Partida Rol por web

Marcus, al ver que el hombre accede muy fácilmente, en vez de negarlo todo y molestarse en ocultarlo, algo muy común en la actitud de todo el mundo cuando se hablaba de un tema parecido.

Asique el hombre accede a enseñarme lo que tenga acerca del ki sin preocuparse demasiado… no seré lo suficiente erudito como leer sus libro pero tampoco debería tratarme como un idiota.

Marcus se levanta de la mesa donde estaba sentado, mira a Trinovantes y a Víncel, luego mira a todas las personas que se encuentran en la biblioteca por si alguno es un guardia de la ciudad o algo parecido. Después le susurra a sus compañeros para que solo ellos lo oigan.

Chicos, deberíamos irnos, la gente no accede tan fácilmente a mostrar cosas como las que yo he pedido. Puede que si nos quedamos esto se ponga feo.

Marcus empieza a ir hacia la puerta, atento a los movimientos de la gente que se encuentra por el lugar.

Trinovantes tarda un poco en darse cuenta de lo que había preguntado Marcus ya que el bibliotecario le habia ofendido, vale que no le interesaran la cultura y el saber, pero cuando lo necesitaba, que para él era practicamente nunca, recurria a los libros y a las bibliotecas, aunque con gran desdicha.

Al ver que Marcus ya se iva, Trinovantes le dice a Vincel.

-Vamonos, que este la ha cagado.

El guerrero acelera un poco el paso y adelanta a Marcus, cuando esta pasando por su lado le susurra:

-En que coño estabas pensando.

Al salir de la biblioteca Trinovantes se dirige a la derecha.

Vincel negó con la cabeza, apenado. James le había inculcado durante su adiestramiento un gran respeto por los conocimientos y los libros, y no acababa de entender cómo podían sus compañeros mostrarse tan frescos y arruinar el plan que tenían de aquella manera.

Viendo que no parecía haber ningún otro encargado al que preguntar por el apellido Benavides, siguió a sus compañeros hacia el exterior.

Al salir de la biblioteca los tres personajes se encontraron con que en la calle había un pequeño revuelo. La gente estaba un poco inquieta, y un grupo de guardias parecían venir desde lejos. Al parecer se dirigían hacia la biblioteca pues se puede ver a alguno de ellos señalar hacia ella. 

- Será mejor que nos separemos. Susurró Vincel a Trinovantes inmediatamente antes de ponerse la capucha, agacharse ligeramente y alejarse, tratando de mezclarse con la multitud.

Marcus al ver que Víncel se aleja se pone su sombrero y se larga por otro camino alejándose de la guardia y la multitud, esperando que no le sigan.

El único problema de esto es que Víncel huira, pero ya lo encontrare, espero que no se le ocurra abandonar la ciudad.

Marcus sigue caminando por callejones esperando que los guardias no se hayan dado cuenta de su presencia. No le apetecía que lo volviesen a capturar.

Trinovantes asiente cuando Vincel le dice lo de separarse y se va por otro camino distinto al de sus compañeros.
 

Con las armas y mi tamaño será fácil que me sigan y reconozcan y me sigan, maldito Marcus no podía tener su bocaza cerrada hasta que hubiéramos mirado el registro.
 

Trinovantes mientras avanza sin rumbo, girando de vez en cuando en alguna esquina, va maldiciendo mentalmente a Marcus y comprobando que no le sigan.
 

Dentro de un rato iré a la posada donde pasamos la noche haber si estos dos tienen la misma idea. Maldito Marcus, volvemos a estar en líos por su culpa, y este es bastante gordo.

Según te metes por los callejones, pierdes de vista a los guardias. Al fin y al cabo, puede que no te estuvieran siguiendo a tí, y que solo estuvieran haciendo la ronda. O que fueran a interrogar a alguien a la biblioteca. En todo caso, todo parece limpio donde estas. 

¿Y donde estás? En medio de la nada se podría decir. Callejones a un lado y a otro, gente pasando sin prestar la menor atención... en medio de la ciudad, y sin ninguna indicación.

Según te metes por los callejones, pierdes de vista a los guardias. Al fin y al cabo, puede que no te estuvieran siguiendo a tí, y que solo estuvieran haciendo la ronda. O que fueran a interrogar a alguien a la biblioteca. En todo caso, todo parece limpio donde estas.

¿Y donde estás? En medio de la nada se podría decir. Callejones a un lado y a otro, gente pasando sin prestar la menor atención... en medio de la ciudad, y sin ninguna indicación.

Según te metes por los callejones, pierdes de vista a los guardias. Al fin y al cabo, puede que no te estuvieran siguiendo a tí, y que solo estuvieran haciendo la ronda. O que fueran a interrogar a alguien a la biblioteca. En todo caso, todo parece limpio donde estas.

¿Y donde estás? En medio de la nada se podría decir. Callejones a un lado y a otro, gente pasando sin prestar la menor atención... en medio de la ciudad, y sin ninguna indicación.

Marcus al ver que no era perseguido se relajo y siguió andando, se dirigía hacia las afueras de la ciudad, creía que allí irían sus amigos, además tenia que alimentarse un poco, pensó que también podían ir a la posada, pero si alguien les reconocía se lo podrían decir a los guardias.

No creo que los chicos sean tan tontos como para ir a la posada, porque podrían ser capturados y ejecutados.

Marcus se tapo con el sombrero lo que pudo para que no se le viese demasiado la cara, se tapo con la capa intentando que no se viese demasiado su arma, para así no tener más problemas y no tener que huir demasiado.

Trinovantes al ver que los guardias no le seguían se relajo y siguió andando, dando un paseo y observando las casas y calles por si llegaba a una zona donde ya hubiera estado.

En un rato sino he encontrado un lugar que reconozca le preguntare a alguien por la posada de “el gran palacete”.

Después de andar durante algunos minutos se canso de no reconocer nada y decidió que era hora de preguntar a alguien. Así que se acerco a un hombre que pasaba por allí y le dijo con tono tranquilo y amable:

-Disculpe señor, ¿seria tan amable de indicarme el camino a la posada “el gran palacete”? Si sabe donde esta, claro.

Vincel áncuvo un rato por las calles, esperando reconocer alguna de ellas para poder volver a la posada. Después de un rato, llegó a la conclusión de que así sólo conseguiría perderse más aún, de modo que que se acercó al primer transéunte que vio:

- Disculpe, ¿podría vuestra merced ser tan amable de indicarme, si lo conoce, por dónde debería ir para llegar a la posada "El Gran Palacete"?

El hombre se quedó pensando un poco, extrañado por el abordaje y la pregunta, pero más tarde contestó claramente:

-Sí, creo que conozco el lugar. Si toma esta calle recta, y luego en la cuarta calle gira a la derecha, sigue todo recto y en la quinta gira a la izquierda se la encuentra de frente.

El hombre se quedó pensando un poco, extrañado por el abordaje y la pregunta, y más aún por las extrañas pintas de Trinovantes, armado y con armadura hasta paseando por la ciudad. Pero más tarde contestó claramente:

-Sí, creo que conozco el lugar. Si toma esta calle recta, y luego en la cuarta calle gira a la izquierda, sigue todo recto y en la sexta gira a la derecha se la encuentra a un lado. Espero que no se pierda caballero.

Después de dar un par de vueltas por multitud de calles, encuentras un camino que al parecer, te saca de la cuidad. COn mucho cuidado de nos ser seguido, continúas por él hasta encontrarte con las puertas de la ciudad, en las cuales dos soldados hacen guardia.

No parecen muy preocupados por lo que entra y lo que sale, al fin y al cabo no son altas horas de la noche y la entrada no está restringida, pero periódicamente echan algún vistazo a los transeuntes, para mantener la compostura.

Después de seguir las indicaciones con cierto grado de éxito, ambos compañeros se encontraron en la puerta de la posada. Habían huido de la biblioteca por culpa de Marcus, y ahora se encontraban de nuevo reunidos, a falta de justo esa misma persona.

- Vaya, menos mal -suspiró Vincel al ver a Trinovantes en la puerta de la posada- Bien, escucha, creo que deberíamos darnos más prisa, y preguntar por aquí por el apellido Benavides. Y mientras lo hacemos, con suerte encontraremos a Marcus de camino. ¿Dónde se habrá metido?

Me pregunto si en algún momento retomaremos la pista de la Señorita Benavides.

Marcus observa las personas que entran y salen, no va a ninguno de sus compañeros así que sale a cazar un poco para poder alimentarse y comer.

Después pensare donde habrán ido estos idiotas, lo primero es alimentarse un poco.

Tras un rato por el bosque ve a  un conejo y se alimenta de él, se limpia para no ir demasiado manchado cuando vuelva a la ciudad. De vuelta a la ciudad va meditando donde pueden estar sus compañeros, asique decide que podrían estar en la posada o que le habrían dejado un mensaje. Se dirige hacia allí rápidamente.

Si no les encuentro me iré yo solo hacia Belfort, esa chica tiene que dar cuentas de que me disparara…

Trinovantes se acerca rapidamente a la puerta y la abre, entonces mira a Vincel y le dice:

-Vamos dentro y esperamos un rato al imbécil de Marcus. En cuanto le vea le voy a dar una hostia haber si lo dejo más tonto de lo que ya es o si aprende que no puede hablar de algunas cosas.

Dicho esto entra en la taerna y se dirige a la barra.