Partida Rol por web

Karoi sigue a Francisco con bastante facilidad ya que el mismo parecía bastante concentrado en su objetivo pero parece que de pronto se detiene y alguien le habla por un comunicador que tenía en la oreja.

- ¿Disculpe? - Decía algo confundido. - Oh. Ah, si. Si. Estoy disponible. ¿Ahora? E-esta bien, ahora mismo voy. 

Y tras eso, su rumbo cambia radicalmente y su paso se acelera. Parecía nervioso y algo alterado mientras avanzaba por los pasillos. Karoi estaba tan concentrado en seguirlo sigilosamente que apenas se había dado cuenta de que estaba abandonando la zona del servicio y iban dirección al ala oeste. Aquel lugar se escapaba de su jurisdicción, pero su intuición le decía que no era buena idea dejar pasar aquella oportunidad. 

Undine sigue al hombre con la máxima cautela de la que es capaz a la espera de recibir una respuesta por parte de Fran que desgraciadamente no llega. Y entonces algo que no entraba en sus planes ocurre, el hombre termina por atravesar una puerta de acceso restringido para el servicio. Undine no tenía autorización para colarse ahí dentro ya... Claro que no podía resultar complicado "forzar" dicha autorización con un pequeño hackeo. Había investigado los sistemas de seguridad antes de venir y sabía cómo funcionaban esas puertas. ¿Pero merecía la pena tomar el riesgo?

Undine estaba valorando esta idea cuando de pronto y para su sopresa. La puerta se abre sin más. No había nadie entrando o saliendo por ella, de hecho no parecía haber nadie cerca... El otro lado conducía a una sala con diferentes pasillos, todos dirigiéndose a diferentes salas de control de sistemas eléctricos o seguridad. 

Julia no estaba para nada segura. 

- ¿Estás segura de eso? Se que tienes buena memoria, Marce, pero... ¿No te estarán traicionando los nervios? Podría ser que simplemente se pareciera a alguien sobre quien hayas leído. Tiene una cara bastante común. 

Obviamente, no podía arrestar a alguien solo por el testimonio de Marce, una chica cualquiera que había tenido la buena suerte de ir a parar a esa fiesta. Había jugado todas sus cartas a excepción del comodín.

Era arriesgado explicárselo a Julia, pero dentro de a todas las personas a las que podría explicarlo, era la opción más segura.

Marce coge una mano de Julia con cada una de sus manos y la mira a la cara.

- Julia, puedo demostrarte que no me estoy equivocando, pero tienes que... - Marce traga saliva fuertemente - prometerme, que...

¿Prometer qué? ¿Que luego hará como si no lo hubiera visto? ¿Que no la detenga a ella? ¿Que no le confisque la cámara?

- ...que las consecuencias serán solo para ese hombre.

Pero había una posibilidad más. No era común pero, ¿y si Marce se equivocaba? ¿y si realmente le habían traicionado los nervios?

Pero era tarde para pensar en ello. Lo dicho, dicho estaba.

Julia tarda un rato en responder. 

- N-no se si puedo prometerte algo así. - Dice Julia, cada vez más preocupada y algo alterada. - Pero sabes que puedes confiar en mí, y me estás empezando a preocupar más de la cuenta. Así que suelta la bomba ya, Marce. 

Aquello ya... era demasiado.

No, esa noche lo único que importaba era su actuación. No le convenía meterse en problemas. Así que da media vuelta y se dirige de nuevo donde había dejado a William. Quizás estaba allí, esperaba que si. Esperaba no haberle metido en problemas.

Undine no tiene que caminar muchos pasos para reencontrarse con William que el mismo estaba caminando por la misma dirección por la que había venido Undine. La saluda brevemente con la cabeza antes de decir. 

- ¿Cómo ha ido? ¿Has podido descubrir algo de interés? 

Undine niega con una mueca, mostrándose claramente molesta. - Nada, era como hablarle a una pared. Si no me llego a apartar yo le veía emujandome para sacarme de su camino.

Empieza a andar junto a William. - ¿Y tu? ¿Como ha ido con esa mujer?

Mi sangre se hiela durante un instante e inmediatamente empieza a hervir, giro mi mirada al vaso, el ruido de la fiesta es silenciado por mi corazón latiendo y el recuerdo de aquel día.

el vaso empieza a temblar en mi mano.

Miro mi otra mano, la mano metálica que echo en falta todos los días,  me fue arrebatada junto a la única persona que consideré mi hermano.

Mi mente está en medio de la sala, arrancando los molares a orange con una tenaza, electrocutandole y cortandole poco a poco, hundiéndole en cemento fresco

Mi mirada se pierde en la vibrante agua

CRASH.

Pequeños trozos de cristal se clavan en la palma de mi mano, el dolor lacerante me devuelve a la fiesta, poco a poco los recuerdos de aquel día dan pasos a las risas y murmullos de los más cercanos a la barra en ese momento.

Cumple tu misión, la diversión vendrá después.

Me giro al PABOT.

- 4210, podría darme un trozo de tela y peróxido de hidrógeno por favor? he tenido un desafortunado espasmo.

Procuro no llamar la atención más de la cuenta.

"No deberias jugartela." Pienso mientras sigo a Franscisco. Pero por otro lado, nadie esperaría alguien como yo dando vueltas por la fiesta. Solo un técnico perdido después de aburrimiento. 

Su curiosidad iba en aumento en ver a la prodigiosa científica. Seguramente ella habría descubierto la verdadera naturaleza de Arma a menos que simplemente estuviera contemplando las convenientemente femeninas curvas de su PABOT. Finalmente decide ir al encuentro y forzar la inevitable conversación.

- Doctora Pentamina, veo que habéis conocido a mi acompañante. - Decía mientras permanecía recto como una lanza, con los brazos detrás de la espalda. - Arma, va siendo hora de volver al trabajo, ¿no crees? - Su orden sugería un acercamiento hacia Croma por parte de Arma.

Arma asiente con firmeza y se coloca al lado de Croma. Samantha sonríe, divertida. 

- Es un ejemplar hermoso, señor Juárez. Es evidente que eres merecedor de tu fama. 

¿Fama? Croma no había escuchado nada de que fuera famoso, claro que tampoco era cómo si se considerara un don nadie. Era consciente de que sus conocimientos de robótica estaban muy por encima de los de otros científicos. 

Karoi sigue su camino detrás de Francisco, deteniéndose cuando este se detenía y siempre listo para activar su invisibilidad si resultara necesario. Finalmente Francisco termina por llegar delante de una puerta guardada por dos PABOTs trajeados, guardaespaldas privados seguramente. En las cámaras Karoi había podido ver que pese a la seguridad de la fiesta los invitados no sólo demostraban su poder adquisitivo con ropa o joyas, si no que también con los robots que los protegían. 

Los guardaespaldas asienten cuando ven llegar a Francisco y abren las puertas de una sala. Si el mapa mental de Karoi no fallaba, aquella era una sala de reuniones privada que se debía alquilar previamente. 

Cualquier persona se hubiera alterado al ver el estado de la mano de Butch, y de hecho por mucho que él quisiera disimular algunas de las personas más cercanas presenciaban la escena sorprendidos o incluso horrorizados, sin embargo el PABOT simplemente con presteza y agilidad busca debajo de la mesa un botiquín y saca vendas y el agua oxigenada. Las coloca delante de Butch, en la mesa, y la rodea para acercarse a él. 

- ¿Desea que trate la herida o prefiere que lo acompañe a la enfermería más cercana? - Dice servicial. 

Un amago de ceño fruncido había aflorado en el rostro de William cuando Undine comenta que el hombre lo hubiera empujado si no se hubiera apartado. Cuando Undine termina, ese "defecto" en su inmaculada expresión no tarda en desaparecer. 

- Podría decir que yo he estado hablando literalmente con una pared. - Dice con neutralidad. - La acompañante de ese hombre era una PABOT, o al menos eso es lo que sospecho y tengo buen ojo para diferenciarlos por muy perfectos que sean. Ha respondido a mis preguntas cómo cualquier PABOT, pero no he sacado información de utilidad más allá de que su nombre es Arma y que es la "ayudante" de Croma Juárez.

"Argh, no es la respuesta que esperaba. Pero tampoco puedo hacer ahora como si no hubiera dicho nada."

- Interfaz.

Esperando la cara extrañada de Julia, Marce ve como la interfaz de las gafas aparece, y con un comando más, decide ver lo que la base de datos dice sobre Valerius.

- Último escaneo.

Marcellette estaba cruzando los dedos para que las gafas le dieran la razón.

Undine suspira, frustrada.

- Bueno... No creo que sirva de nada preocuparnos por esto ahora.- Dice intentando recuperar su ánimo.

- He avisado a Fran por si acaso.- Le dice por si le deja más tranquilo. -  Pero mi mente debe estar en la actuación, sin distracciones. - Mira al frente, con determinación. Aunque lo primero que haría al entrar en su camerino sería informarse sobre ese tal Croma Juarez. - Cuando termine la actuación buscaré a Fran. 

- No.

No quiero llamar más la atención

Agarro agua oxigenada y vendas y rápida y ágilmente desinfecto y envuelvo mi mano, son años de práctica curándome las heridas con alcohol barato y la ropa de mis enemigos.

- Ya iré solo.

Antes de levantarme dirijo mi vista hacia los distintos espejos y vasos que hay en el bar, para asegurarme de que Orange no me ve al levantarme.

- Gracias, siempre intento rendir al máximo en estos asuntos. Dígame, ¿a qué ha venido una persona tan célebre como usted a una fiesta como esta? Es obvio que ambos estamos más cómodos en un laboratorio que en una sala de baile. - Por alguna extraña razón Croma todavía no se había largado con Arma. En otra circunstancia hubiera sido lo normal, pero estando junto a una persona de la comunidad científica todo cambiaba, aunque no por ello Croma iba a volverse mucho más social.

Julia había mirado extrañada a Marcellette cuando había pronunciado "Interfaz", pero la sorpresa había llegado cuando la misma se había abierto. Cómo cuando la puso en marcha en el ordenador, en primer lugar se muestra una pantalla de carga con el símbolo de un cuervo y tras eso se puede ver la fotografía que le había hecho Marcellette a Valerius. 

- ¿De dónde has...? - Comenzaba a decir Julia al tiempo que Marcellete decía "Último escaneo". Ristras de texto a modo de log le indicaba a Marcellette que el aparato estaba procesando la información. Y de pronto una ventana emergente detiene el proceso. 

Existen registros conflictivos sobre la identidad del objetivo. ¿Desea visualizar ambos?

Algo confundida, Marcellette confirma con un simple "Si" y entonces se despliegan dos archivos de texto acompañados por imágenes. Uno era de Valerius, que especificaba su edad, su puesto cómo vigilante y pocos detalles más. El otro, mucho más extenso, era el de Madsen Coolidge, también conocido cómo "Butch". Había todo tipo de datos sobre él, referencias a noticias e historias de la Red en las que se le mencionaba o estaba relacionado de alguna forma y todo un seguido de imágenes en las que aparecía de lugares tan deprimentes que solo podían ser los suburbios.

A Marcellete no le había hecho falta leer la información demasiado, pues su cabeza había comenzado a funcionar al leer nombre de Butch. Era una leyenda en los suburbios, y había llegado a escuchar sobre la misma debido a que se había interesado por saber que tipo de peligros le esperaban allí si algún día pretendía realmente viajar. Sabía que era un matón a sueldo, que trabajaba para la mafia de los Denaro (La cuál tenía una gran influencia en los suburbios) y que se le atribuían todo tipo de atrocidades. Uno de sus pseudonimos más conocidos a parte de Butch era "el carnicero". 

- ¿Q-que signfica esto, Marce? - Dice por fin Julia, que si que se había parado a leer la información. Parecía algo asustada incluso, una expresión poco común en la cara de su amiga.