-En cuanto a lo nuestro... Yo solo puedo decir que son unos ineptos. El funcionario enviado excusó a su superior diciendo que tenía mucho trabajo para luego extrañarse de que no acudiera usted, "capitán", sin parpadear ante la gilipollez que acababa de soltar. Los guardias de las cosechas son una panda de matones mal equipados, casi al 100% peor entrenados y que tendrán la disciplina y buen hacer propias de un garrapato. Podrían haber sustituido toda la cosecha por supositorios y no se darían cuenta, y un niño con un rifle láser y decisión podría hacerse cargo de ellos-añadió, con una voz claramente cargada del desdén que le había producido ver aquello-lo que son buenas noticias si están detrás de esto, y malísimas si son nuestros "aliados" en este asunto. No sé si mi acompañante habrá visto algo más.

Leonid llegó con paso calmado, tomando asiento nada más entrar en donde pudo. No tenía gana alguna de permanecer más rato de pie, y su cansancio se reflejaba claramente por como su respiración cuasi cadavérica sonaba distorsinada por el vocoemisor que cubría su boca.

Miró al "Capitán" con cierta intensidad y asintió, aunque no pudo evitar llevarse una mano a la frente blindada de su casco cuando E. siguió con su terquedad - Deberíamos llevar a E. al frente, su terquedad podría resultar letal - bromeó sin mucho humor y sin ninguna gana de iniciar un debate que no llevara a nada. Tras su comentario dejó que fueran hablando los demás.

¿Y os fiais de tener un Kathrinka en el bolsillo? - preguntó sorprendido, no se esperaba que fueran capaces de comprar voluntades entre los familiares, pero tampoco ponía en duda su juicio y buen hacer, simplemente estaba impactado por el logro.

No pudo evitar y suspirar mirando a E. cuando este fue contando su parte - El más avisado se ahoga en el vado - y negó con la cabeza.

Cuando hubo hueco para intervenir, Leonid informó de los hallazgos que habían conseguido Isela y él - Pudimos entrar en la torre del Astropata, como sospechábamos fue asesinado, a sangre fría y traicionado por quienes confiaba. También vimos un tapiz con la iconografía del Padre de la Cosecha claramente profanada al haberla cortado en parte, o al menos, esa es mi opinión - miró a Isela buscando que ella diera la suya - en cualquier caso, aquella torre es un lugar del terror, hay una entidad psíquica que nació por la ira y la traición. Si conseguimos acabar con su asesino posiblemente liberemos el espíritu de ese pobre desgraciado.

Azararch mantuvo silencio mientras todos hablaban, incluso cuando E. dio pie a ello, permitió que fuera el psíquico el que informara primero.

-A parte de lo aportado por el señor E. todavía no puedo aclarar mucho, aunque sí que tenían todo "preparado". Se preocuparon porque quise sacar una muestra de cada contenedor, se preocuparon porque estuve el tiempo que creí preciso para esta operación, se preocuparon porque escarbé en cada contenedor para sacar una ración para analizar de forma completamente aleatoria siguiendo un algoritmo de aleatoriedad que solo podría haber sido previsto por los Magos más avanzados o alguien con muchísima suerte. Pero eso no fue todo.

Sacó un pequeño tarro con un poco de tierra.

-Encontré surcos de movimiento en la entrada, tal vez fueran solo el rastro de los contenedores al introducirlos, pero tal vez fuera de algo que sacaron antes de ese lugar para introducir los contenedores. Necesitaré tiempo para analizar todas las muestras y ver que puedo obtener de ellas.

-Encontré surcos de movimiento en la entrada, tal vez fueran solo el rastro de los contenedores al introducirlos, pero tal vez fuera de algo que sacaron antes de ese lugar para introducir los contenedores. Necesitaré tiempo para analizar todas las muestras y ver que puedo obtener de ellas.

.-No dude en ponerse a ello amigo.-comenté al tecnosacerdote, usando palabras que no ofendieran al mecánico amigo, dada la última conversación con él. El reporte de Leonid sobre la Torre del Astropata me dejó impresionado:-Así que ahora tenemos un demonio de la disformidad atormentando la Torre y tenemos que purgarlo, por descontado. Será la primera vez que lo haga pero será divertido.-añadí a continuación. 

Isela entendía la opinión de Leonid respecto al desdichado astrópata, pero le pesaba más las familias asentadas en las cercanías, si bien la torre estaba algo alejada, a cualquier grupo de crios podría ocurrirseles la típica prueba de valentía. Al menos en este asunto las directrices eran indudables... -Mi conclusión es que la torre debe ser purificada, aunque ahora mismo sea segura no sabemos cuando reaparecerá la anomalía.- 

Se acomodó a la altura de Leonid para agarrar su casco con las dos manos, cara a cara -Yo sentí lo mismo que tú... y tu coraje, la inquietud por el alma de ese astrópata son conmovedores Leonid. Tendrá justa venganza, cada cosa en su momento.- Intentó alentarlo. Aunque ahora se mostrase ácido tras la inexpresiva máscara, lo había visto sufrir en el coro y volver renqueante, no hablaron en todo el camino -Lleva años atado a ese lugar, lo primero es honrar su lealtad. Que su nombre sirva para avivar la furia que caerá sobre nuestros enemigos.- 

Se dirigió a John para saciar su curiosidad -Haré los ritos mañana mismo, las llamas guiarán de vuelta su espíritu para ser juzgado.- Terminó dirigiéndose al resto del grupo. -Creo que allí dentro la rabia nos ofuscó, no pudimos ver más allá de lo evidente, quizás alguien más diestro, con la ayuda del emperador, pueda conseguir alguna pista sobre como vivió antes de la ceremonia...-

Traicionado por aquellos en quienes confiaba - Dijo Anubis, parafraseando a Leonid - ¿Como lo sabeis? ¿Quien lo asesino? - Preguntó, aunque se imaginaba como lo sabía el enmascarado; sus poderes psiquicos debieron haberselo revelado - Desde luego, un astropata asesinado e inconografia imperial profanada es el mayor indicio de corrupción caotica que hemos encontrado en el planeta. Es un asunto que debería tener prioridad. 

-La más alta sin duda Anubis.- Alzó la voz con rabia -Regueros de sangre pintaban una y otra vez los últimos momentos del astrópata, como un holovideo macabro para la posteridad. Aquella presencia intentó ahogarnos en su agonía. Nuestro condicionamiento nos permitió enfrentarla, otras almas no habrían corrido la misma suerte. Sin duda la disformidad ha profanado el recinto. Avisad a quien querais, pero ese lugar lleva años expuesto y debe ser purificado cuanto antes.-

Intentó calmar su ánimo respirando más lento, sus compañeros no tenían culpa, esa pérdida de compostura no tenía cabida entre camaradas así que la enmendaría más tarde, en privado -No pude ver muchos detalles, puedo corroborar la historia de Leonid- Intentó explicar con más tranquilidad -El coro está abandonado, la capa de polvo lo confirma. El suelo está embadurnado con sangre. En el primer piso tres figuras apuñalaban al astrópata por la espalda mientras enviaba un mensaje, lo que quiere decir que probablemente fueron los que se lo ordenaron, o al menos los mensajeros... la segunda planta tenía simbología desgarrada, un agujero circular en un tapiz, en el sitio donde debería representar un padre de la cosecha, lo que sugiere profanación. - Y respiró, aligerando su congoja.

La actitud de Isela lo pillo con sorpresa. Como lo aferró por el casco y le miró a los "ojos". Esa intensidad evitó que la empujara, que era lo que deseaba, no le gustaba que invadieran de ese modo su espacio personal, pero se sabia debil comparado con aquella mujer que podría partirle el brazo sin mucha dificultad.

Es por ello que no la apartó, sino que se quedó muy quieto dejando que la pasión de Isela la controlara. Era la primera vez que alguien le tocaba en muchísimos años.

Cuando se hubo separado y Anubis preguntó, Isela volvió a intervenir dejando claros los puntos y explicando en mas detalle lo que habían visto - es imposible saber quienes fueron, las imágenes de sangre, el cuadro, no tenia forma concreta, se sabe que eran varias figuras y poco más.

Estoy de acuerdo con que se debe purificar el edificio, pero no ahora. Llamaría demasiado la atención, no sabemos si nos vieron entrar, pero dudo que asi fuera; por lo que si estalla en llamas, será una rápida y fácil conclusión. - argumentó con cierta incomodidad, después de haberse sentido tan expuesto por las palabras de Isela.

Sin duda la sociedad novabellana, o al menos la de Recompensa, era un tanto... peculiar, por decirlo de alguna forma. De o tener cuidado, se verían metidos de lleno en las vicisitudes y luchas de poder en aquél planeta, pero al menos, habían podido confirmar algo. Tenían una prueba firme de que los temores de Felíssimo no habían sido infundados. Había herejía en Novabella, el asesinato del astrópata y el símbolo profano eran evidencia más que suficiente. Pero, ¿Quién podía estar detrás de ella? Ninguna de las facciones parecía estar completamente libre de sospecha.

El grupo acabó por decidir adoptar un perfil bajo mientras Azararch se encargaba de analizar las muestras y se acercaba la fecha en la que partirían junto a Martein y las tropas de los Estriccionistas rumbo a enfrentar la amenaza de los bandidos. Cuando la tecnosacerdotisa por fin hubo completado su trabajo, no obstante, la desilusión fue patente: todas y cada una de las muestras que había sacado del almacén visitado presentaban un aspecto natural y de buen estado, sin índice alguno todavía de descomposición o corrupción de origen menos natural.

El examen de la tierra removida frente al almacén tampoco dio conclusión alguna, más allá de resaltar lo evidente. Se trataba de tierra aplastada muchas veces por algo pesado y grueso, perfectamente podría tratarse de las ruedas de una carretilla cargadora, además de pisadas.

Los informantes establecidos por Ares, John y Anubis tampoco les hicieron llegar ninguna información jugosa, tras su aclamada llegada y el encuentro con las principales autoridades, parecía que la ciudad había vuelto a un estado de calma y monotonía, que apenas nada rompió hasta que por fin les llegó el aviso de Martein. Partían al día siguiente.