Partida Rol por web

Ánima: Más allá del Bien y del Mal.

El Marqués de Cavalcanti

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19/02/2011, 02:20
Xerine

 Vale

No añadió nada más, y dejó aquella palabra vacía como respuesta, como confirmación de que había comprendido. No tenía ningún interés en incomodar a Faliar, ni le costaba cambiar su actitud hacia él. Al fin y al cabo, con un poco de suerte, en unas semanas ya estarían lejos, cada uno siguiendo con su vida como si nada hubiera pasado

Se levantó cuando entró el mayordomo

De acuerdo

Acto seguido se dispuso a seguir al mayordomo

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19/02/2011, 03:01
Ezakimak

Con dolorosa melancolia volteo a observar a lso demás y su conversación, mi mano tiembla al igual que la sonrisa en mis labios y me levanto hacai faliar.

La inquisición es un flor blanca y pura, cargada de espinas; Tol Rauko es un rosa rojo. Las bibliotecas y la curiosidad sobre ciertos temas son el mejor abono para las flores, y para las estacas y leñas de los perseguidos.

Unos pasos se acercan a a la estancia, y el mayordomo aparece para indicarnos que debemos seguir, continuo contemplando la flor que baila ener mis dedos, mientras me acerco al entrada. Allí, al pasar junto a Liana le ofrezco mi brazo, antes de entrar a la siguiente habitación.

Notas de juego

Chicos, comportense, no quiero tener un duelo en medio de la cena.

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19/02/2011, 03:16
Director
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

 Faliar tampoco pasa el chequeo de historia.

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19/02/2011, 09:07
Liana

 Nuestro anfitrión envía a su mayordomo a hacernos pasar. Acto seguido, D, como si quisiera dar celos a Xerine, me ofrece el brazo. No es que sea precisamente mi ideal erótico-festivo, pero bueno, queda bien entrar del brazo de un "caballero" en un evento como este, así que le cojo del brazo y cruzo la puerta con él hacia la siguiente habitación.

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19/02/2011, 11:39
Faliar Eldwen

- Ehm... si... vale.... lo que tu digas

La respuesta de D no le servía en absoluto; una metáfora vaga e incomprensible. Pero si no querían hablar del tema, mejor dejarlo; parecía que esa organización o lo que fuera inspiraba tanto respeto y miedo como la Inquisición. Sin decir nada, se levantó y se dispuso a seguir al mayordomo.

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19/02/2011, 11:38
Quint

Quint se apresuró a contestar a Xerine antes de que llegara el mayordomo. Cuando escuchó que la dama interferiría por él para poder acceder a la biblioteca, el chico intentó hacer un burdo y torpe intento de reverencia.

-Gracias por el consejo, pero daría peor impresión si abriera la boca. ¿No lo cree?

Acto seguido, la chica propuso tratar de tú a los miembros del grupo, a lo que Quint accedió al instante.

-¡Oh, sí! Intentaba imitarte con esa forma tan extraña de hablar, pero me daba la sensación de que iba a estallar la cabeza de tanto pensar para no meter la pata.

Después siguió al grupo por donde indicaba el mayordomo, prestando toda la atención que era capaz a la forma de comportarse de D y Xerine, que parecían acostumbrados a esas situciones.

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20/02/2011, 23:52
Albert Pennyworth [mayordomo]

Dándose media vuelta cuando estáis a poco más de un metro de él, Albert atraviesa la puerta. Tras ella se extiende un pasillo de forma trasversal, con varias puertas a los lados y un par de escaleras de caracol. El suelo está decorado por una alfombra roja que va de lado a lado del pasillo y también gira en las esquinas que se ven a los lados. De las paredes cuelgan cuadros lujosos, de, en apariencia, antepasados del Marqués, cada uno en una pose más extravagante. Os conduce por una de las escaleras de caracol para subir al piso superior. La escalera es de una madera muy recia, y la barandilla de hierro forjado, con apliques de oro. Parece que el marqués no repara en gastos.

En el piso superior, Albert se para en una puerta que esta casi justo encima de la salida del hall.

-Por aquí caballeros.

Una vez dentro de la habitación, la majestuosidad se vuelve a extender ante vosotros. Una habitación rectangular, prácticamente diáfana alberga una gran mesa, preparada para el banquete,protegida por un finísimo mantel en tonos rojos y blancos, con bordados a mano. Sobre él están todos los manjares que podréis probar. Es obvio que el menú no es tan variado como en la Dama pero no es escaso. Varios cerdos brillan sobre la mesa a la luz de las lámparas, gracias a una capa de grasa que cae por sus lomos. Varios cestos con fruta están repartidos por la mesa, y el aspecto es bastante apetecible. Bandejas de pescado cubren el mantel, y vinos de muchas clases y colores están dispuestos a ser servidos.

Bastante separadas unas de otras, pero no lo suficiente para que la conversación sea un problema se encuentran 8 sillas. Siete de las cuales son butacones de madera, con cojines recubiertos de terciopelo, pero una de ellas, la que preside la mesa es especial. Un gran sillón de piedra, con gárgolas en la cima del respaldo y leones en vez de reposabrazos. Un elemento bastante discordante con la decoración. Pero puede ser que Cavalcanti sea algo excéntrico.

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21/02/2011, 00:17
Xerine

 Ahora era cuando la cosa empezaba a pintar bien. Muy bien. El tal Calvacanti tenía un gusto exquisito, no solo por su mansión, si no por el banquete con el que recibía a sus invitados. Quizás lo de la silla de piedra era algo llamativo, pero, al fin y al cabo... ¿Que noble no tenía sus excentricidades? Un coleccionista de reliquias por aquí, un amante de los peluches por allá... Comparado con algunas de las cosas que había visto Xerine, el gusto por aquella extraña silla le parecía algo totalmente insignificante. Con un poco de suerte, no sería más que eso

Se acercó a una de las sillas, y, sin esperarse que ninguno de los caballeros le ofreciera asiento apartando esta unos centímetros, se sentó por su cuenta. Había quedado claro que la etiqueta de sus compañeros era tan nula como sobresalientes sus dotes "ocultas", y el único del que podría haberse esperado ese pequeño gesto de educación estaba centrando su atención en Liana, cosa que Xerine apenas había pensado hasta ese mismo momento. En realidad, ni se había dado cuenta del gesto de D. Ahora que los veía juntos, casi le hacía gracia la situación: De todas las personas de aquella mesa, esas dos eran las más interesantes, sin duda, y la música estaba deseando ver como acababa la relación entre los dos. Con la curiosidad propia de una científica que abriera una rana para inspeccionarla por dentro

Decidió centrar sus pensamientos en otro asunto. En realidad, tampoco tenía muchas ganas de empezar una conversación, aunque, para ser sincera con ella misma, que alguien propusiera un tema sería un buen remedio contra el aburrimiento que parecía comenzar a cernerse sobre Xerine, como la sombra de un halcón

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21/02/2011, 01:15
Faliar Eldwen

Faliar arqueó una ceja al ver la extraña butaca del anfitrión; fanfarronería pura y dura, pensó. Sin darle más importancia, tomó asiento y cruzó las manos, a la espera que los demás se sentasen y apareciese el anfitrión. Lo poco o nada que sabía de etiqueta le decía que sería de muy mala educación empezar a comer sin los demás, especialmente antes de que apareciese el anfitrión, pero lo cierto es que le parecía detestable que el señor Marqués hubiese enviado al mayordomo a recibirles y ahora les hiciese esperar, como diciendo "eh, don nadies, este es mi criado, y vosotros tendréis que esperarme porque valgo más que vosotros". Si no hubiese sido por la presencia de Xerine y D, a los cuales no quería incomodar, se hubiese servido un buen trozo de cochinillo asado en ese mismo instante, solo para ver la cara que pondría el Marqués.

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21/02/2011, 16:48
Aaron Ningrem

Aaron siguió al grupo, pensativo en esa adivinanza que le taladraba la cabeza... tenia una posible respuesta... pero para ver si era correcta tenia que buscar información... si no fuese esa la correcta perdería esa ayuda. Al ver el banquete pensó

Por mucho que lo piense, si es información que desconozco no lo voy a saber de repente, a si que, a comer.

Entonces, buscando una silla cerca de la silla que destacaba, la cual dedujo que seria la del marques, para estar lo mas cerca de él, y así poder comentarle el par de cosas que tenia en como ver sus libros o preguntarle un par de cosas sobre la fauna. Pero eso seria luego, ahora habia que comer... pero primero a esperar al marqués antes de empezar, pues si empieza ya, podria enfadarse y no dejarle ver sus libros.

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21/02/2011, 19:25
Quint

Quint comenzaba a cansarse de tanta decoración según avanzaban hacia el comedor. Si las estancias anteriores le habían parecido recargadas, los pasillos que recorría rayaban lo absurdo.

¿Para qué tanto lujo? Al final la muerte le cogerá como a todos tarde o temprano. ¿Por qué con decorar la mansión en lugar de gastar ese dinero en ayudar a los demás?

Finalmente llegaron al gran salón-comedor, donde la comida esperaba servida en la mesa. Las tripas de Quint soltaron un feroz gruñido indicando que tenían hambre, pero el chico esperó a ver cómo reaccionaban sus compañeros antes de actuar. De alguna manera parecían evitar sentarse en la silla de piedra (que por otra parte no parecía muy cómoda), así que Quint se dirijió a una de las sillas más alejadas de esa y se sentó en una esquina de la mesa, para que el anfitrión no viera su falta de modales directamente.

Sin embargo la paciencia no era la mejor virtud del chico, y antes de sentarse cogió un puñado de uvas de un frutero y se los metió en la boca. Tras masticar a dos carrillos durante unos instantes y fijarse en la cara que ponían todos, hizo un visible esfuerzo por tragar el contenido de su boca lo más rápidamente posible.

-Esto... ¿Se supone que debemos esperar? Se va a enfriar la comida...

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21/02/2011, 20:15
Faliar Eldwen

Faliar alzó la mirada hacia Quint y le hizo un leve gesto de complaciencia

- Si, se supone...

Y soltó una risotada

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21/02/2011, 20:22
Xerine
Sólo para el director

 No dijo nada al respecto, pero frunció los labios. No era un buen comienzo, si Quint quería obtener permiso para acceder a la biblioteca del Marqués por la cara. Lo peor de todo no era que no supieran comportarse, era que, simplemente, no parecía que quisieran aprender...

Mal

Ghost Note soltó un suspiro, aburrida, mientras dejaba los cubiertos sobre la mesa de forma brusca

Otra vez

Guêpe Ladoux observó como la niña se levantaba, mohína, y salía de la habitación. Entró de nuevo tras unos segundos, esbozando una sonrisa tan forzada como ridícula. Se acercó unos pasos, y se inclinó ligeramente, mientras murmuraba un "Caballeros...", justo antes de sentarse en la mesa. Esperó unos segundos a que Guêpe simulara que empezaba a comer, y rápidamente cogió sus cubiertos y comenzó a devorar su comida con ansia, aunque esforzándose por guardar las formas

Mal

Ghost Note dio una patada en el suelo, mientras se levantaba, enfadada

¡¿Y ahora qué?!

Guêpe no perdió la calma. En vez de eso, se limitó a sostener la mirada a su pupila, mientras fruncía el ceño. Ghost Note se apresuró a sentarse, algo asustada

Perdona, maestra... No quería faltarle al respeto... Es solo que no entiendo por qué...

Porque comes como un cerdo Guêpe fue seca y directa, como siempre Si queremos hacer de ti una señorita con un mínimo de etiqueta, tenemos que pulir esos modales, y mucho

Ghost Note bajó la mirada, avergonzada

Pero maestra... Tengo hambre...

Guêpe negó con la cabeza

Olvídate; Ya no eres una vagabunda que roba bolsas para poder comer. Desde que hace unos años te encontré, he cuidado de ti, y a partir de ahora, tu nuevo patrón te proporcionará incluso más beneficios

Ghost Note pensó en Albuin. En realidad, aquel señor no la gustaba. Pero Guêpe la había asegurado que una vez consiguiera cierto estatus tendría acceso a objetivos más importantes. Y no es que a ella le importase mucho: Pero sí a su mentora. En realidad, a su único sustento; Un modo de vida que no estaba dispuesta a abandonar

Pero si no aprendes a comportarte Continuó Guêpe No durarás entre esa gente ni un día. La etiqueta es todo para ellos. Las formas deben guardarse, la fachada, mantenerse. Cuando se tiene tanto poder como esas personas, cualquier desliz puede resultar fatal, y para evitarlo se han establecido una serie de tradiciones que todos están dispuestos a seguir. Si no bailas como ellos, te comerán. Si no juegas a su juego, estarás de nuevo en la calle tras unas horas. Y yo me arrepentiré de haberte escogido como aprendiz

Ghost Note asintió, con las mejillas rojas

Ahora, sal fuera, y vuelve a intentarlo. Y recuerda quién eres ahora, pequeña

Sí, maestra

Ghost Note volvió a levantarse, mientras se dirigía a la puerta con la cabeza gacha

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21/02/2011, 20:32
Liana

 Una vez cruzo la puerta, me acerco a la silla donde se sienta Xerine y, sin esperar miramientos ni galanterías me siento. Con un poco de suerte el marqués vendrá pronto, esto acabará aún más pronto y podré por fin ponerme cómoda.

Una vez sentada, miro a mi alrededor. No me molestaría vivir en un sitio así. En fin, tomo nota. Cuando vuelva a casa me haré un sillón de piedra.

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21/02/2011, 23:13
El Marqués de Cavalcanti

 Cuando todos estaban sentados y esperando al marqués, el mayordomo hizo un pequeño gesto desde la puerta, y a su orden, un pequeño grupo de 10 personas se situó en una esquina de la habitación. Cada uno llevaba un instrumento musical, un cuarteto de cuerda, un tambor y un bombo, y algunos vientos. Iban vestidos con un perfecto frack gris marengo y una pajarita del mismo color. Cuando llegaron a la esquina, en la que había una pequeña tarima, cada uno abrió su estuche y sacaron sus preciados instrumentos.

Mientras los músicos preparaban su actuación, Émil entró por la puerta, y tras una reverencia a todo el mundo se sentó en la silla más cercana al butacón de piedra. Con un leve inclinar de cabeza, saludó a todo el mundo, a lo que añadió un guiño a su chica preferida. Tras un instante, la música empezó a sonar.

La música empezó a inundar la habitación. Y a llenar todos los pasillos de la mansión. Cuando hubo sonado unos segundos, un hombre que en apariencia rondaba los cincuenta años empezó a caminar lentamente desde la puerta. Vestía un chaleco de cuero con intrincadas decoraciones, del cual asomaba una camisa más ostentosa aún si cabía. Un pañuelo blanco anudado en su cuello se dejaba caer por su pecho, ocultando la botonería de la camisa. Una cinta de cuero teñida de granate resaltaba bajo el pañuelo, cayendo de manera oblicua hacia el costado izquierdo, donde se unía una preciosa vaina del mismo color que albergaba un precioso estoque, delicadamente decorado. La empuñadura era simplemente perfecta. Bajo el arma, unos pantalones de un color intermedio entre el granate y el morado, anchos y con bordados cubrían las piernas del Marqués. Unas botas altas, que llegaban hasta las rodillas completaban el conjunto.

Antes de sentarse, los músicos bajaron el tono, tocando sus melodías como un eco de fondo, y que la conversación se pudiera llevar con tranquilidad, y sin elevar la voz en extremo.

Aclarándose la garganta, empezó a hablar.

-Mi nombre es Guido Cavalcanti. Estoy encantado de que hayan aceptado mi invitación, y que podamos mantener esta comida informal. No se asusten por la parafernalia. Me gusta ser un poco excéntrico, están en vuestra casa.

Sentándose con cuidado, continuó hablando.

-Pueden empezar a comer, la verdad es que yo también tengo hambre.

Mientras se acercaba un pequeño plato de pescado, continuó:

-¿Puedo preguntar por vuestros nombres?

Notas de juego

 Supongamos que Dieter se ha sentado:

Liana      Dieter       Cavalcanti      Émil   
╔════════════════════════════╗
comid comid comid comid comid comid
╚════════════════════════════╝
Quint       Aaron         Xerine         Faliar

 

Así estáis situados... o queréis modificarlo?

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22/02/2011, 01:07
Ezakimak

 Tras entrar en el lugar me sorprendo ante el trono de piedra y me siento rapidamente en mi lugar, intento guardar la calma y fingir con rostro de palo que nada pasa. Los segundos son horas, los músicos entran anunciando al Marqués, y me encojo en mi lugar. No, no esto es Corvinus, una isla perdida y solitaria. No es ese lugar, no es ese. Sonrío alegremente ante la música, y volteo a ver respetuosamente al marqués. En definitiva, una persona amable. Nada que ver con aquel sujeto. Mi piel se enchina por un momento al recordar mi pasado, mas al augusta presencia del marqués y su afabilidad me regresan a alr ealidad.

Si me permite su excelencia, me gustaría presentar a mis compañeros.

A mi diestra la señorita Liana. Enfrente, los señores Quint y Aaron.

A su frente se encuentra la señorita Xerine, y junto a ella el señor Faliar.

Yo por mi parte, soy conocido como "D", aunque si gusta puede llamarme Dieter.

Debo decir a nombre de mis compañeros que es todo un honor para nosotros el poder gozar de su compañía, aunque para serle sincero, no todos estamos tan acostumbrados a tratar con gente de vuestra alcurnia. Así que por favor comprenda si cometemos alguna torpeza, o violamos sin querer alguna norma de comportamiento.

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22/02/2011, 10:42
Faliar Eldwen

Cuando el Marqués empezó a desfilar al sonido de la música, Faliar agachó la cabeza, apoyó la frente sobre los dorsos de sus manos cruzadas y miró a la mesa, riendo por lo bajo. El espectáculo le pareció totalmente bochornoso e innecesario, y solo reforzaba la opinión que ya se había hecho del Marqués.

- Por favor... Que cosa más absurda...

Antes de que se le notase, volvió a levantar la mirada y sonrió ligeramente al Marqués mientras este se presentaba, lo suficientemente discreto como para que la sonrisa no pareciese forzada (que lo era). Asintió en dirección a D con gesto afable cuando este le presentó, pero no dijo nada.

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22/02/2011, 10:54
Xerine

 Se estaba riendo. Ese paleto se estaba riendo

Oh, no. No vas a dejarnos en evidencia ante el marqués

Propinó un pisotón a Faliar cuando este ocultó su rostro, y le dirigió una mirada de aviso, casi sin girar la cabeza. Luego se centró en el Marqués. Era pomposo, sí. Y ridículo. Tan ridículo como se podría esperar en alguien de su alcurnia. La gente con poder se comportaba de forma extraña, y los que necesitaban obtener sus favores se adaptaban al juego. Siempre había sido así. Y, si mal no había entendido, ese hombre era su billete de salida de la isla. Les convenía llevarse a buenas con él. Añadiéndole unas cuantas razones personales, claro

Sonrió cuando el Marqués la miró, y asintió ante las palabras de Dieter. Al menos él sabía expresarse como Dios manda. Si que era verdad que la última frase había estado algo fuera de lugar, pero era, desde luego, necesaria para poner en aviso al Marqués sobre los modales de sus invitados. En realidad, era un mal menor, en comparación a las cosas que Xerine imaginaba que podrían llegar a hacer sus compañeros

Esperó a que Calvacanti contestara. No quería agobiarle con demasiados comentarios, y D ya había dicho más que suficiente. Se limitó a una mera palabra de cortesía

Encantada

Notas de juego

 Supongo que me doy cuenta de que se está partiendo el culo porque estoy a su izquierda, pero si el master quiere realizar un control de advertir o algo así, y lo fallo, borrad el post ;)

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22/02/2011, 11:22
Faliar Eldwen

Faliar se estiró de golpe cuando sintió el punzante pisotón que le había propinado Xerine. Su primer instinto había sido pegarle un puñetazo, pero no era el momento ni el lugar. Bajó las manos y se agarró al borde de la mesa con fuerza para aguantar el dolor y calmar sus impulsos violentos. Por un momento estuvo a punto de perder el control, pero se tranquilizó y supuso que Xerine le había pillado riéndose, y eso la había molestado. A él le importaba poco quedar o no en evidencia ante ese pomposo noble; esa gente no le inspiraba ni el más mínimo respeto. Pero Xerine parecía que quería jugar a su juego de buenas maneras, hipocresía y aires de superioridad. La niña repelente de siempre. Bah.

- ¿Y voy a tener que aguantarla dos semanas? Si Dios de verdad existe, espero que me de paciencia, porque como me de fuerzas...

Notas de juego

no. vuelvas. a. hacer. eso. xDDDDD

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22/02/2011, 12:56
Aaron Ningrem

Aaron observó sorprendido el como habia entrado el marques con su música y todo, y pensó

-Comparada con la entrada que observé en la iglesia de "ella", esto no es nada.

Después de eso, cuando dijo que podian comer, comenzó a comer sin esperar a nadie, a fin de cuentas, después podria preguntarle lo que quisiese, habia tiempo.

Cuando preguntó sus nombres, Aaron dijo con la boca llena y antes de que D dijese su nombre:

-Aaron.

Al tener la boca llena lo pronunció un poco mal, pero al pronunciarlo D bien, añadió un:

-Eso.

Y continuó comiendo.