Partida Rol por web

Con eso parece que la conversación se da por terminada y ambos vuelven a su rutina de observar a su alrededor. Butch no tiene suerte localizando a su objetivo, sin embargo le sorprende ver a Luther... Claro que la sorpresa desaparece rápido, ya que no tarda en asimilar que siendo quien era, era normal que fuera uno de los invitados a un evento cómo ese. Justo en ese momento se dirigía a una de las salidas que conducían a las salas de reuniones privadas. Al parecer la suposición de Julia era acertada y realmente la gente aprovechaba fiestas así para reunirse. 

Y mientras que él estaba distraído con Luther, apenas se da cuenta de que Julia saludaba en ese momento a alguien en la distancia. Al fijarse Butch puede ver que se trataba de una jovencita, bastante mona, aunque con un sentido pésimo para la moda (Y eso que Butch no solía fijarse en esos detalles). Pero su vestido parecía el vestido de una princesa de cuento, totalmente infantil y fuera de lugar en una sociedad cómo aquella. Aunque lo que verdad capta su atención es que la chica estaba cerca del mismísimo Gholas Khanforn [*]. ¿No se suponía que Julia no estaba acostumbrada a tratar con ricachones? ¿Cómo era posible que conociera a alguien con la categoría suficiente cómo para tratar con alguien cómo él? 

Antes de que a Butch le de tiempo a preguntar al respecto, la joven se acerca a su posición. En su expresión era evidente que había algo que la avergonzaba enormemente. 

Después de su silenciosa respuesta, Gregory y Gholas habían comenzado a hablar sobre recuerdos del pasado. Sobre cómo de niños Gregory escribía historias y Gholas las interpretaba cómo si fuera el héroe de las mismas. Al principio a Marcellette le parecía interesante, pero de pronto cómo toda historia del pasado, las explicaciones comenzaban a incluir referencias de cosas que sólo aquellos que habían vivido el momento sabían entender. Por ello era normal que la atención de Marcellette terminara divagando hacía otro lugar. 

Y es en uno de estos recorridos con la mirada cuando finalmente localiza a Julia caminando junto a otro guardia. Tras zarandear la mano de forma enérgica durante unos segundos consigue captar su atención y ambas se saludan hasta que Julia le indica con un gesto que se acerque. Después de decirle a Gregory que volvería en un rato, se encamina hacía Julia. 

Pero cuando ve diversión en su mirada es de nuevo consciente del vestido que llevaba puesto. Por lo que avanza totalmente avergonzada. 

- Saludos, princesa Marcellette. - Dice Julia tan pronto cómo Marcellette esta lo bastante cerca. Era evidente que le estaba costando horrores mantener la risa. - Sed bienvenida a este humilde castillo. - Hace una reverencia, tras lo que se le escapa una pequeña risa antes de volver a enderezarse. Se mantiene seria unos segundos antes de romper en una carcajada. - Lo siento, lo siento... - Se apresura a decir, ante la inminente queja de Marcellette. - Sabías que era inevitable. 

Tras esto, Marcellette detiene su mirada un momento en el hombre que acompañaba a Julia, gesto que parece captar la atención de Julia.

- Ah. - Dice Julia, le pone una mano en el hombro a su compañero. - Perdonad mi falta de modales. Este es mi compañero Valerius, tiene mucha más experiencia que yo, así que se podría decir que me está enseñando el oficio. 

Junto cuando Marcellette le había prestado atención a Valerisu un escalofrío había recorrido su cuerpo. Su memoria fotográfica era infalible y sabía que había visto esa cara en alguna parte... En concreto... Si, sabía que lo había visto mientras que investigaba noticias sobre los suburbios. Fuera quien fuera, no le daba buenas vibraciones, incluso le tenía un cierto temor. Pero hasta ahí llegaban los datos que podía recopilar de su memoria. 

Mientras Marcellette se acercaba y Julia decía esas cosas, la chica no puede evitar ponerse roja como un tomate, y acto seguido infla los mofletes en un fingido cabreo hacia Julia.

Ya es cuando Julia se disculpa que Marcellette relaja la expresión y pone una amplia sonrisa.

- Me alegro muchísimo de verte Julia. ¡No conozco a nadie aquí!

Y entonces es cuando Julia le presenta a su compañero.

Casi al instante, Marcellette comienza a actuar más nerviosamente. Casi que parecía que temblara, y comienza a hablar con un pequeño tartamudeo.

- Ah... mu-mucho gusto señor Valerius. Es usted muy...

Marcellette parecía cada vez más nerviosa. Se lleva la mano al pelo y se lo recoge a la altura de las gafas mientras sus ojos rehuyen los de sus interlocutores. Pasan unos segundos hasta que termina con:

- ... seguridad esta noche. Esto, quiero decir. Gracias por hacer un buen trabajo en la fiesta.

Y se inclina ligeramente. Estaba claro que Marcellette no era de la nobleza. Ni actuaba ni hablaba como tal.

Ese hombre... le sonaba de algo. Si le sonaba de los suburbios no era buena señal. Alguien famoso en los suburbios solo podía ser un jefe de la mafia, un asesino, un ladrón, un proxeneta o un estafador, y no quería tener en la fiesta a ninguno de ellos.

Si tratar con la autoridad ya la ponía nerviosa, tratar con alguien de los suburbios, probablemente alguien peligroso y cara a cara le ponía peor aún.

Por eso, aprovecha el comienzo de esa frase maldita que la persiguiría toda la noche - "Está usted muy..." se lleva las manos a las gafas para tomarle una foto. Se disculparía, iría al baño un momento, y comprobaría si las gafas podían decirle algo. Si realmente era alguien peligroso y Julia no lo sabía, tenía que avisarla como pudiera.

Y tras eso solo tenía que terminar la frase que... ¿qué frase era?

Tras decir la palabra seguridad, Marcellette recuerda. "Está usted muy seguridad esta noche". Bravo. 

Fiesta 2

Marcellette 0

No podía hacer nada, ese hombre no parecía dispuesto a hablar, y si seguía insistiendo terminaría provocando una situación que no deseaba. Y hoy no era una noche que estuviese dispuesta a perder preocupándose o buscando problemas por algo que no tenía claro. Ya tenía suficiente con sus propios dolores de cabeza.

Parecía que el hombre estaba recibiendo instrucciones para ir a algún lugar, le había dicho que no seguía a Fran per se negaba a dar explicación a lo sucedido hacía un rato.. Todo era demasiado... sospechoso. Pero ella ya tenía dos misiones esa noche, y su mente y su cuerpo no podían soportar un problema más.

Así que le dejaría irse antes de que la situación empeorase y intentaría contactar con Fran mientras volvía con William. También le preocupaba su situación.

Viendo que iba a tocarla Undine se aparta con facilidad y le deja pasar con una mala mirada. Ni siquiera era ya de día. Que una mujer tan hermosa le mirase de ese modo... era todo un desperdicio. Pero eso era lo que se había buscado.

Se queda mirando como se aleja.

Croma se aleja del lugar y sigue caminando hablando por teléfono. - Perdone, ya estoy con usted. ¿Cómo le va? - Decía mientras su figura se perdía por el largo del pasillo.

La última interacción no era fingida. Estaba intentando contactar con Arma para saber cómo le iba. La última vez que supo algo de ella estaba hablando con el hombre no-PABOT. ¿Habría pasado algo en su ausencia o la IA de Arma habría conseguido improvisar algo?

Arma tarda unos segundos en informarle de la situación al interpretar la orden. 

"Sigo delante del hombre. Me ha hecho preguntas, aunque no he respondido la verdad. Desconozco cómo, pero ha deducido que no soy humana. ¿Debería retirarme ya?"

-Sí. Regresa al punto de encuentro por una ruta alternativa. -decía Croma susurrando el tono de voz por si todavía le estaban siguiendo. -Invéntate una excusa y sal de ahí. Mándame las lecturas de la conversación cuando puedas. 

Croma seguía en busca de Francisco, aunque ya sería muy difícil encontrarlo. ¿Quizá averiguaría algo de él en la zona del servicio? A fin de cuentas, ¿para qué otra cosa lo habrían mandando allí?

"¿Como le va?" ¿Pero no estaba yendo hacia un lugar en el que reclamaban su asistencia de inmediato? ... No entendía nada. 

Aún estaban en la zona de servicio, así que decide seguirle un poco, todo lo sigilosa que podía mientras le escribe un mensaje corto a Fran.

-"El hombre de antes va hacia tu dirección, he intentado pararle pero no he podido."-

Para el observador atento la expresión de Valerius era la de total seriedad, aunque Larry sabría que estaba conteniendo una pequeña risa.

- Espero que esté disfrutando de la noche... Princesa Marcellette. 

Dice con tono dudoso.

¿Está Julia tomándoles el pelo?

- ¿Hay algo que podamos hacer por usted?

Marcellette agacha la mirada ante la pregunta, y cada poco la levanta para mirar, pero no tarda en agacharla de nuevo.

- ¿Por... mí? Ah... n-no. No se preocupe señor Valerius.

Ahora Marcellette cierra los ojos fuertemente.

Está varios segundos así, hasta que finalmente se lleva la mano derecha al estómago.

- B-bueno. La v-verdad es que me... encuentro... algo mal. Será algo que he comido. Jaja...

Pero pese a ese intento de risa, su cara no mostraba ninguna felicidad en ese momento.

Su memoria no mentía. No lo había hecho en la vida y no lo haría ahora.

Tenía que separar a Julia de ese tipo para explicárselo, pero no sabía cómo.

Tras responder como buenamente podía, Marce cierra los ojos fuertemente para pensar.

Podía hacerse la enferma. Pero era malísima fingiendo. No se lo tragaría nadie. Aunque ciertamente comenzaba a encontrarse mal.

Era una oportunidad que llevaba toda la vida deseando. Ese tenía que ser el día más feliz de su vida. Y ese tipo estaba en él. Si ya había pasado por toda la seguridad de la fiesta, ¡quién sabe qué era capaz de hacer! Podía matarlos a todos... y Marce y Julia estaban ahí. No. Eso no podía estar pasando. Era una pesadilla...

¡¿Cómo?! Esto no puede ser bueno.

- ¿Quiere que la acompañemos a algún sitio? 

Valerius se dirige a Julia.

- ¿Sabes de algún sitio más tranquilo donde le puedan dar algo?

Esto me dará una oportunidad de comprobar mejor el terreno. Además no puedo evitar preocuparme por gente joven con tanta pinta de inocente, no tengo remedio.

Julia mira a Marcellette con preocupación, e incluso se coloca cerca de ella para sujetarla si le daba un mareo o algo parecido. 

- ¿Quieres que vayamos a la enfermería? O si no crees que sea muy grave podríamos mirar de pedir algo para calmar el dolor en la barra. - Dice algo nerviosa mientras señala una de las barras situadas en uno de los extremos de la sala con la cabeza. 

Valerius se acerca con paso firme y confiado a la barra e intenta llamar la atención del barman.

- Disculpe.

Dice con voz grave.