Partida Rol por web

Sir Gwilherm esta contigo, y se mantendrá callado.

te seguirá en lo que hagas.

Deberas sir walter ser tu el que lleve el peso de la aventura.

Owen, impresionado por la magnitud del campamento real, no tuvo tan fácil el encontrar al caballero que buscaba. Tal vez porque estaba más distraído de lo que debería con tantas personas y cosas nuevas que se encontraba. Volver a casa luego esta experiencia no sería algo sencillo, con cada segundo que pasaba la sed de aventura le invadía un poco más. Ahora lo que alguna vez le pareció enorme se convirtió en un grano de arena en comparación con lo que le quedaba por descubrir. 

Por suerte para la tarea que tenía finalmente alguien pudo darle referencia sobre el hombre que buscaba, así que luego de agradecerle por la ayuda se dirigió directamente hacia su objetivo. No quería que algo más le distrajera de su misión. -¿Sir Walter de Lickey Hill? Preguntó una vez estuvo cerca para confirmar que en efecto aquel era el caballero que buscaba. 

Al reconocer mi nombre examino con la mirada al caballero que lo ha usado. Finalmente le sonrío con afabilidad y atuso mi barba pelirroja.

-El mismo. ¿ quién sois vos, caballero ? Lamento no reconocer vuestro escudo, pero esto es por lo humilde mi formación en la heráldica... no lo toméis como una ofensa o un descrédito. Marcháis junto a las tropas de Uther y eso ya os da suficiente crédito a mis ojos para trataros con todo el respeto.

Miro fijamente a los ojos del caballero, sosteniendo su mirada con la intención de evaluar su temple cuando responda a mi pregunta. Albergo algo de curiosidad, pero lo que quiero es que nos pongamos en marcha lo antes posible. Y en cierto grado me importuna tener que dedicarme ahora a confraternizar con otros caballeros.

Le sorprende en principio la cortesía con la el caballero le trata, pero la mención a las tropas de Uther le hace entender el motivo. No obstante, quedó admirado de inmediato por Sir Walter, su experiencia se notaba, así que el poder compartir con él era una gran oportunidad de aprendizaje. 

-Es un gusto y un honor el finalmente encontrarle. Soy Sir Owen del condado de Hertford, el conde Setzer me ha enviado a vuestro encuentro. Tengo la orden de unir las huestes que hemos traído a la vuestras, para que juntos representemos a nuestro condado. Se que el tiempo apremia, así que quedo a vuestras órdenes. 

El caballero de imponente tamaño se llevó el puño al corazón, en señal de respeto y lealtad. Quedando expectante de las instrucciones sobre como proceder. 

Aun se quedaron un rato charlando ambos caballeros, y seguramente más hubiesen estado aun, de no ser por un sonido de llamada, que instaba a los caballeros a reunir y recoger  sus pertrechos, pues la marcha se haria no tardando. Era la primera llamada.

Los escuderos, bien conocedores de esos avisos, se esmeraron raudos en recoger las pertenencias de sus respectivos señores, por lo q ue las llamadas posteriores, les pillarian a nuestros caballeros con tiempo de sobra.

La marcha se ha reanudado y el campamento se vacia, quedandose para el final los no combatientes, personal este variado, que acompaña a los ejercitos en sus marchas.

Al principio, las tropas de vanguardia, en las que suelen estar los caballeros más principales. Vosotros vais en la parte de adelante, pero tampoco alante del todo.

Por el camino, os dejo un par de tiradas de intrigar, pero relacionadas 

Sir Owen cabalga junto a Sir Walter, orgulloso de poder formar parte de la vanguardia y sobre todo de poder estar ahí. No hace mucho sentía que a su vida le faltaba emoción e incluso propósito. Pero en ese momento sentía que finalmente lo estaba encontrando. 

Estaba en silencio, pues aun un novato en esas cosas no quería comentar algo indebido y generar así deshonra para su señor y para él mismo. Pero si tenía los oídos bien abiertos, pendiente de cualquier conversación que pudiera escuchar a su alrededor por si se enteraba de algo interesante.

Tenía muchas preguntas y no había podido hacerlas, así que solo le quedaba esperar a que alguien comentara algo que le aclarara sus dudas. Le interesaba especialmente saber los motivos de la guerra, pues a él solo le dijeron que debía partir a ella, sin muchas más explicaciones, como también conocer más sobre el hombre que había ofendido al rey Uther de tal manera para que movilizara semejante ejército. 

La llegada de sir Owen me ha parecido una sorpresa agradable. El conde de Setzer ha decidido reforzar las tropas lideradas por mi primo en su nombre, y eso siempre son buenas noticias. Pero a su vez me hace preocuparme por los inconvenientes que el conde puede tener en la cabeza que puedan acontecer que hagan oportuno tal refuerzo. Quizá sólo haya sido una maniobra política, pero el conde, hasta ahora, no me parece el tipo de hombre que hace tales gestos sin un motivo. Así que vuelvo a intentar hacer un intercambio de opiniones y rumores con los caballeros con los que comparto algo más de confianza al respecto de lo que nos espera en nuestro destino.

Además me esfuerzo por buscar en la columna a sir Bradwen. Mientras le ofrezco un trago del vino que suelo llevar para los días de largas marchas le pregunto sobre las defensas que podemos esperar cuando lleguemos al destino de nuestro viaje. ¿Cómo es la fortaleza que nos espera, y los alrededores, y las tropas, y la opinión de las gentes?... Y entre trago y trago intento enterarme de todo lo que el caballero pueda contarme sobre el duque de Gorlois.

Sir Owen, conversando con unos soldados curtidos, le han hecho una confidencia sobre el duque. Al parecer le han contado, entre susurros, que el propio duque padece de profundas flatulencias que le impiden convivir intimamente con él, razón por la que la duquesa anda deseando estar lejos de él.

No le ha quedado claro al nuevo caballero si tan comentario es una ofensa o una contundente verdad. De hecho se separa de sus improvisados informadores pensativo.

Sir Walter de Lickey Hill, en cambio, ha conseguido la confesión de un caballero próximo a la corte, asegurando que el rey Uther ha caido seducido por la belleza de la duquesa, por lo que teme que la expedición en la que andais metido, no sea solo para ajustar cuentas y pedir explicaciones a los discolos de Cornualles( razón oficial). Este caballero apuesta a que la razón de faldas tiene un peso no menor.

Poco trascurrió desde que los caballeros se reencontrasen y se intercambiarn las confidencias descubiertas, hasta que el ejercito recibió la orden de detener la marcha.

Al parecer, una patrulla de los de Cornualles ha salido al encuentro de la comitiva, motivo por el que se ha detenido el avance.

La avanzadilla de los del ducado, parece amistosa, y hace que un grupo de notables, entre ellos el monarca y el principe, acompañen al poco, a esa avanzadilla.

Todo parece indicar, que se va a formar una pequeña comitiva diplomatica. Vosotros no estais en ella, asi que seguis la orden dada de montar campamento, orden que se acata, pero no en el sitio en el que estais sino una milla más adelante, en una explanada en la que se ve a lo lejos el castillo de Tintagel.

Dicho castillo es una fortaleza natural de dificil acceso, y salpicada de rocas. Su acceso es muy limitado y la defensa contundente. El ataque es casi suicida, y la unica posibilidad es un asedio largo.

Asi   q ue toca esperar a que los de la reunión salgan, o que se orden otra cosa.

Por ser su primera vez en una situación así Sir Owen sentía un poco de impaciencia mientras aguardaba expectante la resolución de la reunión que estaba teniendo lugar. Tal vez muchas personas estaban esperando que la diplomacia tuviera éxito, él de cierta manera también lo esperaba, aunque en su interior había un deseo de que la guerra tuviera lugar. No sabía cuando tendría otra oportunidad de probarse, ni cuánto pasaría antes de que esa oportunidad se volviera a presentar.

Estaba sentado junto al grupo de caballeros de su condado cada vez más ansioso por la espera, así que decidió hacer algo que a él como a sus antepasados se le daba muy bien, cantar. De esa manera amenizaría el ambiente y por ende la espera se volvería más llevadera. El tema elegido hacía referencia a la camaradería entre los caballeros y las hermandades forjadas en las batallas. Una pieza propicia para la situación. 

Sir Owen quiso hacerse un hueco y lucirse, algo en verdad propio de los caballeros, y decidio amenizar a los alla reunidos con unas coplillas en las que consiguio amenizar la espera.

sIR OWEN:

marca en cantar

tira +8 a gloria.

Me sorprende gratamente la voz y la buena entonación de sir Owen mientras descanso junto al fuego. Sin embargo, a pesar de su correcta interpretación, es el tema de su tonada lo que me lleva a reflexionar sobre los rumores que he escuchado acerca de nuestro Rey. Me aparto un poco para pensar en soledad. Allí, alejado de los demás, contemplo en la distancia la inexpugnable fortaleza de Tintagel  e imagino a la comitiva del Rey en su interior. Es valiente nuestro Rey aceptando ir en persona en la comitiva, quizá demasiado. Los rumores no pueden ser ciertos, pero siempre hay algo de cierto en lo que las gentes comentan. Mientras repaso la fortaleza y sus murallas con la mirada llego a la conclusión de que probablemente la duquesa tenga mucho que ver en este asunto. Aunque no creo que sea un asunto lujurioso... me resisto a que creer que Uther pueda arriesgar su prestigio en tales asuntos inmerso como está en una complicada unificación de Britania.... 

La noche se ha echado, y ambos caballeros comparten un rato de amena charla en la tienda de sir Walter. En verdad parece que se ha hecho una honesta, limpia y caballerosa amistad entre ambos caballeros.

Ahi andaban, a lo suyo, cuando lo que parecia una veloz sombra ha entrado en sus aposentos. Tan rauda ha sido la aparición que dejó a los caballeros palabra en boca.

El ser tan raudo y cauto, resulto  ser el Archimago Merlin.

No acostumbra a hacer el druida visitas de cortesia, pues amplia,   extensa y misteriosa suele ser su labor, y esta vez no iba a ser una excepción. Interrumpiendo, pero sin ser vosotros  capaces de afearle la actitud intrusa, os dirige el siguiente mensaje:

Sir Walter de Lickey Hill y Sir Owen, gastad juicio y entendederas, pues habeo mensaje que darsus.

Sir Gwilherm idose a seguir su camino, del mismo modo que vosotros tendreis que seguir el vuestro. El tiene tarea, atended vosotros tambien a la vuestra.

El viaje vuestro por el ducado de Cornualles ha finalizado, pues no da lugar tanta compañia, et no hace falta ninguna, el ejercito, pues no fabrá batalla hoy.

Mañana se os hará romper filas. Hacedlo et presto.

Sir Walter de Lickey Hill toma el señorio de sir Gwilherm, hazlo tuyo, vigilalo, protegelo, et vela por él.

Exponed aquesto al vuestro señor conde, et no pondrá objección a ello.

Por tanto, sir Walter ya teneis señorio, el de Malderoi.

Para vos sir Owen tambien hay tarea.

Ganaos el derecho de conseguir el tu  propio señorio, et yo os diré cual. Pero  debes facer meritos para conseguir ello.

Al Oeste de Malderoi, hay terreno de bosques tupidos et sin apenas explorar. La gente los evita et face bien en ello, pues hay en ellos, magia feerica y criaturas que escapan a las entendederas humanas.

Que tal cosa non sus asuste, pues estas destinado a demostrar si sos capaz de merecer et regentar aqueste señorio.

Os encontrareis con males et enemigos que superarán el vuestro entendimiento. Et si encontrareis, pues en aquesta aventura debe acompañarte sir Walter.

Él deberá ayudarte en lo tuyo et tu en lo de él, pues non seran los vuestros señorios, señorios menores en cuanto a importancia.*

Se avencinaran tiempos de zozobra, y deben pillaroos organizados y preevenidos.

Aturdido quedo desplomándome sobre mi jergón. Hace días que a penas hablo con mi primo, pero esto es una sorpresa sin precedentes, y no me siento contento sino como si tomase algo que no me pertenece de las manos de mi estimado primo. Me alzo e interpelo al druida del Rey.

- Pero.. ¿ qué he decir a su familia?¿a su hijo y heredero legítimo ? ¿ y a los hombres que le sirven ? ¿ acaso a sus ojos no seré una especie de usurpador ? - Por Dios, Druida, no más acertijos y dadme noticia de qué destino aguarda a Gwilherm para que al menos pueda dar explicación a la gente que lo aprecia y ha jurado servirle.

Aún no sé si el druida siquiera me escucha pero sigo rogándole: 

-¿Está el Rey al tanto de esto?. ¿Es su voluntad la que os ha enviado aquí? ¿obráis bajo su mandato o es otro de vuestros planes?

Sir Owen observó incrédulo el giro de los acontecimientos, tanta espera, tanta emoción por finalmente poder ser parte de una batalla destruidos por la voz de aquel viejo del que tanto había escuchado. Le alegraba y le llenaba de orgullo el finalmente conocer a Merlín, que éste supiera su nombre y sobre todo que lo tuvieran en cuenta para una misión, pero por otro lado habría preferido que todo eso sucediera después de probar su valor en el campo de batalla. 

Pese a que tenía muchas preguntas y comentarios se limitó a asentir, dejando que sea su nuevo amigo quien hablara. Lo que Merlín le había dicho a Sir Walter era de mucha más importancia, aunque por todo lo que había podido compartir en este tiempo sabía que no sería del agrado del caballero. Su buena relación con Sir Gwilherm y su honor no le permitirían alegrarse de semejante notica, y justó así estaba siendo. Así que el joven caballero se limitó a escuchar como se desarrollaba la conversación.