Partida Rol por web

Haliax sacó su espada del interior del limo y la vio viscosa, y aparentemente derritiéndose. No podía esperar a que el arma se rompiera del todo, así que decidió atacar de nuevo. Rodeo al limo buscando una especie de punto débil, pero no vio nada en particular. entonces una luz inundó la habitación y todos los fantasmas cayeron al suelo, produciendo un gran eco por las armas y armaduras.

¡Bien hecho, Femeref! Algo menos de lo que preocuparnos- Dijo, recordando en ese momento que su hermano había vuelto a morir, aunque, ¿realmente era él? ¿o el espíritu era controlado por el horroroso amo de esta mazmorra? Su alegría disminuyó de golpe.

Ayúdame con esta asquerosidad, por favor.

Alzó su espada y antes de que se rompiera del todo, lanzó una estocada al centro del limo.

"Finalmente, esas pobres almas desafortunadas encontraron la paz." - pienso con alegría mientras recupero el aliento.

Aunque el combate con los fantasmas había exigido mucho de mi, aún no era tiempo de descansar pues aún quedaba el asunto de ese molesto limo, el cual estaba poniendo en aprietos a Haliax, debia encontrar la forma de ayudarlo y rápido.

Hey Haliax usa esto a mi no me sirve de mucho. - digo al tiempo que arrojo mi estoque a sus pies.

Tras arrojar mi estoque reuno la poca energía que me queda y empiezo a salmodiar otro conjuro creando una esfera de energía sagrada rogando a Eilistraee que me brinde la fuerza necesaria para derrotar a este peligroso adversario.

Mientras la esfera de energía se introducía al interior del limo me preguntaba que tan efectiva sería la magia sagrada contra esta clase de adversario, pero al parecer estaba a punto de decubrirlo o bien el maldito limo absorvía la la explosión sin sufrir daño alguno o bien explotaba en pedazos desapareciendo por completo.

Cuando la esfera de energía explota en el interior del condenado limo este explota también, dándonos a Haliax y a mi un momento de descanso. Esta batalla había resultado demasiado dura yo había perdido mi armadura, pero Haliax había perdido su escudo y su arma. Que mala suerte para ambos.

Por si fuera poco Haliax estaba gravemente herido y yo sin pociones para ofrecerle. De pronto me vino una idea a la mente. Tal vez los fantasmas y el limo hayan dejado atrás algo que nos pueda servir. Con una armadura maltrecha y una espada pequeña me conformaba tanto mejor si había un tomo arcano.

Así que con premura me puse a revisar los objetos dejados atrás por aquellos seres.

Haliax ¿Estás en condiciones para seguir? Porque de lo contrario podríamos retirarnos por el momento. - digo intentando intuir la respuesta de Haliax.

Tras clasificar los restos de los muertos vivuentes elevo una plegaria por su descanso eterno y me preparo para seguir.

Mientras la espada de Haliax terminaba de deshacerse, este observó como el limo explotaba gracias a la energía de Femeref, salpicando por todos lados la masa viscosa. haliax estaba débil, y sin armas.

Femeref... Es la primera prueba que hemos encontrado en la mazmorra, y ya estoy casi derrotado. Pero creo que lo mejor es seguir. Tentaré a la suerte y espero poder ser de ayuda.

Femref comenzó a ordenar los restos, y Haliax, lentamente debido a las heridas, le ayudó.

Quizá encontremos algo útil, una espada semi-rota o un escudo pequeño.

Cuando terminaron de ordenar, Haliax se sentó un momento en el frío suelo.

Seguiremos cuando quieras, Femeref.

Despues de que la feroz y ardua batalla a dos frentes, tanto contra los espectros como batiendose con dificultad para abatir a la criatura de limo, los heroes se entregaron a la busqueda de algunos pertrechos entre los restos de los aventureros que no habian sido tan afortunados o habiles como ellos, y que habian sucumbido al mal que aun moraba en estas catacumbas.

Las armaduras, espadas y el resto de los objetos que portaran en otros tiempos los esqueletos que yacian desperdigados por el suelo, estaban demasiado oxidadas, viejas y arruinadas como para poder resultar utiles. Al levantar un escudo de madera, este se hizo polvo entre sus dedos y al probar a esgrimir una espada, esta se quebro, debilitada por el frio, la humedad y esa ultima explosion corrosiva que habia salpicado los alrededores al morir el monstruo gelatinoso.

Sin embargo, no todo resulto en una perdida absoluta, pues al rebuscar mas adelante, los 2 heroes se toparon con un hueco entre las piedras del suelo, donde alguien habia tratado de esconder apresuradamente un abultado costal, cuyo tejido ya estaba practicamente desintegrado, dejando adivinar parcialmente su valioso contenido. 

Haliax y Femeref empezaron a rebuscar entre la ordenada basura. Nada parecía útil, al levantar los escudos estos se partían y las espadas se caían a pedazos. Haliax, dolorido, se apoyó contra una pared, dejándose caer lentamente hasta sentarse en el suelo, descansando. "Estoy perdido, voy a morir aquí. Pero... no puedo, necesito llegar al final, derrotar al Mal. No he malgastado mi vida, no. Lo conseguiré." - pensaba Haliax. Mientras los pensamientos fluían por su mente, vio lo que parecía un costal incrustado entre dos piedras. Se acercó lentamente.

Femeref, aquí parece haber algo. Podría sernos útil.

Haliax se dispuso a sacar el interior del costal del hueco.

Tranquilo amigo mío mientras hay vida hay esperanza, la prueba de ello es ese pequeño costal que sostienes en tus manos - respondo intentando animar a mi compañero.

Tan pronto Haliax termina de revisar el costal yo empiezo a buscar en su interior algo de utilidad, mientras ruego a los dioses que nos den la fuerza necesaria para triunfar en esta gesta.

En este momento mi mayor anhelo es separar la cabeza del amo de su cuello y pondría todo mi empeño en ello.

La desgarrada y vieja tela del costal se acabo de romper al alzarlo, esparciendo su contenido por el suelo con un sonoro repicar de metal contra las petreas baldosas del piso. Anhelantes, los dos aventureros observaron los objetos esparcidos en busca de algo que les permitiera continuar con su descenso hacia las catacumbas.

Una considerable lluvia de monedas, verdosas y oxidadas, ademas de un par de guantes de malla estropeados y un yelmo corroido por la oxidacion fue lo primero que vieron, decepcionados. Pero entre toda aquella basura, sus ojos captaron de repente el brillo puro de un metal plateado, que sobresalia de entre el resto. 

Al levantarlo, lograron apreciar que se trataba de una daga de fantastico diseño, con adornos de dragones, un elaborado guardamanos representando el rostro de una bestia cornuda y una piedra rojiza en el pomo. En la punta de la hoja, se podia ver una runa que contenia el nombre de aquella arma, forjada enteramente en plata pura. "Mata lobos".