Partida Rol por web

Another medieval shit

Escena I

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11/12/2017, 16:54
Randall el Rojo

- Eso lo dices siempre. – se carcajea el enano, que más de una vez fue rescatado por Leo de los calabozos. En general era apresado por disturbios ocasionados a causa de su borrachera, por lo que un par de monedas resolvían el problema en cuestión. Randall se enerva cuando Elyon comienza a cantar. No es que el semielfo cante mal, pero hay que entender que el pobre enano está hasta los cojones de las canciones de su compañero y que también está muy cansado. No obstante, se contiene en gran parte por Indra, y también porque no tiene ganas de buscar pelea. No era que Elyon fuese a tomárselo muy en serio, pero se sabe que las tabernas como el Dragón Cocido son como un montón de leña seca que arderá con la chispa más pequeña. Lo mismo, un gesto fuera de lugar, o un simple roce, puede ocasionar una pelea de proporciones colosales. En vez de eso, busca un buen par de pechos que poder utilizar de almohada por esa noche. Solo desea un polvo rápido y dormir unas cuantas horas.

 

Se acerca unos pasos al ver que Indra hace una seña a Leo y escucha con dificultad, en parte por los berridos de Elyon y en parte porque no tiene muy buen oído. – Sabía que no eran buena gente. – susurra Randall a nadie en particular con ese tono de petulancia que se usa para decir “te lo dije”. – Si van a darme oro por escoltarlos hasta aquí, yo iré a buscarlos con mi hacha en la mano. – se encoge de hombros el pelirrojo. El enano decide aprovechar que todos están atentos al semielfo para buscar nuevamente una chica para llevarse a la cama.

- Tiradas (1)
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14/12/2017, 13:50
Director

Junto con la sensación de que todo el mundo mira a vuestra mesa viene también una sensación de que la sala se ha despejado. En realidad es que ahora puedes distinguir la gente que mira hacia ti de la que no, por lo tanto puedes hacer una búsqueda más selectiva... Y ahí está: acabas encontrando a alguien, y la verdad es que... te ha tocado la lotería: es guapa, tiene buenos atributos, enseña mucha carne... y está sola. Tu visión en la penumbra te deja verla claramente, porque está en una esquina como esperando algo... ¿o a alguien?

Ahora sólo te queda esperar a que Leo reparta vuestro botín. Si la mujer es meretriz, esa bolsa será suficiente como para camelártela.

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28/12/2017, 19:20
Elyon Iarnala

Elyon es de esas personas que en cuanto alguien le hace caso se entusiasma y se crece. No es que aquella noche fuera la mejor de su vida como bardo, la verdad, pero había suficiente público para satisfacer su ego de artista. Y se dedica a ello en cuerpo y alma. Tras finalizar la canción de la doncella guerrera, ataco con la de la Doncella y el Oso, algo más picarona y de borracheras profundas, pero adecuada para el momento.

-"Había un oso,

un oso, ¡un oso!,

era negro, era enorme,

¡cubierto de pelo horroroso!

¡Oh, ven, decían ellas!

¡Oh, ven ahora a la feria!

¿A la feria?, dijo él."...

Obviamente cantando y tocando el laúd, junto con las palmadas de lo que él ya consideraba su público, apenas podía oír la conversación de Indra con Leo.

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10/01/2018, 20:10
Leo

La segunda vez que Indra me da en la palmada me hiere. Pero no en la espalda. Sino en el orgullo. Si hay algo en el mundo que pueda hacerme sentir arrogancia, esa es la convicción de tener una constitución de hierro. Y que Indra -por mucho miedo que me dé verla enfadada- sea capaz de tumbarme cuando ni siquiera está en modo de combate.........

Ahhhh, pero tampoco tengo tiempo para sentirme derrumbado, supongo. Al recibir el pago abro la bolsa para separar las monedas en partes iguales, escucho la advertencia sobre los comerciantes con seriedad a pesar de estar entretenido separando las monedas. "¿Nos extralimitamos al ayudarles?". Obviamente que descarto esa idea tan rápido como ha llegado. Si Indra dice que puede ser un problema, es que es un problema pero eso no impedirá que ayude a quien necesite ser ayudado.

— Entiendo, te agradezco la advertencia y tu preocupación. Lo tendremos en cuenta. —le digo con toda la seriedad de un verdadero paladín en la cara, sin alzar la voz por precaución. Hasta que... — Pero no hay nadie más problemático que mis chicos.

Acabadas de separar las 150 monedas por cabeza, les digo que se sirvan del montoncito que prefieran y me acabo mi bebida de un trago.

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13/01/2018, 19:20
Ethaara Lunemrir

Menos mal que a Elyon le apasionaba la música, si no eso de que te estén dando cada poco la turra para que toques alguna canción tendría que ser insoportable.

Cogí el montón de monedas que me pertenecía y lo guardé en una bolsita de cuero que, al igual que Indra, me saqué del escote. 

- Pffft. -Resoplé y enarqué las cejas, incrédula, al escuchar la advertencia de la enana. ¿Encima de ayudarles teníamos que andarnos con ojo con ellos? ¿Por quién nos habían tomado? Más les valía que no me tocasen la moral.- Yo tampoco soy fácil de tratar. Si me buscan, me encontrarán.

Miré a a Leo de reojo con cara de "¿por qué te fías tan pronto de todo el mundo?". 

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04/02/2018, 10:59
Randall el Rojo

Como por arte de magia, el humor de Randall mejora y el cansancio que carga en sus huesos se disipa en cuanto Leo divide las monedas. Ni siquiera la canción de Elyon le molesta mucho (aunque sea de las favoritas del enano, que no va a reconocerlo ni por todo el oro del mundo). El Rojo mantiene un ojo fijo en la prostituta, no fuera a ser que se le escapase, y en cuanto la bolsita queda a su alcance, desaparece en las profundidades de su bolsillo y se despide del grupo con un gesto de la cabeza. Ya se verían al día siguiente, si es que no le daban calabazas.

- ¿Puedo invitarla a una cerveza? - pregunta Randall en cuanto queda al alcance de la mujer. Era una sutil forma de saber si a la mujer le interesaría pasar la noche con él. Para ser más claro, como por casualidad, hace un ademán que produce el inconfundible sonido del entrechocar de las monedas de oro que lleva en su bolsillo.

Notas de juego

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07/02/2018, 22:51
Mariona

Indra parece dar por buenas las respuestas de los pupilos, así que asiente con la cabeza y se dedica a escuchar cantar al elfo, que parece encantado con la atención recibida. Como para no... cada vez más rostros se vuelven hacia él y le prestan atención, atendiendo a sus cánticos y aplaudiendo al final de las canciones, e incluso coreando los que conocen las tonadas, que por otra parte son bastante conocidas así que no es difícil que en seguida se caldee el ambiente e incluso le llueva alguna que otra moneda.
— ¿Soy yo, o este joven mejora por días? — susurra Indra, dirigiéndose a su hermana —. Espero que sí; los bardos son poco comunes en la Orden. Si muestra aptitudes podría ascender rápido... — dicho esto, calla y se centra en escuchar, casi ensimismada, la hermosa voz del joven elfo.

Por su parte, el enano, a quien no le agrada en absoluto la música del bardo, decide ignorar al gentío y hacerse paso en dirección opuesta a la mesa para dirigirse directamente hacia la mujer que le ha llamado la atención. Para ser honestos, la señorita llamaría la atención en cualquier lugar por su extrema hermosura:

La mujer recibe al enano de manera solícita, sonriendo de manera cortés ante el saludo. Arquea las cejas cuando éste agita la bolsa de dinero de una manera en que no puede saberse si está interesada, sorprendida u ofendida, pues no ha perdido la sonrisa.
— Te comportas de una manera demasiado ostentosa como para sólo querer una cerveza — inquiere, en un tono que no se puede interpretar para nada. A juzgar por su acento, no es oriunda de Barclana ni de los alrededores. Más bien parece procedente de las montañas del interior —. Pero me vendrá bien; empieza a hacer bastante calor aquí — accede, aunque no parece que, por el momento, vaya a prestarse a algo más que eso —. Y ese elfo tan apuesto ha conseguido que la barra se despeje — comenta, como quien no quiere la cosa —. Creo que tendré que venir más por aquí; debe ser interesante departir con un bardo de raza élfica... — dicho esto, se dirige a la barra sorteando a la gente. Randall deberá darle las gracias a Elyón por darle cierta intimidad en un lugar tan concurrido, porque la mujer ha escogido un sitio donde por el momento están literalmente solos.

Notas de juego

Valor del dinero que cae: 5 oro, 7 plata, 3 bronce

No podéis escuchar lo que Randall y Mariona están hablando. Podéis hacer una tirada de percepción si queréis leer los labios, pero al estar rodeados de gente tendréis que superar una dificultad de 20.

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08/02/2018, 15:10
Randall el Rojo

Vale, la chica parecía ser demasiado lista para ser solo una fulana. Por otro lado, había accedido a ir con él y Randall no es de los que le dan demasiadas vueltas a las cosas. Si las cosas no terminaban como él quería, siempre podría alardear de haber compartido un par de tragos con la chica más bonita que había visto, cosa que no era del todo desacertada. Se preguntaba que hacía esa clase de mujer en un tugurio como ese, que vale, era de las mejores posadas pero no dejaba de ser una posada. Si era una prostituta de las caras, había establecimientos bastante más refinados y con una clientela más selectiva. En fin, que Randall tampoco le buscaría el pelo al huevo, pero sentía una curiosidad auténtica. – Te aseguro que tras un par de días, comienza a fastidiarte. – refunfuña el enano, aunque arreglándoselas para destilar algo de afecto. Pese a quejarse continuamente del bardo, sentía cierto cariño por el chico. - En fin, me llamo Randall. ¿Y tú, preciosa? - se presenta en el enano, mientras la chica lo conduce un par de pasos por delante de él (lo que le permite tener una excelente vista de sus posaderas) hacia la barra, que está bastante vacía. – ¿Qué hace alguien como tú en un lugar como este? – pregunta el Rojo sin irse por las ramas y luego de pedir en voz alta un par de jarras de cerveza. Seguramente serían deudas, sean de ella misma, su padre o quizá su difunto marido.

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16/02/2018, 23:18
Elyon Iarnala

Elyon sonríe complacido ante la lluvia de monedas, las cuales ya estaba decidiendo mentalmente a qué destinaría sus ganancias. Había pensado en algún orfanato o algo similar. Aunque también podría comprar pan y algo de cecina y repartirla entre los pedigüeños que vio al entrar en la ciudad. Aunque había corrido como un conejo acelerado, siempre se quedaba con ese tipo de cosas. Tenía un don para localizar a gente necesitada y expulsada del sistema. Su gente favorita.

Elyon hace una reverencia a su audiencia cuando finalizó la canción y recogió las monedas tan generosamente donadas por su público y las puso dentro de su jarra, ya vacía, para que la gente pudiera continuar donando si quería. Subido totalmente en el caballo de la gloria artística atacó con el inicio de una nueva canción, la dama del atardecer.

-Quizás no esté a la altura,

de vuestra eterna hermosura.

Quizás no sepa qué facer,

para vuestro amor poseer.

Quizás no sea digno campeón,

y nos produzca desazón...