Partida Rol por web

 Marcus, a pesar de que sabe que no tiene nada que ver con el embrollo se lanza hacia Leopoldo, el primero que había entrado. Desenvainando su espada, lanza una mirada asesina a su contrincante y describe un arco mortal hacia el hombre. Leo, que no esperaba una respuesta tan agresiva no puede hacer otra cosa más que apartarse de la trayectoria del arma, con bastante éxito. La espada sólo ha cortado un poco su camisa y su piel está intacta, pero ha quedado bastante desequilibrado.

 -¡Jefe!, ¡jefe! Llevan armas, no se contenga. Podremos alegar defensa propia, todos los que están en la posada han visto lo que ha hecho.

Hansón se lanzó contra Marcus, desenfundando su florete y tratando de pinchar al pálido caballero. Pero éste, versado en mil batallas, reconoció el gesto con facilidad y esquivó el ataque sin dificultades.

 El tercero del grupo no desaprobecha la oportunidad de atacar al hombre que se ha abalanzado contra Leo, pero también falla en su intento de hacerle daño. Marcus esquiva sin problemas el golpe.

 El último de los integrantes del grupo se lanza contra Marcus, haciendo tanto como sus compañeros. Aunque Marcus tendría que rezar por que no queden más, pues el aluvión de ataques ha sido algo que ha esquivado con relativa suerte.

 maldiciendo los problemas que causa marcus, cojo mi escudo y aparto a marcus (de forma que yo quede entre marcus y los hombres) con la mano derecha en la empuñadura de la espada, preparado para desenvainar y luchar.

ni siquiera va con él la cosa y ataca. tendria que haberme separado de él en cuanto llegamos... bueno al final siempre resultan experiencias interesantes.

-ALTO, alzando la voz, pero sin gritar este no es el hombre que llevaba el gorro, ese a salido por el patio.

 -Pero el gorro está ahí, y tú nos has atacado. Continuád.

Grita Leopoldo. Puede que ahora mismo, sea demasiado tarde para detener el combate, si solo hubierais hablado unos segundos antes todo podría haber sido diferente.

 Marcus después de desencadenar su técnica ataca al líder de los hombres que acaban de entrar. Ésta vez, el jefe no tiene tanta suerte a la hora de esquivar y el ataque le acierta de lleno en un brazo. La sangre empieza a salir a borbotones cuando el acero penetra en la piel y se escucha un sonoro crac que Marcus es capaz de sentir en su propia mano, a traves de la vibración de la espada. El brazo de ese hombre ha partido, y la sangre brota del mismo con furia.

insultando entre dientes a marcus por provocar esta situación, desenvaino la espada y con el mismo movimiento ataco al hombre mas cercano de los que ha entrado por la puerta con un tajo de abajo a arriba dirigido al brazo con el que sostiene el arma con la esperanza de que si pierde su arma no continue atacando.

habra que luchar, y ni siquiera iva con él la cosa.

-sera cabron, el hijo de puta de los huevos no se podia estar quieto, noo, tenia que atacar el imbecil de él.

 Trinovantes se lanza contra Cañuto que no puede hacer otra cosa más que recibir el golpe, pues estaba pendiente de recoger a Leo. A pesar de eso, con un súbito movimiento es capaz de apartarse parcialmente evitando el golpe de lleno. Una herida se abre en un brazo, que no es nada grave por ahora. 

El gentío en la taberna empieza a chillar por sus vidas, pues no es algo normal que de repente dos grupos armados empiecien una pelea por lo visto a muerte, pues ya han visto salpicar la sangre de uno de los contendientes.

 Martín y Hansón se lanzan contra Marcus tratando de herirle. Ha dejado medio muerto a su compañero y quieren venganza. El único problema es que Marcus es muy rápido y esquiva los dos ataques. Aunque el segundo le hace retroceder varios centímetros hacia atrás, pues le saja la ropa y está muy cerca de hacerle un corte.

maldición, no ha perdido el arma. si lo dejo inconsciente tendremos ventaja y esto acabara antes

haciendo una finta hacia su derecha y un amago de ataque a las piernas con la espada para distraer a mi oponente, le golpeo con el escudo en la cabeza con la intención de dejarlo fuera del combate.

-BASTARDOS SERA MEJOR QUE OS RINDAIS SI NO QUEREIS MORIR

 Trinovantes intenta hacer una finta para que su adversario crea que el ataque es al pie, pero su verdadero ataque va dirigido a la cara, con su escudo. Cañuto observa llegar el brazo y consigue evitarlo de tal manera, que queda en una posición ventajosa para lanzar el siguiente ataque. Levanta su estoque con la intención de ensartar al fornido caballero. Pero Trinovantes no es la primera vez que lucha y lee el ataque perfectamente. Y, con un rápido movimiento de su hoja, aparta la espada quedando en una posición realmente perfecta. Mientras su enemigo se trastabilla hacia el interior de la taberna.

 -Vámonos compañeros. Aquí no vamos a conseguir nada.

Leopoldo jadea de dolor mientras retrocede. Mártin se pone entre él y Marcus en posición de defensa, si quiere atacar tendrá que pasar por encima de su cadáver. La herida del jefe parece muy profunda y tendrá que estar varias semanas para que se le cure... pero aún así, está vivo. Qué es mucho más de lo que conseguiría si continuaba aquí.

caprichoso de los cojones, bueno, quizá sea mejor así, a lo mejor nos libramos del calabozo... siempre y cuando no se ponga a luchar de nuevo.

me aparto un poco de los hombres y bajo las armas, mirando al hombre con el que estaba luchando. preparado para cualquier ataque que intentaran hacer.

-bien, id uno con vuestro jefe y los otros dos empezad a hablar. ¿quien era el hombre del sombrero? ¿por que lo perseguíais? hablad o correreis peor suerte que vuestro jefe.

miro desafiante a los hombres con estambamos luchando esperando oir una respuesta que me satisfaga.

voy a intentar intimidarles para ver si se les suelta la lengua.

- Marcus, si no nos gusta la respuesta no hace falta que nos contengamos

 Mientras su jefe se retira agarrándose el brazo con cara de dolor, Mártin le acompaña. la extremidad de Leopoldo tiene un corte muy feo, y la postura que tiene el brazo no es nada natural. Pasado un segundo, ambos desaparecen corriendo por la puerta, dejando a Cañuto, y a Hansón solos en la taberna.

-¡Cabrones, esperadme! Grita Hansón mientras se da la vuesta para empezar a correr.

A Cañuto se le queda la cara blanca. Los dos hombres están entre la puerta y él, y no tiene otra manera de escapar si no es por la puerta trasera. Y, obviamente es lo que intenta, allí no tienen nada que hacer ya, e intentarán desaparecér cuanto antes, se han topado con enemigos demasiado poderosos. No es su día.

Al ver que los dos hombres se van, Marcus no tiene intención de permitir que se le escapen los otros dos, ya que necesita información sobre el hombre que le golpeo. Miró al que estaba más cerca de la puerta y cuando vio su intención de huir se lanza a por él para intentar derribarlo y poder evitar que huyera de allí.