Partida Rol por web

Mierda, mierda, mierda, había fallado y solo le había dado en el hombre, a ver como me las apañaba ahora, no tenía mucho tiempo pues cualquiera podía entrar en el baño. Asi que con una mano hundo el puntón todo lo que puedo y con la otra, aprovechando que parece que no puede moverse mucho intento cegarla metiendo mis dedos en sus ojos y apretando todo lo que puedo, mientras con mis piernas no dejo que se mueva e intento empujarla hacia uno de los cubículos de los baños para intentar encerrarnos allí. De reojo vigilo la entrada del baño por si acaso...

El cuerpo de Hanako se movía por inercia, más que por otra cosa. Aquella mañana había acudido al templo a rezar por Tetsuo, y por todos los compañeros fallecidos. Pensó que aquello le proporcionaria calma o llenaría una parte de ese vacío que se había abierto en su pecho, pero lo cierto era que seguía ahí, más grande incluso.

En clase se sentó al lado de Hanako-chan. Ambas habían perdido a alguien especial. - ¿Qué tal sigue tu padre? - le preguntó entre una clase y otra - Hace tiempo que no te pregunto. Volvió a casa? - su tono era suave y cadencioso, sin entonación ninguna.

Tras la última asignatura, Hanako comenzó a mover mesas. Su mirada se clavó en Goro Aki y después miró a Kyo.

- Chicos, vosotros salisteis los primeros el día en que el sensei murió... ¿No visteis nada raro? ¿Había alguien allí con ellos? - el tono de voz seguía siendo neutral

Otra vez una serie de accidentes y hasta asesinatos había hecho estragos en la ciudad, y al tiempo que les llegaron las noticias, los ánimos de Aki decaían de más en más. Sintió particularmente como golpes muy duros los fallecimientos de Amane Rie y Tetsuo. Pero la noticia más horrorosa, la que había dejado un vacío espantoso, incomprensible en su vida, era la muerta de su propia madre… noticia de la que había aprendido por una llamada telefónica mientras que estaba estudiando.

Se preguntaba cómo era posible que aún así podía seguir adelante, que podía respirar y actuar en el día a día. La explicación era bastante simple. Ya soy loco. Todos nosotros que hemos sobrevivido hasta este punto ya somos locos de remate. Si no fuera así, no podríamos continuar hablando, actuando, viviendo nuestras vidas como sí nada, y continuar luchando contra la maldición…

Contestó a Hanako: “No, no he visto nada raro y a nadie. Cuando llegó, sólo había el cuerpo del sensei.”

Se puso a despejar una zona confortable en el aula moviendo los pupitres hacia las paredes.

Ika se sentía mejor de ver a Aki llegar allí. Cuando Fukita se ofreció a acompañarla, le miró extrañada, pero aceptó el gesto con delicadeza.

La chica había tratado de mantenerse al margen todo este tiempo y cuando llegó al baño, comprendió que algo estaba mal. Se giró a tiempo para ver las verdaderas intenciones de la chica y se sorprendió ondamente. La ira que se había apoderado de ella esos días hizo que Ika fuera una persona diferente y que su timidez se viera opacada por la locura de toda esa situación.

Cuando sintió el golpe y vio que su brazo no le respondía del todo, decidió aferrar a Fukita de la muñeca donde estaba el cuchillo y aprovechar para empujarla de una patada hacia los lavabos. Si lograba eso, luego podía buscar con qué golpearla, o que al menos soltara el cuchillo. Vio a Aki y no sabía si sentirse aliviada o asustada, así que trató de alejarse de ella y buscar un extintor, una piedra, un trapero. Cualquier cosa que le permitiera defenderse. Miró a su novio en busca de ayuda.

- ¡¿CUÁL ES TU PUTO PROBLEMA?! - gritó mientras la golpeaba.

Tras escuchar el grito de Ika tras los baños, gritó sin pensar demasiado, esperando ser escuchado por alguien más. Los números suelen ser un impacto importante y en su estado tampoco es que pudiese aportar demasiado.

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!

Aunque el propio grito hizo que cerrase los ojos por un momento del dolor. Abrió entonces la puerta antes de ver la situación, la pelea. Ika estaba herida y Hanako estaba tratando de acabar con ella.

¡¿Por qué diablos la gente nunca escucha?!

Regañó, mientras se echaba a un lado y se fijó un poco más en Ika.

¡CORRE!

Le gritó, esperando que pueda librarse y tratar de salir del lugar. Sentía su corazón palpitando y golpeando la sien y el oído desde dentro. Estaba incluso un poco mareado, pero no importaba.

Todas esas muertes habían hecho mella en mí y se podía notar perfectamente en mis ojeras o malgaste en general. No sabía cómo detener esta maldita maldición y cada vez sentía más cerca mi muerte, si seguía con vida era por pura suerte o azar.

Ayudé al marginado que no había sido marginado a apartar los pupitres. No puedo más con esto. Me derrumbé. o hacemos algo o acabaremos todos muertos.

Muchos sucesos y Lid no sabía bien como reaccionar, cada vez eran menos, pero le supo especialmente mal por el muchacho que iba a ser el marginado. Pensó si debía haber ignorado al chico, y si de verdad ello hubiera servido de algo.

- según la cinta pierden los recuerdos de lo sucedido... - dijo sentada en su sitio a nadie en especial, solo intentaba razonar en un momento lleno de caos - como saber pues que información que nos den es real... La policía no interviene, y solo nos dejan a nosotros algo que no tiene sentido.

Pensaba en voz alta, sin duda los chips de sus cabezas estaban ya bastante desordenados - no les costaría menos crear una clase con solo diez alumnos? Así al menos las víctimas serían menos...

- contramedidas - dijo finalmente alzando la voz y yendo al pupitre de este, registrándolo - nadie nos ha dicho nada hasta ahora, necesitamos información, algún modo de descubrir quien nos obliga a jugar a esto. Miremos si alguien nos ha dejado alguna pista, alguien tiene que haber pensado en quienes quedaríamos atrás...

la idea de pelos de colorines* me parece buena y la ayudo a registrar todos los pupitres.

Debido al dolor incesante del punzón en el hombro, las fuerzas no te permitían sobreponerte ante Fukita. No pudiste más que tratar de defenderte con una mano ante la mano que iba a por tus ojos mientras te empujaba a uno de los cubiculos. Justo entonces Aki llega por la puerta gritando y viendolo todo. Poco a poco, más sangre salía del hombro de Ika y más dolor sentía ella.

Desde la clase pudisteis escuchar a Hikari gritando. Había salido detrás de las chicas.

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!

¡CORRE!

Aki, tras haber apartado los pupitres con la ayuda de Michi, también puso mano a la obra registrando los pupitres. “No veo necesariamente una incoherencia en esto”, contestó al comentario de Lara. “La chica de la cinta, Mei Misaki, dijo que ella misma ya estaba a punto de perder los recuerdos, aunque aún no lo había hecho de todo – una de las razones por las cuales grabó la cinta, para guardar la memoria del hecho. De lo que dice se sigue que ella fue implicada en dar la muerte a la hermana de Sakakibara. Es decir, los dos que asesinaron a la chica no perdieron de inmediato el recuerdo – probablemente el impacto del hecho sobre su psique fue muy fuerte – pero aún así se daban cuenta que estaba por disiparse. Sin embargo”, por un momento interrumpió el registro y, mirando fijamente a todos, dijo en voz decidida: “Mantengo lo que he declarado antes. Yo nunca tocaría a nadie de vosotros, ni a nadie de Yomiyama. La culpa de matar a un ser humano es terrible, y más terrible aún si tienes la seguridad que finalmente vas a olvidar el hecho: porque sin memoria quedas sin posibilidad de arrepentimiento. Consideradme un metafísico incorregible, si queréis, pero así lo pienso y siento. Además, de verdad hay una cosa que para mi no encuadra en el mensaje registrado. Mei Misaki dice que sabe quien es el sobrante, pero, muy convenientemente, dice no poder decírnoslo…”

Al punto de acabar la frase, se giró sobresaltado por el grito de Aki y salió corriendo del aula en dirección del ruido. 

Hanako siguió al muchacho fuera de clase para saber porque gritaba Hikari. Otra muerte más, seguro...

Pensar en atacarnos entre nosotros es una locura. Apoyé la postura del marginado. Yo tampoco lo haría nunca, además, que seguridad tenemos de que así termine esta locura o de que la persona a la que hemos matado sea realmente el/la  sobrante? Jamás podría vivir con esa carga, no era un asesino, seguro que había otra manera de terminar con esta maldición.

Pero si no uno nosotros está muerto, el algún lado habrá dejado el rastro de eso, no?  y si…. no terminé la frase, escuchamos un grito y salí corriendo, como muchos de mis compañeros , para ver de qué se trataba.